Charlie estaba nerviosa mientras observaba la embajada del Cielo. A diferencia de todo el infierno, era la única estructura que se mantenía intacta, brillante y limpia, sin importar cuántos demonios intentaron derrumbarla para robar lo que haya dentro.

¿Tal vez utilizan magia para mantenerlo así? Hmn, debería preguntar si pudieran enseñárselo.

Dando un suspiro para calmar sus nervios, empujó la puerta para adentrarse al edificio. La verdad, esperaba que su reunión con el líder de los exorcistas vaya muy bien, y que acepten su idea par redimir a los pecadores.

—Lo importante es pensar positivo —se dijo para sí misma mientras los puertas eran cerradas detrás de ella.

[...]

Minutos antes.

Eva podía sentir como su cabello era acariciado por las manos de su esposo, del cual estaba acostada en su regazo. Ambos estaban sentados en un sofá de su hogar, en pacifico Cielo.

Cuando Eva supo que el primogénito de la serpiente y la primera puta iba tener una reunión con ella en la embajada, quiso bajar al infierno personalmente con Lute. Llevaría su hacha de combate para cortarle la cabeza, y tenía numerosas ideas de que hacer con su cuerpo antes de mandárselo empaquetado al Rey de las Mentiras. Sin embargo, su amado esposo, con esos ojos bondadosos y su aura cálida que ni un individuo era capaz de transmitirle, la detuvo.

Sus mágicas manos tranquilizó su ira, como siempre lo ha hecho desde el día en que se conocieron. Él no necesita ni una sola palabra para poder calmarla, con un simple abrazo, caricia, beso, o mirada, era suficiente para que se mantenga bajo control. Todo porque lo ama demasiado.

Aún no podía entender porque ramera de Lilith lo dejó por ese payaso de Lucifer, pero no le importa, gracias a esa traición, ella nació y conoció a Adán. Él es suyo, y solo suyo.

Los recuerdos de su pasado aún se mantenían en su alma, como fuego en la leña. Esos dos la engañaron para que comiera del fruto prohibido, diciéndole que Adán era demasiado para ella, que él era perfecto y ella no, que él no necesitaba a Eva, y que tarde o temprano, la apartará de su vida para ser reemplazada, tal como le 'pasó' a Lilith.

Y siguieron diciéndole esas dolorosas palabras hasta quebrar por completo su autoestima.

Se aprovecharon de su inocencia y vulnerabilidad para hacer un trío.

Quiso decirle a Adán, pero no encontró el valor suficiente para decírselo.

Sintió que falló como esposa.

Él era perfecto, ella no.

Iba a ser reemplazada.

Después le enseñaron el fruto prohibido.

Esperanza de encontrar una forma para remediar su pecado, ella tomó del fruto, y lo mordió.

En su mente llegó toda la información, el conocimiento del universo, su función, y el propósito en que fue creada.

Y el amor que siente por Adán se multiplicó, porque comprendió el buen esposo que tiene.

Pero entendió que cayo en la trampa.

Esos dos la hicieron pecar para alejarla de Adán; para lastimarlo.

La manzana fue solo una forma de sellar ese destino.

Su corazón se encogió al saber que será castigada.

De pronto, las nubes se partieron en dos, y los Serafines descendieron al presenciar que otro mal despertó en la tierra.

Todos rodearon a Samael, Lilith y a Eva.

Entonces Dios se presentó, mostraba ira en sus cuatro ojos flotantes.

Eva sintió un terror inimaginable cuando Dios gritó con furiosa y frustración hacia Samael y Lilith.

Sus gritos era tan potente que parecían los estruendos de un relámpago, de un ser todopoderoso.

Posterior a eso, le quitó una gran parte del poder angelical del anterior Serafín de la alegría, después le arrebató la humanidad a Lilith, y los convirtió a los dos en seres con cuernos, que representaban sus dos pecados.

A Samael se le cambió el nombre a Lucifer, El Traidor, el pecado del Orgullo y la Mentira.

