—¡Kikuokaaa!

La desesperación con que mi alma gritaba seguramente haría explotar los túbulos por los que era conducida. Había logrado sobrevivir... pero todo se sentía tan distinto... que no parecía yo mismo...

Mientras mis piernas parecían moverse solas y el cansancio me recorría la espalda como alfileres.

Quería llorar...

Y Seguir llorando hasta sacarme este dolor...

¿Qué hice?...

¿Qué no hice?...

¿Por qué tuvo que pasar esto?... Maldita sea... ¡Maldita sea! Mi vida... mi suerte... mis decisiones estúpidas... y el deseo imposible que nos trajo hasta acá. ¿Acaso eso que di era lo máximo de mí?... Nada más que una fachada de habladurías sobre un héroe que no es más que un idiota... un amigo que no fue capaz de salvar al suyo...

Quería salvarlo... a él... y a este mundo.... Pensaba... que un milagro estaría de nuestro lado y como siempre... todo estaría bien... ¡Pero no todo se trata de milagros en esta vida! ¡Si no lucho con mi propia fuerza! ¡o si lo hago y no me alcanza!

Si me vuelvo un inútil en una idea que yo mismo planeé...

Las cosas... debían haber permanecido como antes... si yo... no hubiera aparecido en este lugar... Eugeo... seguiría talando el gran árbol... y estas lágrimas que no cesan no caerían por mi imprudencia...

Debí pensarlo mejor... y si aún así... alguien debía morir...

Ese alguien...

Tenía que ser...

.

Se quebró... algo dentro de mí perdió su forma... era como... si mi cuerpo no conociera la gravedad y el aire fuera innecesario para sobrevivir... ¿Vivir?... Mis pulmones vacíos y la luz cegadora me lo decían. Vivir no era algo que necesitaría más...

Pero aún así... me sentí aliviado... ¿esta culpa se iría?... si era así... tal vez sería lo mejor... desaparecer como un cobarde.

Mis ojos se cerraron en algún instante... y dolía... dolía demasiado.

.

.

.

Debía haber un error...

Pero mis súplicas no serían escuchadas por más que me desgarrara a palabras hacia el cielo escondido entre los árboles.

¡Sáquenme de aquí!... ¿Me oyen?... o es acaso que mis palabras vagaban solamente sobre el aire y desaparecían con el paso del tiempo...

¿Cómo había llegado ahí?...

Las preguntas se acumulaban una tras otra en mi cabeza, pero no podía solucionar ninguna, las respuestas simplemente se volvían imposibles en aquel entorno, donde en realidad parecía un perdido... un ser extraño y ajeno a todo... como si se tratara de la realidad de alguien más.

¿Acaso no podía hacer nada?... ¿Porqué recordaba quien era si esto se trataba de la pérdida de memoria?...

¿Un juego?... ¿Era por eso que no reconocía nada?... pero no parecía un juego... el roce del filo de las hojas sobre mis dedos podía herirme y hacerme sangrar... y dolía.

¿Estaba soñando?...

—¡Kirito—kun! —el sonido de la voz... esa voz... ¿Quién es?... ¿Si camino un poco más podré ver de quien se trata?... ¿Por qué mi pecho duele tanto al escucharla?...

¡Voy!

—¡Kirito—kun! —una vez más. Los pasos... se me vuelven pesados y su voz desaparece... Por favor... ¡Habla otra vez! No puedo... No puedo alcanzarte... y eso me hace sentir terriblemente triste...

¿Estás ahí?...

El dolor no me deja respirar, por lo que trató de presionar mi pecho, entonces noto como la cortada que me hice con la hoja... no ha dejado de sangrar...

La sangre se riega a pocos sobre el suelo a mis pies... no es mi dedo el que sangra... No soy yo... ¿De quién es esta sangre?...

—Stay cool...

¿Qué?... no... ¿Quién dijo eso?...

—¿No lo recuerdas?... si dijimos que estaríamos contigo para siempre...

—Eu...geo...

El dolor... se volvió insoportable...

Me ahogo...

Yo...

.

—¡Kirito! ¡Kirito! ¿Me oyes? —la sacudida lo trajo de vuelta a la realidad. Se había quedado dormido a la base del gran árbol del demonio, una vez hubo pasado su turno para talar. —¿Estás bien?... estás empapado...

Los ojos verdes que lo miraban preocupados, se distanciaron al verlo sentarse para incorporarse.

—Sí... —se despejó la frente sintiendo sus cabellos húmedos. —fue... un sueño...

—Más que sueño parecía una pesadilla... estas incómodo y te removías como si algo te doliese. ¿Estás seguro que estás bien?...

Los ojos de aquel metal azulino divagaban en los alrededores, tratando de ubicarse, logró visualizar el hacha y hallarse a sí mismo sentado a la base del árbol en el que trabajaban día a día. —Es que... era tan extraño... aunque en estos momentos no recuerdo de qué se trataba... sé... que estando ahí... en todos los lugares que estuve... había algo triste...

—Mmm... seguramente fuiste encontrado por uno de los ángeles del sueño de la diosa Stacia.

—¿Ángeles del sueño?...

—Premoniciones... se dice que son cosas que pueden llegar a suceder y se muestran frente a ti, antes, para que intentes cambiar el rumbo de la situación. Aunque nunca es posible... cambiarlo... porque es difícil recordar lo que se soñó, pero el simple hecho de tener esa oportunidad te hace especial, parte de las rocas que cimientan este mundo.

—¿Una roca?... —lo miró sin comprender, tal vez necesitaba escuchar de sus labios que en verdad su llegada a ese mundo tenía un sentido. Verse alejado de sus seres queridos... de su mundo... ingresando a un lugar tan aterrador como desconocido siendo él.

—Adamás...

—Nunca había escuchado esa palabra... ¿Qué significa?

—Tan fuerte y duro como el acero. Las rocas que cimientan el mundo y no se destruyen... y tiene mucho sentido, pensar que eres una de esas. Porque a pesar de ser un perdido de Vector, tu poder se ha conservado y tu habilidad con la espada demuestra que tu tarea sagrada sigue fluyente dentro de ti.

—Gracias Eugeo... pero en realidad no creo pertenecer a una clase tan reconocida como esa... no soy un noble.

—Es que no es necesario serlo... la diosa ve en cada uno de nosotros el poder de nuestro corazón, así que no pierdas jamás esa fuerza... pase lo que pase...

.

.

.

Los ojos dorados cual reflejo de los rayos del mismo sol, se posaron en el campo de batalla, mientras la gabardina oscura se agitó con el soplo fúrico del viento.

—Una roca... dura como el acero...

Una espada en cada mano y el primer paso fueron suficientes para que la tierra temblara.

.

.

Ok...

xD Mi mente divagó tanto tanto taaanto en este escrito xD que no sé si se entienda pero ufff. Desde que salió el op de ADAMAS enloquecí con él, siempre me dije que debía dedicarle un escrito y qué mejor opción que hacerlo con mi Kiri todo genial modo dios xD.

Aunque tuvo que pasar por tanto, regresó glorioso, así que Shiny sword my diamond!

Gracias por leer!