Capítulo 5

Durante los días siguientes, Harry se vio entrando y saliendo de la Mansión Prince pero nadie en el pueblo pensó nada. Sabían en su mayoría que Severus y Harry eran magos y suponían que era probable que el joven Harry estuviera ayudando al nuevo vecino con la remodelación.

Esa era su mejor apuesta.

Sin embargo, Harry no solamente iba a realizarse las pruebas con Severus, para su poción, sino que le coqueteaba a Severus un poco tímidamente, un poco descaradamente, haciendo sentir incomodo y nervioso a Severus, quién nunca se había encontrado siendo receptor de un ataque tan tierno y sensual, si es que podían combinarse esas dos características.

Harry le daba miradas cargadas de interés y sensualidad, pero en cuanto era descubierto, volteaba la mirada como si fuera una "doncella virgen". Luego iba y le hacía tocamientos a Severus de forma que parecía estarle insinuando que fueran a un lugar más privado y sus mejillas se encendían con un rubor adorable.

Era como si supiera coquetear pero no estuviera seguro de estarlo haciendo bien.

A veces tomaban una taza de té o café juntos cuando Harry iba a la Mansión Prince y otras veces Harry rozaba sus manos o le tocaba el hombro y un brazo cuando Severus iba a la panadería.

Severus mentiría si dijera que no estaba interesado en lo que le estaba ofreciendo Harry. Cierto que tenían una especie de negocio entre ellos, pero también estaba esta atracción creciente. Severus estaba seguro de que Harry gustaba de él, pero que quizás Harry no estaba seguro de cómo proceder y no podía culparlo.

Si había un lado oscuro de la fama, además de la nula privacidad que muchos querían de sus ídolos, era el hecho de que una estrella jamás sabía si alguien gustaba de él o ella solo por ser ellos mismos.

Harry no era solo una estrella más del firmamento como Gilderoy Lockhart o un cantante de la radio mágica. Harry era LA ESTRELLA del mundo mágico. Era el príncipe encantador con que las mamás alimentaban los cuentos nocturnos de sus hijas al crecer. Era el mago al que muchos debían aspirar a imitar.

Si alguien hubiera salido con el chico, se hubiera convertido en una sensación inmediata, así que no era ilógico pensar que Potter, con sus portentosas barreras que impedían las hordas de fans entrando al pueblo, no se sintiera atraído por él, ya que la imagen de El Niño Que Vivió, era una que Severus despreciaba.

Harry Potter, el panadero, por otro lado, le parecía una persona interesante. Hacia muchas cosas deliciosas en esa panadería y tenía una amistad sincera con sus vecinos. Todos ellos le habían hablado maravillas del chico y mientras las comunidades mixtas fuera de este pueblo eran como vivir con un constante "ir de puntillas" respecto a la magia, aquí era aceptado como algo más. Como esos vecinos gitanos que finalmente se habían establecido hace años o la pareja asiática que decidió vivir ahí apenas el año pasado.

Para Oak King, la magia era como ser moreno o rubio. Es decir, solo una característica más de las personas. Lo que en realidad le importaba al pueblo era si podías interactuar con ellos y convertirte en parte de la comunidad, tus acciones hablaban más que tus palabras.

Severus parecía haber sido aceptado como vecino y todos a los que pregunto, dijeron que Harry era un mago muy agradable. Nadie parecía preocupado por la magia que podía o no hacer el chico y simplemente dijeron que era el mejor panadero, al grado que las otras panaderías y pastelerías, solían decir que eran el segundo mejor luego de Harry.

Una vez que supo que en el pueblo, la magia no era un tema tabú, pudo centrarse en remodelar la mansión, hasta ese día en que Harry le habló sobre su enfermedad. Severus nunca había escuchado de una enfermedad como esa y aún no había visto ninguno de los efectos de la misma. No es que quisiera verlos, solo que no podía dimensionarlos, ya que muchos de esos efectos eran solo relatos del mismo paciente.

Si viera una de sus convulsiones, quizás podría entender más sobre la enfermedad, pero eso era algo que tampoco deseaba ver en realidad.

Y mientras Severus pensaba en todo esto, Harry seguía dándole estas señales entre coquetería y timidez que empezaban a gustarle. Harry era un enigma envuelto en un cuerpo muy agradable de ver... y a Severus le gustaban los enigmas, los misterios.