A Lilith, La Primera Ramera, se le quitó su propósito y una parte de su humanidad. Prohibida en tener hijos con Lucifer, es el pecado de la Envidia y la Lujuria.

Los dos fueron desterrado al infierno para siempre, donde verán el mal que habían sembrado en la tierra.

Dios miró a ella con decepción y tristeza.

Era otra esposa que traiciono Adán, la segunda que le metió los cuernos, la segunda que iba a romperle el corazón.

Sería castigada, desterrada del Edén, lejos de Adán, olvidada por él.

Su corazón se encogió al saber que nunca más sería capaz de verle los ojos a su amado. Se lo merecía, ella realmente sentía que se merecía ese castigo.

Cayó tan fácil en la trampa de esos dos.

Los Serafines estaban conjurando palabras para expulsarla y nunca permitirle la visita al Edén.

Pero antes de hacer eso, Adán apareció de un salto, poniéndose frente a Eva.

Su espalda estaba delante de los Serafines, quienes se detuvieron; Dios se mantuvo callado para ver que haría su primer humano a Eva.

Ella no quiso verle la cara, se sentía indigna y asqueada de sí misma, pues, no sentía que se merecía a ese hombre que tanto la amaba.

Adán se limitó a mirarla a los ojos, sus ojos desinteresados miraron a través de los ojos de Eva, como si estuviera viendo su alma.

—Un pajarito me lo contó todo... Eva.

La fémina sintió un frío en su columna ante la voz seria de Adán, era la primera vez que dirigía su nombre de esa manera.

Sus rodillas flaquearon y se tiró al suelo.

—L-lo siento, Adán —los ojos de Eva bajaron con vergüenza y tristeza.

Quiso llorar, maldecir a los dos que la utilizaron, los que se aprovecharon de su mente débil e inocente, los que la hicieron pecar a espalda de su amado.

Sin embargo, en vez de recibir un rostro de decepción del Primer Hombre, se vio sorprendida cuando éste se arrodilló para estar a su altura, sonriéndole con amor y compasión.

—No me importa si pecaste —dijo, abriendo sus brazos para abrazarla, pegando su rostro en sus pectorales—. Sé que la serpiente te manipuló, jugo contigo, por eso te perdono.

Un color rojo se apoderó de todo el rostro de Eva ante el acto varonil, luego, sollozó. Libero toda sus tristeza en los pechos del Primer Hombre, quién la consuela con palabras y profundizando el abrazo.

Dios sonrió, sabía que Adán amaba demasiado a Eva como para dejarla ir al peligro de la Tierra.

Luego de aquellos acontecimientos, y que Adam afirmó que jamás dejaría a Eva y le daría una segunda pero última oportunidad, ambos fueron expulsado del Edén, de su hogar, el lugar donde crecieron juntos.

—Pudiste quedarte —Eva habló cabizbaja, en su tono había una culpa muy detectable para cualquiera que la escuche.

Los dos estaban frente a las puertas del cielo, siendo vigilados por arcángeles con lanzas, era evidente el aura represiva que estos le enviaban por si intenta un movimiento incorrecto.

—Pudiste abandonarme, quedarte ahí, no te faltaría nada, tu —mientras las lágrimas de Eva bajaban de sus mejillas, unas manos cálidas tocaron su rostro, limpiando sus lágrimas.

Al levantar la vista, vio los ojos determinados y amorosos del hombre.

—No me importa el Edén —se expreso Adán con genuina honestidad—. Tu eres mi paraíso, Eva, te seguiré donde sea que vayas, incluso después de la muerte.

Esas palabras quedaron grabadas en la mente de Eva durante la eternidad. Comprendió que el amor que Adán le tiene es infinito e inquebrantable, al igual que ella ama a él, incluso en la muerte seguían siendo la pareja ejemplar.

No eran perfectos, pero se complementan uno con el otro.

Adán no estaba completo sin Eva, y Eva no estaba completa sin Adán.

Pero aun así, se prometió a sí misma que ganaría de nuevo la confianza de Adán, que ella también lo ama demasiado, que quería estar con en el Cielo luego de que murieran.

