Epílogo

Harry y Severus estaban alistado la mansión para recibir a sus invitados. Severus había invitado a algunos antiguos compañeros de Hogwarts, así como Harry, con el plus de que Harry finalmente había invitado a los Dursley.

Los había visto brevemente en su boda y aunque recordaba a Petunia como una perra envidiosa en su niñez, era evidente que el paso del tiempo y que su sobrino no se quedó en el mundo mágico, le habían dado una claridad sobre la magia que no tuvo cuando Lily entró a Hogwarts.

Harry y Severus oficiaron la ceremonia de bodas frente al árbol para cierto desconcierto de sus invitados. La recepción había sido algo grande y fue efectuada en los jardines exteriores.

Antes de casarse, Severus hablo largo y tendido con Harry sobre que conoció a sus padres y como no se llevaba bien con su padre, pero había sido amigo de su madre. Aunque al principio Harry se enojó por no saber esto (ya que le hizo sentir un poco inseguro sobre la relación que hubo entre su amante y su madre), no paso mucho tiempo antes de que Harry le pidiera historias sobre ambos.

Cada historia le daba claridad a Harry sobre sus padres. Sirius y Remus le habían hablado maravillas de su padre y sus tíos no lo tenían en sus buenos libros. La madre de Harry había sido un enigma porque su tía era incapaz de hablar de ella sin rencor hasta apenas no muchos años atrás y aun así, Harry sabía que las personas presentan distintas facetas a distintas personas.

Con las historias de Severus finalmente pudo llenar más los huecos y pudo entender un poco más a sus padres, los seres imperfectos de carne y hueso. Luego perdonó a Severus por guardar ese secreto y su relación continúo creciendo y creciendo.

Antes de cumplirse el año, ambos se dieron cuenta de que esta relación era para siempre y no se imaginaban un futuro lejos uno del otro y por eso dieron el siguiente paso lógico.

Petunia y su familia, habiendo enterrado el hacha de guerra hipotética, fueron invitados a esta celebración luego de un año de la boda y fue curioso de ver a la siempre enojada Petunia, siendo genuinamente feliz de ver a su sobrino. Harry ya le había hablado de como ellos se habían "amigado" y no lo había creído plenamente... hasta ahora.

Los otros invitados recibieron a la familia de Harry con cortesía y amabilidad y luego de una hora, ya estaban todos los invitados departiendo en medio de comida y bebidas dulces llenas de alcohol. Luego del intercambio de regalos, los anfitriones vieron que los Dursley eran arrastrados alegremente a tomar wassail a las casas vecinas y Harry estaba divertido de ver a sus parientes perder un poco sus modales y cantar canciones de borrachos.

Mientras sus familiares bebían wassail con sus vecinos, Harry llevó a Severus hasta la biblioteca cercana al roble. Necesitaba enseñarle algo a su esposo.

—¿Qué estamos haciendo aquí, Harry? Me habías dicho que era algo importante—Severus estaba curioso sobre que tenía que mostrarle su esposo. Había estado muy misterioso.

Harry por toda respuesta, lo arrastro hasta donde estaba un atril con un grueso tomo abierto justo enfrente de la vitrina cerrada donde estaban los grimorios y diarios de los Prince, los tomos de los Potter estaban en otra vitrina. Con cierto cuidado, Severus empezó a hojear el tomo pero no recordaba este libro en particular. Su encuadernación era en piel y el papel era vegetal pero artesanal. La tinta se sentía también artesanal y hecha de hueso, el tipo de tinta que se ocupaba en...

Severus entonces puso más atención a lo escrito en el libro y observo que había descripciones de los rituales que se habían efectuado enfrente del roble. También había una serie de señales que debían observarse para saber si un mago o bruja podía ser un druida. Era evidente que Harry había hecho más fácil de explicar los múltiples tomos que él mismo tuvo que leer para entender en qué consistía ser un druida.

Ahí en sus manos, estaba el primer grimorio del druida Harry Potter-Prince. La señal de que había un druida real, documentando su experiencia en forma de grimorio—También empecé a escribir un diario ahora que soy un Prince. Quiero que haya una constancia de mi existencia en la familia. Tal vez en el futuro me decida a revelar mi verdadera naturaleza, pero no será pronto—.

Severus dejó de hojear el tomo, y sostuvo en su lugar las manos de su amado—Pero quieres dejar una señal de que exististe, igual que había hecho mi muchas veces tatarabuela—Harry asintió.

—También quiero tener esa información a la mano por si surge otro druida en el futuro. No quiero que pase por todo lo que yo pase y si un día localizamos uno, quiero poder ayudarle a encontrar su propio camino—.

Severus besó las manos de Harry, quién aun cuando ya conocía cada centímetro del cuerpo desnudo de su esposo, se seguía sonrojando con estos detalles tan sencillos y galantes—Sabes que te apoyare en todo y si quieres revivir la tradición de los aprendices de druidas, te acompañare todo el camino—Harry sonrió y acerco su cuerpo al de su esposo para poder besarlo con propiedad.

Mientras esto sucedía en la mansión Prince, en un pueblo a muchos kilómetros de Oak King, en alguna zona boscosa de los Balcanes, rodeado de varios árboles de acebo, crecía un pequeño roble. Este sintió el cambio en la magia y estaba asomando sus ramas hacia el sol, esperando a un niño o niña que quisiera unirse a él.

El pequeño árbol ya había sentido la pequeña corriente de magia druídica surgiendo de algún pueblo cercano.


Fin

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