5

Ese día, su hija había despertado ansiosa pidiendo a gritos que dejara a un lado las trampas que tenía por reparar para que ella pudiera demostrarle lo que recientemente había aprendido. Para el mayor fue algo raro de escuchar viniendo de la pequeña, Nita nunca llegó a ser una buena aprendiz de todos aquellos conocimientos que Bo quiso compartirle. Como hacer ropa, preparar trampas, crear armas, comida, herramientas, sanar heridas, todo a base de elementos de la naturaleza. Esas y muchas más eran las que había tratado de enseñarle sin éxito alguno. Tanto tiempo lo había intentado pero nunca dio frutos.
Por lo que decía, había aprendido algo. Ese algo había sido aprendido de los jóvenes del pueblo. Saber eso lo decepcionó pero igualmente le siguió el juego.

Obedeciendo cada palabra que Nita decía, se sentó de piernas cruzadas, sin su gorro y con el pelo desatado. Sintió un extraño escalofrío cuando su hija comenzó a pasar sus manos por su pelo, sin llegar a tener algún nudo era tironeado por el poco cuidado que la pequeña tenía.

- Tu pelo es muy largo. – rio Nita en voz baja aun pasando sus dedos por la larga cabellera como si fuera un peine, esta vez suavemente – En el pueblo, las chicas tienen pelo largo. A ti te queda bien.

Bo no sabía que responder por lo que se mantuvo en silencio dejando que Nita siguiera jugando con su pelo como deseara. No recibió más preguntas y un cálido silencio los acompañó hasta que la de pieles de oso volvió a hablar.

¿Hoy iremos al pueblo? – preguntó tímidamente.

No me gustaría ir todos los días abandonando nuestro hogar.

Bruce puede cuidarlo. – dijo a la vez que dividía el pelo en tres partes.

La ultima vez que lo dejamos sólo devoró los animales que habían caído en las trampas y terminó atrapado en una.

¿Entonces puede ir Nita? Se portará bien, no será mala.

Brock tendrá que cuidar todo el día de ti, tiene otras tareas por hacer.

Brock es bueno conmigo. Pam y Piper también. – mencionó con dificultad el nombre de ambas mujeres.

Si, demasiado. – suspiró sin saber que respuesta darle a Nita.

La joven no dijo nada más, perdida en sus pensamientos para poder hacer correctamente la trenza. Sus ojos recorrían el pelo azabache que estaba en sus manos, era distinto a su pelo.  Admiraba demasiado a Bo en todo lo que hacía y le gustaba imaginar que llegaría a ser como él pero le era difícil. Terminó con el peinado y se apartó para observar lo que había logrado con una sonrisa.

¡Ahora Nita quiere trenza! – emocionada, rodeó a Bo para sentarse delante de él, tomó su gorro que cubría la mayor parte de su cabeza y lo sacó liberando su desastroso pelo – ¿Qué? – gritó al notar que Bo la miraba molesto.

Antes, Nita necesita un baño. – sonrió con malicia acercándose a Nita como un cazador a su presa.

¡No! ¡Nita no necesita un baño! – lo más rápido que pudo corrió para escapar de su cruel destino pero sus piernas no fueron lo suficientemente rápidas para escapar de las manos del arquero – ¡Suéltame! – fácilmente fue levantada en los brazos del mayor.

Si quieres volver al pueblo no puedes ser una bola de mugre. – soltó una corta risa por los pataleos y golpes que la joven daba a todos lados.

¿Para ir al pueblo? – dejó de forcejear – ¿¡Entonces si iremos!? – gritó celebrándolo.

Tienes que ir limpia.

Nita observó de Bo a la pequeña piscina primitiva negando con la cabeza desesperadamente y gritando. Fue arrojada al agua en contra de su voluntad. Al sacar su cabeza del agua para poder respirar miró con odio al arquero que se quedó en el borde de la piscina de rodillas y una pequeña sonrisa en sus labios.