Recibiendo un beso en la mejilla, Eva sonrió tiernamente, casi sintiéndose derretida por los mimos de su esposo.

Ella nunca se cansaría de recibirlos.

—Creo que tu reunion ya comenzó, Lute esta afuera —dijo Adán, sonriéndole a su mujer—. ¿Sigues pensando en matarla?

Eva suspiro resignada, ¿Cómo negarse a Adam?

De mala gana, tuvo que levantarse del regazo de su esposo para ponerse su casco—. No lo haré, cariño.

Ella vio al Primer Hombre, era, a simple vista, muy atractivo.

Su cabello rubio corto era brillante, adornado con esa aureola dorado que flotaba encima de su cabeza. Los ojos azul zafiro de él miraba a Eva como si fuera la cosa que más apreciaba en este mundo, le transmitía amor y lealtad como ningún otro. El rostro, cupido por las mismas manos de Dios, es perfecto, no había ninguna imperfección en ella.

Aunque había algo que molestaba un poco a Eva.

Su esposo, ajeno al sentimiento de la vergüenza por la falta de no haber comido del fruto del conocimiento prohibido, siempre tenía una simple hoja que etapa su intimidad inferior, hoja que llevaba desde el Edén. Casi todos jurarian que creció con esa cosa ahí, por que es ilógico que se mantenga pegado en su cuerpo.

Debido a esto, Eva tuvo que ponerse posesiva ante cualquier mujer que acosaba a su esposo cuando ella no estaba al lado suyo. Si, hay ángeles nacidas del Cielo que intentan quitarle a su precioso Adán; literalmente, toda la jerarquía celestial estan dispuestas a tocarle el trastero al hombre, aún sabiendo que este estaba casado y eso es un pecado.

Pero jamás podrán tener Adán, ella es la única que permite que mujer puede estar al lado suyo y quien no. Por que Adán es de ella, y solo de ella, por que así lo quiso Dios, por eso tuvieron una enorme cantidad de hijos en la tierra.

La única cosa que representaría un peligro entre el amor de ellos, es el amor que el hombre siente por la humanidad.

Y cabe decir, que es demasiado.

—Mhm... Esta bien, no bajaré al infierno para matarla, utilizaré el proyector astral —ella hizo un puchero, para la alegría y ternura de Adán, quien solo se levantó del sofá para abrazarla.

A lo cual ella, mordiéndose el labio inferior con los dientes, corresponde el abrazo. Pero guío sus manos hacia el trasero del hombre, apretando esos cachetes juguetonamente. Adán parecía no inmutarse ante el toque, ya había recibido este tipo de tacto durante demasiado tiempo que se acostumbró.

—Cuídate cariño, quiero que mi costillita vuelva de buen humor; recuerda, si estás estresada, puedes llamarme para darte un masaje.

—Oh, créeme amorcito... voy a necesitar más que eso luego de esa conferencia de mierda —en la mente de esta loca, se juraría a sí misma que si la reunión no la satisface, haría que su esposo le haga el amor duro y apasionado durante tres días y dos noches.

Adán, sin saber en qué estaba pensando su esposa, asintió con la cabeza. De mala gana, Eva tuvo que separarse para abrir la puerta, siendo esperada por una Lute firme.

Las dos asintieron y se fueron volando hacia el cuartel de las exterminadoras.

[...]

Momento actual.

—Amn.. ¿Hola? —saludo Charlie, asomando su cabeza en la puerta, viendo la oscuridad en la sala de reunión—. ¿Hay alguien aquí?

¿Había llegado muy temprano? ¿Se equivoco de la fecha? No, ella se aseguro de ser muy puntual, ¿Tal vez el jefe de los Exorcista  estaba ocupado? Puede ser, el exterminio anterior fue ayer, tal vez este ocupado con el papeleo o algo así.

Dando un paso al frente, las luces se encendieron de inmediato, dejando ver dos figuras, causando que la princesa, del miedo, tropezara con sus tacones, dándose un golpe de cara al suelo.

