Parte 1 Sin Título


Parte del drabble de intercambio, espero que a la persona que me tocó le guste.. xd. 

Un saludo. 

Apenas habíamos salido hace una semana, él era mayor que yo muy lindo, de cabello plateado, ojos azules y sonrisa traviesa. Era extraño al principio fui yo quien se le había declarado, y él me había dicho que no pero después me mandó una carta diciendo que quería verme. Al principio noté que ese mamarracho se estaba pasando de listo, tenía todas las bases era nada más ni nada menos que Víctor Nikiforov, el excelente patinador artístico sobre hielo. Fuimos compañeros él y yo, durante varios años, él me vio cuando tenía seis años, que él me viera significó todo para mí, me miraba, me dio ánimos para salir adelante, mi corazón era un ritmo del tambor cuando él poso sus ojos en mí. Víctor y yo estuvimos mucho tiempo practicando juntos en el hielo, cuando yo le confesé mi amor él me dijo.

- Es natural que te sientas así.

- Pero yo te amo-.

- Es temporal.

Intente reprocharle decirle que "el amor no era una cuestión pasajero", pero no me creyó, me dijo que se me pasaría. No confíe en aquellas palabras tan estúpidas, casi podía jurar que él me quería de la misma forma como yo a él. Pero por qué no me correspondía, yo no me rendí ante esa figura dionisiaca, si Víctor quería un empujón yo se lo daría con gusto. Después de una de nuestras coreografías yo decidí a decirle con total descaro lo siguiente.

- Me gustas. Por favor sal conmigo.

- ¿salir contigo? Dijo él de forma sarcástica.

- Por favor, no es pasajero lo que siento por ti.

- ¿en serio? Inquirió Víctor de forma más curiosa.

- Te lo puedo jurar. Sal conmigo

Víctor se quedó estático no comprendiendo, pero finalmente se acercó a mí y puso su mano encima de cabeza. Yo me sonrojé, no sabía cómo reaccionar ante dicha situación, pero quise mantenerme firme. Si había algo que me habían enseñado a través de los siglos en el hielo, es que no debía mostrarme débil ante nadie, si alguien iba a salir adelante, iba a ser yo. Me vale la humillación ni que Víctor me tomara por imbécil, le dije que me gustaba y eso era todo. Observé los ojos de mi coach, estos eran dulces y casi amorosos pero su boca dijo otra cosa.

- Claro, por qué no.

¡Por qué no! ¡Por qué no! ¿Eso es todo lo que tenía para decirme? Un estúpido por qué no, como si fuese un juego, un estúpido juego mis sentimientos. Quise gritar pero él cogió mi mano y me llevó a su casa e hicimos el amor. Me sentí en la gloria, pero esas interacciones íntimas tenían un defecto, él no me besaba, nunca recibí un beso de su parte. Ni siquiera en esa semana que llevábamos estando juntos, ni un solo beso. ¿por qué? Me preguntaba siempre.

Obvio que se lo pregunte muchas veces pero Víctor trataba de ignorar el tema en cuestión, por un momento pensé que me estaba engañando con otro u otra, pero no cada vez que Víctor se le acercaba un fastidioso como ese tal Yuri Katsuki, él lo detenía y le decía amablemente: "lo siento, tengo novio"-. Entonces si me consideraba como su pareja, se mantenía fiel a mí y a mis sentimientos, eso me aliviaba un poco pero por otra parte el hecho de que Víctor no me besara ni en público ni en privado me hacían dudar. Si esto seguía así yo terminaría cortando mi relación con él, no valía la pena si los amantes no se besaban, un paso tan básico como una bailarina de danza árabe que comienza a bailar y tocar el baladi. Algo que Víctor o no quería entender o prefería jugar a los novios. Si estaba haciendo esto último no era más que un canalla el cual no merecía mi afecto, y yo estaba de acuerdo con el dicho que decía: "mejor solo que mal acompañado".

