capítulo 3
La casa de Karly era enorme; pisos de madera perfectamente pulidos, columnas de mármol, sofás de cuero beige que hacían juego con la decoración, un hermoso candelabro de cristal colgaba en el centro de la habitación. Podría pasar sin ningún problema por una mansión.
-¡Amanda mi cielo!- el grito la hizo dar un pequeño salto, levanto la mirada en busca de la dueña del sonido. Su tía Sophia la observaba con mucha emoción y antes de poder reaccionar, la atrajo hacia su pecho en un abrazo
- lamento haberte asustado, pero hacía mucho no te veía ¿Dos años? Quizás más.
Era cierto la última vez que coincidieron ella había venido a casa a pasarse unos días. Su tía Sophia siempre quiso regalarle un poco de "normalidad y libertad" a todo el caos plagado de restricciones que Amanda consideraba era su vida. Siempre decía " que era una princesa en su propia torre de marfil" pues en repetidas ocasiones todas la privaciones de su adolescencia la hacía sentir presa en su propia casa. Su madre vivía con un infinito miedo a perderla que sin darse cuenta estaba robando los mejores años de la chica.
En aquella ocasión Sophia se habia llevado a Amanda a un centro comercial mientras su hermana Cristina trabajaba, entre charlas, risas, y visitas de una tienda a otra el tiempo se fue volando y no se percataron de la hora. Al llegar a casa Cristina estaba histérica, gritaba y levantaba los brazos al aire, discutieron muy fuerte diciéndose cosas hirientes la una a la otra. Aunque un tiempo después lograron arreglar las cosas desde ese día Sophia no volvió a casa de su hermana.
-te extrañe mucho- dijo la chica correspondiendo al abrazo - me sorprendió mucho que mamá hubiese aceptado que viniera.
-ya es hora de que tu mamá empiece a darte más libertad.
-¿Cómo están las cosas entre ustedes?
-eso mi hermanita menor y la amo, pero no se ha dado cuenta que ya no eres una niña. No podrá mantener encerrada toda la vida, algún día tendrás que hacer tu vida aparte, ir a la universidad, tener un novio, casarte, hijos, una casa, un perro... En fin una vida.
-se que quiere lo mejor para mí, se esfuerza en verme feliz dentro de lo que cabe, pero soy joven quiero salir conocer gente, ir al parque, a una fiesta. Quiero vivir una vida que sea mia, donde pueda ser la dueña y decidir. Siento que soy una muñeca de porcelana en un globo de cristal, aunque a pesar de todo no juzgo a mi madre por su compartimiento.
Sophia observó a su sobrina, nunca habia expresado cómo se sentía, ella podía intuirlo, pero Amanda anteriormente no lo había manifestado.
-¿Sabes que haremos? - la niña movió la cabeza en señal de negación- estos días podrás vivir un poco de todo eso, solo no sé lo cuentes a tu madre o esta vez me deja de hablar para siempre, ah pero antes me cuelga del árbol más alto que encuentre.
Ambas rieron.
-como dijo mamá, prepárate porque estos días serán muy intensos, de eso me encargo yo.
Puntualizó Karly con una mirada pícara. Después de un rato más conversando Karly llevo a manda a su habitación y la ayudo a desempacar.
-lo que dije abajo era cierto, y comenzamos hoy mismo. Me invitaron a una fiesta hoy y quiero que vengas conmigo.
-no lo sé Karly, es que acabamos de llegar y no conozco a nadie y ...
-justo de eso se trata- la interrumpió- dijiste que querías vivir todas esas experiencias de una chica nuestra edad, pero que mi tia Cristina siempre te prohibió y ahora que ella no está aquí y puedes hacerlo ¿Te acobardas?.
Amanda lo dudo por un instante, pero luego pensar que por fin podría ser "normal"
-tienes razón, vamos.
-¡si!- Karly salto sobre su prima riendo.
Después de la cena ambas se arreglaban para la fiesta. Karly Lucía un despampanante vestido plateado que se ajustan a su curvilíneo cuerpo, unos tacones negros, el cabello suelto en una bonita ondas, los labios rosado y los ojos destacados por el delineador.
-no sé si esto es buena idea no tengo ropa Karly
-eso se soluciona fácil
La chica fue y saco de su armario. Un bonito vestido negro con. Algunos detalles dorados.
-prometo dejarte más bella de lo que eres.
Amanda no estaba muy convencida, aún asi permitió a su prima jugar con su look, después de unos minutos estaba ataviada en el vestido negro con Detalles dorados de Karly que se ajustan a su cuerpo creando una sensación de curvas perfectas, unos tacones dorados, el cabello recogido en una coleta alta, los labios rojos un Poco de rubor y pestañina para resaltar sus ojos mieles.
-quedaste perfecta, toda una obra de arte.
Amanda se miró en el espejo y no se reconoció.
-este no parece mi cuerpo, se ven más curvas de las que en realidad tengo. Me gusta el maquillaje es muy sutil, a decir verdad tenía miedo que exaregaras.
- es la primera vez que lo usas, no puede ser nada extrafalario.
Recibieron piropos de Sophia y su esposo George, que había llegado antes de la cena. Y sin más se marcharon a la fiesta
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