capitulo 8
- ¿Qué...qué es eso? - preguntó Sabo mientras se ponía de pie.
El rubio comenzó a caminar hacia Yuki con la mano estirada, tenia la intención de tocar la marca que había detrás de su oreja, pero Yuki soltó rápidamente su cabello, provocando que la marca quedara nuevamente tapada. Retrocedió de prisa, chocando con un librero que ahí había.
Varios libros cayeron por culpa del impacto, Yuki cerró los ojos y se protegió la cabeza con los brazos. Escuchó como los libros cayeron al suelo, pero no sintió nada sobre ella, lentamente abrió los ojos y vio como había un pecho frente a ella. Levantó la vista y vio el rostro de un rubio.
- ¿Estas bien? - Sabo la había cubierto para que los libros no le hicieran daño, Yuki abrió los ojos y asintió, el rubio se quitó de arriba de ella y retrocedió unos pasos para darle su espacio.
- Sabo-nii...-susurró la chica.
- Kawaii-chan - Luffy estaba de pie junto a Ace, quienes estaban unos pasos más atrás del rubio- ¿Qué es esa marca?
- Es la marca de Joker- respondió Ace por ella- Pero esta...
- Quemada - completó Yuki la frase que su hermano había dejado en el aire.
- ¿Quemada? - repitió Luffy sin terminar de entender.
- Con un fierro ardiendo... - Yuki tenía la vista escondida debajo de su flequillo, sus manos estaban apretadas en puños al lado de sus piernas y su cuerpo temblaba levemente.
- Como.. .- Ace le pegó con el codo a Luffy para impedir que siguiera hablando.
- Como a un animal - completo Yuki mientras alzaba la vista y se llevaba una mano detrás de la oreja. "¡ahhh!" un grito desgarrador volvió a resonar en su cabeza- Lo siento... -algunas lagrimas comenzaron a caer por las mejillas de Yuki - Yo...yo...debí haberles dicho antes, lo siento, de verdad, lo siento.
- No es tu culpa - dijo Ace mientras se acercaba a ella- Todos guardamos secretos...es normal.
- Pero...pero yo los puse en peligro- Yuki los miro a los tres- Fui egoísta, nunca quise contarles la verdad, porque tenia miedo...
- ¿Miedo? ¿Miedo de qué?- preguntó Sabo.
- De que si sabían quien era realmente...- Yuki coloco su mano en el collar y lo apretó fuertemente- Me abandonaran- los tres chicos abrieron mucho los ojos al oír eso- De que tuviera que volver a comenzar, buscar otro lugar para esconderme. Y que jamás pudiera encontrar ese lugar...
- ¿Por qué te dejaríamos sola?- preguntó esta vez Luffy.
- Porque es peligroso estar conmigo, mi padre no es alguien que perdone- Yuki fijó su mirada en los dos mayores- Solo miren lo que hizo con dos niños de 12 años.
- Nosotros jamás te hubiéramos abandonado- dijo Ace.
- ¿Y que tal ahora? - preguntó la pelicastaña.
- Ni entonces, ni ahora - dijo el rubio mientras se paraba al lado de Ace.
- Somos una familia - Luffy también se paro junto a los mayores, Yuki comenzó a llorar descontroladamente, sus hermanos la abrazaron con fuerza y sonrieron mientras lo hacían.
- Tranquila Diablilla-chan- dijo Ace mientras le hacia cariño en la cabeza para intentar calmarla, Yuki comenzó a inspirar hondo con intención de detenerse, pero solo consiguió que le diera hipo.
- Lo ...lo...si...sie...siento- dijo entre hipos.
- Luffy - habló Sabo- ¿Por qué no le traes un vaso de agua a Yuki?- el nombrado asintió y salió a paso veloz a la cocina- Ven Angelito-chan.
Los dos mayores llevaron a la pelicastaña a al sillón, dejándola sentada entre ambos. A los pocos segundo llegó Luffy, le entregó el vaso a Yuki. Esta lo tomó lento e intentando normalizar su respiración, el pelinegro se sentó frente a ellos sobre la mesita de café y esperó pacientemente, al igual que los otros.
- Gracias- susurró Yuki mientras le pasaba el vaso a Luffy, quien lo dejó a un lado sobre la mesa.
