6

Apenas comenzaba el día y Brock ya quería que la mañana pasara llevándose todos sus deberes para ir al bosque, hogar de su amigo nativo y su hija. Los últimos días no había sido visitado por ellos ya que ambos tenían tareas pendientes donde vivían. Admitía que los extrañaba pero hoy era el día que volvería a verlos por lo que terminaría lo más rápido que pudiera sus deberes.

Una vez terminadas las tareas del hogar fue a la comisaría. Apresurando a Shelly y Colt salieron como equipo en busca de unos criminales que había en el pueblo. Esperaba que otra vez fuera algo desafiante pero solo fue un grupo de duendes ladrones que derrotaron fácilmente y pusieron tras las rejas.

- ¿Esos fueron los últimos? –preguntó agotado Brock observando a los seis ladrones de piel verde que pertenecían a las aldeas vecinas.

Creería que si pero- –Shelly no pudo terminar de hablar.

¡Genial! –rendido, cayó sentado en la silla que en su respaldar colgaba su chaleco azul– ¡Ahora un descanso! Si que saben correr…

Yo no estoy cansado. –habló Colt sentándose en una de las dos sillas desocupadas.

Tu no hiciste nada, princesa. –se quejó Shelly mientras se sentaba a su lado.

Hice más de lo que esperaba. –los ojos celestes del pelirrojo se posan sobre el de piel oscura– Nuestro querido amigo Brock se ha encargado de todo. Mejor para mi, odio sudar.

Ustedes son lentos, no puedo tardar tanto, no hoy.

¿Quieres llegar temprano a tu cita? –preguntó Shelly planeando una venganza por todas aquellas veces que Brock la incomodaba frente al sheriff.

¿Otra más? –Colt se mostró más interesado en la conversación– ¿Y quien es esta vez?

Ey, tranquilos, apenas comenzamos el día y ya me atacan, auch. –dijo fingiendo estar herido e inclinándose más en la silla para dramatizar.

¡Oh no! ¡Eso significa que no puedes ir a tu cita de hoy! –comentó Colt haciéndose el preocupado– Me ofrezco para ir en su lugar. –hace una pequeña reverencia.

No, ni hablar, ya estoy bien. –volvió a sentarse adecuadamente.

¿Aun no lo has invitado a una cita? –preguntó Shelly con una sonrisa.

¿A Bo? ¡No! Quiero darme un tiempo luego de tantos.

Agh, ¿Ya te has rendido? Te veía enganchado con él y resulta ser nada. –dijo malhumorada al saber que Colt estaría pensando en que tenía oportunidades con el nativo– Y, ahora que te encuentras con él, vas a detenerte. Creo que puedes llegar a durar más que con tus anteriores parejas, solo tienes que ir y hacer lo que haces.

Shelly, no lo estaba diciendo en serio. Tu sabes que si quiero algo, lo conseguiré como sea.

Si al final no lo quieres, déjamelo a mi. –Shelly escuchó a Colt decir lo que no quería oír– Yo si aprovecharé.

Wow wow wow, alto ahí, vaquero. Nunca dije que no lo quería. –sus dos compañeros lo miraron pícaramente– Solo quiero comenzar bien esta vez. Me tomaré el tiempo que haga falta. ¡Quería ser más disimulado!

Eres de todo menos disimulado.

Eh, Brock, ¿Por qué no-? –la mujer fue incapaz de terminar de hablar.

¡Ya es demasiado tarde! ¡Debo irme!

Luego de que el reloj de pared le diera el susto al enseñarle lo tarde que era, Brock tomó su chaleco azul para salir de la comisaría corriendo. Solo la luchadora y el sheriff quedaron en el escritorio.

¿Debería de haberle dicho que Piper también estaba interesada? –dijo a cualquiera que pudiera escucharla– Si cada nuevo brawler todos se vuelven locos, espero que falte tiempo para otro. Bo debe de sentirse acosado.

Si, pero nunca recibirá más atención que yo. –respondió Colt y apoyó una mano en el hombro de su amiga para llamar su atención– ¿Te apetecen algunas batallas? –

Me encantaría. Vamos a por Poco y, luego, a atrapagemas. Necesito distraerme.

Acompañó a Colt al evento. Allí, encontraron a Poco junto a Barley que acababan de perder una batalla. Saludaron a la extraña pareja y se prepararon con el esqueleto para la próxima lucha.
La mujer de pelo morado dejó que todo su enojo saliera en la pelea, atacando a sus rivales por más que algunas balas no diera al objetivo. Después de todo, ganaron.

Recién a la séptima batalla, Poco se dio cuenta de lo furiosa que estaba. Al no gustarle ver a su amiga así, inventó una excusa para que ambos pudieran apartarse del grupo luego de su victoria.

¿Se puede saber por que andas así? Me das miedo. –comenzó hablando Poco.

¡Tu ya sabes la razón!

¿Colt otra vez?

¡Si! ¡Hago demasiado por él y ni siquiera es capaz de devolverme los favores que le hago! –a patadas, casi tira uno de los barriles que encontraron por ahí– A veces es tan idiota.

