Capítulo 17
El azabache preparaba el chocolate cuando el pequeño llevó el televisor a la salita de descanso, sus azules nuevamente giraron hacia la habitación del ex Uchiha, mordió sus labios con curiosidad, dejó el televisor con velocidad, lo conectó y salió de la habitación, suavemente abrió la puerta de la habitación de Itachi, su rostro se asomó un poco, sonrió como zorro ante su posible travesura, observó nuevamente que estaba extremadamente ordenada, giró sus gemas, ahora había más marcos de fotos en la pared, estaba oscuro y no podía definir, observó que era una persona en la imagen, mordió sus labios sintiéndose algo irritado, su estómago sintió un hueco, su corazón latía con angustia, abrió un poco más la puerta sin entender porqué estaba molesto ¿quién era esa persona en las fotos que tenía un lugar tan importante en la habitación del Uchiha? giró su mirada hacia atrás para asegurar que podía entrar, el color se fue de su rostro.
-Eres bastante curioso pequeño -el rubio levantó un puchero ofendido -tienes la culpa por no enseñarme ttebayo -Itachi levantó dos dedos, golpeó suavemente la frente del rubio, el Uzumaki se sonrojó con esa acción, se había sentido como un cariño íntimo, ambos entraron a la salita, se sentaron en el kotetsu.
Naruto sentía que su pecho dolía, no podía sacar de su cabeza esas fotos, quería saber quién era la persona en ellas, levantó sus azules viendo a Itachi buscar una película para ambos en el televisor, habló de una pequeña relación hace tiempo, tal vez eran de una chica, apretó sus puños bajo la mesa con molestia -esas fotos -el ex Uchiha giró sus ónix con cuidado ¿había sido descubierto? negó, ya hubiera hecho una escena su rubio, lo vio angustiado -¿Sucede algo? -el rubio jugaba con sus dedos llenos de ansiedad -vi que era una persona ¿es importante para ti si la tienes en tu habitación? supongo -Itachi suspiró evidente, giró sus ónix hacia el pequeño viéndolo fijamente -bastante -Naruto levantó sus gemas con dolor ¿no entendía qué le pasaba? sus ojos se aguadaron con ganas de llorar, bajó su mirada -yo me sentía vacío, sin un sueño, sin una meta, sin sentimientos por nadie, hasta que esta persona llegó como un remolino a mi vida, me dio todo -el rubio apretó sus puños con coraje, pero no quería ser evidente -voy al baño -el azabache lo observó un momento, asintió desconcertado ¿qué fue esa reacción? ¿lo estaba rechazando? aunque, analizó con velocidad los últimos momentos, levantó una ceja tal vez entendiendo lo que sucedía, se levantó con velocidad tras el pequeño, abrió la salita viendo que su habitación estaba completamente abierta, entró con sigilo observando la reacción del rubio.
Itachi caminó lentamente viendo las gemas impactadas observar que el protagonista en las fotos era el mismo rubio, lamió sus labios con miedo, tal vez lo odiaría por invadir su intimidad y acosarlo, él quería mostrarle sus fotos cuando lograra conquistarlo, se colocó tras el pequeño, susurró algo nervioso -¿Me odias? -Naruto abrió y cerró sus labios sin saber qué decir, giró su rostro viendo al mayor observarlo con cuidado, negó quedito -¿yo soy esa persona? -Itachi sonrió amable, asintió -llegaste a mi vida como un remolino, cambiaste todo -el rubio giró su mirada a las fotos una vez más -¿me has estado espiando? ¿siguiendo?-
El ex Uchiha no respondió, simplemente lo dejó analizar. Las gemas del rubio vieron las fotos de cuando dormía, no había fotos abusivas o vulgares, había fotos lindas suyas, no podía dejar de sentir que de alguna manera era aterrador, pero Itachi en sí daba ese aire peligroso al mundo, para él era distinto, había amabilidad y cuidado; podía sentir el cuerpo del azabache a su espalda, se recargó en él sintiendo su calor, lo calmaba y hacía sentir bien -¿te gusto? -Itachi levantó sus manos, con una lo abrazó por la cintura sujetando delicadamente el lugar, con la otra tomó su pequeño rostro y lo elevó un poco -demasiado-
Naruto simplemente se dejó hacer, su corazón latía con fuerza al escuchar esas palabras de sus labios, sus gemas lo veían buscando más, sus onix esta vez no se veían en blanco, había miedo y angustia en ellos. El ex Uchiha temía un rechazo, perderlo, era consiente que sus acciones podrían asustar a cualquiera, sólo quería que lo aceptara, lo vio dudar, pero cuando se recargó en él le dio un poco de calma, con su pulgar acarició suavemente su abdomen observando un evidente sonrojo en su rostro, deseaba besarlo y tomarlo como un loco, lamió sus labios observando los pequeños y gorditos deseando tomarlos -¿las fotos de Hinata? -Itachi mordió su mejilla, bajó su mirada avergonzado -cuando me di cuenta que no la amabas, no te mentiré, busqué cualquier cosa para sacarla del camino hasta que la encontré -Naruto lo vio con sorpresa, sonrió quedito -¿me salvaste? -Itachi sonrió ligero al verlo sonreír, se calmó al no sentir rechazo, no tenía porqué aclarar cómo sucedieron las cosas, ese pequeño genjutsu quedaría sólo en su memoria -si lo quieres ver de esa manera, suena romántico -Naruto rio quedito.
El azabache cuando lo vio sonreír sintió su corazón latir con fuerza, no lo estaba rechazando, lo sintió en sus brazos, lo observó por un momento, era su momento de dar un paso, quería más de él -eres hermoso -el rubio adquirió un rojo extremo al escuchar su susurró. Itachi lo vio con cuidado disfrutando sus reacciones, su mirada era intensa y penetrante, ponía nervioso y ansioso al Uzumaki, levantó su mano, acomodó un mechón de su cabello con timidez, nuevamente ese ligero coqueteo, el azabache sonrió al verlo de esa forma -mentiroso ttebayo -Itachi negó -en verdad eres hermoso, no entiendo por qué escondes tu verdadera apariencia -el rubio giró su mirada a las fotos con sorpresa, no había detallado en que había sido totalmente descubierto, abrió y cerró su boca sin saber qué decir, negó -no sé por qué… soy así, me veo junto a los otros chicos, me siento diferente, no quiero ser rechazado una vez más, yo no era así, después de la guerra mi cuerpo cambió, me da vergüenza que todos se den cuenta ttebayo -Itachi sintió un poco más de confianza al escuchar su explicación, no lo alejaba, al cual más, lo acercaba con sus acciones, acercó su rostro, besó suavemente su frente, las gemas se abrieron con sorpresa y timidez, cerró sus ojos disfrutando ese suave contacto -conmigo no debes ocultar nada, acéptame y te prometo que haré todo para hacerte feliz-
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