12. FINALLY YOURS


OST: You're Beautiful by James Blunt/I don't know you by The Rose/ Life Goes On by AgustD

🎧ACRÍLICO🖌

La nieve cae como un místico manto y el sentido común nos obligaría a imaginar una chimenea alrededor de la que se congrega la familia para celebrar Navidad. Sin embargo, Park Jimin está al aire libre, justo en medio del lugar que menos hubiera asociado con una boda.

—¿Recuerdas la noche en la que Tae y JK se casaron?

Una voz familiar susurra a su espalda. Las personas alrededor describen otra vuelta sobre el hielo de la pista de patinaje que Hoseok ha rentando para darle la vuelta a una broma.

—La maldición del ramo… Hoseok fue el elegido de aquella noche…

Las mejillas de Jimin se colorean más. Yoongi sonríe aún cuando su prometido no le puede ver. Taehyung y Jungkoook pasan de largo, burlándose de la manera casi octogenaria en la que sus primos patinan.

El doncel de ojos azules se encoje de hombros hasta que percibe la ausencia de las manos de su amado en la cintura. En su lugar llegan unas mucho más pequeñas a dejarlo a oscuras.

—¿Quién ha venido?

Pregunta Jimin conteniendo una carcajada. Jun frunce el ceño pero Yoongi está allí para separarlos hasta que el pequeño queda agarrado a las rodillas del pelinegro.

—No es grashoso

Se queja con su manía de cambiar las letras. Bajo las luces de la pista de patinaje, parace hecho de nieve. Un curioso muñequito de nariz sonrojada y mejillas a juego. Jimin no resiste hasta que lo alza en brazos.

—Era una broma inocente. Sabía que eras tú, bebé… ¿Cómo fue la lección de patinaje con tus tíos?

La alegría vuelve al rostro del menor. Yoongi patina alrededor de ellos, convencido que deberá reservar para que Jun suelte a su otro padre.

A lo lejos contempla a Hoseok, rendido entre los brazos de Lily, la pelirroja que funge como su secretaria desde hace cuatro años.

Su tía Ara, molestando a su esposo y sonsacando información para ejercer sus artes de Cupido Invernal. Casi al borde de la pista, sus padres le sonríen sosteniendo las manos. Esa expresión de orgullo y alegría contenida porque ahora saben de la "gran noticia."

Yoongi exhala y su aliento crea otra voluta de humo en medio de la noche invernal. La música en la pista cambia. No puede precisar en qué momento, sus primos han regresado con Nam y Jin para hacerse cargo de un sonriente Jun.

Pronto unas manos enguantadas le rodean la cintura. Yoongi vuelve a inhalar y exhalar. El aire frío de la Navidad tiene notas de lavanda y comprensión. El color del invierno ahora es azul mientras la voz de Justin Timberlake le recuerda un interludio en su cocina.

Jimin se mueve para quedar en su campo visual. No le ha soltado mientras persigue su mano y lo invita a trazar figuras al ritmo de Mirrors… Son realmente así, el espejo del otro. La realización de un futuro donde las promesas han de cumplirse.

—Te amo…

Susurra el de ojos azules y Yoongi no puede estar más de acuerdo con la letra de la canción cuando su otra mitad se apoya en su pecho.

"Coloca tu mano en la mía y verás que no hay otro sitio al que tengamos que ir. Solo mírame, como un espejo que refleja mi alma, solo tenemos que ser fuertes. Eres el amor de mi vida…"

Las letras ajenas se escuchan mejor en el bajo arrullo de Yoongi sobre los rizos pelinegros de su chico.

"Te amo, te amo, cuánto te amo…"

Repite Jimin en su mente mientras desea que aquel abrazo sea eterno, que logre curar la soledad que por tanto tiempo los conectó a los dos.

La canción termina, pero ellos se siguen moviendo, su mundo no ha dejado de girar, sus ojos no han cesado de encontrarse mientras su corazón es uno solo.

La sonrisa de encías rosáceas de Yoongi se hace perceptible antes de acariciarle la nariz con la suya a Jimin.

—Vamos a casa.

Son esas simples palabras que los demás podrían interpretar como vacías, las que incrementan el revoleteo de las furiosas mariposas dentro de ambos.

Taehyung perdió la apuesta esa noche. La boda de su primo aún estaba por llegar mientras otro milagro crecía en el vientre de Jimin.

🎧ACRÍLICO🖌

Siete meses después

—No deberías estar tanto tiempo de pie. Si Jin te atrapa se va a molestar y con toda la razón del mundo.

Jimin resopló. No le veía tanto problema a colocar sus libros en las estanterías de la nueva biblioteca de su casa. Yoongi como siempre, exageraba.