Por lo que veo, eso no cambia cuanto lo quieres.

Si, lo sé. Últimamente me hace odiarlo. Desde que Bo llegó, anda coqueteando con él cada vez que tiene oportunidad y eso me molesta demasiado.

¿Hay un nuevo brawler? Ni me enteré. –dijo sorprendido buscando con su mirada a los alrededores a algún desconocido por si es que era aquel nuevo brawler.

Nunca te enteras de nada, solo te centras en Barley. –habló cansada envidiando la buena relación de su amigo con el dueño del bar.

Soy bueno en eso. –recordando de quien estaban hablando, su tono de voz fue suave e inconscientemente rozó sus dedos esqueléticos por las cuerdas de su guitarra.

¿Cómo lo hiciste?

Simplemente fue algo mutuo, aunque ninguno sabía. –respondió sabiendo a que se refería su amiga– Por mi parte, evité los celos, estuve a su lado e intentaba que me mirara a mi de la forma en la que yo quería que fuera.

Si Colt no esta interesado por mi, no debería de intentarlo. Dudo que sea mutuo. –puso sus manos en jarra molesta.

Puedes hacer eso o puedes intentar transformar tu amistad con él en algo más. Sabes que a Colt le encanta ser el centro de atención de todos y cada uno de nosotros. No te desanimes por lo que hace para eso.

Sería más fácil si dejara de babear por cada mujer “tan hermosa como él” o por hombres más altos y musculosos. Pero si, creo que le insistiré un poco más.

Haces lo correcto, amiga. Tu tienes lo que más le gusta de ambos. Solo dale tiempo y verás. – al terminar de hablar notó que Shelly se ruborizaba al saber que lo que decía podía ser verdad.

Su conversación terminó cuando Poco vio a Barley acercándose a ellos. Entrelazando sus fríos dedos con los metálicos del bartender y, luego de unas palabras cariñosas, ambos vuelven al evento seguidos por Shelly. La mujer morena estaba armándose de valor para reclamar al narcisista pelirrojo de una vez por todas.

Mientras tanto, en el bosque, Bo terminaba de colocar como correspondía la ultima de las trampas que vio desarmada. Por fin terminado el trabajo, se dirigió a su hogar con tres ardillas y una pequeña liebre que había cazado en sus manos. Mientras caminaba en dirección a casa disfrutaba de el silencio. Toda esa tranquilidad fue rota por unos gritos que provenían de donde vivía. Luego, recordó que Brock los visitaría y siguió con calma. Mantenía su típico semblante imperturbable aunque en su mente no dejaba de cuestionarse.

Después de bastante tiempo, recordando las ultimas veces que vio a su hiperactivo amigo, no sabía si quería estar cerca de él por lo avergonzado que estaba de sus atrevidos pensamientos que le hacían desearlo aun más.

¡Boom box, baby! –escuchó la voz aguda de Nita.

¡Bien! ¡Ahora dispara! – esta vez escuchó la voz de Brock.

Apenas notó que algo se acercaba peligrosamente veloz a él lo esquivó. El cohete siguió de largo hasta que chocó contra un árbol. Bo dirigió su mirada molesto hacia donde escuchó las voces.

Antes de mostrarse a su hija y a su invitado. Nita siguió gritando cualquier ruido que creía que hacían las explosiones. Aun con su padre allí, continuó haciéndolos.

¡Bo! –dijo sorprendido al verlo y le quitó el lanzacohetes a Nita– ¡Buenas tardes! ¡Estábamos esperándote! –con el tono alegre en su voz, el arquero volvió a su expresión relajada. Sus ojos oscuros notaron a los pequeños animales– ¡Que bonito conejo! –su sonrisa desapareció al ver mejor al animal– ¿Por qué no se mueve?

¡Nita preparar comida! –la joven se acerca al más alto quitándole todo lo que había cazado.

“Yo prepararé la comida.” – Bo le corrigió pero la pequeña siguió su camino, suspiró cansado de que no le prestara atención.

¿¡Ella los va a-!?

Si, desde hace años le enseñé a como- –al ver la cara de terror de Brock prefirió no explicar.

Pensaba que eran recolectores, no cazadores.

Todos aquellos animales fueron cazados para brindarle toda la energía necesaria a Nita. La otra opción era pescar pero a Nita le gusta atraparlos y no comerlos.

Sabes, si fueran al pueblo, en vez de que Nita coma los conejos podría tenerlos de mascota. Otros se encargaran de la comida.

Ya tiene a Bruce. No le permito más animales o Bruce se los come.

¿Alguna vez ella ha visto un conejo vivo? –remarcó la ultima palabra.

No.

¡Bo!

¿Qué?

¡Debes de estar bromeando! –por la expresión seria del más alto supo que era verdad– No le vendría mal explorar un poco más del mundo… tu también, puedo ayudarte.

Necesito más tiempo. –evitó mirar al de piel más oscura y buscó lentamente con la mirada algo que había olvidado.

No digo que en este mismísimo instante vayan y se muden con nosotros. Toma el tiempo que creas necesario. Si te hace falta ayuda aquí estoy.