- ¿Estas más tranquila? - preguntó Ace mientras le pasaba la mano por la espalda, Yuki asintió lentamente.
- Yuki ...-dijo Sabo para llamar su atención, la pelicastaña fijo sus ojos verdes en el rubio- Nosotros volvimos para protegerlos a los dos- la chica abrió mucho los ojos, dejando ver un claro terror.
- ¿Protegernos de qué?- preguntó Luffy inocente, los dos mayores suspiraron y Yuki rió entre dientes.
- Ya te explicamos esto hace unos minutos Luffy - indicó el pelinegro mientras se sobaba la cien, Yuki lo miró desconcertada.
-No, no es cierto- dijo la pelicastaña.
- Si, si es cierto- respondió el rubio.
- No, no es cierto- repitió esta vez mirando al rubio, Ace suspiró.
- Sabia que no estabas escuchando, se lo dije a Sabo- alegó el pelinegro- Pero no - agregó de forma irónica- "Angelito-chan no nos ignoraría"- habló mientras imitaba de forma burlona la voz de Sabo.
- Cállate- dijo el rubio mientras le daba un golpe en la cabeza a Ace.
- ¿Podrían repetirlo?- preguntaron los dos menores al unísono, Sabo y Ace los miraron y suspiraron.
- Doflamingo te esta buscando - sentencio Ace después de un largo momento de silencio, Yuki abrió mucho los ojos y fijó su mirada en el pelinegro. "¡ahhh!" un grito desgarrado resonó en su cabeza y un escalofrío le recorrió la espalda.
"¿Acabo de...tener un escalofrío?...Imposible...Ese recuerdo ya no me afecta..." pensó Yuki mientras ponía una mano sobre la marca, pero la retiro rápidamente cuando sintió como el contacto la quemaba "¡No seas idiota! Solo es tu imaginación...Solo tu imaginación."
- ¿Tu sabes la razón de por qué te esta buscando?- pregunto Sabo, sacándola de sus pensamientos, algo que Yuki agradeció. La pelicastaña llevó su mano al collar de plata y lo apretó con fuerza, luego asintió despacio, sin desviar su mirada del suelo.
- Yuki...-habló Ace, pero la chica no lo miro- Diablilla-chan, mírame- volvió a hablar el pelinegro, pero Yuki no subió su mirada, Ace suspiró y prosiguió- Si vamos a protegerlos...necesitamos saber.
- ¿Qué cosa? - la voz de Yuki era muy baja y distante, como si no estuviera completamente en ese lugar.
- Tu pasado- dijo Sabo serio, Yuki sintió como todo comenzaba ir en cámara lenta, miles de imágenes pasaron frente a sus ojos en menos de dos segundos. Tan rápido que no logro distinguirlas perfectamente, peros sabia de que eran.
- ¿Mi pasado? - volvió a preguntar con la misma voz baja y distante, no despegaba su mirada de sus pies y su mano estaba apretando tan firmemente el collar que la punta de la katana se le estaba enterrando fuertemente en la palma.
- Kawaii-chan - llamó Luffy, Yuki alzó poco a poco la vista y se encontró con los ojos negros del pelinegro- Todo va a estar bien, lo prometo- indicó con su típica y gran sonrisa.
Por alguna razón, Yuki sintió que algo se alivianaba en su pecho, como si pudiera respirar de nuevo y su corazón volviera a latir. Forzó una pequeña sonrisa, era sincera, pero su rostro parecía no querer sonreír, por lo que le fue difícil.
- E...esta bien- dijo Yuki en un pequeño susurro y poco convencida de lo que iba a hacer- Mi pesadilla comenzó el día que mi madre supo que estaba embarazada de mi...
Un rayo de sol le dio a Yuki justo en la cara, apretó los ojos intentando volver a dormir, pero fue inútil. Poco a poco abrió los ojos, sintió como un gran dolor de cabeza la invadía, se movió un poco y se dio cuenta de que estaba sobre alguien.
- Buenos días Angelito-chan - escuchó como le susurraba una voz, levantó un poco la cabeza y se dio cuenta que estaba sobre el pecho de Sabo.
- ¿Sabo-nii? - preguntó la pelicastaña en un susurro mientras se frotaba los ojos- Me duele la cabeza.
