3: La noche del 26 de diciembre

Ezra al fin se digna a aparecer. Lo espero cruzada de brazos delante de la entrada principal, aguardo a que cruce el sendero de la reja, entonces lo observo de manera acusatoria cuando ingresa a la casa. Él sonríe, luego intenta besarme, pero yo muevo mi cara, molesta.

―¿Dónde has estado? ―recrimino―. Empiezo a creer que tu patrón no existe.

Mete la mano en el bolsillo de su larga chaqueta marrón, para mostrarme un fajo repleto de billetes.

―¿Y cómo conseguí esto? ―se burla―. ¿En la lotería?

Guarda el dinero mientras yo decido responder.

―Ni idea, quizás tienes una jefa, me parece curioso que no conozca ni su nombre. ¿Sabes qué? Es intrigante que ni siquiera me entere en qué trabajas. Me está molestando que no pueda descubrir lo que haces, por culpa de los doctores, que, de casualidad, solo he visto dos veces en estos tres años.

Se carcajea.

―¿Celosita? ―Me agarra de la cintura, ignorando todas mis reclamaciones y quedándose solo con la primera.

Pongo mis manos en su pecho para mantener distancia.

―¿Escuchaste todo lo que te dije? ―expreso, sonrojándome.

―¿Y si hacemos ejercicio? Me estoy congelando, no me ayuda a pensar en todas tus respuestas, caliéntame. ―Me tironea, así que me choco con su torso, entonces aprovecha para besar mi cuello―. Estás ardiente, dame de tu fuego.

―Ezra, estoy enojada ―declaro, aunque también tengo calor.

―Mejor, las esposas enfadadas son las más candentes.

―Eso te lo inventaste... ¡Y deja de besarme!

Me hace retroceder hasta el sillón, mi pie se tropieza con este, entonces caigo, terminando sentada. Él se agacha a agarrar mis rodillas, se aproxima hasta mí, pero cuando noto que va a agarrar mis bragas, se detiene. Su vista se focaliza en la nota abandonada en el sillón.

―¿Fuiste al sótano? ―pregunta, agarrándola.

―Eh... sí.

Sonríe, viendo que el papel está rasgado.

―Por eso los desplantes ―afirma.

―No. ―Frunzo el ceño―. Los desplantes vienen de que llegaste un día tarde a casa y ni una llamada.

Ahora él parece el enojado, no le gustó mi respuesta. No entiendo, ¿quería que me quejara porque no me dijo que fuimos amigos? Más bien, quizás está enfadado porque todavía no lo recuerdo del todo.

Me olvidé gran parte de mi vida, pero al que desmemorié por completo es a Ezra, quizás le duele. 

Si supieras 😂

Saludos, Vivi.

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