04/09/2001

Faltan 7 días para el caos
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Corría el año 2001. Un recién ingresado estudiante de economía en la Universidad de Columbia llamado Naruto Uzumaki iba camino a su trabajo como becario en el WTC 1, más conocida como una de las Torres Gemelas. Era su segundo mes en este trabajo que le permitía sacarse algo de dinero para poder vivir cómodamente en la ciudad neoyorquina.

Aquel martes no parecía ser su día. Todo por culpa de haberse despertado con la pierna izquierda según él. Perdió el autobús y tuvo que recurrir al metro, transporte que para nada le gusta. Más tarde se cayó a la salida, aunque bueno, esto es algo común de nuestro amigo debido a su torpeza.

- Lo siento señorita, de veras. - dijo el rubio mientras ayudaba a la muchacha a levantarse.

- N-no ha sido n-nada. No s-se preocupe. - respondió tímidamente.

Aquella mujer le parecía curiosa. Primeramente, su largo y azulado pelo, segundo, sus ojos de un color ¿perla? No era un color común de ojos. Algo extraño pasaba con esa mujer.

De camino al trabajo, pisó algo raro. Por su suerte no eran heces de un perro. Era un carnet de estudiante de la Universidad de Cornell. La foto de dicho documento le indicó que era de la chica con la que se había chocado hace un momento. Iba a dárselo cuando se chocó de nuevo con otra persona.

- Arhg, lo siento mucho de verdad. Hoy llevo un día que estoy fatal. Perdona mi descuido.

- Más te vale estúpido torpe. - respondió cortante aquella persona.

- Oiga, un poco más de respeto por favor. No hace falta insultar. - dijo el rubio aún en el suelo aclarando sus ojos

- Entre amigos no hay tapujos. Siempre se menciona los defectos del otro ¿Eh Naruto?

Resulta que aquel muchacho con el que se chocó con su mejor amigo y compañero de piso Sasuke Uchiha.

- Hey, Sasuke. ¿Qué tal? Lo siento mucho pero ahora mismo tengo que irme, a una chica se le cayó el carnet y se lo tengo que dar.

- ¿Hablas de este de aquí? - dijo mostrando el permiso de dicha chica.

- ¿Eh? - gritó el rubio al ver que no lo tenía. - ¿Cómo? y sobretodo, ¿Cuándo lo cogiste?

- Verdammt, Dummkopf. - dijo Sasuke insultando al rubio. - Con tu torpeza ni te diste cuenta de que se te cayó.

- Perdona mi torpeza señor Franz Beckenbauer. ¿Quiere que de paso le traiga una cerveza de Baviera y un Frankfurt mientras vemos un partido del Dortmund? - respondió sarcásticamente el rubio.

- Imbécil, ¿algún día pararás de hacer eso?

- Cuando no me hables en alemán. Acordamos que o me hablas en español o en inglés. Bueno, dame el permiso de conducir de la muchacha que se lo tengo que llevar antes de que se vaya al metro y no la encuentre.

- Déjamelo a mí. Yo me encargo. - respondió cortante el Uchiha. - Después de todo va a mi misma universidad.

- Es cierto, se me había olvidado que ibas a la Cornell. - dijo el rubio llevándose la mano a la nuca. - Bueno, nos vemos al mediodía en casa.

- Si es que no te rompes algo por el camino, torpe.

En ese momento, Naruto sintió el verdadero terror. Se acordó que no había lavado los platos, cosa que le correspondía hacerlo tal y como acordaron repartirse las tareas.

- ¿Qué te pasa en la cara? - preguntó el Uchiha al ver los nervios de su amigo. - ¿No los lavaste verdad?

- ¡C-claaaaro que s-sí lo hice! ¿Me estas tomando por un irresponsable?

- Ah shit, here we go again. Me las pagarás Naruto Uzumaki. La venganza se sirve en un plato frío.

- Podrías haberte vengado hace tiempo sobre los platos del lunes, y la colada del viernes, y por no haber fregado el suelo el sábado,... Pero sin embargo no haces nada. Me da a mi que no tienes ideas.

- No puedo vengarme por una simole cosa. Debo acumular el suficiente odio para que la venganza sea buena.

- Intentaré que te falte odio entonces. Lo siento, llego tarde al trabajo. Chauuu.

Tras hacer el sprint de su vida y tener la suerte de no necesitar esperar el ascensor. Naruto llegó a la planta de su oficina.

- Menos mal. Llegué justito. Ahora a descansar unos minutos y luego ya a trabaja...

- ¿Naruto Uzumaki? - entró el guardia a la planta. - Te llama el jefe.

El rubio bufó cansado. No habían pasado ni tres segundos de descanso y ya tenía que levantarse.

Siguió al guardia hasta la oficina del gerente, allí estaba jugando con el mechero dado que no se podía fumar en el edificio.

- ¿Me mandó a llamar señor Asuma?

- Sí, adelante Naruto. - dijo el hombre invitando al Uzumaki a sentarse mientras se incorporaba en su silla. - Ya llevas un mes con nosotros y mañana se te acaba el contrato.

- Lo sé jefe. Iba a hablaro con usted hoy tras finalizar mi jornada. - respondió Naruto pensando ya en el próximo trabajo que podría compaginar con los estudios.

- Entonces he decidido que te vas a quedar con nosotros.

- ¡¿Enserio jefe?! - preguntó el rubio incrédulo.

- Enserio, solo que hay un pequeño cambio. Te vas a pasar a las oficinas de WTC 2 la otra Torre.

- Sin ningún problema jefe. Muchas gracias de verdad.

