中毒 16: A Special Bond
Momo suspiraba mientras miraba a Dahyun. Hacía unos días, Dahyun había notado a Momo en momentos de reflexión. Estaba contenta de ver el progreso de Momo, con su espíritu más animado y su ansiedad disminuyendo, o al menos eso parecía. Sin darse cuenta, Kim agarró la mano de la japonesa, lo que provocó sorpresa en la otra chica y, a su vez, hizo que la mayor se sonrojara. Momo sonrió cálidamente y apretó la mano de la más baja aún más fuerte.
-Oye, Dahyun, eres... una gran amiga. Te aprecio, supongo -dijo Momo con sinceridad. Dahyun sonrió, arreglando suavemente los mechones del cabello de Momo. -Yo también te quiero, Momo. Eres una gran amiga -respondió Dahyun con cariño. Momo bajó la mirada, murmurando de manera inaudible, evitando que Dahyun pudiera escuchar. -Te amo.
Momo, a pesar de sus intentos por susurrar suavemente, no pudo evitar que sus palabras alcanzaran los oídos de Dahyun. Susurró un suave "te amo", como una confesión íntima que no pretendía que nadie más escuchara. Momo había tratado de mantener sus sentimientos en privado, pero en ese momento de vulnerabilidad, sus emociones salieron a la superficie con una sinceridad que era conmovedora.
Dahyun, al escuchar esas dos palabras, sintió cómo su corazón se derretía. La expresión de amor de Momo era tan genuina y desinteresada que conmovió a la enfermera en lo más profundo. Su voz, aunque suave, llevaba consigo una carga emocional que era imposible de pasar por alto. Ese "te amo" susurrado era un recordatorio de la profunda conexión que compartían.
La coreana había desarrollado una conexión tan profunda con la pelinegra que podía anticipar cuándo su amiga estaba a punto de llorar. Con un cuidado y una sensibilidad extraordinarios, Kim abrazó a Hirai justo antes de que las lágrimas comenzaran a brotar.
El abrazo de Dahyun era como un refugio seguro en el que Momo podía encontrar consuelo. Era un gesto de apoyo que trascendía las palabras, una muestra de la comprensión y la empatía que existían entre ambas. Dahyun estaba allí para Momo en sus momentos más vulnerables, ofreciéndole su hombro y su corazón cuando más lo necesitaba.
Dahyun podía notar que, aunque Momo no estaba lidiando directamente con una recaída en las drogas, su actitud y emociones estaban experimentando altibajos. La amiga cercana que era Dahyun había desarrollado una sensibilidad para detectar estos cambios en el estado de ánimo de Momo.
La actitud de Momo podía variar de un día a otro, a veces mostrando una felicidad firme en su proceso de recuperación, mientras que en otros momentos parecía luchar contra la melancolía y la tentación. Aunque las drogas ya no eran un problema directo, las secuelas emocionales de su pasado seguían siendo una lucha constante.
Dahyun percibía que había algo que Momo no quería aceptar, una verdad o un sentimiento que su amiga estaba tratando de evadir. Además, estaba consciente de que Momo, en ocasiones, parecía descuidar su propio estado de ánimo.
Momo podía estar escondiendo emociones o pensamientos profundos que no estaba lista para enfrentar. A pesar de su amistad y el apoyo constante de Dahyun, Momo podía ser reacia a abrirse completamente sobre ciertos temas o a abordar los aspectos más desafiantes de su recuperación. Esta negación o evasión era una barrera que Dahyun respetaba pero también deseaba ayudar a Momo a superar.
Dahyun experimentaba un temor profundo y comprensible de que Momo no saliera del hospital en un estado mental estable. La preocupación por el bienestar de su amiga era una carga que la acompañaba constantemente mientras la apoyaba en su proceso de recuperación.
La incertidumbre de si la japonesa sería capaz de mantener una estabilidad mental una vez que abandonara el entorno controlado del hospital era una fuente de ansiedad para Dahyun. Sabía que el mundo exterior estaba lleno de desafíos y tentaciones que podrían poner a prueba la resolución de Momo.
Para sacar a la coreana de su trance, Momo se inclinó suavemente hacia adelante y depositó un dulce beso en la mejilla de su amiga. Fue un gesto de cariño y gratitud, un recordatorio de que estaban juntas en este viaje de recuperación y que se tenían la una a la otra.
El suave roce de los labios de la mayor en la mejilla de Dahyun fue como un suave despertar, y los ojos de Dahyun se abrieron lentamente, regresando a la realidad. La mirada entre ambas expresaba un profundo afecto y complicidad, una conexión que iba más allá de las palabras.
Momo y Dahyun compartían un vínculo especial y, a través de gestos como este, encontraban la fuerza y la determinación para enfrentar juntas los desafíos de la vida.
Dahyun, a pesar de sentir un cariño especial y profundo por Momo, se encontraba limitada por el protocolo. Las restricciones y expectativas profesionales le impedían expresar abiertamente los sentimientos que albergaba hacia su amiga. Aunque su corazón anhelaba conectar de una manera más íntima, se veía constreñida por las barreras que imponía su rol como enfermera.
Esta dualidad emocional podía ser un desafío para Dahyun. Por un lado, sentía un afecto genuino y una preocupación profunda por el bienestar de Momo, deseando brindarle apoyo más allá de los límites establecidos. Por otro lado, la realidad del protocolo profesional la obligaba a mantener cierta distancia emocional.
Dahyun, sin embargo, podría haber encontrado maneras discretas de expresar su afecto, gestos sutiles o palabras cuidadosamente elegidas que comunicaban su aprecio y cariño.
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