Aquella tarde Víctor me había citado en un parque de diversiones dijo que tenía algo especial para darme. Le dije que no me interesaban otras de sus tonterías, pero él estuvo mandándome cartas y mensajes en el celular toda la semana, acepté finalmente. Ése día me puse una camisa de tigre, unos lentes de sol, y el cabello rubio amarrado a una cola de caballo. Llegué al parque Divo Ostrov, un parque acuático, extraño lugar de parte de Víctor. Pero en fin, cosas de él, supongo. Me presente como de costumbre y me senté en una de las bancas del parque, viendo a los niños jugueteando en el agua, una pareja paseando por el parque con un helado. Espere y Espere finalmente una voz conocida me sacó de mis pensmaientos.

-¡Ehh! Yurio.

Vi a Víctor llegar con un peluche de un caniche, una gorra de foca, vestido con sus ropas informales. De nuevo sonriendo con esa descarada sonrisa, tan falsa, la cual me daba ganas de darle un golpe en la cara ésa de niño bonito que se cargaba. Pero me controle, si íbamos a llegar algún término sería solo bajo los míos. Sin más Víctor se sentó y me ofreció algodón de azúcar, lo rechacé e hice un puchero.

- Qué te pasa Misifuz

- Ya deja decirme así.

- ¿Qué? Dijo Víctor desconcertado-. Yurio ¿te ocurre algo?

- ¿Ahora te quieres hacer el inocente? No te hagas el tonto. Tú sabes perfectamente qué me pasa.

- ¡Ah sí! Bueno vuelve a ilustrarme para que entienda.

- Mira a esa pareja-. Señalé dirigiendo mi dedo hacía un chico y una chica que compartían un beso, y él le tomaba de la cintura. Víctor la miro con pereza, y luego con su mano como si quisiera espantar alguna mosca dijo.- ¿Qué con ellos?

- Que ellos tienen algo que nosotros no tenemos. Y eso se llama un simple beso-. Durante esta semana que salimos juntos no me has dado ni un miserable beso. ¿es qué acaso no significo nada para ti? Ni cuando hacemos el amor me besas.

Víctor se sorprendió ante tal comentario, y por primera vez de su cara perfecta se borró aquella sonrisa tan descarada que lo caracterizaba. El hombre de cabellos grises posó su mano sobre su platinada cabellera y dijo.

- Yurio tú nunca has besado a nadie ¿verdad?

- Qué, a qué te refieres por supuesto que...

- No mientas, sé que nunca has besado a nadie.

Mis mejillas se sonrojaron, cómo intuía Víctor esa parte oscura de mi vida, es verdad, nunca había besado a nadie. Pero qué con ello, Víctor debió haberme dado mi primer beso cuando recién empezamos a salir. Víctor se quedó en silencio y dijo con aquellos ojos azules que parecían taciturnos.

- La verdad es que cuando te dije que empezáramos a salir, quería darte algo muy especial. Sé que toda la vida la habíamos dedicado al entrenamiento, y que tú nunca habías salido con nadie además de mí.

- ¿y qué con eso?

- Quería que tu primer beso fuera algo especial.

- Víctor eres un descarado.

- No en serio. De hecho, siempre me gustaste..

- Si siempre te gusté, ¿por qué cuando yo me declare a ti me dijiste que era una cosa pasajera y que ya se me iba a pasar?

- Me sentía inseguro de nuestra diferencia de edad. Pero tú no dejabas de insistir en que fuéramos novios. Al final acepte, y ésta semana ha sido la más hermosa que he tenido. Y la quería culminar de forma especial. Porque quiero que sigamos juntos.

- ¿Estás de joda? Pregunté escéptico.

Víctor se me acercó, y puso su frente sobre la mía, me tocó con sus pálidos dedos mi cabello rubio. Su respiración me daba cosquillas, de forma involuntaria me dejé llevar por la figura de aquel adonis que era mi coach y mi novio. Sin que yo lo percibiera, Víctor me dio un beso, su lengua se fusión con la mía, era tan especial, tan único. Con ese simple beso me di cuenta de las verdaderas intenciones de Víctor, él quería prepararme para ese beso tan anhelado, hacer ese momento especial tanto para él como para mí. Finalmente lo entendí, porque ese beso se sintió como el universo mismo, tan grande, fresco y mágico. Esa gloria que solo Víctor y yo íbamos a compartir para siempre. A partir de ese día, Víctor y yo compartimos muchísimos besos y nuestras sesiones íntimas culminaban en un beso de los dos, abrazándonos y amándonos. 

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