Capitulo XLVII

—¿Qué crees que haces? —preguntó Neall sacándome de mis pensamientos.

A su alrededor se encontraban varios cuerpos oscuros, de inmediato los incinere y volví a la realidad.

—Estaba pensando —respondí suspirando.

—Vamos, debemos destruir a todos éstos demonios antes de partir —comentó mi hermano arrastrandome.

Los demonios de rango bajo caían del cielo al igual que la lluvia. Ellos no son tan peligrosos pero en gran cantidad si llegan a serlo; Neall posó sus manos al cielo e impulsó su energía hacia uno de los portales.

Ésto provocó que varios de ellos explotaran envueltos en grandes trozos ardientes, una capa de agua cubrió todo el alrededor apagando el fuego que se acercaba.

Ambos miramos en dirección a donde el agua se recogía de nuevo.

A lo lejos, alaska se mantenía firme y detrás de ella varios estudiantes la apoyaban. Ellos habían usado el agua del rio más cercano para evitar que aquellas llamas consumieran todo a su paso.

—Gracias —grité en su dirección con una sonrisa.

Ella me regaló un saludo y continuó luchando.

—Para destruir los portales debemos sobrecargarlos con poder —dijo Neall a mi lado.

Asentí ante su respuesta y ambos nos separamos para destruir los portales. Eran demasiados pero si lográbamos destruir una gran cantidad, menor sería el número de demonios que pondrían sus pies sobre la tierra.

El sol se ocultó y la noche llegó nuevamente, pero los seres oscuros seguían cayendo desde los portales que aún se mantenían.

Entre mi hermano y yo habíamos destruido miles de portales pero el número de éstos superaban nuestra capacidad.

El cielo de Transilvania parecía haberse roto en miles de pedazos, jamás acabaríamos con todos ellos. Nuestra única opción era ir por Lilith pero la luz de la luna no sería suficiente para evitar las trampas que ella nos podría tener.

Sólo nos quedaba un día y medio, en ese lapso de tiempo debía sellarla para salvar nuestro mundo y a mi hermano.

—Alaska—habló Noah a lo lejos.

Él se acercó a ella y conversaron de un tema mientras luchaban. Al parecer ambos tenían una idea para destruir los portales.

Justo como pensé, minutos después el cielo comenzó a retumbar por los relámpagos y una tormenta se desató.

—¡Tenías razón! —exclamó Alaska y pude observar como los portales se desvanecian.

Sonreí al ver ésto, un gran alivio me llenó mientras entrabamos a la Academia para resguardarnos de la lluvia.

—Príncipes, necesito hablar con ustedes— comentó Izuriel apareciendo en la entrada.

Todos asentimos y comenzamos a seguirlo. Entramos a la habitación secreta de la biblioteca, aquél lugar donde se resguardaba el cristal principal y los tesoros sagrados.

Al verlo, supe de que se trataba todo ésto. La magia oscura de Lilith comenzaba a esparcirse por todo nuestro mundo y pronto, la vida que había en el podía llegar a desaparecer.

La magia del cristal comenzaba a corromperse, la energía oscura se estaba adheriendo y su poder podría volverse dañino al punto de convertir nuestro campo protector en un portal gigante que conectara el infierno con la tierra.

—Debemos evitar que todo eso pase—respondió Noah a mis pensamientos—. Al amanecer partiremos hacia el castillo de Lilith.

Sólo había una manera de detener todo ésto y no la evitaría más.

—Necesito hablar con todo aquel que posea magia —dije mirando a todos los que estaban a mi alrededor.

Ellos asintieron y salimos de allí, me dirigí al auditorio para crear una asamblea de emergencia.

El lugar se llenó de vampiros jóvenes y antiguos, brujas, elfos, licantropos, hadas y de nuestro amigo dragón.

Los reyes y ancianos del consejo me observaban con expectativas, lo único bueno que había dejado la guerra era habernos hecho unir nuestras fuerzas con los reinos ocultos.

