Capítulo 3
Severus había ejecutado el ritual para las cenizas de su abuelo a la perfección. Al menos, creía haberlo hecho a la perfección, ya que el ritual para enterrar un cuerpo bajo un roble tan anciano, era un conocimiento perdido en el tiempo, pero no para los Prince.
La familia Prince era una de las pocas familias autorizadas a ejecutar los viejos ritos mortuorios, ya que al igual que los Black, sus rituales entraban dentro de las leyes de magias familiares. Los Prince descendían supuestamente de antiguos druidas y algunos sacerdotes romanos, cuyos ritos estaban enfocados en rituales referentes a la naturaleza y los sabbats de la rueda del año.
Desde la época de su tatarabuelo, según lo dicho por Maximus, ya casi nadie se acordaba de los druidas. Habían sido magos muy poderosos y muy conectados con el flujo de magia que había en el mundo. Maximus le habló de los druidas a Severus, pero dijo que hace muchas décadas no se había oído hablar de ellos, y quizás incluso siglos.
El último druida del que se había documentado algo, databa de la época de los fundadores de Hogwarts y se rumoreaba que Merlín era un druida también. Severus encontraba estas historias fascinantes pero las tomaba como mitología. Sin embargo, los rituales druídicos que le enseño su abuelo, ciertamente eran poderosos y agradecía poder ejecutarlos en su propiedad.
Ahora Severus ya había cumplido la voluntad de su abuelo y su siguiente tarea era ver si la propiedad estaba estable como para ser restaurada o por el contrario, era mejor demoler. Paso en eso todo el resto del día y se encontró con que lo que había comprado para comer ya se había acabado y tendría que salir a comprar más víveres para poder pasar el resto de los días y cenar ese día también.
Ya había visitado la panadería de Potter el día anterior, así que decidió pasar al pub y quizás obtener algo de información sobre su nueva propiedad. Decidió llevarse el carrito de compras para evitar hacer hechizos, ya que el pueblo era mixto y no quería usar magia fuera de su propiedad.
Armado con el carrito de metal y un suéter ligero para el clima de verano pero que tenía ya algunas tardes frescas, Severus salió de la mansión Prince y encamino sus pasos hacia el Pub. Cuando llegó al local, se asombró del sitio. Ciertamente los comensales eran lo que se esperaba de estos establecimientos y había un espectro variopinto de ellos, pero lo que le impresiono fue el local en sí.
Ya había observado que el poblado era bastante histórico, con edificios antiguos y bien conservados que si no fuera por las señalizaciones de internet y wifi en varios locales, uno pensaría que había sido arrojado a la época medieval. No debería haberle extrañado, ya que Godric's Hollow, un pueblo mixto también, conservaba ese mismo aire antiguo.
Buscando una mesa, encontró un lugar relativamente apartado y se sentó ahí. Una mesera de mediana edad, pero bastante atractiva, llegó a él y tomó su orden, al tiempo que le decía cuál era el especial del día. La sopa cremosa de pollo sonaba bien y Severus pidió eso con pan y una cerveza fría. La orden llegó unos minutos después y el hombre se sorprendió de lo bien que sabía.
El pan era delicioso también y Severus notó que el sabor era idéntico al del día anterior, así que debía ser de la panadería de Potter. Se tomó un poco de su tiempo en pensar sobre eso pero lo descartó rápidamente. Si el chico quería estar en un perfil bajo, él no era nadie para sacarlo de ahí.
Ocupo su tiempo en hacer algo de conversación con los comensales a su lado, preguntándoles sobre la propiedad Prince, ya que él la había heredado. Los locales le contaron toda clase de chismes sobre el lugar, desde el clásico "casa embrujada" hasta tragedias que haría palidecer a las griegas. Como fuera, no había realmente leyendas que insinuaran que alguna vez la propiedad fue ocupada por magos y Severus empezó a derivar las conversaciones a tópicos intrascendentes.
Una vez pagada la comida, Severus Snape, próximo a ser Prince, iba saliendo cuando justo detrás de él, entro Harry Potter. Severus no lo vio, pero Harry a él, sí. Mientras se sentaba en su mesa habitual y la mesera empezaba a preparar la orden habitual de Harry, este estaba sintiendo la magia a su alrededor. Aunque este era un pueblo mixto, había muy poca magia circulando en el pueblo.
La mayoría de los mágicos que vivían ahí, preferían hacer magia en sus casas y solo había pocas estelas de magia residual, producto de la simple existencia de estos magos y brujas. La presencia de este mago se sentía más fuerte que otras estelas y sondeando un poco aquí y allá, Harry se enteró de que este mago se llamaba Severus Snape y había heredado la propiedad Prince.
Harry sabía quién era Severus Snape, ya que había muchos artículos sobre él y sus pociones innovadoras. Eso resolvía el misterio sobre sus niveles de magia. Los mágicos que obtenían maestrías solían tener mucha magia, pero aquellos que eran excepcionales, tenían muchísima magia.
