—Dios YoonGi, no puedo caminar más. —Dijo el omega recargando su mano sobre el hombro de su alfa.

—¿Qué pasa?.

Preguntó preocupado y tomó del brazo a JiMin quien respiraba difícilmente. Había cumplido su octavo mes por lo cual su vientre había crecido más de lo normal.

—E-es normal... Solo es el bebé... Esta muy grande. —Contestó.

—Vamos a casa, entonces. —YoonGi tomó se agachó para tomar sus piernas y su cintura, quería cargarlo al estilo nupcial pero JiMin se quejo mientras lo alejaba.

—N-no.

Puso un brazo sobre su otro mirándole incómodo. YoonGi confundido se aproximó tomándole del brazo. —¿Por qué no amor?.

Preguntó con voz dulce, queriendo tranquilizar al omega del trance al cual apenas estaba por entrar. Unos minutos de silencio hasta que el omega abrazo al alfa y sollozo sobre su pecho. —Siento ser una carga para ti.

Dijo dolorosamente apretando sus labios. —E-estoy subiendo mucho de peso y... No quiero que me cargues y termines pensando que estoy gordo...y me dejes y...

YoonGi apartó a JiMin y rio. Fue tan incómodo pues el alfa no decía nada y JiMin solo le miraba expectante tratando de que le respondiera algo. YoonGi rodeo de nuevo sus piernas y tomó su cintura y lo cargo sobre su pecho.

JiMin soltó un quejido asustado y miró enojado a YoonGi. —¿Qué hace...?

—No hay nada que me haga cambiar de opinión respecto a cuanto te amo amor. —Se encorvo y beso su mejilla con ternura. Jimin se sonrojo y termino sonriendo solamente acomodándose sobre los brazos de su alfa el cual debía ser muy fuerte.

Y es que JiMin aún no le notaba, pero el, aun era delgado solo su vientre era la única protuberancia en su cuerpo y era pequeñita.

Ambos llegaron a casa y YoonGi depósito a su omega en el sillón de la sala lentamente. Jimin Suspiro y dejó caer su espalda contra el respaldar descansando su estómago.

—Pesa, todo mi cuerpo pesa. —Soltó en reproche abultado sus labios. YoonGi llegó junto con el y se sentó a su lado dando otro suave beso pero ahora en sus labios.

—Eso dijo el doctor amor, no se que se siente, pero, se fuerte para nosotros ,¿Sí? —. Se refirió al pequeño por nacer y a él mismo.

El omega asintió y llevó su mano hacia su vientre.

Esa noche ambos habían dormido apeteciblemente. YoonGi le rodeaba y daba suaves caricias sobre su vientre y debes en cuando besaba su hombro. Dándole mimos. Fueron las 2 de la mañana cuando JiMin sintió un dolor en su vientre.

Se levantó de su cama y miró el suelo, estaba un poco mareado y eso le hizo tocar su cabello y llevarlo hacia atrás, estaba sudando.

No, no puede venir el bebé.

Pensó mirando la fecha sobre el calendario pegado justo en la pared que daba a la salida de la habitación. Respiro hondo y soltó el aire. Se levantó como pudo de su cama recargandose sobre la pared, YoonGi aún seguía dormido y como tenía el sueño pesado era obvio que no le notaría con el movimiento.

Se miró en el espejo y vio que la camisa de su pijama estaba mojada, levemente mojada en la parte de sus pezones. Chillo asustado y levantó de esta encontrándose una sustancia blanca.

Llevó uno de sus dedos y olio dándose cuenta que era aquel tipo de leche que producían, o mejor dicho la lactancia, que era normal en el octavo mes cuando está salía y dejaba manchas sobre la ropa.

Nada estaba bien. Cada día más se sentía insuficiente, no había nada de que hablar, ni YoonGi de qué presumir. Ya no tenía buenas curvas, su trasero era más gordo, su cara tenían ojeras exageradas y ahora, tenía que ser cargado o tener que soportar mojar su pijama.

Soltó un sollozo, odiaba cada parte de él, y solamente eso pensaba. Por suerte, YoonGi escucho sus sollozos y se dirigió al cuarto de baño abrazando su cintura y tocando levemente su vientre. —Amor, ¿Es por el bebé?.

Preguntó y JiMin se dio la vuelta negando mirando los ojitos entrecerrados de su alfa. —N-no... E-es mi cuerpo.

Hablo con confianza. YoonGi negó y se agachó besando levantando la camisa del Omega y besando su vientre, sus caderas, tomó sus manos y beso sus dedos. Se levantó de nuevo y tomó su rostro besando toda su cara. —Dios, pero sí eres precioso. ¿Por qué te sientes así? ¿Por lo que digan otras personas?... Jimin, quiero que entiendas algo, y es que, no hay nadie mas importante que lo que piensas tu, y solo tu, nadie va a decidir por ti, a lo que me refiero es que no dejes que nadie destruya tu salud emocional. Eres más hermoso de lo que piensas, de lo que ves, de lo que piensan aquellos... Así que no te importe lo que digan otros... Eres hermoso, perfecto...

El menor llevo sus manos hacia su cara y lloro sobre ellas asintiendo.