Sin dudarlo más pasé al frente de todos.

—Como todos saben, soy la princesa Morgan Dankworth y también la descendiente del sol; hoy quería pedirles su apoyo. Debo realizar un fuerte hechizo para poder sellar a Lilith y para ésto necesito de su ayuda. Existe un ritual en el que me pueden pasar un poco de su magia para crear el hechizo — dije con preocupación.

Temía no recibir su ayuda, pero más el hecho de no poder controlar toda esa gran cantidad de magia. Por momentos pensaba en como me gustaría salir huyendo y dejar todo en manos de los superiores pero, ésto era mi deber. Había nacido para ésta tarea al igual que Neall y Noah.

Los murmullos a mi alrededor se incrementaron, esperaba la fuerte negativa de todos pero uno de los guerreros elfos habló.

—Estoy contento de poder ayudar en ésta guerra.

Seguido de él, varios asientieron a sus palabras y el positivismo llenó el lugar. Un gran alivio me invadió y una sonrisa se asomó en mi rostro.

Noah me observaba a los lejos, su mirada se mantenía firme con la mía y comprendía que él estaba listo para partir. Listo para sacrificarse a si mismo, y yo también estaba lista para ésto.

Pero la preocupación volvió otra vez al ver como el otro brazo de Neall se había llenado de aquellas lineas oscuras.

El tiempo se estaba agotando.

Con rapidez me dirigí al centro del auditorio y comencé a trazar un círculo mágico.

No necesitaría que ellos realizaran el hechizo conmigo pero si que alguien permaneciera a mi lado pues sabía que experimentaria un dolor inimaginable.

—Yo te ayudo—dijo el príncipe de hielo apareciendo a mi lado.

Le agradecí con la mirada y me preparé mentalmente.

«O magica eorum in me da mihi potestatem, et iungere. Magica facti sunt unum in corpore et anima ad pra pugnare »

Comencé a repetir el hechizo una y otra vez a medida que el dolor incrementaba en mi cuerpo.

Podía ver los diferentes tipos de poder siendo acumulados en mi pecho pero mi vista comenzaba a nublarse.

A mi lado, Noah me ayudó a mantenerme de pie, pero de un momento a otro todo se volvió oscuro y el tiempo se detuvo.

«¿Estás dispuesta a realizar tal sacrificio?» preguntó el ave fénix en mi cabeza.

De pronto abrí mis ojos y mi mente volvió a la realidad, me encontraba entre los brazos de Noah y mi hermano.

—¿Estás bien? —preguntaron ambos al unísono.

—Si, recibí mucho poder de golpe y por ésto me desmayé — respondí levantándome.

Todos a mi alrededor me observaban y podía leer muy bien lo que sus ojos reflejaban, yo era su última esperanza y estaban depositando toda su confianza en mí.

Después de eso, nos dirigimos donde los alimentadores para recuperar las energías que habíamos perdido.

Varias horas pasaron mientras descansabamos en la biblioteca, habíamos traído los tesoros sagrados de la habitación secreta y ya estábamos listos para sellar a Lilith.

—Es hora de ir por ella—comentó Noah al ver que el sol se asomaba por los cristales.

Asentí con un poco de adrenalina.

—¿Podemos hacer un portal?— pregunté mirando a mi hermano.

—Oh, claro que podemos —respondió el mirandome con una sonrisa.

Katia, Nicholás, Noah, Goliad, Chaos, Damaeth y un pequeño ejército irían con nosotros.

El pequeño felino volvió después de llamarlos a todos y se subió al hombro de Neall.

Ambos nos tomamos de las manos y comenzamos a recitar el hechizo en nuestras cabezas, segundos después un círculo dorado gigante apareció.

«La batalla final había llegado» pensé mientras atravesabamos aquél portal.

Hola😁
¿Qué les pareció el capitulo?
Espero les haya gustado❤️

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