Capítulo 1: Nuevo comienzo.

???: (nerviosa) Esto...

Aquella chica de baja estatura observaba de manera nerviosa a aquél extraño peliblanco, el cual se encontraba sentado encima del cadáver de aquella bestia. El chico simplemente se quedó observando a la nada como si esperara a que ocurriese algo, pues el no tener objetivo alguno y no saber dónde se encontraba no le ayudaba en nada.

???: Esto... ¿Estás bien?

El peliblanco bajó la vista y se quedó observando en total silencio a la muchacha, quien esperó respuesta alguna por parte del chico, pero nada, ninguna palabra salió de la boca de aquél extraño. La muchacha se encontraba en un dilema un tanto raro, ya que no sabía si seguir involucrándose con él o no, pues lo último que quería era tener problemas con un persona peligrosa que no conocía de nada.

???: ¿Ocurre algo? ¿Estás herido o algo? ¿Necesitas ayuda?

Al ver que seguía sin tener respuesta alguna, las opciones de poder ayudarlo disminuían cada vez más y aquello la ponía nerviosa. El peliblanco observaba de manera curiosa a aquella extraña chica que tenía delante suyo, a simple vista parecía una chica cualquiera, pero había algo raro en ella y el peliblanco lo sabía.

???: (nerviosa) ¿Dónde esta Belle cuando se la necesita?

El peliblanco se levantó y saltó del cuerpo de aquella bestia que había matado, le dedicó una última mirada a aquella extraña chica y decidió marcharse de allí sin decir palabra alguna. La chica observó a aquél extraño chico marcharse de allí y una vez sola, observó el cuerpo de aquella bestia.

???: ¿Cómo me voy a deshacer de esto? Ay...

30 minutos después...

El peliblanco se adentró en la zona más poblada de la ciudad, concretamente el mercado, allí pudo ver a varias especies interactuando entre si, había de todo tipo: humanos, enanos, elfos, hombres bestia y demás...

Todo el lugar intrigaba al chico, pero lo que más llamó su atención era aquella torre que se alzaba hasta el cielo, ciertamente, tenía una extraña sensación que le motivaba a ir allí. Al tener nada mejor que hacer decidió hacer caso a su instinto e ir allí, quizás así podría lograr tener una objetivo que seguir.

Conforme avanzaba, podía notar como las atentas miradas de la gente iban dirigidos hacia a él, no sabía si se debía a que estaba cubierto de sangre o si se debía a su arma, fuera como fuese, decidió que lo mejor que podía hacer era ignorar a todas aquellas miradas curiosas y seguir con su camino. Sin embargo, su avance no duró mucho, ya que un agradable e inusual aroma lleno sus fosas nasales, decidido a averiguar aquello, siguió con su olfato aquél irresistible aroma hasta llegar a su origen, el cual resultó ser una tienda que vendía todo tipo de comida, sobretodo carne en su máximo esplendor. El estómago del peliblanco emitió un ruido un poco fuerte y algo violento, cosa que extrañó un poco al propio muchacho, pero que llamó la atención al dueño de aquella humilde tienda.

Vendedor: Vaya, bienvenido a mi humilde...

El anciano no pudo terminar su frase, ya que el mero hecho de ver a alguien cubierto de sangre era algo que lo dejaba en shock y por supuesto aquello asustaba a la clientela, la mayoría conformada por señoras mayores.

Vendedor: Esto... Tienes un poco de sangre...

???: ..........

El chico simplemente no sabía qué hacer para deshacerse de aquello, pero para su fortuna, el hacha que llevaba a su espalda emitió un ligero color carmesí, lo que hizo que la sangre se separase de sus ropajes y fuese absorbido por ella, dejándolo así en un estado mucho más presentable. El anciano sorprendido por aquello no pudo evitar abrir la boca ante la sorpresa, pero poco después se recompuso nuevamente al ver como aquél extraño chico lo observaba en silencio.

Vendedor: (carraspeando) Dime, chico. ¿Hay alguna cosa de tu preferencia?

???: (mirando la carne) ..........

