O28
YoonGi ve a ambos costados en la fila, hay muchas personas de su misma categoría, no todos tienen la misma edad, hay algunos q son menores que él, pero no tan pequeños. Las revisiones anuales de Alfas entrantes en edad adulta -categorizada como la bienvenida a los Celos- es necesaria en la Academia así tienen una 'constancia' de cuántos necesitan supresores, píldoras o inyecciones para el duro proceso que sus instintos naturales les dan. El joven de cabello ceniza ve a sus dos amigos en un estado inquieto, con sus brazos atrás de la espalda esperando a que lleguen sus turnos de ser revisados, sus ojos conectan entre la multitud, Hoseok dice algo con sus labios moviéndose.
«Faltan personas.» Logra interpretar, vuelve a contar a su alrededor. Sí, faltan Alfas de su edad, y algunos de último años, otros se ven cansados, con sus ojos queriendo ser cerrados por el agotamiento físico. Lo que piensa en que ellos fueron llevamos así como él fue hace un corto tiempo, suspira. Empieza a repasar en su cabeza a sus compañeros de salón, falta una, el resto, eran de otros salones. JooHyun, pero ella había sido una de las mejores de su clase hace un tiempo, sin embargo, rumores dicen que fue echada de la escuela debido a un amorío que tuvo con un Instuctor, recuerda a un inocente JiMin siguiéndola siempre a todos lados, era un niño enamorado, supone. ¿Por qué otra razón la seguiria? Era un lobo enlazado.
Cuando vuelve la cabeza al frente, los punzantes ojos de un Instructor se ven fijos en él. Era el Señor Jung, un hombre alto, musculoso, y que siempre esparcia miedo entre los estudiantes, sin importar su categoría, él demostraría tener la autoridad entre la gente, era el líder de los Instructores, servidores de seguridad traídos específicamente para mantenerlos en supervision a ellos, por lo tanto, eso es lo que harían, aunque era más que evidente la corrupción puesta tras las mentiras diseñadas. El también padre de su amigo lo miraba con una expresión seria en su rostro, el barrote en su chaleco uniformado negro le generaba la sensación de una amenzaba silenciosa.
Extrañamente a YoonGi siempre se le hizo que el Señor Jung tenía cierto odio por ellos, por ser amigos de Hoseok y por, supuestamente, llevarlo por el camino de los fracasados. Era porque ninguno jamás actuó con salvajismo, eran lobos sin ganas de herir a nadie, en las competencias de fuerzas a mano jamás sacaron las garras, ni siquiera cuando la otra persona los hería.
YoonGi se mantuvo serio, con la espalda enderszada.
—Min —dijo, sus ojos rojos eran prueba del mando que tomaba sin permiso—. He estado oyendo malas opiniones de tí —su altanera voz llama la atención del resto, quienes fijan la mirada en esos dos, uno frente a otro. NamJoon cree que están en peligro, después de todo es esa misma persona la que quiere verlos caer, y al enterarse que rompieron unas cuantas reglas, buscará la forma más hábil de hacerlos caer antes de graduarse—. Dime, muchacho: ¿Dónde estuviste en estas últimas noches?
—En mi cuarto, Señor. -contesta.
—¿Sabes que huir de los dormitorios e ir a los de Omegas está prohibido, no? Y que la más mínima falla será castigada de la peor manera.
—Lo tengo claro, Señor.
NamJoon sabe que ellos saben. Y también sabe que hoy YoonGi se irá, mira a Hoseok, le da la indicación de mantenerse callado, no deben hablar, es mejor así, confían en su amigo y en lo que podría lograr estando allí, con ellos.
El hombre corpulento forma una sonrisa ladina, lentamente su cuerpo se inclina hasta el más joven.
—Hueles aún a Omega, Min.
No hace falta decir mucho más para que otros dos Instructores lo tomen de sus brazos, la multitud jadea, ¿Es necesario llevarlo para un castigo? Hay muchos Alfas que rompen las reglas, y todos mayormente tienen la tarea de cumplir sus castigos con tareas más grandes que impliquen limpiar los gimnasios o reparar la infraestructura de los estudios alternos, pero, llevárselo a esos lugares suena algo bastante cruel, y es claro que es obra del Instructor a cargo de toda la seguridad.
Ven con sorpresa como YoonGi es arrastrado, sin negarse, sólo suela unas cuantas maldiciones a todo el mundo antes de desaparecer, aunque claro, su ojo es guiñado con diversión hacia sus fieles amigos.
—¿Estará bien? —pregunta a NamJoon.
—Es YoonGi, siempre logra estarlo. —responde.
( ... )
Llegada la noche, Hoseok piensa en si contarle a MinHee lo ocurrido, hasta que recuerda las palabras de juramento que hizo: 'No hay que involucrar a nadie más.' Sí YoonGi se dejo ser llevado tan fácilmente, es porque piensa en algo, y ese algo no ha sido contado a nadie más, ni a ellos.
NamJoon camina de un lado a otro en la habitación, con MinHo y Hoseok viéndolo.
—Escucha, YoonGi ha estado extraño desde lo sucedido con MinHee, sé que un Alfa se vuelve territorial cuando marca a una Omega, pero él ni siquiera fue a buscarla. No salió de aquí. —contó el Choi, dejando el libro a un costado- No entiendo porqué lo llevaron, aunque es verdad que olía a ella.
—No la marcó. —niega NamJoon— YoonGi jamás lo hubiera hecho, y si no volvió es porque sabía de las cámaras puestas.
—¿Cámaras?
—Nos vigilan, es evidente, ellos sabían de todo. Nos vieron esa noche cuando comenzó todo, las huellas en la Tierra seguían, y los daños provocados fueron suficiente para alertarlos.
—Oigan —Hoseok los calló, él había estado revisando los cajones de YoonGi desde que llegó a su cuarto, bajo la mirada atenta de sus compañeros sacó un portafolio amarillo, y lo único en el escritorio— ¿Qué es ésto?
—Oh, se lo vi a YoonGi uno de los días que llegué, decía ser de TaeHyung.
—¿TaeHyung? —repitió—Pensé que sus cosas fueron guardadas en cajas.
—Sí, la gran mayoría junto la de JiMin, pero él dejo eso, nunca me dijo porqué. Supongo que debe ser personal.
La mirada de NamJoon y el pelinegro conectaron al subir, ellos sabían que era importante.
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