¡Te dije que no! – molesta, golpeó el agua salpicándose a si misma. Pensándolo otra vez, dio golpes en el agua mojando a Bo – ¡Toma! ¡Por malo! – gritó entre risas.

¿Crees que un poco de agua me haga daño? – por el poco tiempo que se distrajo, Nita aprovechó para volver a sumergirse en el agua y acercarse a él. Cuando su padre volvió su mirada a la piscina no la encontró, observó mejor a su alrededor sacando unos mechones de pelo que molestaban su vista.

La pequeña surgió debajo del agua a centímetros del moreno asustándolo con sus fuertes gritos. Riendo, tomó uno de los brazos del más alto tirándolo hacia el agua. Sonrió viendo las burbujas delante de ella, luego, el arquero salió debajo del agua con la trenza a medio deshacer y muchos mechones de pelos mojados pegados a su cara.

Tu también tienes que estar limpio. – le sonrió con malicia.

Ya estaba listo desde temprano, ahora tardaremos más. – dijo con seriedad haciendo que su hija dejara de sonreír y se arrepintiera de lo que acababa de hacer en silencio.

Pero al ser salpicada por el mayor volvió a su buen humor siguiendo el juego donde el agua era el arma. Pasaron mucho tiempo en la piscina primitiva pero Nita no estaba preocupada por llegar tarde al no saber medir el paso del tiempo.
Rápidamente se secaron con unos toallones al sol. Él ya estaba arreglado, solo faltaba su hija. Como la pequeña no mostraba interés alguno en su vestimenta dejó que su padre eligiera por ella.

Se suponía que era una tarea fácil, solo debía de elegir la ropa de su hija y vestirla. Solo contaba con la ropa necesaria por lo que no tenían tanta. Los vestidos que había hecho para Nita estaban la mayoría deteriorados por el poco cuidado que ella tenía. Rebuscando entre trozos de tela y ropa desgarrada pudo encontrar uno que estaba en buen estado. Era bastante parecido al vestido que Nita siempre solía usar pero de color negro y rojo. No lo usaba tan seguido como los otros al no ser su preferido. Por suerte, esta vez la joven no luchó y aceptó el vestido. Ahora que iba mejor vestida no tendría que soportar las quejas de la perfeccionista rubia.

Ya estaban listos para irse dejando a Bruce alimentado de más para que no causara problemas.
Comenzaron con el corto viaje. Nita iba dando pequeños saltos y gritando canciones que inventaba, mientras, Bo seguía con más preocupaciones que venían a su mente. Quería que ambos pudieran vivir en aquel pueblo junto a otras personas, Nita necesitaba tener a otros de su edad con quienes relacionarse y aprender a como actuar frente a ellos.
Tenía el apoyo de Brock si algo pasaba y aun así no se sentía listo para volver a convivir con otros. Se había atascado en su vida solitaria y antigua que sentía todo como un mundo nuevo.

Ver a su hija tan entusiasmada por conocer aquel lugar no le permitía negarse, ya llevaba varias veces forzándose a ir allá tan solo porque ella lo pedía. Esperaba llegar a acostumbrarse a estar rodeado de desconocidos y lograr llevarse bien con ellos. Aunque los últimos días habían tenido muchas miradas sobre él que, según Brock, era por ser nuevo.

Esas miradas fueron las que lo recibieron al llegar al pueblo incomodándolo y dándole inseguridad. Intentó ignorarlas y siguieron avanzando adentrándose al pueblo. Buscó a Brock con la mirada, iba a necesitarlo al no conocer el pueblo, hasta su hija parecía conocer el lugar más que él. En vez de encontrarlo a él, encontró al grupo de los jóvenes. Emocionada, Nita se apresuró en llegar a ellos dejándolo atrás.

Jessie y Penny la recibieron con un abrazo, Leon la saludó con su mano mientras saboreaba una paleta.