Mabon había pasado no hace muchos días y Severus se encontró en medio de una mesa enorme de banquete al aire libre. No había viento y se habían encendido varios braseros para proporcionar un ambiente cálido a pesar de estar a la intemperie. Harry había proporcionado mucho pan y conservas de todo tipo, desde las dulces mermeladas hasta las verduras en escabeche saladas y agrias.

Severus se había sentido bastante en casa en medio de la celebración con carne de animales sacrificados para curar su carne en su mayoría y unos cuantos para el banquete, la cornucopia llena de espigas de trigo, frutas y vegetales de la temporada. Y lo mejor, el vino añejado de varios años atrás junto con uvas en su mejor punto de maduración.

Ese día fue cuando empezó el coqueteo inocente de Harry hacia él, ofreciéndole un cuenco con uvas y rozando "sin querer" su mano con la suya. Un rubor adorable adorno sus mejillas y se retiró al tiempo que le dirigía una mirada intensa.

Ahora, iniciando octubre, Severus tenía al hombre en su casa, sentado en un sillón cómodamente mientras reposaba luego de una extracción de sangre. Había puesto una mesa con un plato lleno de pequeños bocadillos y una taza de chocolate, porque la extracción podría haberle bajado los niveles de glucosa cuando paso algo inesperado.

Todo el cuerpo de Harry se puso rígido. No rígido de "incomodo", sino literalmente rígido. Fueron solo unos segundos antes de que su cuerpo empezara a moverse incontrolablemente de las manos y pies. Luego su columna se arqueo de una forma que le recordaba a esa vieja película de El Exorcista, antes de que todo su cuerpo pareciera vibrar y pudo decir que era una convulsión.

No era solo la convulsión lo que estaba preocupando a Severus mientras le metía una tela enrollada en la boca a Harry, sino el hecho de que la piel del chico estaba brillando como esos anuncios de neón. Pasaba de la piel normal a una especie de brillo extraño y antinatural, incluso para los magos. Era como ver a un camaleón tratando de encontrar el color adecuado para su entorno mientras dicho camaleón era electrocutado.

Finalmente, los estertores de la convulsión acabaron y la respiración de Harry se tranquilizó. Los movimientos de su cuerpo cesaron y fue como si Harry hubiera sido un títere de alguien y los hilos se hubieran cortado. Todo el cuerpo del joven estaba cubierto de sudor frío pero estaba respirando normalmente y su corazón parecía estar regulando su ritmo.

Severus cargo al muchacho que ahora estaba inconsciente y lo dejó en una de las camas de una habitación para invitados. Le quito la tela de la boca, los zapatos y aflojo su ropa, dejándolo cubierto con un cobertor para que durmiera un poco.

Apenas había pasado una hora cuando Severus escuchó un grito proveniente de donde había dejado a Harry y vio otra de esas convulsiones pero Harry estaba más consciente esta vez y trataba activamente de controlar su cuerpo.

—¡Harry! ¡Tranquilízate! Te harás daño si la contienes—Severus intento contener a Harry, posando sus manos sobre sus hombros y empujando con fuerza medida.

—¡Duele mucho! ¡No quiere parar! —Harry tenía algunas lágrimas de dolor en sus ojos y trataba de no apretar la mandíbula, pero le era imposible.

Severus nunca se había topado con algo así y no se le ocurrían métodos para drenar algo del exceso de magia de Harry. No era como si tuvieran tiempo de hacer algún tipo de ritual o algo... así. De hecho, si había un ritual que podían hacer pero no sabía si Harry querría hacerlo.

—Harry, escúchame. Podemos drenar algo de tu magia con un ritual pero requiere que hagamos algo sexual juntos. ¿Estás dispuesto a escucharme? —Harry asintió mientras gimoteaba un poco—Podríamos hacer un intercambio de magia...—.

Harry negó con la cabeza—No. Quiero que la primera vez que hagamos algo así juntos sea por qué quieres. Yo quiero, pero... ¡Demonios! Esto duele... ¿Podrías...? —Finalmente, Harry sabía que el sexo era su única opción, aunque quizás podría ser algo sin penetración—¿Podrías hacer solo algo sencillo? Prometo que solo... ¡Joder! Está bien, haz... solo hazlo—Harry cerró los ojos e intento aguantar la oleada de dolor y los movimientos espasmódicos.