Vendedor: Tomate tu tiempo y elige lo que más te guste.

El peliblanco observó detenidamente toda aquella variedad de alimentos, la indecisión nublaba su juicio, pero dicha indecisión desapareció por completo cuando observó una brocheta de considerable tamaño que tenía varios tipos diferentes de carne. El muchacho agarró dicha brocheta y se lo mostró al vendedor, quien esbozo una sonrisa de satisfacción al ver que ya había hecho su elección.

Vendedor: Perfecto. Serán 1.500 valis, por favor.

El muchacho simplemente ladeó la cabeza al no saber a qué se refería, cosa que no pasó desapercibido por el amable vendedor, quien no pudo evitar esbozar una sonrisa nerviosa al tener una idea de lo que ocurría.

Vendedor: Esto... ¿no tienes dinero?

???: ...........

Vendedor: Si no tienes dinero no puedes llevártelo. Lo lamento, chico.

Dicho eso, el vendedor agarró la brocheta que sostenía el peli la co y lo puso en el escaparate. El silencioso peliblanco simplemente se quedo quieto en el mismo sitio mientras observaba aquella brocheta que le acababan de arrebatar. El vendedor no deseaba despachar a aquél muchacho, pero no tenía más remedio que hacerlo, ya que el aspecto intimidatorio del chico ponía nervioso a la clientela.

Vendedor: Mira, chico. Si no puedes comprar nada me gustaría pedirte que te fueras. No te lo tomes a mal, pero estas poniendo nervioso a los demás clientes.

???: (observando la brocheta) ..........

Vendedor: ¿Estás escuchando?

Al ver que aquél extraño chico no estaba haciéndole caso alguno, no pudo evitar soltar un suspiro de rendición, pero dicha frustración se convirtió en un pequeño alivio al ver a su habitual clienta llegar a su humilde puesto. Dicha clienta era una muchacha de unos 14 o 15 años de edad, pero lo que más resaltaba de ella era ese precioso pelo color blanco y aquellos ojos de color carmesí, no cabía ninguna duda de que pese a ser una niña esta poseía una belleza que aún estaba por florecer.

(Bueno, aquí tenéis una imagen de Belle. Doy las gracias a Ichiji_Sasaki por ofrecer su ayuda para encontrarme alguna que otra imagen de ella. De verdad que lo agradezco y te mando un fuerte abrazo)

Vendedor: Vaya, Belle, no sabes cómo me alegra ver a mi compradora favorita.

Belle: Buenas tardes a usted también, señor.

La muchacha iba a pedir algo al amable vendedor, pero al ver que había otra persona delante suyo decidió esperar. El vendedor supo inmediatamente lo que la chica hacía y por ende no pudo evitar soltar un suspiro.

Vendedor: Será mejor que pidas tú primero, querida.

Belle: (ligeramente preocupada) Pero...

Vendedor: No te preocupes por él. Dudo mucho que le importe siquiera. No ha dicho nada desde que ha llegado, aparte de que no lleva nada de dinero.

Belle: (mirando al muchacho) ........

Vendedor: Al menos no el típico cliente que causa problemas por no obtener lo que quiere. Dime, Belle, ¿qué vas a querer hoy?

Belle: Oh, cierto.

Dicho eso, la muchacha sacó una papel de la pequeña bolsa que llevaba en su cintura y se lo entregó al anciano, este último al leer lo que ponía en aquella hoja comenzó a agarrar trozos de carne y empezó a cortarlos, tal y como lo exigían en aquella nota. La chica por su parte, observaba a aquél misterioso muchacho, el cual aún seguía mirando aquella brocheta de carne mientras ignoraba a su alrededor, cosa que le hizo algo de gracia a la muchacha, pues parecía el típico perro que esperaba con ansias aquella recompensa que su dueño le había enseñado.

Vendedor: (entregando el pedido) Aquí tienes, joven.

Belle: (recogiendo el pedido ¿Cuanto cuesta la brocheta esa de carne? Por curiosidad.

Vendedor: Unos 1.500 valis.