- Es obvio, ayer lloraste tanto que casi nos ahogamos - se burló el rubio, Yuki le dio un pequeño golpe en el pecho y se termino de sentar.
Miró a su alrededor y vio que estaba en el sillón del living, y justo en el otro extremo del sillón, había dos pelinegros durmiendo abrazados y como si no hubiera mañana. Un rayo de sol volvió a darle a Yuki en la cara.
- ¿Qué hora es? - preguntó mientras se ponía de pie y se estiraba un poco.
- Ya casi son las 15 y media - cuando Yuki escuchó eso casi se fue de espaldas.
- ¿Dormimos casi todo el día?- pregunto en un susurro, el rubio asintió.
- Bueno...ustedes durmieron casi todo el día- corrigió mientras apuntaba también a los pelinegros, quienes roncaban estrepitosamente- Yo desperté como a las diez.
-¿Y me has dejado dormir arriba tuyo desde esa hora?- cuestionó la joven.
- Si, te veías muy tranquila- el rubio se puso de pie y le revolvió el cabello a su hermana menor.
- Deberíamos hacer algo de almorzar-sugirió la chica- Si se despiertan y averiguan que se perdieron el desayuno...se comerán hasta los muebles- Yuki miró a los pelinegros- Claro, si Ace-nii sigue con sus típicos apetitos.
- Y los sigue teniendo- rió Sabo.
- Ven- la joven comenzó a caminar seguida por Sabo.
Ambos subieron las escaleras y entraron al cuarto de la pelicastaña, Yuki se dirigió hacia su ropero y comenzó a buscar algo de ropa.
- Me daré una ducha rápida- dijo mientras cerraba el ropero- Te recomiendo esperar aquí, no creo que quieras estar con ellos si despiertan y averiguan la hora.
- Tienes razón- dijo Sabo mientras se sentaba frente al escritorio.
- No tardare- después de decir eso Yuki desapareció tras la puerta del baño.
Sabo se quedó mirando la habitación, ya había estado ahí un par de veces antes, pero jamás se había detenido a verla por completo. Se fijó que en el escritorio había diversos papeles, aunque sabia que no eran su asunto, la curiosidad le ganó.
Sabo se sorprendió al ver que hablaban sobre la familia Donquixote ¿De donde había sacado Yuki esa información? Decidió no pensar en eso ahora, se puso de pie y comenzó a ver las imágenes que colgaban en las paredes.
Se detuvo frente a una imagen de ellos, sonrío por inercia al ver eso. Recordó aquellos tiempos con alegría y cariño, su mirada siguió por las imágenes hasta detenerse en una imagen en la que había varias personas sentadas en una escalera, parecía ser la salida del colegio.
- Parece que has hecho varios amigos... -susurro para si mientras observaba detenidamente a cada una de las personas que ahí aparecían. Escuchó la puerta del baño abrirse y se alejó de la imagen como por un reflejo.
Del baño salió una pequeña nube de vapor, detrás de ella aprecio Yuki. Iba vestida con una mini falda negra, pantis*, un chaleco rojo ajustado, después de todo, había bastante viento afuera, llevaba unos bototos con tacos y una toalla en su pelo.
- Eres rápida - dijo Sabo mientras se sentaba en la cama.
- La costumbre de las mañanas - respondió Yuki mientras se sacaba la toalla del pelo y dejaba que este cayera, aún algo mojado, tras su espalda.
Yuki tomó una pequeña cartera que había sobre el escritorio, luego escribió en una pequeña notita y la dobló. Tomó las llaves que estaban en la mesita de noche y guardó su celular en la cartera.
- Vamos - dijo mientras abría la puerta de su cuarto.
- ¿No íbamos a hacer el almuerzo? - cuestionó Sabo mientras empezaba a bajar las escaleras tras ella.
- No hay nada que cocinar - dijo Yuki mientras dejaba la nota sobre la mesa del living y se dirigía a la puerta de entrada- Iremos a comprar en el restaurante de un amigo.
- De acuerdo - ambos chicos salieron de la casa y comenzaron a caminar por la calle.
- Cuando lleguemos por favor espera afuera- habló Yuki mientras caminaban- De seguro Sanji-kun se pondría a hacer miles de preguntas...y no creo poder explicarle bien.
