Capitulo XX
—Acompañenme por aquí — pronunció el rey apuntando con su espada una roca.
Cuando él la tocó, una puerta se abrió a través de las grandes piedras del lugar.
Neall sostenía a Nicholás en sus brazos como todo buen príncipe llevando a su princesa. Reí un poco ante la imagen a pesar de que no era momento para ello.
Nos adentramos al lugar y el asombro me llenó por completo.
El interior era increíble, los arboles eran gigantes y parecían ser usados como sus casas.
Todo era inmenso, sí miraba a la derecha podía observar a lo lejos el invierno y sí miraba a la izquierda el verano.
Podía ver las cuatro estaciones a la vez, era impresionante. Además de que los seres que vivían allí desbordaban belleza por todas partes.
— Es mejor que lleguemos al árbol mayor rápido —comentó el elfo con mucha delicadeza.
Su amabilidad me impedía responderle que por nosotros hace tiempo ya estuviéramos esperando en el lugar. Ventajas de tener velocidad.
Desde aquí podíamos observar el gran árbol al que se refería, quedaba en la mitad de todas las estaciones y de éstas poseía algunas de sus características.
A paso lento llegamos a él y dos guardias custodiaban la puerta. Entramos y al observar el interior del lugar no dejaba de sorprenderme.
Uno de los guardianes guió a Neall para colocar a Nicholás en una habitación.
—¿Seguro que nuestro amigo está bien?¿Qué contenía esa flecha?—pregunté en dirección al rey.
—Él estará bien. Solo fueron hierbas de zeltacis, estará dormido por un tiempo. Y más importante saben ¿ por qué su amigo los atacó?
—Su poder se descontroló—respondí recordando lo sucedido.
—Sí y no. Su amigo se descontroló porqué la magia del bosque sacó a flote parte de su naturaleza.
—¿Dé qué hablas?—pregunté abrumada.
—Él tiene una gran cantidad de sangre demoniaca corriendo por sus venas. Por eso mi gente te atacó. Pensaban que eran demonios.
Me quedé en silencio ante las palabras de el rey, no teníamos ni idea de que él tenia sangre oscura de más por sus venas. Entonces recordé lo que había dicho mi padre "experimento".
Su padre había experimentado con él, le había dado la sangre de uno de ellos a Nicholás. Pero ¿de donde rayos la había sacado?
—Entonces, su alteza. ¿Nicholás es?
—Llámame Damaeth, aquí nadie me dice de esa manera. No me gusta —pronunció él con gran amabilidad.
—Está bien, Damaeth. ¿Qué es Nicholás?
—Él es un vampiro pero tiene una parte de demonio por la sangre también. Más no es un híbrido.
Suspiré ante la repuesta, estábamos rodeados de cosas extrañas comenzando por mi hermano y yo. Habíamos hablado tanto de Nicholás y su sangre que nos habíamos olvidado del principal motivo por el que veníamos.
—Morgan—escuché la voz de Neall.
Volteé a verlo y se encontraba tan tranquilo como siempre pero su expresión cambio después de contarle lo que Damaeth me había dicho.
El rey de los elfos nos observaba detrás de un escritorio mientras sostenía un libro. Parecía tan absorto en el como si lo que pasaba fuese algo normal.
Me alejé de Neall y me acerqué a él. Debía preguntarle por la información que necesitábamos.
—Damaeth—dije con firmeza — ¿Tú sabes algo de la descendiente y la profecía?
Apenas terminé de pronunciar la pregunta, él cerro el libro que tenía en las manos de golpe. Su ceño se fruncio un poco y se levantó.
—¿Cómo saben de eso? Mejor dicho a que vinieron, quienes son y mas importante ¿qué quieren? Se que su sangre tampoco es normal puedo olerlo.
—Neall y yo somos los príncipes de Jenovia. Nicholás es el príncipe de Josephtild. Queremos información sobre todo lo referente a los libros del sol y de la luna.
Después de eso comencé a contarle al rey sobre la herencia de sangre de mi madre y cada cosa que habíamos descubierto, toda la información que sabíamos pero su rostro no mostraba ni un ápice de asombro. Intuía que el ya tenía alguna idea sobre todo esto.
—Entonces ¿Tú ya lo sabías? —pregunté mirándolo fijamente.
—Hace doscientos años cuando asumí el trono, mi padre me contó la verdadera historia detrás de la guerra mágica. También sobre la profecía — comentó el paseando de un lado a otro.
—¿ Y ? Damaeth ¿Podrías contarnos?
Él asintió y comenzó a hablar sobre hace diez mil años.
—La historia comenzó con una poderosa reina de un aquelarre de brujas, quien tuvo a dos gemelas. Una era el bien y la otra el mal, la mayor tenia el don del sol. Su magia era muy poderosa y podía invocar a ciertas bestias que tuviesen su elemento: el fuego.
La menor era como la luna, sumergida en la infinita oscuridad, pero igual de poderosa a su hermana. Un día se enamoró de un príncipe elfo y él le correspondía pero el primer rey de Transilvania mató a su amado en una reunión de razas para quitarle su poder.
Ella se sumió en el dolor y un día descubrió que podía comunicarse con su fallecido novio. Con desesperación invocó a Lilith para hacer un trato con ella y revivirlo pero fue engañada. A cambio debía matar a su hermana y al no hacerlo fueron malditas.
Un demonio poseyó a la menor y la hizo crear una guerra. Saco su lado oscuro a la luz y controlaba a los demonios. Cada diez mil años sus almas renacerán. Una poseída por la luz y la otra por la oscuridad que le implantaron por haberle mentido a Lilith. Esa es la verdadera historia.— comentó el rey elfo.
Neall y yo nos quedamos en silencio analizando la explicación, eso respondía a algunas preguntas pero dejaba muchas sin responder.
—No quiero decirlo pero nuestra raza se aprovechó de todo esto ¿verdad?—preguntó Neall aparentando los dientes.
Damaeth asintió y tomo un libro del estante. Era supremamente viejo, jamas había visto un libro tan antiguo.
—Drácula quería adueñarse de todo el mundo mágico, así que quienes sobrevivieron se ocultaron esperando salvar a su especie, los que no lo hicieron fueron esclavizados o destruidos.
Por primera vez no me sentía orgullosa por ser de la realeza, los fundadores originales llevaban la sangre del rey Dracula. De solo pensar en mi madre y su familia me llenaba de ira.
—¿Ése libro es ?—preguntó Neall con seriedad.
A mi hermano le molestaba mucho este tema. Y sabía lo que pensaba. Sí nos convertíamos en reyes ayudaríamos a restaurar los otros reinos.
— Aquí está toda la información sobre el aquelarre al que pertenece la descendiente y la profecía — comentó Damaeth pasandome el libro.
Lo tomé y comencé a leer la primera página. Era un diario y suponía que era de alguno de sus ancestros.
Pasé las páginas con rapidez pero las dos únicas cosas a las que les puse atención fue a una parte de la profecía "Cuando las seis lunas rojas se junten, el mal renacerá" y al nombre del aquelarre de mi madre "Fireblood"
¿Mi madre era una descendiente del sol?
Capitulo dedicado a @MaviRC_2004
¿Qué les pareció el cap?
Muchas cosas se están aclarando xd ❤
Nos leemos luego💜😁
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