¡Traes el pelo suelto! – habló Jessie separándose de Nita para poder observar el cabello castaño oscuro con pequeñas ondas que llegaban hasta sus hombros.

¿¡Qué!? – avergonzada llevó sus manos a la cabeza sin sentir el pelaje de su gorro, recién lo había notado.

Te ves bien, a mi me gusta. – la pelirroja se acercó para pasar sus dedos en el pelo delicadamente.

Jessie siguió apreciando el pelo de Nita. La pirata no estaba interesada. Sintió vergüenza pero permitió que la mecánica acariciara su pelo. Su mirada se encontró con la de Leon que la observaba con un ligero rubor en sus mejillas.

¿Ese es tu papá? Porque esta a punto de conocer al equipo más agradable del pueblo. – dijo Penny con un sarcasmo que la más pequeña de ellos no fue capaz de captar.

La morena se giró para ver a su padre. No reconoció a ninguno de los que estaba con él. Los tres del equipo llevaban chaquetas similares.

¿Tu eres el nuevo? – Bull se acercó a Bo intentando intimidarlo, no sabía si lo había logrado al verlo inexpresivo.

Lo estas viendo y no lo ves. No recuerdo haber visto a alguien tan primitivo en las batallas ¿Qué es eso que llevas en la cabeza? – dijo Bibi asqueada – Crow, creo que acaban de matar a uno de tus primos lejanos.

A mi no me cazará tan fácil. – contestó el de cuerpo antropomórfico de brazos cruzados. Era el que mas confundía al arquero que nunca antes se había encontrado con alguien que fuera mitad animal.

Veamos que tan bueno eres peleando. – tomó su escopeta consiguiendo causar temor en el de piel morena.

No tenemos por que pelear. – retrocedió tomando su arco, si estaba obligado iba a atacar.

Ooow, ¿Nos tienes miedo, grandote? – comentó la asiática sonriendo por la reacción del nuevo.

Es solo un novato. – Crow perdía el interés en el arquero pero Bibi y Bull seguían insistiendo.

¿Qué esta pasando aquí? – la luchadora de pelo morado los interrumpió. Shelly se acercó a trote con escopeta en mano colocándose delante de Bo, los motociclistas retrocedieron al estar en la mira de la mujer.

Sigan caminando chicos, al menos que les guste perder contra nosotros.– siguiendo a Shelly, Colt les advirtió tomando sus pistolas. La joven del bate y el motociclista más alto no se movieron. El de más baja estatura desinteresado se alejó del lugar creyendo que era una perdida de tiempo – ¿Ahora aprenden a golpes?

Veo que ya has conocido a los problemáticos del pueblo. – más atrás que sus compañeros, levantando su lanzacohetes con una mano, Brock estaba listo para eliminar a los rebeldes.

Bull resopló molesto y se marcho siendo seguido por la asiática que miró con desprecio al sheriff. Una vez que los motociclistas se fueron, Colt dejó escapar una pequeña risa.

Si que te temen, Shelly. – miró a su amiga notando que sonreía por tener su atención.

Muchos aquí me tienen miedo porque puedo acabar con ellos en un abrir y cerrar de ojos, ¿Tu no me temes? – dijo divertida apuntándolo con su escopeta.

No puedes matarme. Si lo haces, estarías eliminando lo más hermoso que tiene este pueblo.

Aja, ¿y tu eres lo más hermoso del pueblo? – contuvo una carcajada.

¿No crees que soy lo mejor que has visto? – posó para Shelly que, con toda su cara roja, bajó su arma y miró a otro lado cuando Colt hizo una pose que le resultó bastante provocadora.

¡Tortolitos! – gritó Brock mientras se acercaba al nativo que aun estaba desconcertado por lo que había pasado. La luchadora lo miró molesta.

¡Mira quien lo dice! – le gritó de regresó la morena observando a los dos hombres juntos.