- Hablando de tus amigos... -dijo Sabo mientras guardaba sus manos en los bolsillos, Yuki lo miro- Debes contarles.
- Ya lo se... -Sabo la miró de repente por esa respuesta, él se esperaba un discurso de por qué ellos no debían enterarse y otras cosas- Lo he sabido desde hace 8 años.
- ¿Lo harás? - cuestionó el rubio.
- No creo tener muchas mas opciones- Yuki suspiró y miró a Sabo con ojos de suplica- Pero déjenme hacerlo a mi manera.
- ¿Y cual seria esa? - Sabo la miró mientras alzaba una ceja, Yuki devolvió su vista al frente.
- No vayan a aparecerse frente a ellos antes de tiempo - comenzó a decir la pelicastaña- Déjenme contarles yo misma, y lo más importante, no vayan a presionarlos a hacer algo que no quieran.
- ¿A qué se refiere eso último? - Sabo también devolvió su mirada hacia el frente.
- Si ellos deciden irse...déjenlos - la voz de Yuki sonó temblorosa, pero no era de llanto, era de miedo- Aquí es - dijo mientras se detenía frente a un gran restorán que decía "Baratie"- Espérame aquí.
La pelicastaña ingresó al local, varios meceros la saludaron, Yuki les respondió con una sonrisa y se acercó a la caja. En ella había un rubio escribiendo distintos dígitos.
- Bienvenido al Baratie- dijo sin levantar la mirada, pero con una gran sonrisa.
- Buenas tardes Sanji-kun - saludo Yuki, el nombrado alzó la cabeza de golpe y su expresión cambió por completo.
- ¡Yuki-chwan!- exclamó con corazones en los ojos- ¿Qué puedo hacer por ti?
- Dame tres ordenes de las de siempre por favor- dijo la chica mientras sacaba su billetera de la cartera.
- ¿Tres? ¿No crees que es mucho Yuki-chwan?- preguntó el rubio- normalmente llevas solo una ¿Qué tanto puede comer esa bestia que tienes como hermano?
- Es que hoy tenemos unos invitados - Yuki tenia una grata sonrisa en su rostro, una sonrisa que Sanji notó. Se dio vuelta y puso la orden en la cocina.
- Parece que ya estas mejor Yuki-chwan- habló el rubio mientras encendía un cigarro, Yuki lo miró confundida- Me refiero al viernes, tú y Luffy estaban muy decaídos ese día.
- Oh, eso... -dijo Yuki mientras desviaba un poco la vista- Si, ya esta todo bien, o por lo menos la mayoría.
- Sabes que puedes contar conmigo por lo que sea Yuki-chwan- dijo el rubio mientras le dedicaba una mirada amistosa, la pelicastaña asintió y le sonrío.
-¡Oye Sanji! ¡Deja de coquetear y atina!- le gritó un sujeto alto y musculoso desde la cocina, Sanji se dio vuelta y después de gritarle algunas cosas recibió tres bolsas.
- Aquí tienes Yuki-chwan- dijo el rubio mientras ponía las bolsas sobre el mesón, Yuki le tendió la plata y Sanji la puso en la caja- ¿Puedes con todo eso tu sola Yuki-chwan?
- Si, no te preocupes, afuera tengo ayuda- Yuki tomó las bolsas y le sonrío- Nos vemos el lunes Sanji-kun.
Después de decir esto se dirigió a la puerta, Sanji se quedó viendo como se alejaba. Cuando la puerta se abrió distinguió una silueta alta y de cabello rubio que le recibía varias bolsas a Yuki.
- Vaya, pensé que tardarías más - dijo el rubio mientras tomaba dos de las bolsas.
- Este lugar es el mejor - indicó Yuki con una sonrisa mientras comenzaba caminar junto a Sabo.
- Aquí llevamos comida para alimentar a un país- dijo el rubio mientras observaba las bolsas.
- No - negó la pelicastaña- llevamos comida para alimentar a un Sabo, un Ace y un Luffy.
Sabo soltó una carcajada y miró de reojo a la pelicastaña, la que iba con una radiante sonrisa mientras miraba hacia el frente. Hacia mucho tiempo que no la veía sonreír así, la verdad él pensaba que estaría más nerviosa, o talvez mas preocupada.
