Capitulo XXVI

—Morgan— escuché una voz llamandome.

Con un agudo dolor de cabeza me desperté, frente a mi se encontraba Nicholás; su rostro estaba marcado por la preocupación.

Miré en todas las direcciones, estábamos dentro de una cueva oscura pero en el exterior era de día.

Entonces recordé lo que había pasado, la rabia me inundó nuevamente. Mi hermano había sido secuestrado por aquellos horribles seres.

A mi lado, en un estado de reposo se encontraba Damaeth y su rostro estaba muy pálido. Sus labios rozaban el color morado oscuro.

De inmediato me acerque a él.

—¿Crees que está bien? —interrogué mirando a Nicholás.

—No tengo idea, pero lo único que sé es que aquél polvo no me afectó como a ustedes. Yo desperté de inmediato.

—¿Qué quieres decir? ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

—Casi dos dias—respondió Nicholás haciéndome preocupar.

De inmediato me desespere, así no podría rastrear a mi hermano y tampoco tenía idea de como ayudar a Damaeth. ¿Por qué yo estaba bien y él no?

Ese polvo podía ser veneno demoníaco, así que una idea se me vino a la cabeza. Me acerqué rápidamente a Damaeth.

—¿Qué haces? —preguntó Nicholás al ver cómo mordía mi brazo.

Sí mi sangre me había curado a mí del veneno, tal vez también funcionaría en otros.

—Lo siento— pronuncié antes de enterrar mis colmillos en el brazo del rey elfico.

—¿Funcionará?

—No lo sé Nicholás, solo queda esperar. Pero entre más pronto sea mejor porque debemos rescatar a mi hermano.

Me senté en el suelo a pensar, Nicholás mantenía su normal actitud silenciosa.

De repente sentí un llamado, en mi cabeza podía sentir a mi hermano y nuestra conexión.

«Morgan, ¿Estas ahí?» la adrenalina me llenó al escuchar su voz.

«¡Sí! Aquí estoy, ¿tú dónde estás?
¿Te encuentras bien? Por favor dime que estás bien»

«No se donde estoy, es como una cabaña, debo irme. Ten cuidado y no te preocupes por mí, ellos me quieren vivo; debes buscar los tesoros sagrados. Presiento que iremos hacia allá»

«Neall» grité en mi mente, pero su presencia ya no estaba en mi cabeza. Sabía que él tenía razón pero mis ganas de ir y buscarlo eran mayores.

Después de contarle a Nicholás sobre mi pequeña conversación con Neall me levanté y me dirigí a cazar, debíamos mantenernos fuertes y esperar lo peor.

En el camino encontré un ciervo e inmediatamente lo ataqué, sin piedad enterré mis colmillos en su cuello. Después de tomar lo necesario levanté al animal y comencé a llevarlo hacia Nicholás.

Tan pronto llegué a la cueva, lo deposité en el suelo; él al verlo frunció el ceño un poco.

—Es mejor que te alimentes, aprovecha que está caliente— comenté mirando al pelinegro.

Éste se acercó al ciervo y comenzó a beber de él. Me acerqué a Damaeth y noté cierta mejoría en el color de su piel.

La noche se acercaba y con ella las altas temperaturas, con ayuda de mi telequinesis atraje varias ramas y encendí una fogata.

Con Nicholás decidimos rotarnos para vigilar, sabía que tarde o temprano algo nos atacaría.

—¿Crees que debemos seguir la búsqueda? —pregunté mirando al príncipe de Josephtild.

—¿Tu confías en tu hermano? —preguntó él mirándome con firmeza.

Asentí con la cabeza y no respondí más, yo confiaba en mi hermano. Mantenerlo a salvo también es mi prioridad pero estoy segura de que él es capaz de protegerse a sí mismo; su inteligencia y poder superan el mío.

Llegó la mañana y al despertar no estaban ni Damaeth o Nicholás, rápidamente salí a buscarlos un poco preocupada pero con la misma velocidad los encontré.

Damaeth se encontraba con un mejor semblante, despierto y con la misma determinación de siempre. Un poco de nostalgia me invadió al verlo bien y tan pronto me acerqué a él le dí un abrazo.

