中毒 08: A Day of Freedom and Unexpected Encounters
Ya había pasado un mes desde que Momo había iniciado su proceso de recuperación. Los ataques de ansiedad habían disminuido considerablemente, y su avance era evidente. La ansiedad por las drogas se había reducido y su determinación por mantenerse sobria se fortalecía día a día.
Finalmente, se le permitió salir al exterior, aunque con supervisión para evitar cualquier desliz o recaída inesperada. Momo se sentía emocionada ante esta oportunidad de experimentar un poco de libertad, de respirar el aire fresco y de enfrentar los desafíos del mundo exterior de manera controlada.
Durante sus salidas, Momo a menudo optaba por sonreír levemente o simplemente permitir que Dahyun le explicara las cosas en los lugares que visitaban. La sonrisa era una señal de su agradecimiento y aprecio por estar fuera y experimentar la vida nuevamente. Su silencio y disposición a escuchar a Dahyun reflejaban su deseo de aprender y recuperarse con la guía y el apoyo de su amiga.
En uno de esos días, Momo se encontraba en el baño, cuando escuchó una voz conocida. Era Lalisa, su antigua compañera en el mundo de las drogas.
Momo, al verse cara a cara con Lisa en el baño público, experimentó una oleada de emociones abrumadoras. En ese instante, una presión intensa se posó sobre su pecho, como si un peso invisible la aplastara. Su corazón comenzó a latir con fuerza, y le costó trabajo encontrar su equilibrio emocional.
La mirada de Lisa le recordó momentos del pasado que Momo había estado tratando de dejar atrás. La presión en el pecho era una mezcla de ansiedad, miedo y la sensación de que su pasado la estaba alcanzando. Los recuerdos de su vida anterior, marcada por las drogas, amenazaban con desestabilizarla en ese momento.
El nudo en su pecho se sentía insoportable, y no podía evitar sentirse completamente impotente ante sus emociones. Cada pensamiento y sentimiento parecía estar enredado en una maraña incomprensible que bloqueaba su capacidad de comunicarse o de tomar decisiones con claridad.
La presión en su pecho era como un nudo apretado que amenazaba con asfixiarla, y su corazón latía con fuerza, como si intentara liberarse de esa opresión. Las emociones fluían como un torrente incontrolable, inundando su mente y su cuerpo.
Había un deseo profundo de huir de la situación, de escapar de la presencia de Lisa y de las sombras del pasado que representaba. Momo anhelaba seguir adelante en su proceso de recuperación y dejar atrás la vida de autodestrucción que tanto la había consumido. Sin embargo, al mismo tiempo, sentía una mezcla de nostalgia y tentación. A pesar de lo destructiva que había sido su vida anterior, formaba parte de quien era, y enfrentar a Lisa la hacía cuestionarse si realmente podía dejarla atrás.
La parálisis que la afectaba la hacía sentirse impotente y frustrada. Odiaba esa sensación de estar atrapada en sus propias emociones, sin poder expresarse ni tomar decisiones claras. Quería encontrar la fuerza para enfrentar la situación, pero las dudas y la confusión la mantenían inmóvil.
Sus inhalaciones eran cortas y entrecortadas, como si su cuerpo estuviera luchando por obtener el oxígeno que necesitaba. La presión en su pecho y la intensidad de las emociones la dejaban sin aliento, creando una sensación de asfixia.
Momo sentía rencor hacia Lalisa, pero no la culpaba de todo, ya que era consciente de que la responsabilidad de su adicción recaía únicamente en ella misma. Aun así, presenciar a Lalisa y a otra persona, una chica castaña algo joven, drogándose, no le hizo bien a Momo. Sintiendo la necesidad de alejarse de esa situación, salió apresuradamente del baño y decidió caminar sin rumbo fijo.
Mientras caminaba, Momo reflexionaba sobre su progreso y las decisiones que la habían llevado a ese punto en su vida. De pronto, una pregunta surgió en su mente--¿Dahyun me extrañará? -La simple idea de Dahyun buscándola y preocupada por su bienestar provocó una risa divertida en Momo. Se imaginaba a Dahyun dando descripciones detalladas a los guardias y a las personas que se encontraba, buscándola incansablemente.
Apesar de que a Momo le costará saber que sentía en específico, sentía una gran admiración por Dahyun.
Continuó caminando sin un destino claro hasta que un aroma familiar invadió sus sentidos. Era el olor a cigarrillo. Momo se detuvo y se preguntó cuánto tiempo había pasado desde que dejó de fumar
No tenía una respuesta concreta, pero tampoco quería averiguarlo en ese momento.
La japonesa desvió su camino levemente, sabía que no estaba del todo prohibido fumar ya que ayuda con la ansiedad momentáneamente, y eso era lo que necesitaba.
Entro al pequeño supermercado y buscó la caja con más paquetes "20 cigarros? Eso es demasiado, perfecto"
Al momento de pagar, la pelinegra deslizó una pequeña tarjeta que había encontrado en la cartera de una enfermera, al final terminó de pagar con el paquete en su chaqueta.
Finalmente, Momo llegó al lugar donde se encontraba Dahyun. Una sonrisa diminuta se dibujó en su rostro al ver a Dahyun describiendo su apariencia a los guardias y compartiendo su preocupación con los abuelitos del lugar. Fue un encuentro inesperado y, a la vez, reconfortante.
El día continuó de manera alegre y despreocupada para Momo. Disfrutó de la compañía de Dahyun, compartiendo risas y anécdotas.
El ver a Lalisa y el olor del cigarrillo habían sido pequeños recordatorios de su pasado, pero también le recordaron lo lejos que había llegado y la persona en la que estaba trabajando para convertirse.
Momo sabía que aún quedaban obstáculos por superar, pero ese día, al lado de Dahyun, se permitió disfrutar de la libertad y encontrar la felicidad en los pequeños momentos.
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