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Narrador Omnisciente

Alana Evans, una encantadora
joven de mirada penetrante
y cabellos claros como el sol, era una licántropa que vivía en perfecta armonía con su manada al oeste de Nueva Orleans. Criada en
un entorno lleno de amor y
compañerismo, vivía una vida llena de alegría y felicidad.

Siempre tuvo una relación
cercana con sus padres,
quienes sin duda eran su apoyo
incondicional. Su padre, James, era un hombre serio pero cálido, dedicando la mayor parte de su tiempo como el curandero de la manada, ayudando a todos en ella. Mientras tanto, su madre,Catherine, era una mujer enérgica y alegre, siempre dispuesta a escuchar y cuidar de Alana en cualquier situación. Siempre dicen que en una buena relación debe estar el loco dispuesto a morir y el serio tratando de evitar eso.

Desde pequeña Alana jugaba con los pequeños de su manada, en especial con Seth, el pequeño hijo del Alfa Lauden. Con el creo un hermoso lazo de hermandad. Aunque lamentablemente sin la aprobación de sus padres.

— El es el hijo del Alfa y tú eres nuestra hija, y sabes perfectamente lo que pasaría si un... —

— Si un lobo se juntaste con los alfas. Lo sé mamá —

Alana era feliz con lo que era y con lo que tenía. Sin embargo siempre le falto algo...

Sus días eran felices y energéticos. Jugar, comer y dormir eran sus únicas preocupaciones en ese entonces...

Pero si comparamos el ahora con el antes, sin duda encontramos una gran diferencia...

Pov's Alana

Seth y yo nos encontramos en el bosque, lejos de la manada, en nuestro lugar de entrenamiento.

La manada no nos puede ver juntos, mucho menos su padre, el queridísimo y respetado Alfa Lauden. Sin embargo una de las cualidades que ambos tenemos es que muy pocas veces obedecemos órdenes.

— Vamos Seth — movía su cuerpo con el bastón de entrenamiento para que se levantara.

— Vimis Seth — me imitaba mientras se levantaba de mala gana y se ponía en posición para atacar.

— Te juro que vuelves hacer eso y yo me aseguro de que no te vuelvas a levantar de ese pavimento — Tire el primer golpe con los bastones.

— ¿Ya haz pensado en tus vacaciones? — Seguía luchando para que no lo derribara.

— Los licantropos no tenemos vacaciones tonto — Lo derribe por su desconfianza en si mismo — Si sigues temiendo a cada golpe que das... —

— No seré digno de guiar a la manada cuando me toque ser alfa... No tienes que recordarmelo Ali — Sonreí y lo ayude a levantarse.

— Terminamos por hoy Titi —

— Sabes que no me gusta ese apodo —

— Es lo que hay — levanté mis hombros indiferente y tome nuevamente el rumbo hacia mi casa.

Siempre que camino por el bosque los segmentos de pequeños recuerdos vienen a mi mente. Recuerdos donde en algún entonces, mis padres y yo seguíamos estando juntos...

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— Es un hermoso macho cariño — Papá observaba mi emoción.

— Es hermoso — admiraba el pajarito que tenía en mis manos.

— ¡Mis amores! — mamá llamo la atención desde el marco de la puerta — ¿Podrían dejar a los pájaros en paz, por favor? — reía a medias mientras se acercaba al jardín.

— Seguimos luego — oí como papá me susurraba mientras mamá me cargaba para llevarme adentro

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Mis pensamientos fueron interrumpidos por una persona.

— Evans —

— Alfa — ize la ridícula reverencia que se le debía hacer al Alfa.

— En el bosque, ¿a estás horas? — me observaba detalladamente.

— Estaba recolectando arándanos —

Arqueó una ceja desconfiado, pero al parecer tenía prisa, por lo que siguió su camino sin antes lanzarme una mirada fulminante.

Continúe con mi camino hasta llegar al centro del bosque. Allí estaba mi manada, o al menos la que se supone serlo.

En la manada me conocen como la niña huérfana o abandonada, la pequeña que perdió a sus padres en un vil y cruel asesinato. La joven inadaptada de toda la manada, en pocas palabras la pieza que no en caja en el rompecabezas.