—Si por ustedes fuera estaría dentro de una urna de cristal. Mortalmente aburrido…

Un puchero adorable se dibujó en su rostro. Con ocho meses de gestación, el joven doncel desafiaba a las leyes de la biología para traer a la superficie otro tipo de belleza.

Gracias a lo prominente de su vientre no podía usar pantalones ajustados o sudaderas, así que Yoongi se había dado gusto al elegir una colección de cómodos camisones con pantalones de cintura ajustable.

Los primeros meses Jimin ignoró olímpicamente el hecho de que ganaba peso, para ese entonces aún podían compartir cama para algo más que dormir, pero después del incidente en el que fue diagnosticado con amenaza de aborto al inicio del segundo trimestre, pues ahora se las arreglaba para recriminarle a Yoongi no cubrir sus otras necesidades porque estaba muy gordo.

—Prefiero que te aburras a que te lastimes. Hora de las prenatales, señor Min.

Jimin soltó el aire que contenía para mirar mal a Yoongi. Las malditas vitaminas junto a un cuenco de fresas lo esperaban sobre la mesa del escritorio.

—Si no fueras tan guapo… creo que llegaría a odiar cuando te comportas así…

—Suerte que según mi esposo soy el hombre más apuesto de toda Asia.

Bromeó el mayor antes de separar el sillón de cuero tras el escritorio y con delicadeza ayudar a Jimin a llegar a su regazo.

—Para mí eres el más hermoso del universo. De mi universo, para ser exactos…

Argumentó Jimin mientras movía sus pies y se esforzaba por comer otra fresa. Yoongi lo besó en el hombro y procedió acariciar el vientre de su pareja por encima de la suave tela del camisón.

Jimin no sabía cómo había sido el embarazo de Jun, y sinceramente no quería tener imágenes de su esposo siendo la mitad de lo cariñoso que era con esa bruja de Min Ji, pero no podía dejar de estar sorprendido con la sensibilidad de Yoongi.

Incluso antes de saber que estaba esperando, la especie de fascinación del mayor por tocarle el vientre, por hacerle saber que su cuerpo había cambiado lo enamoró si es posible un poco más.

Yoongi era un padre excelente, un amante devoto y un hombre excepcional. Jimin a veces se sentía abrumado por tener tanta suerte. Quizás le echara la culpa a las hormonas por sus explosivos arranques de lágrimas, pero era la verdad. El amor de Yoongi por él y la familia que estaban construyendo era el centro de su mundo.

—¡Miren quién aprendió a cazar conejos!

Tanto Jimin como su esposo abrieron los ojos como platos al contemplar a un mugriento muchachito con una sonrisa donde faltan cuatro dientes. El doncel fue el primero en reaccionar.

—¡Min Jun Young! ¿Se puede saber qué significa esa facha?

—Papá… el tío Kookie…

—¡Y tú!—señaló Jimin a su primo—¿Cómo te atraves a permitir que mi hijo juegue con  los conejos de la reserva cuando sabes que le pueden hacer daño?¡Taehyung!

Bramó Jimin y no pasaron ni tres segundos cuando un agitado castaño llenó el umbral de la biblioteca. El delantal que traía el esposo de Jungkook delataba sus esfuerzos por hornear algo decente con que impresionar a la familia en el picnic por la inauguración de la nueva casa.

—¿Qué demonios hiciste ahora Kook?

—Demonios….

Repitió Jun y Yoongi fulminó con la mirada a su primo. Tae se golpeó la frente antes de esbozar una dulce sonrisa para Jun.

—Unicornios bebé, el tío Tae dijo unicornios…

—Pero… Auch…

—Llévate a tu esposo el salvaje y de paso dile que tiene prohibido jugar con mi hijo hasta que reflexione.

Ordenó Jimin tirando del brazo de Jun. Taehyung hizo otro tanto mientras arrastraba a Jungkook por una oreja. Yoongi puso los ojos en blanco. Todos estaban locos allí, adorablemente locos.

Las protestas de su hijo y los regaños cariñosos de Jimin lo guiaron al cuarto de baño de la nueva habitación del niño. Por lo menos el doble de grande que la que tenían en el departamento de Seúl. La decoración de aeroplanos sobre el papel tapiz azul cielo hablaba de la influencia de Jimin en cada ínfimo detalle de su nuevo hogar.

—Lo siento papi, no volveré a preocuparte a ti y a mi hermanita ¿Ya no estarás enfadado conmigo?

Jimin era débil. Eso lo sabía bien. Pasó la esponja una vez más por la delicada espalda de su hijo mayor y suspiró.