—¡Ah, mierda! —exclamo la piel blanca, sintiendo el dolor en su nariz antes de levantarse tímidamente en la mesa, observando a un... ¿Ángel con cuernos? Si, era tal como lo describían los demonios.

Una ángel sexy pero que desprende un aire intimidante, como si dijera: "si me tocas, te mato". Teniendo un vestido blanco con las magas de color rosa, una mascara demoniaca con dos cuernos apuntando arriba, un aureola rosa con tres rayas horizontales, un par de alas rosa melocotón, no sabe si lo que tiene es un pantimedia o simplemente era un pantalón ajustado, y por últimos, dos tacones blancos que le llegaba hasta la rodillas.

Al lado de la mujer hacia una ángel de armadura negra, no se diferenciaba de los montones de exorcista que logro ver en los Dia E.

—Ehm... Hola, soy Charlie Moningstar, un gusto en conocerla, mi papá me dijo que puedo tener una audiencia con usted —saludo, nerviosa, levantando la mano para saludarla.

Sin embargo, su mano quedó en el aire, se sintió un poco incomoda luego de unos segundos de silencio, mientras que la mujer solo se la queda mirando con los ojos entrecerrados.

—¿Estas bromeando, verdad?

—¿Eh? —Charlie quedó confundida ante la pregunta de la jefa, retrayendo la mano.

Suspirando, la ángel respondió, un poco molesta—. ¿Tu patético padre no te dijo quien soy antes que llegaras acá?

La boca de Charlie se contrajo, había olvidado preguntarle el nombre de la líder de los exorcistas.

—Ahg... Soy Eva,la Primera Madre, la Madre de toda la Humanidad, la monarca de todas las vaginas de la tierra, la primera vagina humana, ¡Tu mamá no cuenta, dejó de ser humana! —Eva dijo esto último rápidamente, no quería que le recordarán eso. Luego se tranquilizó con una sonrisa maliciosa—. Pero puedes decirme Lady pussy.

Charlie quedó en shock ante todo lo dicho de la mujer, ¿Qué no los ángeles deberían ser educados o algo así? ¿Decir esas cosas no estaría contra sus reglas? Luego se dio cuenta de algo.

—Espera, ¿Es enserio? ¿Eres Eva, 'esa' Eva? —pregunto Charlie impactada.

—Esa misma —confirmo Eva, mostrando los cuernos con un dedo como saludo (🤟). Después señaló a la ángel exorcista a su lado—. Y las tetas pequeñas de ahí es mi lugarteniente Lute, cuidado, ella es muy buena con su trabajo, je, je, je.

Lute se inmuto en su posicion, mirando fijamente a Charlie con desconfianza. Aun mantenía la sangre del ultimo exterminio en su traje y espada, lo que hizo que Charlie tragara saliva.

—Bien —contesto Eva, invocando un plato lleno de manzanas encaramelada en la mesa—. ¿Que es lo que querías hablar?

—Algo que resolvería nuestros problemas.

—Oh, ¿Te al calor calor exagerado de esta pusilga? —interrumpio la comandante, dando un mordisco a una de las manzana—. Dios, hasta por fin. No tienes idea el cuanto he sudado ahí abajo, ¡Necesitan comprar muchos aires acondicionados!

—... No me refiero a eso.

—¿Te referías al exceso de perras en las calles, creyendo que podían seducir a unas de mis chicas? No te preocupes, nosotras podemos matarlas, además, todos en las filas son heterosexuales... Creo —intrepuso Eva nuevamente, con esto último dudosa mirando a Lute, quién le arqueo una ceja.

Agitando la cabeza, y comiendo otro trozo de manzana, continúo—. ¿Sabes? Me recuerda la vez que las ángeles del cielo intentarán quitarme a mi amorcito hermoso.

Dos horas más tarde.

Charlie solo observaba a la mujer delante de ella con aburrimiento, intentaba de todas la formas no quedarse dormida o interrumpir la larga charla, pero Eva encontraba una forma para seguir hablando de su esposo, sus ovarios, o enfatizar que es la madre de toda la jodida humanidad.

