El Uchiha había mandado un clon a casa de sus padres, no regresaría a ese maldito lugar definitivamente, este era ahora su verdadero hogar, absorbió el aroma a flores que entraba del jardín, giró su mirada al bosque a su alrededor, era hermoso, todo le recordaba a ese pequeño dueño de sus pensamientos, se levantó de la cama con calma, era algo temprano, tal vez la costumbre de escapar de sus padres, caminó lentamente hacia la pared principal de su habitación, sus ónix recorrieron foto por foto, había escogido un juego de marcos para las fotos que había tomado a su rubio, se veían perfectas a su parecer, levantó su mano acariciando suavemente la foto principal, era la del rostro del pequeño durmiendo, era un poco más grande que el resto -eres hermoso pequeño -veía con detalle las fotos en el muro, sonrió al verlas así, merecían un lugar importante en su casa, despertar y verlas era como una droga, levantó sus ónix alerta, el timbre de la residencia sonó, levantó una ceja con sorpresa, giró su mirada un poco viendo las fotos en su pared, bajó su mirada observando su apariencia actual, sonrió ligero pensando en algo, salió de su habitación cerrando la puerta del lugar tras de él, caminó lentamente hacia la entrada, abrió la puerta.

Unas enormes gemas azules aparecieron en el lugar, el Uzumaki abrió sus ojos un poco más al ver al Uchiha sin playera y con el cabello suelto, sus mejillas tomaron un color rosado bastante descarado, se puso nervioso por un momento observando el perfecto cuerpo del azabache, respiró hondo tratando de salir de su ensoñación. Cada movimiento del pequeño fue detallado por el Uchiha quién se dio cuenta de su respuesta al verlo, estaba satisfecho, recordó esos pequeños gustos afeminados que el pequeño guardaba secretamente en su departamento, también cuando limpió el beso con asco de su supuesta prometida, sus sospechas sobre su orientación sexual cada vez eran más claras. Entonces ¿por qué casarse? le agradó ver que no era indiferente a él, se hizo a un lado dejando pasar a un tímido rubio -creo que llegué muy temprano ttebayo, lo lamento -lo vio rascar su nuca con vergüenza. El mayor negó -no te preocupes, perdón por recibirte así, tal vez estaba un poco ocioso disfrutando mi nueva casa -Naruto sonrió quedito, mordió sus labios acomodando un mechón que caía por su rostro tras su oído. Itachi vio esa pequeña acción coqueta, era obvio que no era intencionada, simplemente le había nacido, se veía nervioso -iré al jardín, estaré cuidando las flores, prometo no dar problemas -el Uchiha asintió, lo vio correr con velocidad al lugar.

Itachi lo siguió en silencio sin esconder su chakra, lo vio sacar unas nuevas herramientas de jardinería de un paquete, no las había visto, al parecer las había traído de su departamento, el pequeño comenzó a cortar raíces de hierba que no deberían estar ahí, el Uchiha levantó su cámara, tomó una foto más con discreción, guardó la cámara con tranquilidad, esta vez el rubio sintió su presencia en la entrada, se sintió tímido, su rostro se hizo rojo nuevamente al sentir la mirada ónix sobre él, se había dado cuenta que constantemente lo veía, le agradaba bastante tener su atención, pero no entendía el porqué lo hacía -¿te gusta observar? -Itachi lo vio con calma, sabía que se refería a su constante mirada -así es, me gusta aprender, observo lo que se me hace interesante y llama mi atención, lo que me agrada, es una pequeña maña adquirida en mi infancia -el rubio se puso aún más rojo, pero su respuesta le había agradado bastante, "lo que me agrada", una víbora salió de las flores, mordió su brazo con velocidad -aush -el pequeño abrió sus gemas con sorpresa. Itachi no dudó, caminó hacia su lado con velocidad, se hincó en una rodilla junto a él, tomó su pequeño brazo observando el daño. Naruto lo vio con duda y sorpresa -no te preocupes, el veneno no me hace mucho daño, sólo me duele un poco -Naruto lo vio a una corta distancia suya, tragó pesado al sentir su cercanía y cómo tocaba su brazo, su cuerpo era perfecto, bajó su mirada tímido queriendo no ser descarado -¿Estás seguro? -el mayor acarició suavemente el lugar para calmar el dolor, el Uzumaki sonrió quedito disfrutando ese suave toque, asintió -ya está pasando, gracias ttebayo -Itachi sonrió al verlo así, soltó su brazo para no hacerlo sentir incómodo -iré a darme una ducha para empezar a amueblar la casa ¿te parece? -el pequeño asintió con emoción, lo vio levantarse, observó su marcada espalda desnuda, tragó pesado, suspiró quedito al verlo de esa forma.