Capitulo XL

—Lilith —pronuncié con rencor.

—Ésto será muy divertido, yo sólo me sentaré a esperar como mis niños destruyen toda Transilvania —dijo ella sonriendo con suficiencia.

—No te dejaremos—grité con rabia.

Todos usaríamos hasta nuestra última gota de energía para vencerla.

—Bueno, Neall, tú tendrás que matarla. Yo iré a crear mi castillo en el bosque—comentó ella mirando a mi hermano antes de desaparecer.

Pasé saliva al ver la decisión en la mirada de mi hermano, él no pensaría dos veces en atacarnos pero yo si lo haría. A su lado Chaos me miraba con pesar, él debía estar pasandola horrible al ver como su amo se volvía una persona completamente diferente.

Por mucho que intentará despejar mi cabeza, lo único que podía pensar era en el dolor que me causaría ver a Neall herido.

—No tienes que hacer ésto, vuelve conmigo—dije mirándolo directamente a los ojos—. Te necesito.

Pero mis palabras no le llegaron, pues de su mano derecha desplegó el grimorio de mi madre y de la otra el libro de la luna. Ambos flotaban sobre cada mano, segundos después un fuerte ruido estalló en donde se encontraba el panteón.

Más demonios se apresuraban en nuestra dirección. Miré a Noah quien rápidamente fue en busca de todos los que pelearián en la guerra porque nosotros cinco no seríamos suficientes para vencerlos a todos.

Varios demonios saltaron sobre mí pero con la espada los matéa gran velocidad. Éstos eran de bajo nivel, había comprendido que ellos se organizaban de acuerdo al poder y quienes estaban en la cima eran conocidos como los príncipes del inframundo.

Katia les arrancaba a la cabeza a cualquiera que pasaba por su lado mientras Nicholás los absorbía. Por otra parte alaska se hizo a mi lado y con ayuda de su control de viento hacía crecer mi fuego para incinerar mayor cantidad de demonios.

Había pasado bastante tiempo y Noah aún no volvía con los refuerzos.

Suponía que en el interior del castillo también había problemas con éstos seres y ellos debían proteger a los estudiantes.

Entre los cuatro habíamos acabado con todos los seres oscuros que estaban allí. Mi hermano se quedó mirándonos y en un segundo desapareció de mi vista.

Con la mirada lo busqué pero de repente sentí una mano posarse en mi hombro. Con rapidez volteé y ahí estaba él, uno de sus ojos se mantenía aún de color azul pero el otro era totalmente negro.

—Debo admitir que son fuertes pero, eso no será suficiente—susurró el sonriendo.

Sin pensarlo más de dos veces me impulse hacia él y lo envolví en mis brazos dándole un abrazo. Extrañaba a mi hermano y por alguna razón creía que nuestra conexión era la única manera de traerlo de vuelta.

Sus ojos me observaban con confusión y por un momento pude ver la tristeza que se ocultaba tras su mirada. La maldición de Lilith le estaba quitando todo lo que lo hacía ser él, sus creencias y su libertad.

—Debes pelear contra la maldición, debes luchar—dije apretandolo—. No te rindas.

—Morgan—habló él con algo de dolor—. No se como luchar contra algo inevitable, es parte de lo que soy ahora; tú debes detenerme así tengas que destruirme junto con ella.

—No digas éso —pronuncié con dolor.

El silencio volvió de nuevo y un punzante dolor me invadió, miré el rostro de mi hermano pero sus ojos se habían tornado negros otra vez.

—No podrás vencer a mi señora—dijo él enterrando más la daga en mi espalda.

De inmediato me alejé de su agarre y varias llamas salieron disparadas de mi mano chocando con la energía que el impulsaba en mi dirección.

Un temblor sacudió la tierra y segundos después otro portal se abrió frente a nosotros.

—¿Qué demonios es éso? —gritó Noah apareciendo por la puerta.

Lo que veíamos era sinónimo de destrucción. Cientos de demonios del tamaño de un castillo se dirigían hacia los demás reinos, Lilith había decidido atacar a los habitantes inocentes de Transilvania.

Mi padre y los demás reyes habían informado que resguardaran a los ciudadanos en las fortalezas cercanas a cada castillo pero esto tardaría horas y ellos ya se dirigían hacía allá.

—Hay que detenerlos—grité mirando a Noah quien de inmediato corrió hacia ellos.

A mi lado llegó Damaeth, pero a Neall parecía no importarle nada de lo que sucedía. En éstos momentos era como un maniquí recibiendo ordenes de la reina de los demonios.

Pero tan pronto él vio como me pasaban el libro del sol, volvió a atacarme. No quería usar lo que salía en el libro pero sabía que debía hacerlo.

« Atalo et accipe fortitudinem suam. Potestate sua vires et signatum. Carcere potestate»

Tan pronto terminé de recitar el hechizo, Neall fue esposado con unas cadenas especiales que anulaban su poder. Según el libro  ésto sólo tendría una duración de veinticuatro horas y por éso debíamos actuar rápidamente.

—Por favor, vigilalo—dije mirando al rey de los elfos antes de partir.

Corrí hacia los demonios con la rabia llenandome y de un momento a otro, el poder del ave fénix se desató haciéndome elevar del suelo. Con fuerza enterré la espada en el pecho de aquellos seres sin piedad.

Noah aún mantenía su forma elfica, por lo que el alcance de su poder había congelado a más de veinte demonios.

Con mi fuego los volví cenizas a medida que saltaba sobre ellos.

Sin darme cuenta estaba volando y desde allí pude ver como atacaban un pueblo cercano de Shirovia.

Sin detenerme me dirigí hacia allí, sólo pensaba en destruir a todos lo seres que ayudaban a Lilith. A todos lo que la habían ayudado a que me quitara a mi hermano; con fuerza aterricé sobre otro demonio y destruí a todos los que estaban en ése lugar.

Aún habían vampiros qué no se habían resguardado por la lejanía de sus hogares. Después de verificar que todos estaban bien, regresé.

La noche cayó en Transilvania, y tan pronto llegué, no había nadie en el exterior por lo que entré al castillo.

—Debemos ejecutarlo, es un monstruo. No ves lo que hizo— dijo una voz desconocida.

—Su hermana prometió ayudar a destruir a Lilith sólo si él permanece a salvo—habló Izuriel.

Con rapidez me dirigí hacia el auditorio y una gran sorpresa me llevé al entrar. En una mesa redonda se encontraban los mayores de La Legión, quienes estaban en contra de que mi hermano viviera.

Ellos al verme se quedaron en silencio, así que sin pensar me acerqué a ellos y a lo lejos pude ver a mi madre con una mirada muy triste.

—¿Qué decían de mi hermano? —pregunté mirándolos con firmeza.

El más anciano de ellos se levantó de la silla antes de hablar.

—Tu hermano ha cometido crímenes en nombre del mal y para proteger a Transilvania debe ser ejecutado.

La ira me llenó y ésto hizo encender mi cabello.

—Sobre mi cadáver le harán algo a mi hermano, ya habíamos hablado de ésto y no le tocarán ni un cabello—dije mirando fijamente al anciano.

No dejaría que le hicieran daño así eso significara volverme peor que Lilith.


Hola
Aquí está el otro capitulo 😀

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top