¿Que sucede conmigo?
Definitivamente lo que sucedía era raro...
Por un lado, USA no había corrido a México en 2 semanas y por otro, UK había estado dejando a Malvinas ver a su madre, específicamente desde que se vieron por última vez en territorio de su hijo.
Los latinos también notaban el comportamiento raro de sus ex, es decir ¿Desde cuándo habían sido tan atentos y comprensivos? Todas sus peleas se acabaron y eso era algo, aterrador en cierta parte.
Sin embargo, nadie se había detenido a ver realmente las causas de ese comportamiento, pero, en la mente de los ingleses todo aquello no dejaba de dar vueltas
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UK se encontraba en una playa, la desconocía totalmente, sin embargo, era tan hermosa que era buen candidato para portada de revista de viajes.
Caminó en silencio un tiempo hasta que en medio del camino apareció de la nada Argentina, mirando al horizonte.
Intentó llamarlo, pero las palabras no salieron de su boca, simplemente caminó hasta su dirección. En un principio sintió un ligero miedo inexplicable, como si estuviera a punto de hacer algo que no debía.
Tomó en sus brazos al latino y lo acercó a su cuerpo, ahora todo miedo y duda se habían ido, ese calor que crecía en su corazón era muy agradable.
No supo en que momento estaba tan cerca del rostro contrario, simplemente se dejó llevar, acercando cada vez más sus labios y...
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UK se despertó exaltado y sudando bastante. Aún era de madrugada, el reloj digital de la mesa de noche eso decía. A su lado Francia ya se había comenzado a despertar por el movimiento de su pareja.
-¿Qué sucede Mon Amo?- Con los ojos aún pegados del sueño se incorporó.
El inglés tragó algo de saliva antes de contestar –Una pesadilla súper extraña-
-oww, tranquilo amor- lo abrazó –Yo estoy aquí-
-gracias...-
Claramente UK no estaba nada cómodo en ese momento, es decir, estaba teniendo esa clase de sueño con alguien que no era su pareja.
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USA no había podido dormir en toda la noche, pues en cuanto pegaba ojo, el mexicano aparecía todo romántico y meloso. Pero no podía quedarse en casa a descansar, tenía deberes que hacer.
Tuvo que levantarse y tomar un baño para despertar un poco más. Luego tuvo que beberse el café más fuerte que se pudo preparar.
La calma de la casa fue interrumpida por la puerta siendo tocada insistentemente. El dolor en su cabeza por el sueño era insoportable, así que fue a abrir.
-Ya escuché...- soltó con fastidio y abrió la puerta.
Para terminar su sufrimiento, del otro lado estaba la razón de sus sueños tan molestos.
-Buen día... ¿Te sientes bien? Estás horrible- comentó
-no me molestes...- lo dejó pasar –no dormí bien-
-y tomando tanto café jamás dormirás- México le quitó el café –¿Ya desayunaste?-
-Aún no, solo bebí ese café-
-No tienes remedio, préstame tu cocina, te haré algo delicioso- México se abrió paso hasta la cocina
USA no podía estar más intranquilo, la razón de su insomnio estaba en su casa preparándole sin duda algo picante –I'm not drunk (no estoy tomado)- expresó al verlo tomar los chiles de la alacena
-ya sé wey, pero el chile te hará despertar sin duda- el gringo no tenía tortillas, pero si totopos, así que eso tendría que usar.
-¿a qué viniste México?- preguntó mientras se colocaba cerca del latino
-Pues... ¡Me cachaste! Quería pedirte que por favor hables con California, Nuevo México y Texas- suplicó
-¿Por qué?-
-¡Ninguno de ellos quiere verme! ¡Incluso los he visto hablar mal de mi gente!- confesó –¡¿Qué hice mal?! ¡He tratado de ser una buena madre!-
El rostro del tricolor realmente reflejaba toda esa tristeza que sus palabras describían. USA sabía que sus hijos se comportaban así porque eran inseguros, demasiado. Ellos entendían que no eran iguales a sus medio hermanos por parte del gringo, por lo que de niños se ganaron el acoso de los que si eran 100% estadounidenses.
-puedo... Es decir, podría pedirles que vengan, así podrás hablar con ellos cara a cara- le propuso
-¡¿realmente lo harías?! ¡Te debo una!- sorprendentemente lo abrazó, era raro, llevaba tanto tiempo de no recibir ese cariño por parte del contrario
Confundido y no muy seguro de aquello correspondió ese gesto. Ese abrazo le aceleraba el corazón e iluminaba sus mejillas, realmente, algo malo le estaba pasando.
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-¡Pelusa! ¡Ya deja de morder mis almohadas!-
Australia estaba batallando un poco con su araña, repentinamente tenía la necesidad de morder todo, por fortuna no había mordido a nadie salvo a su hermano mayor.
-¡si no te quedas quieta no te daré postre!-
Era inútil razonas con una araña tan necia como lo era Pelusa, pero algo debía hacer para parar tal comportamiento.
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Hola chicos :3
les dejo esta pequeña actualización de esta historia
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