Segundos después me separé de y él comenzó a hablar.

—Nicholás me puso al día con todo, hemos perdido mucho tiempo y comprendo si quieres ir ya mismo por tu hermano.

Antes de que siguiera hablando lo interrumpí.

—Yo confío en Neall, iremos por la copa del rey vampiro—miré en
dirección a Nicholás —¿Puedes guiarnos?

—No será facil— respondió el.

—Vale la pena luchar por las cosas importantes así sean difíciles —comenté mirándolos a ambos.

Después de eso nuestro viaje comenzó, el reino de Josephtild era uno de los más lejanos. Se encontraba al este de donde nos encontrábamos y era conocido por su cielo nublado.

Yo sola no podía transportarnos directamente a aquél lugar, pues no tenía idea de la ubicación exacta o como se veía y si lo hacía podíamos terminar en el limbo. Para enviarnos a otro lugar necesitába a mi hermano y él me necesitaba a mí para hacer lo mismo.

El camino era algo difícil, pues debíamos pasar a través del conocido bosque de la niebla y éste lugar producía alucinaciones a quienes entraban en el.

—Siganme, no me pierdan de vista — comentó Nicholás con seriedad.

— ¿Cómo conoces éste lugar? —pregunté mirando el camino que pasábamos.

— Varias veces me escape del castillo para huir de mi padre— respondió Nicholás con rapidez.

La conversación terminó ahí, el bosque emitía distintos sonidos y alaridos difíciles de ignorar pero hacíamos lo posible.

Salimos de allí lo más rápido que pudimos pero no contábamos con que Damaeth no estaba detrás de nosotros.

—Yo iré por él — comentó Nicholás adentrándose al bosque nuevamente.

—Y yo iré contigo —dije siguiéndolo.

No tardamos mucho en encontrarlo, Damaeth se encontraba hablándole a un retorcido árbol.

— Damaeth—llamé, pero su atención era nula.

—Agatha, ¿eres tú? ¡Hermana! Te he extrañado tanto —dijo el rey de los elfos sin apartar su vista del árbol.

Nicholás no lo pensó dos veces y comenzó a empujar a Damaeth con fuerza, yo le ayudé y rápidamente lo sacamos de allí.

Al respirar el aire del exterior recobró la conciencia.

—Caí en la alucinación —afirmó él con un suspiro.

—Debemos irnos—comenté señalando el castillo que se asomaba al otro lado.

Ambos asintieron y comenzamos a caminar hasta allí. La imagen del exterior de aquel lugar era algo sombría, sobre todo por las nubes grises.

Nicholás nos guió a través de una puerta trasera, el interior era igual de oscuro al exterior; nos dirigimos por diferentes pasillos hasta que llegamos a unas largas escaleras.

Al bajarlas había una gran habitación llena de joyas, armas, pinturas, estatuas y arte antiguo. En una de las mesas principales se encontraba una copa plateada, ésta tenía piedras color carmesí incrustadas en su cáliz.

Nicholás se acercó a ella y la tomó.

—¿Ésa es la copa? —pregunté al ver que parecía muy normal.

—Lo que la hace diferente a las otras es que las piedras que lo adornan fueron creadas con la sangre del primer rey vampiro— respondió el pelinegro.

Estábamos a punto de salir cuando un hombre que tenía características similares a las de Nicholás aparece en la entrada.

Los ojos amarillos de el rey de Josephtild nos observaban con seriedad.

—Nicholás —pronunció él en voz baja.

—Padre —contestó el susodicho.

—Así que ya comenzó la profecía— sus ojos se posaron en mí —. Tienes a mi hijo para tu servicio, él te será necesario. Ahora vayan, el tiempo se agota.

Todos salimos rápidamente de ese lugar, Nicholás mantenía la boca cerrada pero sabía que ver a su padre le causaba agonía.

Estábamos a punto de salir pero cuando abrimos la puerta trasera, nos llevamos una sorpresa. Noah se encontraba con un pequeño ejército de guardias.

No teníamos escapatoria.

Capitulo dedicado a
ferrerwilmaris

Espero les haya gustado el capitulo❤️
Les tengo sorpresa, estaré subiendo un capítulo tres días seguidos😁

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top