Capitulo XVIII

El portal nos había transportado a un lugar indefinido, no tenía idea de donde estábamos. La oscuridad del sitio era iluminada por el leve reflejo de la luz de la luna, podía observar sombras en movimiento a nuestro alrededor.

«Chicos, no estamos solos» pronunció Neall en nuestras mentes.

No lo pensé dos veces y encendí una llama en mi mano, suspiré al observar el lugar. Era el campo de entrenamiento privado de mi padre, estábamos en el Castillo de Jenovia.

—Guardias, su príncipe y su princesa están aquí— grité al vacío.

Segundos después dos de ellos se acercaron a nuestro lado sosteniendo sus espadas y después de reconocernos nos guiaron hacia el interior de nuestro hogar.

No sabía de que manera explicarles lo que pasaba a mis padres sin alterarlos y provocar la guerra del siglo.

Tampoco podía alejar de mi cabeza a Noah, lo detestaba pero no tanto como para abandonarlo con su padre.

—Sus altezas, el príncipe y la princesa de Jenovia están de visita—pronunció uno de los guardias al entrar.

Mi hermano y yo pasamos al frente, mi padre tenía el ceño fruncido. Por alguna razón mi madre al vernos corrió en nuestra dirección y nos envolvió en sus brazos con preocupación.

—Están bien ¿verdad?¿No les hizo nada ?

—No madre, logramos salir antes pero ¿cómo sabes sobre eso?— pregunté con gran curiosidad.

—Tuviste una visión— afirmó Neall a mi lado.

Ella sólo asintió con la cabeza y volvió a abrazarnos, de todos ella era la que mas muestras de afecto daba.

—Lograste hacer preocupar a tu madre con esas investigaciones tuyas Morgan—dijo mi padre sin quitar su severa mirada.

—Hay un buen motivo,—refuté— el destino de nuestro mundo depende de esa investigación.

—Eso no es problema nuestro—gritó él levantándose de su trono.

—Padre claro que lo es— interrumpió Neall—si sabes algo debes decírnoslo.

—No les diré nada —contestó el antes de irse de allí.

Suspiré ante la escena, la frustración me estaba matando, sabía que tocaba aniquilar a la descendiente pero aún no había pruebas concretas de que ella causará el apocalipsis de nuestro mundo.

Según nuestros datos ella era la que nos salvaría, pero ¿dé qué ?¿Quién sería el verdadero enemigo?

Necesitaba las respuestas a todas éstas preguntas.

—Morgan—escuché —¿quién es éste chico?

Dirigí mi atención a ella y a su lado estaba Nicholás, por poco me olvido de su presencia. Él se había arriesgado por nosotros y estaba segura de que ahora sería buscado al igual que nosotros.

—Él es el príncipe de josephtild – respondí — y Nicholás, ella es mi madre.

Ambos se dieron cortas reverencias y mientras lo hacían recordé una cosa. La lista de los tesoros sagrados, la había depositado en el interior del bolsillo del traje de Neall.

Me acerqué a él y de un tirón la saqué. Sí no podíamos estar en la academia al menos buscaríamos lo necesario para conocer toda la verdad.

—Madre necesito que me escuches y nos ayudes — pronuncié acercándome a ella —. Por favor.

Ella me miraba fijamente, sus ojos escudriñaban mi determinación. Sabía que no renunciaría a algo tan fácilmente.

—Su padre se enojará, pero ya ustedes tocaron un terreno donde no hay salida. Así que los ayudaré.

Neall sonrió al escuchar la respuesta y con rapidez todos nos encaminamos a la biblioteca real.

En el camino nos dispusimos a contarle todo lo que habíamos descubierto, desde el principio hasta lo sucedido en la tarde con el padre de Noah.

Llegamos a la biblioteca, era de mis lugares favoritos del castillo, desbordaba tranquilidad por todos lados. Seguimos a mi madre en dirección a uno de los estantes.

Nicholás nos seguía en su rotundo silencio de siempre.

—Morgan te voy a explicar una cosa—comentó mi madre pasándome una hoja—. Aquí está el árbol genealógico de mi familia, del aquelarre. Hice una promesa de que si tú querías serías su reina, pero es decisión tuya.

Fruncí el ceño al escuchar eso, yo no era una bruja. Bueno tenía su sangre corriendo por mis venas pero no lo suficiente para ser quien las liderara.

—Madre eso puede esperar. Creo que salvar nuestro mundo es primero, debemos encontrar a la descendiente antes que el rey de Masedonia y la Legión.

Mientras yo seguía comentándole a mi madre sobre las hermanas brujas y buscando algún libro con información, al otro lado Neall buscaba un mapa para señalar cual reino perdido estaba más cerca.

Nicholás le ayudaba cuando de pronto aparece mi padre. Minuciosamente se acerca a nosotros, por unos momentos se queda observando al pelinegro.

—Eres un experimento muy bien hecho —pronuncio él sin quitarle la mirada de encima.

Nicholás apretó la mandíbula y sentí furia provenir de su respiración. Estaba algo alterado con el comentario de mi padre.

— ¿Te dignarás a ayudarnos?— pregunté con firmeza en su dirección.

—Mis queridos hijos, ¿ya los traicionó su despreciable amigo?—preguntó con tono burlón.

—Noah no nos ha traicionado, él fue quien nos ayudo a escapar—afirmé algo furiosa.

—Los Birdwhistle son una escoria, volvieron el consejo vampírico su reino—comentó mi padre con enojo— y si no me equivoco ahora te buscan para usarte o matarte.

Me quedé en silencio, no podía negar lo que acababa de decir pero quería acabar con todo ésto.

—Padre necesito hablar con el rey elfo, necesito encontrar respuestas. También quiero saber porque Neall y yo fuimos capaces de abrir ese lugar si eran runas de magia muy antigua.

Su mirada se posó sobre la mía, él esperaba a que me retractara de lo que iba a hacer. Pero como yo era más terca que mi padre, no cambiaría de opinión.

—Está bien—fue lo único que respondió, después se acercó a uno de los estantes y tomó un libro de color blanco.

Me lo entregó y se fue de nuevo, Neall y Nicolás se acercaron. El libro tenía un triangulo color plateado en su portada. Abrí éste y en su interior encontré toda la información sobre el reino elfico.

Hace siglos poseía el nombre de Ryamor: Tierra de los elfos, era un lugar lleno de magia pero ahora no quedaba nada de lo que un día fue. Les arrebataron todo.

Un árbol genealógico rellenaba la última página con la información del actual rey que los gobernaba.

—Yo se donde están,— comentó Neall alejándose y volviendo con un mapa —su reino queda al norte de Jenovia y es el más cercano, está en el interior del bosque de Ryamor.

Sonreí al ver ésto e iba a tomar el mapa para salir ya mismo hacia ese lugar cuando escucho la voz de mi madre.

—Es mejor que vayas por la mañana. Ya sabes es tarde y por muy desesperada que estés, no debes demostrarlo.

Suspiré al ver que Neall y Nicholas asentían ante lo que dijo mi madre. Mañana empezaríamos nuestro viaje y conseguiría respuestas.

Capitulo Dedicado a @citlalyeortiz

Hola😊


Los adoro❤

Estaré dedicando los cap a cada una de las que comento :v

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