Capítulo 15

El azabache se levantó, entró al baño en su habitación, al salir de la ducha observó las fotografías mientras se cambiaba y secaba el cabello, hoy podría conseguir una foto del rubio con una playera suya, tragó pesado deseoso de verlo de esa manera, abrió el cajón, sacó una playera negra, salió de la habitación cerrando tras de él la puerta, su pequeño era curioso, sonrió al verlo en la cocina con un mandil preparar chocolate caliente -ve a bañarte, yo termino de hacerlo -Naruto sonrió con diversión -no tardo -Itachi lo vio correr a la habitación, dejó a un clon suyo terminar el chocolate, con sigilo extremo salió al jardín, por la ventana de la habitación observó al pequeño ducharse en la regadera, sabía que no cerraba la puerta, el espejo le daba una excelente vista del hermoso rubio, lamió sus labios tragando pesado, era hermoso, le encantaba. Lo observó salir de la ducha y secar su cuerpo delicadamente, nuevamente esa actitud delicada en él, lo observó ver su playera negra con atención, la tomó en sus pequeñas manos, la colocó en su cuerpo, lo vio observarse en el espejo y sonrojarse, sonrió satisfecho con lo que veía, se dio la vuelta, regresó a la cocina reventando al clon, sirvió el chocolate y unas galletas que guardaba, caminó hacia el pasillo, entró a la sala de actividades, colocó la bandeja en el kotetsu, se sentó esperando al pequeño quién de inmediato entró tímido. Itachi tragó pesado al verlo caminar, sus hermosas piernas se movían lentamente, levantó sus onix viendo los azules brillosos ante su mirada, sonrió ligero, vio el cuello de la playera caer por su hombro suavemente, lamió sus labios observando lo que sucedía. Naruto levantó su mano, tapó los ojos del mayor -no me veas así, siento extraño ttebayo -Itachi sonrió ligero -¿qué sientes? ¿Te incómodo? -los labios del rubio se abrieron y cerraron lentamente con vergüenza -no, no me incomoda, siento -guardó silencio -me avergüenzas ttebayo -susurró quedito sin querer decir que le gustaba, que su corazón latía con fuerza ante su penetrante mirada, que su cuerpo comenzaba a reaccionar, respiró hondo calmándose.

Naruto levantó su mirada aguada, bajó lentamente su mano, vio los onix del mayor verlo sin pena alguna a los ojos, al cual más, se veía un brillo en sus ojos al verlo, esa mirada lo ponía ansioso, su corazón quería salir, nunca había sentido eso, el azabache sonrió ligero -traje galletas, están ricas -el rubio sonrió -bien ¿te parece si sacas cartas y jugamos? ttebayo -Itachi asintió, conectó el kotetsu, era una noche fría. Naruto se sentó escondiendo bajo la mesita la respuesta de su cuerpo a la mirada del Uchiha, comenzaba a calmarse -hace frío, puedes resfriarte -el rubio sonrió sintiéndose procurado y tratado con delicadeza -por cierto, cuando venía de camino vi a tu prometida salir de una mueblería con tu amigo ¿creí que hablarías con ella? -Naruto apretó el ceño con molestia observando como barajeaba las cartas el Uchiha -¿amigo? -recordó aquella parte del engaño en la descripción de la chica hueca -el chico Inuzuka, recuerdo haberte visto con él en alguna ocasión -Naruto se enderezó, tronó su cuello con fastidio ¿no era su lugar haber ido a escoger los muebles? ¿prefería la opinión de ese sarnoso que su opinión? no estaba celoso, estaba cabreado por su maldita actitud, el pequeño no mencionó más del tema. Itachi sonrió al lograr su cometido, sembrar duda.

Pasaron media noche jugando, el Uzumaki ganaba juego tras juego mientras Itachi se negaba a aceptar su derrota, humillación. El pequeño olvidó su coraje mientras reía y se divertía sabiendo que siempre ganaba en estos juegos. Al final el rubio se durmió en la mesa, el Uchiha acercó otro cojín, lo acostó hacia atrás en el tatami, tomó un par de fotos de esa posición del pequeño, lo observó por bastantes minutos agradándole lo que veía, su mano acarició suavemente la espalda del pequeño, elevó un poco la playera viendo sus hermosas piernas nuevamente, lamió sus labios -eres hermoso -susurró ligero, bajó su rostro, besó suavemente la mejilla del Uzumaki, colocó un cojín tras de él, también se acostó sin dejar de acariciar suavemente su espalda sin morbo alguno, simplemente disfrutando ver dormir al pequeño.

…..

El Uchiha había recibido imágenes extrañas de su cuervo con respecto a la chica Hyuga, la vio bastante íntima con el Inuzuka, era el momento, no dudo en salir de su casa, correr a su encuentro, tenía un buen presentimiento. A la distancia los observaba con cuidado leyendo sus labios -vamos Hinata, no puedes casarte, te dije lo que siento por ti, sé que tú también me amas, sólo estás obsesionada con ese amor de tu infancia, sé sincera contigo misma -la chica Hyuga se veía nerviosa, sus ojos brillaban con confusión -¿por qué haces esto Kiba? debiste dejar todo como estaba, no tenías que haber dicho tus sentimientos -Kiba negó cabreado.

Itachi sonrió al ver que con un simple genjutsu había creado la motivación necesaria, el valor que ocupaba el Inuzuka -no me digas eso -se acercó tomando de la nuca a la chica y uniendo sus frentes, ambos podían sentir el aliento del otro -no me digas eso -los dos sentían sus respiraciones. Itachi levantó su cámara, tomó una foto de ambos chicos en esa posición. Hinata se dejó besar por el Inuzuka. El Uchiha sonrió victorioso, tomó algunas fotos, la Hyuga se colgó del cuello del castaño, Kiba bajó sus manos, acarició su cintura con necesidad apretando su cuerpo al suyo -dime que me quieres, que me deseas tanto como yo te quiero y te deseo -Itachi giró su rostro al ver a la chica unir su pelvis al cuerpo del mayor, Kiba la pegó a la barda detrás del complejo Akimichi donde se escondían, comenzó a tocar a la pelinegra con deseo, mientras el beso subía en calor. El ex Uchiha tomó algunas fotos más, ahora ¿cómo hacer para que su rubio no sufriera? sabía que no la amaba, pero apreciaba a la chica, por otro lado, no soportaba a esa mojigata, él no era ningún santo para cubrir traiciones, al contrario, era un cretino. Observó la cámara con cuidado, al final su rubio debía enterarse, sonrió arrogante.

…..

Naruto caminó hacia su departamento, talló su rostro con cansancio, bostezó con sueño, se habían dormido demasiado tarde, era media mañana. Itachi había salido sin avisar de su casa dejándolo descansar en la habitación de invitados, era la cuarta vez en dos semanas que se quedaba en su casa, caminó bostezando, sólo ocupaba tomar ropa limpia y buscar algunas cosas que ocupaba. Al llegar al lugar talló sus ojos con cansancio, abrió la puerta, un sobre cayó a sus pies, parpadeó con duda, nunca recibía correspondencia más que de Gaara y era directo en la oficina kage, levantó el sobre, entró al lugar, estaba frío y oscuro como siempre, no le agradaba estar ahí, lo hacía sentir solo. A lo lejos Itachi observaba al pequeño abrir el sobre, vio como sus gemas se hicieron grises, se veía cabreado, sonrió satisfecho al no verlo llorar, tenía miedo de lastimarlo.

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