Con las palabras manteniéndose latentes en su mente, a Bo le fue imposible centrarse en lo que quería encontrar. No era la primera vez que tenían esa conversación pero estaba insistiéndole menos con palabras y más con acciones. Recordándole que estaría allí apoyándolo, acompañándolo y guiándolo si era necesario.
Para lo que estaba acostumbrado, tener toda esa atención era demasiado, llegaba a confundirlo llevándolo a creer en que tenía algo más intimo con él. Quería decir todo lo que tenía en mente pero algo se lo impedía: Nita necesitaba una figura materna.

El momento en el que estuvo metido en sus pensamientos ignoró por completo lo que ocurría a su alrededor. Escuchó a Brock hablar pero no prestó atención a lo que dijo, seguro que eran más de sus anécdotas que contaba en cualquier momento. Cuando volvió a prestar atención a lo que pasaba, le hicieron preguntas que no fue capaz de responder al sentirse perdido. Desconocía por completo ese sentimiento.

Bo ¿Estas bien? –con demasiada confianza, Brock se acercó a él para tomarlo de los hombros y sacudirlo suavemente en un intento de llamar su atención– ¡Al fin! –dijo una vez que lo notó reaccionar.

En voz baja escuchó a Bo murmurar algo a lo que no le dio importancia al distraerse en el notorio rubor que se había intensificado con su cercanía. Atreves de su tacto podía sentir los latidos acelerados del mayor.
Eso le fue suficiente para romper lo que se había dicho a si mismo horas atrás. Al verlo de esa forma tan vulnerable no pudo resistirse. Ya quería reclamarlo como suyo, no podía esperar.

¿Hay algo que te haya gustado tanto como para ponerte así? –preguntó con un tono de voz cautivador que tentaba al nativo a querer sentir más.

No quiso detenerse a pensar lo que estaba por hacer al reconocer que no era el único que deseaba a alguien. Anteriormente, había dudado en que haría con él. Ahora, que creía que era la oportunidad perfecta para conseguir algo de lo que quería, se dejaba llevar como había hecho con otros.
Con nada de experiencia en lo que sucedía o sentía el mayor, él tuvo que ser el que diera el siguiente paso.

Al principio, Bo puso resistencia pero no pudo negarse cuando terminó acorralado con su espalda apoyada contra un firme árbol y el más joven demasiado cerca con sus manos apoyadas a cada lado impidiéndole escapar tan fácilmente.
En la cercanía podía apreciarlo mejor, estaba a tan poco de todas las cosas que podían hacer entre ellos. Era una prohibida tentación desear a otro hombre.

Aléjate. –fue lo único que dijo mientras agarraba las muñecas del de gafas oscuras y lo apartaba un poco de él.

No puedo evitarlo, me gustas. Y por lo que noté, yo a ti también. –la confianza en Bo no duró al estar sumergido en el poderoso deseo. Aun así, quería negarlo.

No me gustas. –sintiéndose débil ante Brock, su presión en las muñecas del más bajo disminuyó.

No tienes porque resistirte. Acéptalo y descubrirás todo lo que quieras conmigo. –de nuevo, ese tono seductor en su voz le permitió lograr lo que quería.

No escuchó nada más del nativo por lo que creyó que había conseguido su permiso. Buscando darle seguridad y cariño a quien quería entrelazó los dedos de sus manos, recordó eso de anteriores parejas. Parecía haber funcionado al notar que estaba más calmado.
Lentamente, creando ansias en el otro, fue reduciendo el espacio que los separaba y presionó suavemente sus labios contra los del más alto. Por más que fuera un beso demasiado simple, inexperto, se sentía liberado al poder dejar salir esos sentimientos que lo habían hecho dudar.

Ambos lo disfrutaban. Siendo el más joven el que quería obtener más, profundizó el beso tomando al más grande por la cintura y otra mano en la nuca dando pequeñas caricias en la larga cabellera azabache.
Se separaron a causa de la falta de aire. Agotados, mantuvieron la cercanía y el contacto visual anhelando por más.

El de piel oscura volvió a acercarse dispuesto a complacer a ambos. Lo hubiera hecho si no hubiera sido detenido por una mano del moreno en su pecho que le impidió seguir y lo dejó confundido.

¿Papá? –al escuchar la voz aguda y curiosa detrás de él pudo nota como Bo se arrepentía de lo que había hecho. Antes de que Brock pudiera intentar calmarlo fue apartado bruscamente y cayó de espaldas al suelo.

¡Hey! ¡Cuidado! – gritó molesto al no esperarse esa reacción de él.

¡Ten cuidado con Brock! –Nita se acercó a su amigo preocupada y enojada con su padre.

Venias a la práctica. Deja de hacerme perder el tiempo y comencemos. –ignorando la mirada de ambos, habló con seriedad intentando ocultar lo confundido que estaba.

Sin poder creer lo que acababa de hacer, el de gafas observó a Bo queriendo escuchar alguna razón para ser tratado de esa manera. No pudo conseguir respuesta y, por no querer enojarlo aun más, hizo lo que dijo.

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