Capitulo XIX
El viaje comenzaba.
Partíamos a las tierras del norte y al ser un lugar deshabitado no había posibilidad de usar un medio de transporte hasta el bosque, pero sí hasta el pueblo más cercano a él.
Sin pensarlo dos veces, caminamos hasta la estación de trenes, mi padre había solicitado la construcción de éstos para facilitar la vida vampírica así no fuesen tan necesarios.
Queríamos ser civilizados, no vivir como animales que esperan ser cazados.
Tomamos el primer ticket a Mountdale, mi madre insistió en ir en primera clase para no ser vistos pero su plan había fallado.
Todos nos observaban a Neall y a mí. ¿Como íbamos a pasar desapercibidos con su color de cabello y el mío?
Simplemente imposible.
Los tres nos sentamos en los respectivos asientos, Nicholás se hizo al lado izquierdo de mi hermano y comenzaron a platicar.
Por mi parte estaba concentrada en lo que haríamos al llegar al bosque, en mi mente creaba una lista de acciones: primero hablar con el rey elfo, segundo solicitar información y su cabellera, por ultimo pelear en caso de que no nos quieran recibir amablemente.
Por alguna razón no sacaba de mi cabeza que nos faltaba la valentía de Noah o la tranquilidad de Alaska y la ayuda de Saori.
El tren avanzaba rápidamente, observé por la ventana el paisaje. Era hermoso, el contraste del cielo con el verde de las montañas y el lago que pasábamos me traían recuerdos de cuando era más pequeña.
Cuando me escapaba con Neall a los bosques cercanos, pero todo cambió cuando fuimos atacados por los opositores de que mi madre fuese la reina. Ese día por mi culpa hirieron a mi hermano y yo jamás me lo perdonaría.
Por eso debía cuidarlo con mi vida. Debía protegerlo así él no lo necesitase.
—Morgan —escuché la voz de Neall interrumpiendo mis pensamientos—. Ya casi llegamos.
Los nervios comenzaban a consumirme por momentos, ¿Y si hacía todo mal ? ¿Y sí no existían los elfos y todo era falso?
Las dudas llenaban mi cabeza, por eso detestaba pensar y actuaba por el impulso pero esto no era algo que se toma a la ligera.
—Estación de Mountdale — se escuchó a través del altavoz.
Tomé aire antes de que los tres bajásemos del tren. A la vista el pueblo era como cualquier otro, lleno de casas antiguas pero con mucha elegancia y habitantes caminando tranquilamente por el lugar.
—Morgan, el bosque queda hacia el norte— señaló mi hermano con su mano.
–—No olviden que debemos tener cuidado, no sabemos que podamos encontrar en ese lugar— dijo Nicholás posando su mano en el hombro de mi hermano.
—Vamos por la diversión—comenté mirando a ambos con una sonrisa.
El trayecto al bosque fue un poco largo, porqué a pesar de ser un pueblo éste es habitado por una gran cantidad de población.
—Chicos, siento algo raro aquí—pronunció Nicholás al mirar la entrada al bosque.
—Si no me equivoco, los cristales solo protegen hasta aquí. El bosque esta mas allá del territorio que cubre, —respondí —es como una barrera.
Seguimos avanzando, yo opté por ir adelante y guiarlos a través del camino. Podía sentir magia recorrer el aire del lugar, era asfixiante pero eso no nos detendría.
«Chicos, siento que nos vigilan» comentó Neall en nuestras mentes.
Volteé a verlo y asentí, pero de repente el lugar donde yo estaba explotó haciéndome caer en una especie de pozo. Estaba empapada con una extraña fuente de agua.
Comenzaron a caer explosivos por todas partes, pero yo no podía moverme. Nicholás se colocó en el lugar de mi hermano recibiendo una flecha en el centro de su cuello.
Con horror observé como se desangraba, sabía que eso no podía matarlo pero si no lo ayudábamos a tiempo sí lo haría.
Una gran cantidad de lanzas comenzaron a caer como si fuese lluvia, con todas mis fuerzas intentaba moverme y advertirle a Neall pero no podía hacer nada.
Cerré los ojos en un intento de no ver a mi hermano sufrir, no quería verlo herido. Abrí los ojos de golpe al sentir una luz azul que comenzó a inundar el perímetro.
La luz era expulsada de Neall, su cuerpo emanaba energía, Chaos se hizo sobre su hombro y de pronto él comenzó a disparar esferas de plasma.
Sonreí con suficiencia en mi cabeza, sabia que él era poderoso. Siempre había pensado que un día el despertaría poder de alguna manera pero aun así mis ganas de protegerlo no disminuirían.
—Morgan —gritó él a lo lejos —urbe regnoque Tarquinios.
Reconocí el hechizo de expulsión y de inmediato salí de donde estaba. Caí de pie al lado de mi hermano y sin pensarlo le di un corto abrazo.
Al separarme de él me acerqué a Nicholás, su cuerpo comenzaba a tornarse de color negro. Jamás había visto algo así y era preocupante.
—Intentare curarlo —comenté mirando a mi hermano.
—Adelante—respondió observando el alrededor —. Yo nos cubro.
Un domo de plasma comenzó a rodearnos, Neall parecía orgulloso de su nuevo poder.
« salutis et sanitatem, et clauserit viscera vulnus et dolorem tollit» comencé a recitar.
Nicholás comenzó a retorcerse a medida que su herida se cerraba pero algo raro estaba pasando sus manos estaban expulsando su poder.
Podía sentir la maldad provenir de él, Neall lo miró con preocupación. Unos segundos después su cuerpo se puso de pie pero al abrir los ojos, éstos eran totalmente negros.
Él se acerco a Neall y lo tomó del cuello haciendo desaparecer el domo que nos protegía.
Nicholás parecía estar en trance, estaba siendo controlado por su poder igual que yo. La última vez su estuve así me arrepentí mucho de lo que hice y por eso debía ayudarlo.
Encendí mis manos y lo empujé lejos con una llamarada de fuego, pero él como un robot volvió a ponerse de pie.
—¿Qué demonios le pasa?—preguntó mi hermano exaltado.
—Está siendo consumido por su poder —respondí sin quitarle la mirada al pelinegro.
—Bueno, hemos estado en peores ¿verdad?
—No lo creo–—respondí observando como se acercaba con rapidez— A la cuenta de uno yo lo ataco y tú lo detienes.
No tuve tiempo de contar y le lancé una gran esfera de fuego pero no surgió efecto, de repente una flecha chocó en su cuello y Nicholás cayó al suelo nuevamente.
A lo lejos podíamos observar una sombra.
—Será mejor que todos ustedes vengan conmigo–—pronunció una voz desconocida. Su tono era fuerte pero a la vez amable.
La sombra se acercó a nosotros, de inmediato me puse a la defensiva y al verlo me quedé atónita.
Jamas había visto algo tan hermoso, un hombre joven de largos cabellos blancos. Sus ojos eran de un azul cristalino y al observar sus orejas pude comprender que era un elfo.
Pero no cualquiera, por la armadura que llevaba podía jurar que era de la realeza.
Capitulo dedicado a Ojos_azabaches
Hola hola :v
Aquí les dejo un nuevo capitulo.
Feliz tarde❤
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