Bueno, Severus no iba a hacer nada de "sexo completo", aunque sería lo ideal, pero también quería respetar los límites de Harry, así que fue por la opción más simple de "intercambio de fluidos sexuales" y lanzó un hechizo para desvestir al chico y luego se lanzó el mismo hechizo sobre él.

Afortunadamente, Harry no había bajado de la cama y a pesar de que los estertores continuaban, el hecho de que su cuerpo estaba cubriendo el de Harry, parecía estar calmando la magia salvaje que pugnaba por salir del chico.

Con todo el cuidado posible, dada la situación, Severus empezó a bombear su miembro, acunándolo en su mano derecha y una vez que estuvo erecto pero no demasiado duro, lo alineo con el de Harry que permanecía flácido pero no por mucho tiempo.

El frotamiento estaba dando resultado y el miembro del hombre más joven estaba levantándose rápidamente. Una vez que estuvo completamente erecto, Severus puso sus manos a cada lado del chico y empezó a mover sus caderas contra las de Harry.

Apenas empezó este vaivén, la magia que había estado pugnando violentamente por salir del cuerpo del chico, empezó a retroceder y el brillo que estaba casi permanente sobre su piel, empezó a atenuarse.

Conforme frotaba más sus miembros, la magia parecía seguir la intención y Severus sintió como su propio cuerpo empezaba a "llenarse" de la magia de Harry. Oh, la sensación era abrumadora. La magia del hombre era densa y dulce. No era clara, ni oscura. Era un poco como la suya en cuanto a la tonalidad gris, pero la de Harry se sentía como magia muy pesada.

Aguantar esa cantidad de magia era difícil pero se iba uniendo a su propio placer y tomando posesión de su cuerpo mientras abandonaba el de Harry. Sus caderas siguieron moliéndose contra las de Harry y ahora el muchacho se veía bastante mejor. El estertor ya había cedido y el color había regresado a su cara. Solo que ahora había un hermoso rubor en ella, producto de sus actividades sexuales.

Finalmente, algo se rompió dentro de aquellos hilos de magia que estaban entrando en su cuerpo y fue cuando un orgasmo intenso llegó a Severus, como si hubiera explotado una estrella en su interior y la magia extranjera se asentó en su núcleo. Harry también había tenido su orgasmo y el exceso de magia había abandonado su cuerpo... por ahora.

Ambos hombres estaban agotados y Severus se limitó a acostarse al lado de Harry, sin saber qué hacer y tampoco es que necesitara hacerlo. Su cuerpo estaba agotado y su núcleo mágico estaba intentando agregar rápidamente la magia nueva. Sus ojos se estaban cerrando contra su voluntad mientras los de Harry estaban perdiendo la batalla contra el agotamiento.