Harry también tenía mucha magia y era un problema para él. Sabía que este mago no tendría esos problemas, pero quizás podría entender el problema que le suponía a Harry o tal vez encontrar alguna poción. Todo sería mejor si el hombre supiera donde encontrar un roble sagrado, podría ayudar con su magia. Siendo un pocionista de renombre, quizás podría conocer la ubicación de uno, o al menos, conectarlo con algún distribuidor de ingredientes que supiera donde había uno.
Harry decidió intentar conocer al recién llegado Severus Snape.
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Lughnasadh llegó y Harry estaba horneando el pan para la celebración. Una de las múltiples razones por las que escogió este pueblo en particular, es que era una comunidad que en su mayoría celebraba el paganismo. Había variantes, claro, y algunos cuantos católicos y protestantes, pero la mayoría de los habitantes, sobre todo muggles, celebraban las viejas costumbres, que ellos originalmente ignoraban se habían originado en el mundo mágico.
Era el tiempo de las primeras frutas y Harry ya había ido a cosechar algunas con sus proveedores locales y al bosque circundante, así como algunas de su pequeño huerto. Algunos higos, arándanos, cerezas, fresas, frambuesas. Era la mejor época para las frutas rojas y Harry solía hacer varios frascos de mermelada y las vendía en el mercado que se hacía para celebrar la festividad.
Participaba también en las hogueras y repartía pan entre los asistentes a las mismas. A veces bailaba alrededor de las hogueras con algunos otros de los jóvenes y ponía un puesto para vender sus productos. Los gitanos siempre adoraban comprarle porque era el único que entendía como regatear con ellos.
Harry estaba empacando sus últimas mermeladas cuando la campanilla de su panadería sonó. Era Severus Snape, quién ya llevaba una semana en el pueblo. Oak King era un pueblo bastante pequeño cuando ya se llevaba bastante tiempo ahí, así que al final, todos los chismes eran sabidos por todos. Severus tampoco estaba ocultándose exactamente. Los chismes decían que el hombre estaba renovando la vieja mansión Prince y que probablemente era un mago.
Severus Snape contesto parcamente al saludo de Harry y estaba tomando algunos panes de trigo y otros de maíz en una bandeja. Harry observó que eran panes que podían usarse para los ritos de Lug, lo que era un claro indicativo de un mago "de los viejos ritos". Ya eran pocos.
—¿Sería todo? ¿No estaría interesado en una mermelada casera de frutas del bosque? —Severus arqueo la ceja ante esto, pero el chico parecía inmune y simplemente sonrió.
—Si pudiera probarla, tendría una mejor base para esa decisión—Harry sonrió y asintió.
El muchacho entro a la trastienda y salió un par de minutos después con unas rebanadas de pan de centeno y varios frascos pequeños de mermeladas. Dejó las compras de Severus en una mesa auxiliar y procedió a cortar las rebanadas en pequeños cuadrados.
—¿Cuál le gustaría probar primero? De izquierda a derecha tenemos higo, arándanos, frambuesas, grosellas, moras, fresas, zarzamoras, cerezas y conseguí algunas piñas frescas para tener un sabor un poco exótico. También tengo esta que es mezcla pero solo de frutos rojos—.
Severus decidió probar primero en el orden establecido y aunque le gusto la de higo, la de cerezas y la mezcla de frutos rojos fueron sus favoritas. Dijo exactamente eso y Harry le dijo que si se llevaba dos frascos, le daría un descuento. Severus aceptó y mientras Harry empacaba los frascos en la bolsa de Severus, le comentó sobre la feria de Lughnasadh.
Severus parpadeo un poco confundido y Harry le explico sobre como el pueblo era en su mayoría seguidor de las religiones paganas. Eso pareció tranquilizar un poco a Severus, que aunque sabía que los pueblos mixtos informaban a los no mágicos sobre la presencia de magos, también sabían que no podían usar magia más que de forma defensiva o para la vida diaria.
Una feria pagana sonaba a algo que le habría gustado a su abuelo, así que le dijo a Harry que lo pensaría. El chico solo asintió y siguió acomodando frascos de conservas y mermeladas en cajas luego de darle su bolsa de compra y desearle un buen día.
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Ciertamente, Severus no esperaba una feria de estilo medieval. Esperaba algunos puestos con productos caseros, algunas cajas de cosechas por aquí y allá, así como algunos juegos mecánicos de esos que se rentaban para este tipo de eventos... y eso también estaba, pero muchos de los asistentes se habían disfrazado como en el medievo... o mejor dicho, la versión televisada de lo que vestían en el medievo.
Esos eran más bien los turistas. Los locales vestían ropas más acordes a la época y varios de ellos usaban atuendos que parecían sacados de libros de fantasía con telas de colores verde musgo y pino sobre pantalones y túnicas de colores parecidos a la tierra.
Más allá de los puestos, había un grupo de carrozas con varios gitanos. No gitanos de "película", sino verdaderos gitanos. Claro que vestían su indumentaria colorida para poder atraer incautos, es decir, clientes, pero Severus ya había tratado con algunos gitanos y si bien la gran mayoría eran no mágicos, aun sin magia, se podía sentir cierta "magia" en ellos.