Belle: Oh...

Vendedor: Pero por ser tú te lo dejaré a unos 750. ¿Te parece bien?

Belle: (ligeramente preocupada) ¿Está seguro? No quisiera abusar de su confianza.

Vendedor: (sonriendo) No te preocupes, pequeña. Te lo dejo a precio de regalo por ser una de mis clientas favoritas.

Belle: (agachando la cabeza) Muchas gracias y lamento las molestias.

La gratitud y el humilde carácter de la muchacha hicieron que el viejo vendedor soltase una carcajada. El anciano agarró dicha brocheta y se lo entregó a la amable muchacha de cabello blanco, quien al obtener dicha brocheta se lo entregó al extraño muchacho.

Belle: (sonriendo) Toma.

???: (mirando a Belle) ..........

Belle: (sonriendo) Se ve que tienes hambre.

El muchacho acercó su mano a la comida que le estaba ofreciendo aquella amable muchacha de nombre Belle, quien en verdad estaba contenta de poder ser ayuda a alguien. En un principio el muchacho dudó en cogerlo, pues esperaba alguna treta por parte de la peliblanca, pero al ver que no tenía malas intenciones decidió agarrar dicha brocheta, logrando así sacarle una amable sonrisa a Belle.

Belle: (sonriendo) Espero que lo disfrutes.

???: (observando a Belle) ........

La muchacha se dispuso a marcharse, pero para su sorpresa, aquél extraño muchacho le agarró la mano, logrando así captar su atención.

Belle: (curiosa) ¿Ocurre algo?

El peliblanco no dijo nada, en su lugar, partió por la mitad el palito de aquella brocheta y se lo entregó a la muchacha, quien no se esperaba para nada aquello.

Belle: ¿Eh? ¿Estás seguro?

???: ...........

Belle: (sonriendo) Muchas gracias.

La amable muchacha agarró aquella mitad y comenzó a comerlo con mucha ilusión. El muchacho por su parte, se quedó observando de manera curiosa a aquella bondadosa muchacha, la cuál comía con mucha ilusión la carne de aquella brocheta, pero dicha ilusión duraría poco al darse cuenta de que estaba llegando tarde al asunto que tenía pendiente.

Belle: (nerviosa) ¡Oh, no! ¡Voy a llegar tarde!

???: ...........

Belle: (agachando la cabeza) Muchas gracias por compartir la comida. Esto...

???: ............

Belle: ¡Muchas gracias!

Dicho eso, la muchacha se marchó de allí a toda prisa, mientras que el silencioso peliblanco la veía alejarse hasta que finalmente perdió su rastro.

Vendedor: Veo que va a volver a llegar tarde.

???: ...........

Vendedor: En fin, tienes suerte de que Belle haya aparecido hoy para hacer sus compras. Te sugiero que no entres en lugares donde se requiera dinero, ¿vale, chico?

El silencioso peliblanco siguió con su mirada puesta hacia a donde había ido aquella muchacha de nombre Belle. De repente, su vista se posó en aquella gigantesca torre que había y decidió ir a echarle.

Vendedor: Si vuelves alguna vez recuerda traer dinero.

El peliblanco simplemente hundió sus dientes en aquellos trozos de carne que habían en el palo y lanzó el trozo de madera a la basura conforme avanzaba hacia su siguiente destino.

Torre de Babel.

Una vez alcanzado su destino, el peliblanco pudo observar a varios tipos de personas a los alrededores de la enorme torre, todos ellos aventureros de diferentes tipos y clases. No hacía falta decir que gracias a su tosco aspecto y aquella arma tan rara que portaba en su espalda, se convirtió en el centro de atención.

???: (observando la torre) .........

Arquero: Oye, tú.

El peliblanco dejó de observar la torre y se dió la vuelta para ver qué querían de él. Lo primero que vió fue a un grupo conformados por una maga, una espadachina y un arquero.

Arquero: Veo que te impresiona la torre. Eres nuevo, ¿verdad?

???: ............

Arquero: Parece que eres un tío poco hablador. Bueno, da igual. Como veo que eres un novato, quizás te interesaría unirte a nuestro grupo.