—Es imposible que papá se enoje contigo, bebé. Pero no quiero que te expongas al peligro. Tu tío es el adulto y resulta que…

—Tío Kookie es tan divertido. Me dijo que estaba muy orgulloso de ti. Aún no sé muy bien qué es "orgulloso" pero yo creo que es lo mismo que amor. Appa me dijo que tú me amas y él a nosotros. Así que yo también estoy orgulloso de ti, papi.

La esponja se deslizó entre los dedos de Jimin. Pobremente intentó mantener a raya las lágrimas pero Jun se dio cuenta. Después de todo era el hijo de su padre.

—¿Lágrimas por estar feliz?

La voz infantil resonó en la estancia. Una pompa de jabón aterrizó en la sonrojada nariz de Jimin antes que el propio niño la hiciera explotar. Una nueva sonrisa creció entre ellos.

"Sí, bebé, contigo solo lágrimas de felicidad."

Yoongi negó, aún seguía repasando las razones por las que su vida era tan perfecta cuando el timbre de su celular lo sacó de tales cavilaciones.

—¿Sí? Estupendo, déjelos en la parte trasera del establo. Estare allí dentro de unos minutos.

Cortó la llamada para descubrir las manos de su esposo en su cintura. Jimin aspiró el aroma almizclado con toques de la loción para después del afeitado del de ojos color ámbar antes de besarle el cuello.

—¿Mi sorpresa?

Murmuró con coquetería. La risa ronca de Yoongi mientras lo giraba entre sus brazos como si se tratara de un muñeco de porcelana no se hizo esperar.

—Tu sorpresa…

Los labios se unieron en otra promesa. Jun sonrió antes de terminar de ponerse la sudadera que Jimin había escogido para él.  Pronto cumpliría cinco, ya era todo un niño grande y con suerte hermano mayor mientras esperaban por  la llegada de su hermana.

—¿Yo también puedo ir a ver la sorpresa de papi?

—Ya se me olvidaba que eres un entrometido…

Resolvió el mayor de los hombres Min antes de revolver el húmedo cabello de su hijo. Una de las ventajas de comprar una propiedad con suficiente terreno a la afueras de Seúl, era contar con espacio de sobra para airear aficiones como la agricultura, o el secreto deseo de Jimin de aprender a montar.

Para otros podía ser excéntrico, para Min Yoon Gi era más importante hacer a su familia feliz. De esa manera, solo les faltaba terminar de acomodar la biblioteca y disponer el sistema de seguridad de los invernaderos. Al menos en eso, el doncel podía contribuir.

A solo unos setencientos metros, la casa de veraneo de los Jeon regentaba un pequeño embarcadero donde los platos se remojaban las plumas con renovada alegría. La naturaleza y la mano del hombre se mezclaban en un equilibrio que la nueva generación de los Min se encargaría por preservar.

El huerto que comunicaba ambas propiedades estaría bien surtido durante todo el año. Limoneros, plantas de mandarinas y naranjas chinas ya insinuaban sus flores para prometer una cosecha abundante. Las fresas que tanto parecían calmar a Jimin y al bebé que esperaba procedían de esa tierra.

Yoongi sonrió complacido mientras los dos pura sangre y un poni eran llevados al establo por los empleados del servicio. Sus padres no tardaron en llegar. Incluso los Park habían acudido con sus respectivas familias. Jimin se dejó abrazar por su hermana.

El doncel apreciaba demasiado su nueva vida como para concentrarse en la heridas del pasado. Aún así aceptó las disculpas de su familia por años de silenciosa marginación, por alejarlo cuando debía haber tenido más apoyo y compresión.

Algo similar sucedió con Yoongi, quien acabó confesando que había vivido bajo mucha presión por satisfacer el ideal del hijo perfecto o del hombre de negocios que debía ser. Eran tiempos de cambios, crecimiento y aceptación, eran tiempos para abandonarse al calor de la familia y sonreír desde el corazón.

—¿Listos? Voy a poner la cuenta atrás en la cámara…

—Apresúrate Kook o quedarás fuera de ángulo.

—Si Hobi no habla revienta.

—Pero tiene razón, muévete Nam, mi rostro tiene que verse y el de mi bebé también.

—La cámara está muy lejos para eso Jinnie.

—Por Dios…

Jimin negó mientras todos esperaban por la señal de Jungkook. El obturador emitió varios ruidos y el flash de la lente los cegó. Aún así, sabía que su mirada no estaría al frente donde todos sonreían para la posteridad.

No, los Min, justo en medio de la comitiva que descansaba sobre el césped, compartían una mirada cómplice mientras besaban las mejillas de su primogénito.





THE END





ACRÍLICO

A story by AworldIH

Writing line: 2024.06.03-2024.08.24

All Rights Reserved

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top