Capítulo 4

Apuesta

Se encontraban afuera del colegio. Eran casi las 2:00 de la tarde, por lo que el sol estaba llegando a su punto más alto, en donde el calor era cada vez más insoportable.

Yacían sentados en la banqueta, esperando a que todos salieran y, de esa manera, tal vez podrían salir con alguien a dar la vuelta por alguna parte.

El timbre sonó, dejando ver a un profesor que abría el inmenso portón del instituto y dejaba salir a los alumnos. Cuando éste apreció la presencia de los tres amigos, la mueca de disgusto no se hizo esperar.

Iban demasiado seguido allí, que ya todos los conocían: el rubio, el castaño de barba y el enano tatuado.

No pasó mucho tiempo cuando la tranquilidad se esfumó en presencia del grupo de amigos que siempre los seguían.
Se trataba de Jamia, Lindsey, Alicia, Ryan y James. Aunque solían estar con otros más, ellos eran como los "inseparables".

Se posaron delante de ellos, saludándoles.

— ¡Dame eso! —Frank arrebató el cigarrillo que Lindsey le había quitado.

— ¿Nos llevarán a algún lado? —Fue el turno de Alicia.

— Quizá... —respondió el rubio.

— ¿Frank —Jamia se giró hacia el tatuado, esperando una respuesta de él.

— No lo sé, creo que mejor iré a casa. —Se encogió de hombros.

— ¿Y si vamos a mi casa mejor? —murmuró Jamia, en tono seductor, acercándose un poco más a Frank.

— No me interesa el sexo contigo, Jamia. —Respondió directo—, sabes que no suelo acostarme con la gente más de una o dos veces.

Ella bufó, alejándose de él y yendo con Ryan, quien estaba igual de atento que todos mientras Matt les platicaba algo.

Frank estaba por irse, cuando la mirada fija de todos estaba en él. Se giró, volviendo a ellos.

— ¿Qué?

— ¿Es cierto que conoces actores porno? —preguntó Ryan.

El tatuado se volteó hacia su amigo castaño, fulminándolo con la mirada.

— Sí, y ahora si me lo permiten, me largo. —Exclamó.

— ¡Espera! —Gritó Jamia, tomándolo del brazo, por lo que se quedó quieto—, sabemos que también conoces a Gerard, así que te tengo una propuesta, y sé que aceptarás.

El tatuado alzó una ceja, no comprendiendo todo— ¿Qué propuesta?

— Mira —habló lento—, si logras acostarte con él en un cierto periodo de tiempo, ganas, y eliges lo que quieras.

Frank rió, pensando en ello.

— Pero si no lo consigues... —continuó Jamia—, y yo gano, deberás participar en una orgía, o un trío, o un cuarteto, dependiendo. —Y sonrió, arrogante.

Las caras de sorpresa no se hicieron esperar, seguidos de varios comentarios como "estás loca, Jam".

Frank permaneció en silencio unos momentos, analizando los posibles resultados de esto: Si logra tener sexo con Gerard, él gana; y si pierde, tendrá sexo de igual forma. Viéndolo desde ese punto, no tiene absolutamente nada que perder.

— Trato hecho. —Dijo, decidido, por lo que la atención de todos regresó.

— ¿Qué vas a querer si ganas? —preguntó Lindsey.

— Lo pensaré, luego les digo —respondió, a lo que los demás asintieron—, ¿con quién sería el sexo si pierdo?

— Si es trío sería con Lindsey y conmigo —Jamia sonrió, siguiendo—, si es cuarteto, Alicia se nos une; y si es orgía, pues quien quiera.

— Ah, claro, y a James y a mí no nos incluyen —interrumpió Ryan, indignado.

— Si quieres luego lo hacemos —dijo Frank, riéndose, recibiendo como repuesta el dedo medio de Ryan y James, éste último haciendo la primera acción en todo el rato que llevaban ahí; él se había mantenido callado.

— ¿Cuánto tiempo tengo para lograrlo? —preguntó Frank.

— Un mes y medio —respondió Jamia, sonriendo.

— Bueno, me voy —el tatuado se despidió, deteniéndose frente a Bob y Matt—, gracias por contar lo que les platico. —Dijo con sarcasmo.

— ¡De nada! —gritaron al unísono.

El tatuado caminó hacia su casa. Tenía que idear una forma de lograr su objetivo, o quizá no necesitaría hacerlo, quizás con su encanto sería suficiente; y es que no era egocéntrico o algo similar, pero debía reconocer que feo no era, y bueno, incluso podría decir que tiene talento para ligar.

Y es que, analizando la situación, tener sexo con un actor porno sería lo mejor que le podría pasar. Ser actor porno era lo mismo que ser prostituto, sólo que al llamarse "actor" no sonaba tan mal, pero era lo mismo.

Llegó a casa, siendo recibido por su madre, quien apenas lo vio, exclamó:

— Tu padre dijo que fueras por él a donde estaban grabando. En la mañana se había ido con el señor Urie y ahora ya no podía regresarse.

— Ya voy —bufó, yendo al auto. Arrancó y se apresuró a llegar.

Eran casi las 3:30 de la tarde, quería comer, descansar... No estar acá.

Se detuvo frente al señor que cuidaba la entrada del lugar, diciéndole su nombre. Éste le sonrió y lo dejó pasar; llevar el apellido Iero tenía virtudes.

La escena que sus ojos captaron al instante, le provocó sensaciones mezcladas, esto era sencillo: Gerard sobre una chica castaña, penetrándola fuerte, ambos gimiendo de forma exagerada. Se podía apreciar el sudor en el pecho de Gerard, estando completamente desnudo.

Se quedó estático por unos momentos, hasta que Gerard salió de ella, se levantó y se colocó su bóxer y un pantalón corto ajustado, que delineaba perfectamente sus piernas y su trasero.
Extendió su mano a la chica y la ayudó a levantarse, donde ella le murmuró algo en el oído, y entonces él le ató de nuevo el sostén.

Frank salió de su trance en donde no supo si fue excitación, sorpresa o qué demonios lo dejó en ese estado y caminó los pasos que le faltaban hasta llegar a su padre.

— Hola —sonrió—, ¿qué tal quedó la escena?

— Bastante... —se rascó la nuca— ...bien.

Su padre le sonrió, volviendo a platicar con el escritor.

Por lo visto, aún no nos iríamos, pensó Frank.

Decidió sentarse en el suelo, recargado en la pared. Se puso en ovillo y colocó su cabeza entre sus rodillas, cerrando los ojos.

— Oye —una voz irrumpió su calma, por lo que levantó la mirada, quedando en shock cuando vio quién era—, ¿podrías traerme una botella de agua?

Asintió enérgico y fue por una, en el pequeño refrigerador que se encontraba en el otro extremo del lugar.

Corrió nuevamente hacia Gerard sin entender completamente por qué se emocionaba así. Le extendió la botella, y le sonrió cuando el pelirrojo le dio las gracias.

Se sentó nuevamente, e iba a ponerse en la misma posición si no fuera porque cierto hombre lindo se sentó a su lado, rozando sus brazos.

Tomaba agua con desesperación, mientras Frank no paraba de mirarlo.

Entonces giró su rostro, y lo miró de vuelta, sonriéndose mutuamente...

×~×~×~×~×
A partir del próximo capítulo, empieza lo bueno. 7u7

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top