???: (observando al grupo) .........

Arquero: Créeme, somos bastante buenos. Aunque eso si, lo único que te pedimos es que lleves nuestras cosas y si hay botín lo único que podrías llevarte es el 5%. ¿Qué te parece? ¿Aceptas?

Aquél arquero puso una de sus manos en el hombro del peliblanco, acto que no le gustó demasiado e inmediatamente apartó de forma brusca la mano de aquél sujeto. Viendo que no tenía ningún asunto que tratar con ellos, decidió entrar a la torre de una vez por todas.

Arquero: (molesto) ¡Tch! Imbécil...

Una vez adentro de la torre, el peliblanco siguió uno de los tantos caminos que había adentro del lugar, realmente aquél lugar era enorme, pero aquello no molestaba en absoluto al peliblanco. Durante su camino pudo apreciar a varios tipos de monstruos, pero ninguno de ellos duraba demasiado frente a la poderosa hacha del silencioso muchacho, el cual podía notar como su arma no era para nada común, pues absorbía hasta la última gota de sangre de los cadáveres más cercanos.

Después de varias horas de caminata, el peliblanco llegó a un callejón sin salida, dando a entender que se había perdido en aquél enorme lugar. Ciertamente, estaba cansado, no sabía porqué había entrado en aquella estúpida torre, esperaba encontrar alguna clase de respuesta o algo, pero no había nada que lo ayudase, había hecho caso a esa corazonada suya para nada.

???: (suspirando) ............

El peliblanco soltó un fuerte suspiro de frustración ante el reciente fracaso, pero para su sorpresa el arma que portaba comenzó a emitir un leve brillo carmesí, cosa que extrañó bastante en un principio y se dispuso a inspeccionar para ver a qué se debía aquello. Nada parecía ocurrir por el momento y se dispuso a ponérselo nuevamente en su espalda, pero al momento de hacerlo, el brillo de dicha arma se intensificó un poco más al haberlo movido a una dirección en concreta.

Aquello bastó para entender de que debía seguir el camino que su arma le indicaba. El peliblanco se dió la vuelta y al hacerlo el brillo se intensificó un poco más, pero para su mala fortuna, el arma indicaba como camino aquél callejón sin salida. Decidido a buscar respuestas, el peliblanco alzó su arma y con todas sus fuerzas comenzó a destrozar aquella pared y crear un camino conforme al indicamiento del arma.

30 minutos después...

Después de varios minutos de excavación, el peliblanco llegó a una sala un tanto única que emanaba una energía mística, pero lo que más destacaba de dicha sala era el orbe de color carmesí que posaba en el centro del altar que había en ese lugar. El muchacho pudo ver cómo su arma comenzó a brillar con una intensidad casi cegadora, pero no era la única, ya que el orbe también comenzó a brillar de forma intensa.

El muchacho avanzó hasta dicho altar y su vista se posó sobre aquel extraño objeto que posaba en medio de aquella estructura. Viendo que estaba a su alcance el objeto, el peliblanco acercó su mano a dicho orbe y lo agarró, dicho orbe tenía una runa inscrito en ella, dicha runa le era extraño , pero a la vez le resultaba algo conocido casi como si le fuera familiar.

(Espero que la imagen os ayude a visualizar mejor)

El objeto expulsó una energía carmesí, la cual entró en el cuerpo del muchacho, este último pudo sentir como su cuerpo se llenaba de energía a la vez que sus fuerzas aumentaban. Pero no solo él, ya que su arma parecía estar "sedienta", por lo que la runa se liberó del agarre del muchacho y como si de una fuerza misteriosa fuerza se tratase, la runa entró en aquella ranura que con forma de cráneo que había en el arma, concretamente en la boca.

¡Aaaaaaaaaah!