¡Yo lo digo! – respondió burlón para dejar de prestarle atención a sus amigos y ver al arquero – Bienvenido, otra vez, Bo.

¿Quiénes eran?

Solo unos amigos que andan de rebeldes. Son más agradables cuando están solos que cuando están juntos, créeme. ¿Nita esta contigo? – como respuesta escuchó un grito de la pequeña que luego lo abrazó fuertemente – ¡Hola, Nita! ¡Te ves genial así! – la acaricia alborotando sus pelos.

¡Si! ¡Nita es genial! – estira sus brazos hacia Brock queriendo ser alzada por él – ¡Genial como Brock! – una vez que el mayor la sostuvo entre sus brazos, le dio un abrazo asfixiante – ¡Gracias por salvar a papá!

No fue nada. – habló casi sin aire sintiendo un enorme alivio cuando Nita lo soltó, como se movía demasiado la volvió a dejar en el suelo – Anda, no dejes solos a tus amigos. Yo cuidaré a tu padre.

Apenas volvió a pisar el suelo desértico fue corriendo con los demás jóvenes. Observó a Bo que mantuvo su mirada en su hija hasta que se fue. Shelly y Colt seguían conversando sin prestarle atención, eso le daba más seguridad para hablar libremente con el más alto.

¿Planeas quedarte otra vez? – preguntó contento esperando que fuera así.

Aun no lo sé – notó que los ánimos de Brock decayeron un poco. Al igual que con Nita, no pudo simplemente negarse – Últimamente lo he estado pensando demasiado.

¿Eso es un si? – dijo ilusionado.

A Nita le gusta este lugar, más que nuestro hogar. Quizás comencemos a visitarte más seguido. Puede que termine de convencerme.

– ¡Wohoo! ¡Genial! ¡No vas a arrepentirte! –

Hablas como si ya hubiera aceptado. – inconscientemente sonrió por la actitud del más bajo.

¡Porque daré lo mejor de mi para que te quedes aquí! ¡Cuando vivas aquí podré usar esas flechas explosivas cuando quiera! Vas a enseñarme, ¿No? Yo puedo enseñarte como usar esta preciosura. – dio dos palmaditas a sus lanzacohetes.

No es necesario. Un día de estos te enseñaré a usarlo.

¿Mañana?

Mañana tengo demasiado por hacer, el tiempo libre que tengo es lo que tardo en venir aquí.

¡No hay problema! Iré yo allá para la practica. Si vas a estar ocupado no podrás cuidar de Nita al mismo tiempo. ¡Seré el mejor niñero que haya tenido!

Espero que vayas temprano.

Claro que si. Por cierto, ¿Dónde se quedará Nita?

Pam y Piper me dijeron que cuidarían de ella.

Ya no desconfías tanto de nosotros, la dejas ir sin preocuparte tanto. Vamos progresando. Aprovechando que estas libre ahora, ¿Quieres que te lleve a conocer el lugar?

¿A dónde iremos? – preguntó curioso.

¿Alguna vez has estado en un bar?

No. –

Allí iremos.

En el bar del pueblo, fueron atendidos por Barley. El robot se tomó el tiempo para registrar al nuevo luchador mientras anotaba sus pedidos. El de pelo largo no podía dejar de observarlo curioso por como funcionaba.

Fueron a su mesa. De camino, Bo notó que Brock era conocido por todos los que estaban allí. Cada vez que cruzaban con alguien le hablaban y él respondía alegremente con gestos. Incluso fue saludado por el grupo de motociclistas con los que hace poco se había enfrentado. Aun así, no se despistó y se mantuvo cerca del arquero.

¡No te creo! ¿Nunca antes has tomado alguna bebida alcohólica? ¿Ni una sola? Barley aquí es el mejor preparándolas. Seguro que te gustarán. – habló Brock mientras ambos se sentaban en una de las mesas desocupadas – Mientras esperamos, ¿Por qué no nos conocemos mejor?

No tengo idea de que preguntar.