Desde que perdí a mis padres vivo en la cabaña que ellos me heredaron, sola pero conforme. No me quejo tengo comida, techo y una enorme estantería de libros, libros que sin duda han sido mis mejores compañeros.

Durante años he investigado los nombres de los asesinos de mis padres, jure venganza y un Evans tiene palabra.

Ahora tengo bastantes pistas de dónde puedan estar. Después de más de 10 años podré vengar a mis padres. 10 años de los cuales solo he aprendido a luchar como una verdadera sicaria cuerpo a cuerpo.

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Estaba organizando unas cuantas cosas para la cena, hasta que el ruido de un golpe contra el suelo de madera me interrumpio.
Agarre un cuchillo de la barra de la cocina y me acerque con sigilo hasta la procedencia del ruido.

Cuando estuve en la sala me prepare para atacar hasta que alguien me tiró al suelo.

— Vas perdiendo — una voz de mujer tarareaba de emoción debajo de la capucha de la persona que estaba encima mío.

— No lo creo — de un movimiento la deje abajo de mi con el cuchillo en su garganta.

Agarre la capucha y la tire a un lado dejando ver una sonrisa tan cínica que ya conocía.

— ¡¿Madeline?! — Sonrió de medio lado.

Me levanté rápidamente dejándola escapar de mi agarré.

— Has mejorado mucho en poco tiempo — se acomodaba la ropa.

— ¿Te parecen poco 10 años? — deje el cuchillo en la mesa — Lamentablemente a los licantropos si nos pasan los años

— Lo siento Me enteré de... — con una mirada le dije que se detuviera — ¿Cuando es la venganza?... Yo me apunto —

— No necesito tu ayuda —

— ¿Te han dicho que eres muy orgullosa Sobrina? — se servia un poco de comida en su plato, sin apartarme la mirada típica de "Estoy esperando tu respuesta"

Bien si, esa loca es mi tía. Pero afortunadamente no de sangre. Papá y ella se conocieron en la universidad y desde allí se volvieron amigos inseparables. Ninguno de los dos se vio con ojos de ser algo más. Su amistad era integra y en la mayoría Ética. Sin embargo papá conoció a mamá, se enamoraron y luego me tuvieron a mi. Por otro lado Madeline decidió seguír sus estudios en España, coqueteando y ligandose a más de uno allí. Y vuelvo a saber de ella hasta ahora.

— Vienes a mi bautizo y luego desapareces, ¿y ahora que tengo 23 vuelves a aparecer? — Me Cruze de brazos esperando una respuesta.

— Sabes que no es fácil —

— No di que no es fácil ligarte a más de un tío — Me acerque a ella.

— Sabes... Tu padre siguió su vida y yo igual... Pero ahora no puedo permitir que su muerte sea en vano. ¿Me entiendes? — me miraba fijamente desde arriba hasta abajo — Ahora, dime qué piensas hacer. —

— Uno de mis contactos ubico a los asesinos de mis padres en Nueva Orleans — me separé de ella

— ¿Nueva Orleans? — arqueó una ceja — ¿En que nos vamos, en avión o en autobús? —

— Estamos en Inglaterra Madeline... Es obvio que en avión — me sentaba encima de la mesa

— Quería ver opciones — metía un pedazo de coliflor a su boca — ¿como tú... Ese cuerpecito piensa hacer eso? — me señalaba con el tenedor.

— Simple... Mi contacto me dió la dirección... Llegó, los torturó y luego los mato — oi su larga carcajada.

— Perdón... — se aclaró la garganta
— Parece un plan de comic literalmente... Cuánto máquinaste en ese plan ¿2, 3 segundos? —

— ¿Tienes uno mejor? —

— No... Haremos realidad tu plan pero tendrá el toque especial de la tía Meli — me guiño el ojo.

Rodé mis ojos y me dispuse a sentarme en la mesa para comer.

¿Que me espera?... no lo sé... ¿Será divertido?... ¿Los gritos no son expresiones de diversión? Claro que lo son...

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Holiiiiiiiiii

¿Cómo están mis amores?

Les traigo el primer capítulo de esta historia, no los podía dejar solamente con la introducción jejeje. Espero lo disfruten y le den mucho apoyo.

Gracias por leer.

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