Soy recolector de lágrimas, papá de las penas, Tristán del triste. No me molestaba ser llorón, ser el que recolecta las lágrimas, el compañero de los tristes y llorar con ellos; pero hay quienes llevan la pena como ropa y la tristeza de cinturón. Caminan diariamente por el valle de la depresión.

Me ahogo en un mar de lágrimas, nado en un océano de afligidos que no se mueven de un animo, pues sus emociones han muerto en el entristecido y el estresado.

Al valle de la depresión le han construido muchos caminos de entrada y salida, que lo han convertido en un laberinto muy difícil del salir: es extenso, angosto como un agujero negro ni un rayo de luz entra en ellos.

He querido hacer del héroe al hablarle a esas almas en penas, pero ninguna palabra u oración es lo suficientemente dulce como para animar tan triste corazón, o para aliviar su dolorosas heridas; cómo hacer del héroe con quienes el villano fueron seres que albergaron el mejor lugar de su corazón, donde plantaron su profundos dolor.

Soy hada Tristán, papá de las penas, Tristán del triste. No me molestaba ser como pequeño, y llorón, ser compañero para los tristes, porque me gusta limpiar las lágrimas de los tristes, pero hay quienes que viven con las penas y el dolor, su tristeza inunda a cualquier corazón que pena que nadie abrace fuerte aquel Triste.

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