Capitulo II

El rostro de Damaeth estaba marcado por una expresión seria al igual que el de los demás.

—Neall, ¿A qué te refieres con salvarla?—preguntó el rey de los elfos con duda.

Suspiré y comencé a explicar todo lo que había aprendido del libro de Lilith, todo lo que había descubierto para salvar a Morgan.

Les señalé los libros y empecé a pasar las páginas de cada uno de ellos, me había tardado dos meses en terminar de investigar. Llegué a la parte que buscaba, junté los tres libros dando forma a un triangulo y las hojas se unieron.

En el medio se encontraba un simbolo basado en tres círculos, su significado era despojo y a su lado había un hechizo. Aquél conjunto de palabras me unían a la idea de recuperar a mi hermana.

—El grimorio de Lilith explica como entrar al infierno, el libro de la luna como conseguir la energía necesaria y el grimorio de mi madre nos muestra el camino—dije con firmeza leyendo los alrededores.

Todos se acercaron a la mesa y comenzaron a observar los libros, era algo un poco difícil de creer pues nos llenaba de expectativas. Pero era necesario comenzar nuestra busqueda ahora, nos quedaba menos de un mes para encontrar el punto de conexión entre la tierra y el infierno.

—Si no quieren ayudar, lo entenderemos pero necesitamos su ayuda—habló Noah, su rostro se mantenía serio y marcado por una triste expresión.

—Pero ¿cómo piensas salvarla?—interrogó Alaska.

—El día del eclipse solar, entraré al infierno—respondí de inmediato.

El silencio inundó la sala, Katia frunció el ceño y se acercó. Su mirada me decía miles de cosas, miles de preguntas pero ella no refuto ante mi decisión.

—Cuenta conmigo—dijo Nicholás con determinación.

Ellos intercambiaron miradas con el rey de los elfos y tras varios segundos él respondió.

—Cuentas con todos nosotros—dijo Damaeth con una sonrisa.

Una sensación de alivio me invadió, pero también el miedo me atacaba. Temía volver a fracasar, varias inseguridades se asomaban por mi cabeza.

Debía entrenar y hacerme más fuerte para soportar la fuerte magia tras entrar al infierno.

La reunión se terminó y cada uno volvió a sus habitaciones.

Nuevamente salí de la Academia hacia el bosque de la perdición, se había convertido en una tradición. En silencio me detuve a observar el roble antiguo; la luz de la luna caía sobre él y una sensación extraña me llenaba.

«Te salvaremos Morgan, esperame» pronuncié en mi cabeza.

No sabía si ella lograría escuchar lo que decía pero no perdía nada con intentarlo.

El día siguiente llegó, con rapidez me dirigí a la oficina del director.

Habían varios lugares de los que sospechaba, se decían que eran sitios perdidos y contenían grandes cantidades de poder.

—Llegas temprano—dijo él al verme atravesar la puerta.

—Necesito tu ayuda, tú sabes donde están los mapas de las ruinas antiguas —dije observandolo fijamente.

Él sonrió, su mirada era cálida y me tranquilizaba. En silencio sacó un sobre de la mesa, sin dudar lo tomé y algo de alivio me llenó al leerlo.

Lo que haría tal vez no sería considerado correcto para los superiores, hace diez mil años Lilith había sido invocada por la primera descendiente de la luna pero aquél lugar no era el bosque que conocíamos.

Ella había sido llamada a un lugar difícil de encontrar, una de las antiguas ruinas subterráneas y allí se encontraba la llave para abrir la puerta del infierno.

—Debes tener cuidado, el consejo te tiene en la mira—comentó el antiguo rey con una mueca.

—Lo tendré, gracias —dije con una corta sonrisa.

Salí de su oficina y me dirigí a la primera clase.

Al entrar al salón, Noah me miró fijamente y tras leer todo lo que había en mi cabeza se acercó.

—¿Cuando partiremos? —preguntó él con afán.

—Cuando mi tía envie a Arael—dije recordando las palabras de mi madre.

Anteriormente, la reina de Jenovia me había ordenado mantenerla informada. Se había negado a que yo cargara con toda la responsabilidad y ella decidió ayudar.

Su corazón se encontraba igual de roto al mío al perder a Morgan, una parte de ambos desapecio ese día. Aun recuerdo cuando regresamos a la Academia y al no verla, sus ojos se llenaron de lágrimas.

Por primera vez en mis años de vida, noté varias lagrimas derramandose por el rostro de mi padre. Era una escena triste, pero los demás habitantes del reino lo veían como un deber, una buena acción que debía llevarse a cabo.

Por otro lado aún no estaba seguro de aquellos hechizos, pues el libro de Lilith era un grimorio oscuro y usar éste tipo de magia traería consecuencias en mi cuerpo.

Pero con tal de salvarla haría hasta lo imposible así eso significara hacerme enemigo del destino.

El cruel destino que nos había marcado desde antes de nacer.

Segundos después entró el profesor Dimitri, tras explicar el tema de la clase comenzábamos a ver historia sobre el origen de los primeros seres.

Estas preguntas, no podían ser respondidas pero existían miles de teorías.

Según lo que había leído, el primer rey vampiro nació de la mordida de un ángel caído. El veneno del príncipe angelical lo transformó drásticamente pero aún no había nada que lo comprobara como cierto pero tampoco que lo negara.

Las clases pasaron rápido y con ellas el día. El sol se ocultaba, dispuesto a recibir a las sombras que asechan en la oscuridad y atormentan a quienes tienen miedos.

Después me dirigí a la biblioteca, me faltaba sólo un libro para terminar los diarios de Nerón. Allí había encontrado gran información sobre temas que hoy en día eran tabúes.

«Ese es el último que mi antiguo  amo escribió antes de fallecer» pronunció Chaos en mi cabeza.

Varias dudas se asomaron en mi cabeza al leerlo, su contenido trataba de como una profecía amenazaba con destruir a quienes interrumpian en los deberes de cada especie.

El castigo divino.

—¿Como murió tu amo? —pregunté con preocupación.

El felino miró varias veces hacia el techo y después de varios minutos de silencio respondió.

«Mi antiguo amo cometió un grave pecado, retó a los cielos. Creyó salvar aquello que amaba pero sólo los condenó a ambos»

—¿Qué quieres decir con eso? —pregunté sin entender.

Chaos creó un pequeño círculo mágico en el suelo y de allí sacó un libro.

Sin pensarlo, lo tomé y descubrí un sin fin de tragedias que al parecer no paraban.

Nerón no era un brujo normal, su sangre era mitad elfica y era medio hermano del hombre a quien la descendiente de la luna amaba. Él se había enamorado de la primera descendiente del sol y su castigo por intentar rescatarla, fue la muerte.

Pues aquellos seres divinos tan poderosos son enviados al infierno tarde o temprano.

La ley del cielo es injusta hasta con sus propios servidores.

Hola😊
¿Qué les pareció el capitulo?
Espero les haya gustado❤️

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