- Si fuera por mí te ponía a trabajar a tu bola ya. Pero por temas burocráticos vas a tener que estar a prueba unas dos semanas. Alguien estará supervisando tu actividad y él me recomendará si sigues o si no.

- De acuerdo. ¿Y este cambio cuando se produce?

- Ahora mismo. De hecho, tu supervisor o supervisora ya te está esperando. Intenta llegar lo más pronto posible, pero descansa un poco por el camino ya que veo que has llegado un poco agotado. Piso 11, Puerta 09, Oficina 2001.

- Ahors mismo voy. De nuevo, muchas gracias señor Asuma.

En dirección a su nuevo hábitat de trabajo, se sentía lago extraño así que se puso a pensar en sus estupideces que ha cometido.

Una vez llegó ahí, una joven y bellla mujer rubia que estaba al lado de su oficina le habló.

- Muy buenas señor Naruto Uzumaki.

- Ehm.. Hola - respondió nervioso el rubio.

Intentaba mantener contacto visual con la fémina para transmitir que estaba seguro. Sin embargo, se notaba su tensión. Sumándole el hecho de que Naruto estaba más perdido en el bello rostro de la mujer que un ciego en un laberinto.

- Soy Ino Yamanaka. Y de hoy en adelante seré tu supervisora para ver si eres apto o no para trabajar. Aunque el señor Asuma ya me habló muy bien de usted.

- Supongo que eso es un punto a favor. - contestó el rubio alegre.

- Evidentemente, aún así hay muchos más aspectos que valorar. Si le parece, puede tomar su puesto, mi oficina está justo al lado por si me necesita. Yo estaré viendo como trabaja y la calidad del susodicho.

Naruto se puso a trabajar tan rápido como Ino acabó su frase. Empezó a aburrirse así que sacó su MP3, puso música y empezó la faena. Notaba como, de vez en cuando, las miradas de su supervisora se clavaban en él frecuentemente. Pero no le dio importancia ya que sólo estaba haciendo su trabajo

- Perdona que te interrumpa señor Naruto...

- Con Naruto esta bien por favor. No me gustan mucho las formalidades.

- Es cierto pero estamos en un ámbito profesional. Algo de formalidad debe haber.

- L-lo siento. - dijo el rubio pensando que ya la había cagado al dar mala impresión.

- No hay problema. A lo que iba. ¿Usted tiene algún tipo de fetiche?

Naruto se quedó atónito, ¿qué clase de pregunta era esa?

- Si trabajar con ganas se considera un fetiche entonces sí. - respondió pensando que iba a recuperar puntos de esta forma.

- Veo que tiene un buen sentido del humor. Me ahorras trabajo entonces. Es que los últimos dos recomendados por el señor Asuma eran un tío sadomasoquista con rituales algo exagerados y otro con un fetiche por las serpientes. Por lo menos ahora sé que no me encontraré sorpresas. - dijo la rubia riéndose.

El Uzumaki también se rió debido a lo absurdo que sonaba eso. Realmente lo era. ¿Cómo Asuma, que parecía una persona con conocimientos, iba a recomendar a esos dos? Supuso que eran los efectos secundarios del tabaco y siguió a lo suyo.

Justo cuando iba a recoger para ir a casa y luego ir a la uni, notó que había una nota colgada en el corcho de su escritorio.

" Si tienes tiempo mañana al mediodía te espero en la cafetería al lado del Toro de Wall Street."

Cogió dicha nota, la guardó y se fue para su casa. Al llegar, se encontró con un balde de agua encima de la puerta que por suerte esquivó.

- ¡Hoy no Sasuke! - gritó el rubio alegre

Pero recordemos que nuestro amado rubio es torpe. Lo que provocó que se resbalara con el agua que cayó.

- ¿Dijiste algo Naruto? - comentó seriamente el Uchiha con una ligera sonrisa. - Ezequiel 8:13

- ¿Eh? Ahora dilo que lo pueda entender.

- "Verás cosas aun peores que estas" dice la Bíblia.

Naruto sabía que cuando su compañero de piso empezaba con referencias bíblicas iba en serio. Así que para no enfadarlo más se fue a comer rápido y luego a la universidad.

Por la noche, llegó medio dormido ya que se aburría bastante en clases. Aunque para aprovar siempre le pedía ayuda a su compañero Shikamaru y solucionado. Para su suerte, el Uchiha esta vez no le había tendido ninguna emboscada. Así que se preparó un huevo frito para cenar y se dirigió a su habitación.

Antes de dormir, cogió el papel y se puso a pensar. ¿Quién lo podría haber puesto? Sólo se ausentó por un momento para ir al baño. Ya lo descubriría mañana que no tenía prisa por la universidad.

- ¿Sabes esa sensación de que tu vida parece que está a punto de cambiar? - se preguntó el rubio a si mismo. - Eso es lo que siento ahora. Pero no sé si para bien o para mal.

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Hallöchen amiwis. Espero que esten bien. Aquí les traigo una nueva historia, esta vez del hermoso y maravilloso Naruino, mi OTP XD.

Si tienen una mínima cultura general o cultura de memes y se fijaron en las pequeñas referencias tanto en la portada como en la historia sabrán en que episodio real y trágico se basa la historia. ¿Qué creéis que ocurrirá?

Además, les tengo hoy una promoción buenarda. Si no me seguías y ahora me sigues, Kishi reahará el arco de la Guerra y Neji seguirá vivo. Y si encima comentan y votan, el Nejiten será canon

Sin más que decir, comenten y voten si les apetece, y si no se les aparecerá Ichigo con máscara Hollow detrás de ustedes por la noche.

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