Al final, ambos hombres cerraron los ojos y cayeron en un sueño reparador que les ayudaría a enfrentar a un lado el drenaje de su magia a niveles sostenibles y al otro, un impulso de magia bastante grande que ahora residía en su cuerpo.

~~~~~~~~~*****~~~~~~~~~~

Harry se despertó envuelto en un calor bastante agradable pero no se sentía como una manta o un cobertor. Era calor corporal. Con un poco de temor, Harry abrió sus ojos y se encontró siendo abrazado como una cuchara pequeña por el cuerpo de Severus Prince. Cuando intento moverse un poco fuera de aquellos brazos, el adormilado hombre solo gruño algo ininteligible y apretó más sus brazos sobre su cuerpo, aprisionándolo entre ellos.

Un suspiro satisfecho fue lo que salió de aquellos labios y Harry se vio así, siendo abrazado con suficiente fuerza para no poder salir de ellos y viendo su posibilidad de escape siendo cero, mejor intento recordar lo que había pasado el día anterior.

Severus le había sacado más sangre para probar una versión de poción que había hecho. La idea es que la sangre reaccionara de ciertas formas a la poción y mientras Severus probaba algunas gotas de sangre en las muestras de poción, Harry se dedicó a comer algo para evitar un descenso en sus niveles de glucosa.

Mientras comía algunos bocadillos y un poco de chocolate, sintió que algo no estaba bien en su cuerpo. Pensó que tendría tiempo de descargar algo de su magia en algún objeto de la casa, pero todo sucedió en segundos. Su cuerpo empezó a moverse sin control cuando su magia intento salir de él. Tenía casi 3 años desde que tuvo una convulsión de esta intensidad y no estaba ni siquiera cerca de algún objeto maldito al cual usar como descarga o cerca de un árbol para nutrirlo.

Desde que empezó a seguir los viejos ritos cuando llegó al pueblo, fue infinitamente más fácil controlar su exceso de magia pero sabía que esto sucedería eventualmente. No recordaba muchas cosas excepto el dolor, luego oscuridad, luego a Severus asustado por no poder ayudarle en la segunda convulsión y luego Severus proponiéndole usar sexo ritual.

Por mucho dolor que tuviera, Harry no quería que la primera vez que tuvieran sexo completo fuera por un ritual. Podrían llamarlo un imbécil romántico, pero quería que la primera vez que Severus estuviera dentro de él, fuera aunque sea por deseo y lujuria y no como si fuera una especie de poción experimental.

Recordaba que Severus solo uso algo de frotamiento con él y funciono lo suficientemente bien, aunque solo drenó un poco del excedente. Fue suficiente para parar la convulsión y permitirle controlar el resto de magia. El esfuerzo fue agotador y suponía que Severus también estaba cansado luego de absorber su excedente de magia.

Con cuidado, Harry lanzó un hechizo diagnóstico sobre Severus y notó que el núcleo mágico de su prospecto amoroso había crecido un poco. Si, había sido mucha magia pero era evidente que esta no se asentó en el núcleo sino en el resto del cuerpo del hombre.

Varias líneas de edad habían desaparecido, una fractura de nariz mal soldada fue corregida y aunque su nariz aguileña seguía ahí, está ahora se veía recta en vez de con ese ligero bulto que tenía antes. El cabello del hombre había crecido un poco y un par de dientes torcidos que tenía, fueron enderezados. La piel del hombre también había mejorado mucho y se veía al menos 10 años más joven.

Aparentemente, su magia decidió que el receptor necesitaba mejorar su salud y lo que sobró, fue lo que se asentó en su núcleo. Severus Prince ya era atractivo tal como estaba antes, pero ahora era mucho más. Si antes ya hacía que las cabezas de muchas mujeres y hombres giraran, esta vez se iban a atrever a pedirle su número de teléfono.

Luego de su escrutinio, Severus Prince finalmente se despertó y relajo su agarre de Harry. Este por fin pudo liberarse y estirar sus extremidades. Se sentía bastante repuesto y su magia finalmente estaba bajo su control. Esta había sido la peor convulsión hasta ahora y estaba un poco asustado.

—Creo que deberíamos ducharnos—Dijo Severus viendo a Harry perdido en sus pensamientos.

Harry asintió—¿Quieres que prepare algo para comer en lo que te duchas? —.

Severus asintió y se fue al baño, tan desnudo como estaba y dándole a Harry una hermosa vista de su trasero. El hombre tenía un cuerpo apetecible aunque no podía comparar un antes y después de lo que le hiciera la magia. Simplemente ahora ese era su cuerpo.

Una vez cerrada la puerta del baño, Harry saltó de la cama y convoco (sin palabras y sin varita) su ropa de donde había sido enviada. Se cambio y fue a preparar algo rápido, unos huevos estrellados con café y pan tostado sonaban bien. Cuando regreso con la bandeja con ambos desayunos, Severus acababa de salir de bañarse y estaba secándose.

Harry le indico donde estaba el desayuno, lanzó un hechizo de conservación sobre su desayuno y entró a ducharse también. Severus había dejado un par de toallas nuevas y empezó a dar cuenta de su desayuno. Había visto los cambios en su anatomía y cara, no tan asombrado como podría esperarse, ya que desde que la magia entro en su interior, sintió pequeños dolores como cuando llegó a tomar crece-huesos, un indicativo de que la magia estaba cambiándole de alguna forma.

Había temido algo como "cambios drásticos", pero resultaron ser agradables. Su núcleo no estaba tan "nutrido" como esperaba, pero quizás se debía a que sus primeros años de vida, nunca pudo cuidar de su salud, dadas sus condiciones de vida y cuando finalmente tuvo un adulto responsable, muchos de sus problemas eran considerados irreversibles.

Como fuera, una vez que Harry se hubiera bañado y tomado su desayuno, sería hora de hablar.

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