- ¿Podemos ver una película hoy en la noche?- preguntó la chica mientras sonreía ampliamente y miraba al rubio, este pareció algo desconcertado al principio por al pregunta.
- Claro que si - dijo con una tierna sonrisa cuando logró volver en si.
Los dos continuaron caminando en silencio, pero no un silencio incomodo, si no un silencio tranquilo y relajante. Mientras caminaban una chica pasó el lado de Sabo y lo pasó a llevar en el hombro, el rubio iba distraído y por culpa del golpe dejó caer la bolsa que llevaba en la mano derecha.
- Disculpa, no me fije... - dijo Sabo volviendo en si, la chica no lo escuchó y siguió caminando, y, si había algo que Yuki jamás soportaría, era que pasaran a llevar a su familia o amigos.
- ¡Ey! - dijo mientras le gritaba a la chica y la miraba molesta, la joven de cabello rosado se detuvo pero no se volteo- Deberías ser más cortés cuando alguien te habla.
- Fue culpa de él - dijo la chica sin molestarse en darse la vuelta.
- Aunque haya sido culpa de él - dijo Yuki molesta por el tono que ocupaba la chica- Deberías ser más amable, sobre todo si se disculpó.
- Angelito-chan, ya déjalo - susurró el rubio, pues sabia que era mejor no molestar a su hermana pequeña, ya que si eso pasaba, todos terminarían afectados. Yuki estornudó.
- Ese perfume... -susurró Yuki mientras dejaba la bolsa en el suelo para rascarse la nariz- Eres la chica del colegio que hablaba con Kid-kun.
La pelirosa se dio vuelta, dejando ver a una chica vestida con una falda rosada y pantis rayadas de color negro y blanco, junto a una polera rosa ajustada en su cintura y que resaltaba su busto y un chaleco con el cierre abierto de color negro. Su cabello estaba sujetado en dos coletas altas y tenia un maquillaje muy extraño.
- ¿Y que quieres que haga? - preguntó con las manos en su cadera mientras miraba amenazante a Yuki - ¿Qué me arrodille?
- Que seas más amable - dijo la chica, la pelirosa levantó un poco la vista y vio como Sabo le hacia señas desde detrás de Yuki.
- ¿Qué te pasa retrasado? - preguntó claramente irritada, el rubio puso una cara de horror.
- ¿Cómo acabas de llamarlo? - preguntó Yuki con una vena resaltando en su frente.
- ¿Es que acaso eres sorda?- dijo la pelirosa burlona- le dije RETRASADO - repitió mas fuerte y lento con una sonrisa.
- Estas muerta rosita - dijo Yuki mientras se arremangaba el chaleco.
- ¡Uy mira como tiemblo!- dijo sarcástica la pelirosa.
- Tu lo pediste - Yuki iba a empezar a caminar hacia la chica pero las manos de Sabo la detuvieron- ¿¡Qué haces!? ¡Suéltame! ¡Yo la mato!- empezó a decir mientras pataleaba.
- Si ese debilucho puede detenerte no hubieras tenido oportunidad contra mi - rió la pelirosa, provocando que Yuki solo se enojara más - Agradece que hoy estoy de buen humor niñita.
La pelirosa se dio vuelta y levantó una mano en señal de despedida, luego comenzó a caminar a paso lento y calmado.
-¡Bájame Sabo!- siguió gritando Yuki, pues el rubio la tenia sujetada por la cintura y la había levantado del suelo- ¡Yo le romperé todo lo que se llama cara!
- Ya déjala, no es para tanto- dijo el rubio mientras esperaba a que la pelirosa estuviera lo suficientemente lejos.
-¡Te llamó retrasado!- gritó la pelicastaña.
- No es para tanto - el rubio se dio cuenta que la pelirosa ya no se distinguía y bajó suavemente a su hermana- No deberías alterarte por eso.
- Sigues igual - gruñó la chica mientras se bajaba las mangas del chaleco y tomaba la bolsa- Vamos a casa.
Yuki comenzó a caminar muy enojada, Sabo suspiró y tomó las bolsas que había dejado en el suelo "sigue igual de sobre protectora" pensó mientras comenzaba a caminar detrás de la chica.