El peliblanco pudo escuchar un grito de terror afuera de la sala, normalmente aquello no sería de su incumbencia, pero aquella voz se le hacía familiar y por ende salió en busca del origen de aquél grito. El muchacho corrió hacía el origen de dicho grito, pero al estar está en una gran zona repleto de caminos se le hacía complicado llegar hasta dicha procedencia, para su fortuna pudo visualizar un par de huellas, unas que pertenecían muy probablemente a una chica y otras con aspecto de monstruo.

Aquello indicaba que la persona estaba siendo perseguida por algo considerablemente mucho más fuerte, o al menos para ella. El peliblanco siguió aquellas huellas hasta llegar a una sala sin salida, donde se encontraba aquella muchacha llamada Belle, la cual había comprado aquél alimento para él, y un monstruo, concretamente un minotauro.

Belle: (aterrada) ¡Aaaaaah! ¡Ayuda!

El minotauro iba a golpear a la aterrada Belle con su enorme puño, pero antes de que pudiera hacer algo siquiera, su brazo cayó al suelo. Los gruñidos de dolor y furia de la bestia se adueñaron de la sala, Belle abrió los ojos y pudo ver como aquél chico que había visto anteriormente en la tienda de alimentos lo había salvado.

Minotauro: (enfurecido) Grrrrrrrr.

El enorme ser se abalanzó con furia y deseos de matar sobre aquél que le cercenó el brazo, pero el peliblanco simplemente esquivó su ataque. El muchacho pudo ver cómo la sangre que había en el suelo y en el brazo recién cortado comenzaron a ser succionado por el arma, dándose cuenta de que su arma se estaba llenando de poder a la vez que él.

Belle: (preocupada) ¡Cuidado!

El peliblanco fijó nuevamente su vista sobre aquél monstruoso ser y pudo ver cómo se dispuso a embestirlo con la intención de perforarlo con esos cuernos que tenía en el cráneo, pero dicha embestida nunca logró alcanzarle, ya que el propio mucha ho le propinó un potente poderoso en el rostro que logró mandarle algo lejos. El monstruo furioso ante aquel ataque decidió embestirlo una vez más, el peliblanco pudo sentir como su brazo izquierdo se llenaba de poder a la vez que una especie de aura carmesí comenzaba a rodear dicho brazo.

El monstruo cogió carrerilla y se dispuso a embestirlo una vez más, pero el peliblanco se apartó rápidamente y le propinó un poderoso golpe en el torso logrando así levantarlo del suelo. El muchacho actuó con mucha rapidez y se ubicó debajo del monstruo mientras esté caía al suelo, el peliblanco sostuvo con ambas manos su poderosa hacha y lo alzó hacia arriba, logrando así atravesar el enorme torso del monstruo con su arma, provocándole así la muerte inmediatamente.

La chica de cabello blanco observó con mucha fascinación al silencioso peliblanco, pues a sus ojos parecía uno de esos héroes que aparecían en los cuentos que su abuelo le solía contar cuando era pequeña. Una vez acabado la batalla, el peliblanco se acercó a la muchacha de cabello blanco y la observó detenidamente.

Belle: Esto... ¡Muchas gracias!

???: ............

Belle: Eres el chico de esta mañana. Yo...

T/N: (ofreciéndole la mano) ........

Belle: ¿Eh? ¡Oh, gracias!

La chica agarró la mano del silencioso muchacho y este último la levantó con sumo cuidado. La muchacha miró con gran admiración al peliblanco, pues el derrotar fácilmente a un minotauro era una hazaña bastante digna.

Belle: (agachando la cabeza) ¡Gracias por todo! Me gustaría saber tu nombre, por favor.

???: ...........

Belle: Esto... Si no es mucha molestia, por supuesto.

???: .........

Un silencio un poco incómodo y pesado cernía en el ambiente, al menos para Belle, pues aquél silencio se podía interpretar de muchas maneras distintas. El peliblanco observó como el cuerpo sin vida del monstruo se desvanecía por completo, dejando en su lugar una piedra mágica.

El chico se acercó hacía la piedra y la recogió, podía notar un leve poder mágico en ella, pero de poco le servía e incluso tenía un mínimo interés en ella, por lo que se acercó a Belle y se lo entregó a mano.