Esta bien, entonces yo empiezo. – tomó un corto tiempo para pensarlo – En el tiempo que te conozco nunca te pregunté tu edad. Así que ¿Cuántos años tienes?

Treinta años ¿Y tu?

¡Agh, Casi! Pensé que tenías treinta y tres. Yo tengo veintitrés. – varias preguntas se le vinieron a la mente pero por su traviesa curiosidad se decidió por una – ¿Alguna vez te has enamorado? ¿Tienes algún amante de quien no sepa? – notó como de la vergüenza las mejillas del nativo se teñían ligeramente de rojo.

No, nunca me di tiempo para ese tipo de cosas. Tampoco llegué a conocer alguien que me interesara como para formar una familia. – evitó hacer contacto visual con el de piel más oscura.

Por lo que acabo de escuchar, debes de tener planes. Me gustaría decir lo mismo pero nunca he llegado a tener una pareja estable. Prefiero decir que hay un poco de Brock para todos.

¿Con cuantas personas has estado?

Ahora que lo dices… no lo sé, con muchas. Algunas duraban horas, otras duraban días y, muy pocas, semanas. No me quejo, fue bueno mientras duró. – se inclinó apoyando sus codos en la mesa, comenzó a golpear cada dedo contra la tabla creando un ritmo agradable para sus oídos hasta que se dio cuenta que Bo lo observaba con asco – ¿Qué? – preguntó sonriente sabiendo la razón de su molestia.

No lo entiendo, es imposible amar a tantas personas. Me haces creer que estuviste con todos los del pueblo. – habló asqueado.

Algo así. – miró al nativo que aun lo miraba con desagrado – No sé cual sea tu forma de verlo pero si. Anduve con mujeres, con hombres, con personas unos pocos años mayor o menor a mi… incluso estuve un tiempo con Colt, entiendo perfectamente a Shelly. – comentó recordando a su amiga. Tardó pero notó que había perdido a Bo al hablar de más – Lo siento, ¿Tienes alguna pregunta?

Luego de esto, no sé que decir.

¡Vamos, amigo! Es algo bastante normal aunque no lo creas.

En tu caso, lo dudo.

Bueno, si. Quizás tenía demasiado tiempo libre, – mantuvo una mirada coqueta sobre su compañero – pero hay veces en las que no me puedo resistir a admirar lo encantador de otras personas.

Interrumpiendo con su charla, Barley deja el pedido en la mesa. Bo tomó uno de los vasos para observar el liquido desconocido que contenía sin prestar atención al robot y al de gafas.

El sonido de la conversación cambió, Brock quiso saber más so re el lugar donde vivía el arquero. Despreocupado, tomaba lentamente el contenido de su vaso mientras prestaba atención, Bo hablaba más cuando no preguntaba y no hablaba.
Al ver que no había tomado ni un trago de la bebida que acababa de pagar, lo interrumpió. Por la insistencia del menor, Bo tomó un pequeño sorbo, apenas sintió el sabor, dejo el vaso en la mesa y lo alejó sintiendo ganas de escupir lo poco que había tomado al no ser de su agrado, no lo hizo por respeto al bartender. Escuchó a Brock reír a carcajadas, su risa le daba gracia pero se contuvo. Al final, su bebida fue tomada por el más joven.

Aunque hubieran terminado lo que habían pedido, se quedaron allí un rato más. El de pelo corto, inquieto, no dejaba de contar anécdotas que el moreno no se negaba y adoraba escuchar. Aun cuanto más entretenedor fuese, en un momento de la conversación, dejó de hacer caso a sus palabras al estar perdido en contemplar cada parte de él. Siempre sonriendo, atento, hiperactivo, guiando y acompañando al arquero alegrándolo con su buen humor. Era el contacto más cercano que Bo había tenido con otra persona aparte de su hija, era deleitoso. Por primera vez en toda su vida sintió el deseo de besar a un hombre.

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