Era muy tedioso y molesto tener que escucharla hablar así.

—Y fue cuando le dije: ¡Puta zorra ramera arrastrada! ¡La única que puede tocar esa verga soy yo! —soltando una carcajada, Eva se limpio una lágrima detrás de su casco—. Ja, luego le di una patada en culo que la mandó contra una pared. Aún intenta tocar a mi esposo, pero siempre termina igual.

—... Si, ajá —contesto la princesa, intentando forzar una sonrisa, énfasis en 'intentar'.

Posteriormente interrumpe a la mujer antes que cuente una de sus historias, súplicando en su cara y en el tono de voz—. ¡Ya sé que tienes un buen esposo, pero podríamos esforzarnos en el problema de la sobrepoblación del infierno, por favor!

—¡Oh! Por que no empezaste con eso, nena —dijo Eva, comiendo el último trozo de manzana encaramelada—. Adelante, continúa. De todas formas, queda poco tiempo.

https://youtu.be/Ga6vBpXnxZU

[No creo que hace falta decir que Eva reemplaza a Charlie, ¿Verdad? Por que mis notas mataran el ritmo de la literatura].

Al expulsar a la princesa del infierno, Eva se rie a carcajadas con sus demás chicas.

—¿Redimir a los pecadores, es enserio? ¿Que esa flaca perdió el cerebro o que? —se burló, siendo apoyada por todas las demás—. ¡Ja! Como sea. Sigan entrenando señoritas, prepárense para el próximo exterminio, sigan el entrenamiento de Adán, no querrán verlo molesto en su visita para mañana.

Las ángeles exterminadoras asintieron con la cabeza, despidiéndose.

Estando solo, Eva miró a Lute—. ¿Ya encontraron a la asesina de Chille?

—No mi señora, tampoco tenemos la ubicación del arma angelical de la caída; tampoco su cabeza. A lo que a mí respecta, ¡Tenemos que atacar a los demonios más fuerte que nunca para dejar claro nuestro poder! —sugirió la lugarteniente con ira, pero la mano levantada de su jefa la detuvo.

—Tranquila, sabes que mi hijo se encargará de dejar eso muy en claro. Pero a partir de ahora, todos utilizarán las armaduras que Adán sugirió para evitar otra caída —ordeno Eva, sonriendo por el rabillo de sus labios—. Si alguien tiene el arma angelical que puede usar en nuestra contra, no debe ser un pecador cualquiera, tiene que ser un Overlors, esos putos tienen más poder que un pecador que estamos acostumbrados a afrontar.

—¿Que sugiere? —preguntó Lute por el análisis de la jefa. Es en estos momentos de peligro en que Eva se pone seria.

—Llamare a ella para que investigue quién fue, su círculo social en nuestra arma para encontrarla —contesto la segunda mujer, manteniendo su sonrisa.

—¿Eso no la dejaría al descubierto? Estoy casi segura que eso alarmaria a los otros Overlords  —cuestionó nuevamente Lute.

—No te preocupes, ella es experta en lo que hace, ¡No por nada es la espía de confianza de Sera! —dicho eso, Eva toma su aureola.

Unos minutos después, del aureola se forma un diminuto holograma de una mujer muy bien vestida.

—Hola cariño, ¿Que sucede? ¿Quieres que encuentre a alguien? —pregunta la persona en el holograma.

—Si, pero esta vez necesitas una extrema precaución —responde Eva.

—Oh, querida, yo soy muy persuasiva. Dime quién quieres que encuentre y te lo diré.

Con esto, una sonrisa se forma en el rostro de Eva y Lute.

Fin del capítulo.

Puta madre, hace casi como dos años que no escribo una historia. Lamento si este no tiene una buena calidad como las que use en mi libro de Mobius.

Ah, si, no esperen que escriba 4000 palabras o algo así, por que no pretendo hacerlo. Además, este fic se trata de OTRO universo de Hazbin Hotel, por lo que no será igual y verán MUCHAS diferencias.

En fin, ¿Opiniones al respecto del primer capítulo?