Belle: ¿Eh? ¿Para mí?

???: ............

Belle: ¿Estás seguro? Quiero decir, tú eres el que lo ha matado.

El peliblanco agarró la mano de Belle y le entregó la piedra mágica, dicha acción sorprendió a la muchacha, pues no se esperaba aquello. Una vez acabado con lo que tenía que hacer, el peliblanco se marchó de aquél lugar sin siquiera darle tiempo de hablar a Belle.

Varias horas después...

El peliblanco se encontraba afuera de la torre, concretamente sentado en el suelo al lado de la puerta a la torre. No hacía falta decir que muchos aventureros observaban con mucha curiosidad al chico, pues sus ropas y su arma eran de lo más llamativo, lo que logró captar la atención de muchos, pero sobretodo de una muchacha de cabello dorado que recién salía de la torre.

El peliblanco simplemente se quedó mirando a la nada, pues como no tenía nada que hacer o un lugar a donde ir, se sentía en cierto modo vacío. Mientras observaba el atardecer, una mano le dió varias palmaditas en el hombro, logrando así captar la atención del chico. El muchacho giró la cabeza y pudo ver cómo aquella llamada Belle estaba a su lado, mostrándole un ligera sonrisa en ese rostro tan gentil que tenía.

Belle: Veo que aún sigues por aquí.

???: ............

Belle: Mmmm. ¿Tienes algún lugar que ir o donde quedarte?

???: ............

Belle: He de suponer que no. ¡Ya sé! ¿Te gustaría quedarte a dormir en mi casa? Hay sitio de sobra y supongo que a la Diosa no le importará mucho el dejarte quedarte.

???: ............

Belle: ¿Qué me dices? ¿Quieres venir?

El peliblanco no dijo palabra alguna, sin embargo, se levantó del suelo y miró a Belle, espera del a que le guiase hacia su hogar. Belle no pudo evitar una sincera sonrisa al ver que podía ayudar a aquél que le salvó la vida en la mazmorra.

Belle: ¡Perfecto! Primero déjame cambiar esta piedra para recibir algo de dinero y después nos vamos. ¿Te parece?

???: ............

Belle: No tardaré mucho. Te lo prometo.

El peliblanco asintió con la cabeza y siguió a Belle hasta llegar al edificio principal del Gremio, donde se puso a esperar en la entrada mientras Belle cambiaba algunas piedras mágicas por dinero. Cosa que no duró ni cinco minutos, ya que la muchacha salió con algo de prisa para no hacerle esperar demasiado al muchacho.

Belle: ¡Vamos! ¡Sígueme!

Ambos individuos comenzaron a recorrer la ciudad hasta llegar a la parte más vieja y derruida de esta, lugar que se le hacía muy conocido peliblanco, pues ya había estado aquella mañana allí. La muchacha de cabello blanco guío a su compañero hasta llegar a una iglesia en muy malas condiciones.

Belle: Lamento mucho las malas condiciones del lugar, espero que no te importe demasiado.

???: ............

Los dos entraron al interior de la iglesia y una vez adentro, bajaron a la parte inferior del edificio, donde nada más abrir la puerta, la dulce muchacha de cabello peliblanco anunció su recién llegada a la persona que vivía junto a ella.

Belle: ¡Diosa! ¡Ya he vuelto!

???: (gimoteando) ¡Belle!

Una muchacha de estatura menor se acercó a Bello y empezó a gimotear mientras derramaba una lágrimas cómicas. Aquella persona se trataba de la misma a la que el peliblanco había salvado la vida.

???: (gimoteando) ¡Buaaaaaa! ¡Ha sido muy duro limpiar todo lo de afuera.

Belle: ¿Eh? ¿Ha ocurrido algo en mi ausencia?

???: Sí, vino un chico extraño y nada más venir vino con él un monstruo que...

Aquella muchacha pudo ver al peliblanco de aquella mañana e inmediatamente soltó un fuerte grito de sorpresa. La muchacha que fue llamada Diosa señaló de forma nerviosa al peliblanco, quien apenas estaba haciendo caso, pues el estaba observando los alrededores de aquél lugar tan desgastado y viejo.