- Creo que ya quedó listo - dijo Yuki mientras sonreía al ver la mesa puesta- Ya deberíamos despertarlos, van a ser las seis de la tarde.
Cuando llegaron a la casa Yuki seguía bastante molesta, pero mientras iban poniendo la mesa y hablaban se había relajado y había comenzado a olvidar lo ocurrido. El tiempo se les había pasado volando, y antes de que se dieran cuenta ya era la hora de cenar.
- No puedo creer que sigan durmiendo - dijo Sabo mientras se rascaba la cabeza y miraba a los dos pelinegros, de los cuales, ahora solo uno estaba sobre el sillón y el otro sobre la mesa de café.
- ¿Es que acaso no los conoces? - dijo Yuki divertida mientras pasaba por su lado y se acercaba a sus hermanos- Ellos pueden quedarse dormidos mientras corren un maratón.
- Son todo un enigma - suspiró el rubio.
Yuki se arrodillo justo en el hueco que quedaba entre la mesa y el sillón donde Ace dormía placidamente. Lo empezó a mover con cuidado intentando despertarlo, pero el pelinegro simplemente gruñó por lo bajo y acto seguido, estiro los brazos y agarro a Yuki por el cuello, haciéndola, de alguna manera, quedar también acostada en el sillón con él abrasándola fuertemente.
- Ayúdame...-dijo Yuki algo ahogada por la falta de aire, Sabo rió por lo bajo y se acercó a Ace.
-¡Ace! ¡Ya despierta dormilón! - habló fuerte, el pelinegro solo se removió y siguió roncando- Hice lo que pude- indicó el rubio mientras alzaba los hombros.
- Gracias por tu gran esfuerzo - respondió la pelicastaña sarcástica.
Yuki suspiró y comenzó a pensar en otra forma de despertarlos. En ese momento el estomago de los dos pelinegros sonó al unísono, y solo eso bastó para que ambos abrieran los ojos.
- ¿Yuki? - preguntó Ace al verla acostada a su lado- ¿Qué haces aquí?
- Tu me atrapaste mientras trataba de despertarte- respondió Yuki mientras se sentaba.
- Oye Kawaii-chan - llamó Luffy, quien se frotaba los ojos intentando despertar- Vamos a desayunar.
- ¿Desayunar? - rió Yuki mientras se ponía de pie y empezaba a caminar hacia la cocina- Son las seis de la tarde, es hora de cenar.
- ¿¡Qué!? - gritaron los dos pelinegros mientras se ponían de pie.
- Son unos dormilones- agregó Sabo mientras entraba también a la cocina.
Ace y Luffy corrieron a la cocina, y cuando entraron vieron a Sabo y Yuki sentados en la mesa, sobre la cual, había varios platos de comida, la que olía delicioso, los dos se sentaron con baba en la boca.
- ¡Comida de Sanji! - dijo Luffy con una gran sonrisa, Yuki soltó una risa.
- Gracias por la comida - dijo Yuki y sacó un pedazo de carne, antes de quedarse sin nada.
- ¡Gracias por la comida! - dijeron los otros tres antes de comenzar a comer. Yuki, quien estaba llevándose un pedazo de carne a la boca, se quedó congelada.
"- Gracias por la comida - dijo Yuki mientras empezaba a comer, los otros dos solo comenzaron a engullir, Makino rió por lo bajo.
- Nunca comprenderé como una niña tan educada esta con estos niños - rió Makino mientras comenzaba a limpiar."
Esa escena de su infancia apareció ante Yuki, la pelicastaña bajó su tenedor y miró a los tres chicos con una sonrisa. No podía creer que de nuevo se encontraba con ellos, los tres seguían teniendo los mismos modales que de pequeños, se veía uno que otro pedazo de comida volar, y como entre ellos se robaban la comida.
- ¿Qué pasa Yuki? - preguntó Ace con la boca llena mientras la observaba.
- Nada, solo estaba recordando algo - rió Yuki mientras masticaba un pedazo de carne.
Los tres chicos la miraron por un segundo, todos con la boca rebalsando de comida, mientras que la chica solo comía con una grata sonrisa. Intercambiaron miradas entre ellos, y después de convencerse de que no era la gran cosa, decidieron seguir comiendo.
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