Capitulo II
Ambas nos dirigimos al auditorio en donde se efectuaría la asamblea.
Pero a mitad de camino me acordé de algo muy importante, no le había preguntado el nombre a la chica que iba conmigo.
—Por cierto no te pregunte tu nombre.
—Soy Alaska Cloth, —respondió ella sonriendo —y¿ tú eres?
—Soy Morgan Dankworth
Seguimos nuestro camino y al llegar al lugar vi algo que me sorprendió mucho, habían cientos de estudiantes y todos estaban perfectamente ordenados en las sillas.
Frente a todos ellos se encontraba el chico altanero que según Alaska se llamaba Noah.
Estaba preparándose para decir un discurso o eso parecía así que durante unos instantes observé como se preparaba y dialogaba con algunos maestros.
—Morgan —escuché como Alaska me llamaba y continúe caminando con ella.
Había algo en ese chico que me dejaba muy inquieta, tenía un aura muy fría a su alrededor, pero lo que me llamaba la atención era el olor de su sangre.
—¿Qué hace tu amigo allí?—pregunté
—Noah, él es el presidente del consejo estudiantil de la academia.
No le quedaba para nada ese papel, no me lo imaginaba llevándose bien con los otros estudiantes y liderándolos pero la actitud sobre potente que tiene es perfecta para que hagan lo que él diga.
Ambas nos sentamos en las últimas sillas mientras reinaba el silencio que nadie se atrevía a interrumpir, así que comencé a buscar con la mirada a mi hermano, el cual pude ver a unas sillas más allá tranquilo y callado como casi siempre.
Unos minutos después apareció una mujer que desbordaba firmeza y elegancia.
—Alumnos de la Academia Pharisse, para los nuevos estudiantes mi nombre es Larissa Smirnov y soy la directora, aquí van a aprender a ser lideres en la alta sociedad, a prepararse para el futuro y no hablaré tanto, los dejó con su presidente estudiantil.
Inmediatamente apareció Noah con una hoja de papel .
—Estudiantes de la academia, soy Noah Birdwhistle su presidente del consejo estudiantil y también próximo mandatario del reino de Masedonia, convoco a que se presenten los hijos de los otros reinos aquí al frente, ellos serán parte del consejo. Comenzaré a llamarlos a cada uno.
Comencé a mirar a Alaska pidiendo una explicación pero ella sólo sonrió con un encogimiento de hombros como si fuese algo normal.
—Del reino de Josephtild, Nicholas Fleischer.
Un chico se levantó entre la multitud con paso firme, tenía el cabello negro y un poco largo además de los ojos amarillos característicos de su familia.
—Del reino de Ecuestria, Alaska Cloth.
Ella se despidió antes de levantarse e ir al frente.
—Del reino de Shirovia ,Saori Yukimura.
De lejos se levantó una chica la cual tenía rasgos asiáticos y un cabello muy largo.
—Por último del reino de Jenovia, Morgan y Neall Dankworth.
Me levanté y me dirigí hacia el frente. No podía quedar mal frente a ellos porqué en éste momento el nombre de mi familia estaba siendo representado por mí. Al llegar allí pude ver a mi hermano el cual me preguntaba que pasaba con la mirada y el asombro en la cara de Noah al verme allí así que solo le sonreí con enfrentamiento.
—Los presentes aquí formaran parte del consejo estudiantil, cualquiera que decline de su deber será sancionado por la norma número uno del manual académico, así que estudiantes de toda la academia pueden preguntarle sus dudas a cualquiera de ellos- después de eso siguieron hablando de las fechas de exámenes y las materias que se verían además de los profesores de cada clase.
Mi madre fue la única reina que dio a luz a dos hijos, así que al bajar del podió todos se quedaban viéndonos. Éramos dos herederos para un solo reino, ambos seriamos reyes.
—Será que tenemos algo en la cara—dijo mi hermano un poco irritado.
—Debe ser porque somos gemelos.
—Pues no me parece algo tan sorprendente — respondió tomando el camino a la cafetería.
—Para ellos no es así —respondí con un suspiro.
—Morgan.
—¿Sí?
—¿Nuestros padres te hablaron de ese tema verdad ?—preguntó mi hermano con seriedad.
—Me contaron todo pero aún sigo sin entender en que te afecta la sangre de nuestra madre.
—¿Ambos tenemos una conexión, te acuerdas? —preguntó.
«Sí claro neall» le respondí en mi mente.
Mi hermano sonrió mostrando sus perfectos dientes y me miró con la complicidad que teníamos desde niños.
Su don vampírico era la telepatía, casualmente yo era la única que podía hablarle a él también de esa manera siempre y cuando él así lo quisiera.
—En realidad no les he contado lo que yo descubrí —dijo con suficiencia.
—Cuentame ya —exigí riendo.
—Hace unos meses encontré el grimorio de nuestra madre y me dispuse a leerlo.
—¿ Y ?—pregunté.
—Morgan estaba escrito en una lengua antigua que nunca había visto y lo leí, fui capaz de entender todo y además de eso cuando estaba por cerrar el libro, vi una pagina nueva que apareció cuando pensé en crear un hechizo.
—¿Qué quieres decir? —pregunté manteniendo su mirada.
—No lo se, la verdad no lo se —respondió encogiéndose de hombros.
—No te tortures. Investigaremos bien sí hay alguien como nosotros y creo que la biblioteca de aquí sera el inicio.
Revisé la hora en el celular que mi padre había encargado, a pesar de vivir apartados en nuestro reino procurábamos estar actualizados con la tecnología humana, la cual era muy funcional aunque rara vez la utilizaba. Los horarios en la academia eran de día, se preguntaran y ¿el sol? eso no nos afecta pues los primeros vampiros reyes habían creado escudos protectores sobre toda Transilvania.
—Son las nueve y ya que hoy no habrán clases, podríamos ir a investigar —dijo Neall sonriendo.
—Oh eso si que si —respondí mientras nos levantábamos.
—¿Tú sabes donde queda verdad?
—Yo no tengo idea, creí que tú sabías —respondí encogiéndome de hombros
—Deberías hacer uno de tus trucos para encontrar la biblioteca.
—Me debes un ponque de vino rojo —respondí sonriendo.
Tomé un trozo de papel que estaba en mi libreta y comencé a recitar un hechizo que siempre supe en algún lugar de mi mente.
« Ducant me, et enutries me ad locum invenire vis, ego volo ut»
Apenas terminé de pronunciarlo el papel tomó forma de avión y comenzó a volar. Nos guiaba al lugar que queríamos hallar.
Unos cuantos pasillos después apareció una gran puerta de un caoba oscuro, mi hermano la abrió e ingresamos a su interior.
Nos adentramos en uno de los antiguos pasillos llenos de libros, cuando escuchamos unas voces .
—Debemos entrar ya —dijo una voz masculina.
—No podemos —intervino otra.
—Tenemos que arriesgarnos —siguió otra voz .
—Tenemos que continuar con la investigación —ésta última voz realizó un ruido y una especie de puerta forzada sonó abriéndose.
Mi hermano y yo nos quedamos atentos a cualquier cosa además de pensar en ¿sobre que hablaban esos vampiros?. Sea lo que sea, vi la decidida mirada de Neall diciéndome.
«Llegaremos al fondo de esto»
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