???: (señalando al muchacho) T-T-Tú...

Belle: (sorprendido) ¿Eh? ¿Os conocéis?

???: ¡Es el de esta mañana!

Belle: ¿Pero que ha pasado aquí, Diosa?

???: Bueno...

La muchacha llamada Diosa explico todo lo que había ocurrido aquella mañana, desde la aparición del peliblanco hasta el momento en que líquido al monstruo. Belle estaba bastante sorprendida ante la historia que había escuchado, no esperaba para nada aquello, pero se sentía bastante aliviada de que aquél sujeto ayudase a la Diosa.

Belle: Ya veo. Me alegra mucho saber que se encuentra bien, Diosa.

???: ¿Y como es que os conocéis vosotros dos?

Belle: (racandose la mejilla) Bueno... digamos que él también me ha salvado la vida.

???: ¡¿De verdad?!

Belle: Sí.

Al oír aquello, la chica de cabello oscuro se acercó al peliblanco y agarró sus dos manos al mismo tiempo que agachaba la cabeza en señal de agradecimiento. Se sentía muy aliviada al saber de qué había protegido a Belle de una muerte segura.

Hestia: (agachando la cabeza) ¡Muchas gracias por todo! ¡Te estoy muy agradecida por lo que has hecho, tanto por mí como por Belle! Mi nombre Hestia, soy la líder de la Familia Hestia y como podrás suponer soy una diosa.

???: ............

Hestia: Se que no hay mucho que ofrecer. Pero gustaría invitarte a pasar la noche aquí. Espero que no te moleste, esto...

???: (ladeando la cabeza) ..........

Hestia: Esto... ¿Cómo te llamas?

Belle: Lamentablemente no puede hablar, Diosa.

Hestia: ¿Ah? ¿No puede?

Belle: Bueno, eso creo. No ha dicho ninguna palabra desde que lo he conocido, pero aún así parece entendernos.

Hestia: Eso va a ser un problema. No podemos llamarle simplemente "Chico" o "Desconocido sin nombre".

Belle: Mmmm. ¿Y si le ponemos nombre para facilitarlo un poco más?

Hestia: ¿Un nombre? ¿Cómo una mascota?

Belle: No a ese punto, Diosa. Solo será provisional hasta que nos diga su nombre.

Hestia: Ya veo. Me parece una buena idea. ¿Alguna sugerencia, Belle?

Belle: Bueno... ¿Qué tal T/N?

Hestia: ¿T/N?

Belle: No se me ha ocurrido nada mejor, Diosa.

Hestia: No, no. Está bien. Es más le queda bien.

T/N: ..........

Hestia: ¡Decidido! ¡Hoy eres un invitado de la Familia Hestia, T/N! Déjame ofrecerte un plato de lujo como recompensa.

La llamada Hestia señaló una bandeja repleta de patatas fritas, dando a entender de que se refería aquello como un lujoso de plato de comida.

Belle: (sonriendo) Bueno, T/N. Sé que no hay mucho que ofrecer, pero aún así espero que sea de tu agrado. Espero que nos podamos llevar bien.

La bondadosa muchacha de cabello blanco le ofreció la mano al recién llamado T/N, este último acercó la mano y la estrechó con cierta delicadeza. Dando así a entender, que aquél extraño peliblanco iba a tener una nueva vida, una un tanto apacible pero con sus desafíos.


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Bueno, aquí tenéis el primer cap de esta nueva historia. Muchísimas gracias a todos por darle una oportunidad, en verdad lo agradezco. Si os ha gustado me alegraría mucho que me dierais vuestro voto, comentario o que lo compartieras por allí, si no es mucha molestia.

Espero que esté primer capítulo haya sido de vuestro agrado. Si os preocupa que el prota no vaya a hablar, no os preocupéis, porque evidentemente hablará en algún momento, espero que no os moleste.

Os deseo un buen día o una buena noche, si no es así, espero que se os mejore.
Sin nada más que decir, adieu.

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