No eran simples no mágicos, sino que muchos de ellos tenían conocimiento de las fuerzas que regían el mundo mágico y respetaban esas fuerzas. Los gitanos quizás eran una de las pocas personas no mágicas que podrían entender la complejidad de la magia sin poseerla ellos mismos.
Harry estaba en un puesto cerca de los gitanos y Severus decidió ir en la dirección contraria. Por alguna razón, estar cerca de Harry lo ponía nervioso. No era nervios de "me parece guapo" o "me intimida". Simplemente había algo extraño con el chico y lo podía sentir en su cuerpo. Era como si hubiera algo opresivo rondando al chico, pero dado que los goblins habían hecho público el certificado de defunción de Voldemort, no había amenazas a su vida.
Claro que hubo uno que otro mago oscuro que intento llegar a él en los primeros días en que el chico cumplió la mayoría de edad y ya no estuvo bajo la protección de las barreras de sangre de su familia, pero esos magos se encontraron en estado vegetativo luego de enfrentarse al chico. Potter nunca hablo con la prensa sobre lo que les hizo y solo explicó ante el Wizengamot lo que sucedió en cada ataque.
Luego de aquel juicio a puertas cerradas y con varios y poderosos hechizos de confidencialidad, se declaró que Harry Potter tenía el permiso del Wizengamot para usar las 3 maldiciones imperdonables sobre quienes lo atacaran, para evitar más magos en estado vegetal. Solo hubo un par de ataques más a su persona con magos Imperiados, entregándose ante el Departamento de Aplicación de la Ley Mágica y confesando sus crímenes antes de que todo ataque contra el chico cesara.
Nunca se habló en la prensa sobre lo que pudo haber hecho Harry Potter, pero no hubo más magos que fueran por su cabeza y aunque el Wizengamot insistió en tenerlo en las filas de los aurores, Harry declaro que solo quería vivir una vida tranquila... y eso hizo.
Potter parecía prosperar en este pueblo mixto donde era un simple panadero. Severus, aunque aún sentía cierto dolor por la pérdida de la que fue su primer amiga, no sentía que le debiera nada al chico. Sus memorias de Lily eran relativamente pocas contra las memorias que le habría dado Petunia.
Como fuera, él, al igual que Potter, estaba empezando a sentirse prospero en el pueblo. El ambiente se sentía bastante más ligero que en muchos pueblos en los que había estado y aunque amó vivir en Corvidae, este pueblo, la cuna de su familia, se sentía más como un hogar que su anterior pueblo. Quizás era que los no mágicos parecían aceptar bastante a los mágicos, sin prejuicios de por medio. Al menos no evidentes, podía ser que existieran y estos fueran de closet. Severus no lo sabía.
Revisando las cosas de su abuelo, Severus encontró muchos de los grimorios y diarios familiares que había buscado antes en la bóveda familiar en Gringotts. Estaban en bastante buen estado y tenían información sobre los viejos ritos, así como varias anécdotas familiares.
Según lo escrito por uno de sus ancestros, en algún momento luego de la fundación de Hogwarts, se encontró a un druida. Era una druidesa mejor dicho, y esta había sido hallada en la Selva Negra, desorientada y sin recordar cómo había llegado ahí. Los diagnósticos mágicos de la época, indicaron que se había intoxicado con pan de centeno contaminado con cornezuelo y había alucinado por efecto del hongo.
Luego de que la trataron y la llevaron a Hogwarts (que en esa época además de escuela, fungía como santuario), esta lentamente empezó a recuperar algunas memorias y las más frecuentes la guiaron hacia Escocia donde se estableció, se casó con un miembro de la familia Prince y luego no se volvió a saber de ningún otro druida. O al menos en tierras del Reino Unido. Incluso esta druidesa solo estaba documentada en los diarios de la familia Prince. Severus no encontró referencias de la druidesa en documentos del ministerio o libros de historia hasta ahora.
Severus estaba extasiado de comprobar que era cierto que en su familia corría sangre druida, pero evidentemente los druidas eran escasos y solo nacían unos pocos repartidos en varias décadas. Los grimorios no indicaban mucho sobre como identificar a los druidas, pero se decía de ellos que tenían muchísima magia en bruto. Era como si fueran enormes repositorios de magia y era tal su nivel de poder que necesitaba "descargar" su magia en su entorno.
Los viejos ritos ejecutados en los sabbats eran para que los druidas descargaran esa magia y pudieran vivir vidas relativamente normales al tiempo que protegían sus aldeas. Los sacerdotes romanos habían tenido envidia de los druidas y contribuyeron activamente en desaparecerlos porque no podían "duplicar" su existencia en sus propios sistemas mágicos.
Al menos es lo que habían documentado sus ancestros en los grimorios.
Siendo un Prince, Severus había decidido abrazar las costumbres de su Casa y ya había empezado los trámites para tomar el manto de la Noble y Ancestral Casa Prince. En unas pocas semanas sería conocido como Lord Severus Prince y por eso estaba tan involucrado en renovar la mansión de su familia.
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