Prólogo

Veía a sus pies a su segundo hijo, con un golpe en la cabeza, podía ver su cráneo fracturado, la sangre que caía a enormes cantidades de la profunda herida.
Atónito, sin reacción alguna, cayó de rodillas, sosteniendo en sus brazos a su descendencia, su sangre.

Abel... - Susurró su nombre, presenciando en su mente los recuerdos tanto buenos como malos que pasó con su hijo.

Pa... Papá... - Volteó hacía arriba, viendo al responsable que provocó todo esto, Caín, su primer hijo, su primera decepción.

Vete... -

Papá yo... -

¡Que te largues! - Sin más y con los ojos llenos de lágrimas, el primer asesino del mundo correría hacía un rumbo desconocido, sumamente arrepentido de sus acciones.

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Había perdido todo, su hijo, su esposa, su vida. Eva era la única ancla que tenía para seguir con vida, pero se había ido para siempre, proveedora del primer pecado, eliminada por este mismo al morir de tristeza al enterarse del horrible acontecimiento.

El alma de su segunda esposa fue eliminada de la existencia, comer el fruto prohibido trajo más consecuencias que solo ser expulsados del Eden, no se encontraba ni en el cielo ni en el infierno, solo desapareció de la existencia misma.

No lloro, solo se quedó sin expresión alguna, aún viendo el cadáver de su segunda descendencia, el mal olor del cadáver inundaba todo a su alrededor, pero no le importó.

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Pasado unos dos días del terrible suceso, Adam tenía hambre, era invierno y no había ningún animal alrededor, no es como si hubiera ido a cazar a alguno, aún en duelo con su mente y su dañada alma.

Que lástima que el hambre fuera más grande...

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Horrorizados, vieron como el primer hombre, la mejor creación de su padre se convirtió en una atrocidad, una completa aberración de la creación misma, un insulto a todo lo creado por el todo poderoso.

Dos pares de ojos, cuatro brazos, inclusive una gran boca en su estómago, con filosos dientes, podían sentir su odio inconmensurable, la corrupción y transformación del primer humano estaban completos.

No tuvieron de otra más que decidir un castigo por esto, dividieron su alma en 20 pedazos, haciéndolo vivir en una prisión eterna, sin su poder completo, aunque en el proceso de división, el caído se resistió.

Su parte derech de su rostro fue dañada por Miguel, cual fue el único en poder dañarlo, Adam se había convertido en una completa bestia, haber devorado a su propio hijo por el hambre provocó todo esto.

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Abel era mucho más especial que simplemente ser el primer asesinado, su alma y cuerpo nunca pudieron descansar y vivir como se debía, así que, tuvo que renacer, buscando algo o mejor dicho a alguien.

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Esperó que les guste el capítulo prólogo de hoy cualquier recomendación, sugerencia o crítica que tengan siempre será bien recibida, los quiero.

Prólogo

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