capitulo 5

- ¡Maldición! - se escuchó exclamar a uno de los chicos - ¡Angelito-chan, resiste!

¿Por qué la llamaba así? Solo existía una persona en el mundo que le decía así, y esa persona, debería estar muerta. Debería haber muerto exactamente hace 8 años ¿Por qué ahora estaba ahí abajo gritándole?

Yuki tomó aire y logró subir su otra mano también, aliviando un poco el dolor que su hombro izquierdo estaba sintiendo, pero no era suficiente. Empezó a avanzar con sus manos, podía ver como poco a poco iba llegando al extremo de la rama, y cuando al fin estuvo ahí, se balanceo de adelante hacia atrás, tomando impulso poco a poco, hasta que se soltó.

Los dos hombres abajo cerraron sus ojos y contuvieron el aire, pero nada se escucha. Ni el sonido de la rama romperse, ni el sonido de autos chocando, ni el sonido de un corazón dejando de latir, nada. Solo el constante ruido de los autos pasando en la calle a toda velocidad.

Abrieron sus ojos poco a poco, y vieron asombrados como la chica bajaba por el otro árbol y continuaba corriendo. Lograron distinguir, entre la lluvia, como sujetaba con fuerza su hombro izquierdo.

- Tienes razón - habló el rubio entre un suspiro y retirando su sombrero de copa, dejando sus rubios cabellos bajo la lluvia. Se pasó la mano entre sus rizos.

- ¿Qué cosa? - preguntó el otro una vez había recuperado el aire.

- Sigue siendo mitad mono - se colocó su sombrero - y creo que en este momento...eso hay que agradecerlo.

Yuki miró hacia atrás y vio que los dos jóvenes solo se quedaban observándola desde el otro lado de la calle, pero, eso no hizo que se detuviera, al contrario, solo hizo que fuera mas rápido. No pensaba bajar su ritmo, no ahora, ya había prácticamente sacrificado su hombro por huir de ellos, unos momento mas corriendo no eran nada.

Giró en la esquina y al fin logro ver claramente la escuela, y justo en la entrada de esta, había un pelinegro con un sombrero de paja. Estaba abriendo el paraguas para poder regresar a casa, los pulmones de Yuki estaban al límite, pero aun así, tomó todo el aire que pudo.

- ¡LUFFY-NII! - su voz la sorprendió hasta a ella, era un grito desgarrador, tanto por el frío y el miedo como por la falta de aire.

El nombrado se giró rápidamente al escuchar su nombre, lo asustó mucho el tono de voz que habían utilizado. Forzó la vista para poder ver mejor debajo del agua, y lo que divisó le causó un paro cardiaco.

Corriendo hacia él estaba su hermana menor, completamente mojada, su mano sujetando adoloridamente su hombro izquierdo, y en su rostro había un claro sentimiento de pánico y terror.

- ¡Yuki! - gritó mientras salía corriendo hacia ella con el paraguas sobre él. En cuanto se encontraron, la pelicastaña abrazó fuertemente a su hermano, y lloró desgarradoramente sobre su pecho, mojándolo tanto de lagrimas como de lluvia - ¿Qué te sucedió? ¿Por qué no fuiste a casa? ¿Alguien te hizo algo? ¿¡Porque estas toda raspada!? ¿Te duele demasiado el hombro?

Luffy no podía dejar de preguntar, Yuki lo abrazó mas fuerte, este intento calmarse lo mas posible y despejar su mente. Ahora lo primordial era otra cosa

- Tranquila - le dijo mientras la abrazaba y la apretaba más contra él, le empezó a hacer cariño en la cabeza - Todo va a estar bien, ahora estoy contigo - de alguna forma la chica se tranquilizó un poco, sacó una mano de la espalda de su hermano mayor y la llevo al collar que estaba en su cuello.

- Qui...qui...ero - su llanto había sido tan fuerte que la había dejado con hipo- Ir...a...ca...casa...- hundió la vista en el pecho de su hermano, este le dio un beso en la nuca y comenzó a caminar en dirección a su hogar, sin soltar a la menor.




- Ve a darte una ducha y ponte ropa seca - habló Luffy mientras cerraba la puerta de la casa, aún abrazando a Yuki- Yo no me moveré de aquí, lo prometo.

La chica se estremeció y asintió, poco a poco soltó a su hermano y subió las escaleras a paso lento y poco constante. Luffy la observó subir, preocupado. Una vez la chica hubo desaparecido dentro de su cuarto el pelinegro fue a la cocina y puso a hervir agua y sacó el botiquín de primeros auxilios.

La chica cerró la puerta a sus espaldas y se deslizó por esta hasta quedar sentada, escondió la cabeza entre sus rodillas, sin soltar en ningún momento el collar de plata. Su cuerpo estaba entumido por culpa de su ropa mojada, pero no podía levantarse, sus fuerzas se habían acabado.

Alzó poco a poco la vista, y se fijó que la ventana de su dormitorio estaba cerrada, Yuki estaba tan cansada que ni siquiera se molestó en recordar si la había dejado abierta o cerrada. No entraba ninguna luz a su cuarto y estaba en completa penumbra.

Miró a su derecha y vio las fotos enmarcadas, su vista se detuvo en la foto de los 4 niños, más específicamente, en el rubio y uno de los pelinegros. Intento recordar los rostros de las personas en el cementerio, pero sus recuerdos estaban nublados, no podían ser ellos, simplemente era imposible.

Ella había visto sus cuerpos cuando la policía, después de decir que solo había sido un accidente, se los había devuelto...Ahora que lo pensaba...Los cuerpos estaban irreconocibles, por lo menos ellos no habían podido reconocer a los dos niños, pero la policía les había asegurado que eran ellos

Seria posible que... ¿No hubieran sido policías de verdad? Después de todo, con sus recuerdos de la infancia, ella sabia lo fácil que era suplantar a un policía para ese hombre. Solo un movimiento de su dedo y todo el cuartel de policía seria falso.

Agitó su cabeza intentando sacar esos pensamientos de su mente, se paró poco a poco, sus piernas le temblaban. Se fijó que había dejado un rastro de agua y una gran posa en donde se había sentado. Caminó hasta el baño en completa oscuridad y cerró la puerta.

Dejó que el agua de la ducha la hiciera entrar en calor, se mojó el pelo con abundante agua tibia, pero se quedó quieta y con su mano detrás de su oreja izquierda, paso suavemente sus dedos por el contorno de toda la marca que ahí tenia. "¡Ahhhh!" la voz de una pequeña niña gritando de dolor resonó en sus oídos, pero no se inmutó, pues no era la primera vez que la escuchaba, y tampoco seria la ultima.

Cortó el agua y se envolvió en una toalla, se secó bien el pelo y el cuerpo. Salió a su cuarto, el cual seguía en completa oscuridad, sacó su pijama de debajo de la almohada y se lo coloco, luego se puso un polerón, provocando que solo sus piernas quedaran a la vista.

Bajó en silencio las escaleras y el olor de la comida la inundó, cuando entró en la cocina vio a Luffy poniendo la mesa. Este se quedó quieto al ver a su hermana, le señaló con la cabeza que se dirigiera al living, esta obedeció y se sentó en el sillón a esperar a su hermano.

El pelinegro entró al living con el botiquín de primeros auxilios, se sentó frente a Yuki y le empezó a curar con cuidado los brazos y las piernas, donde tenia varios raspones. La pelicastaña lo miraba sin ninguna emoción en su rostro.

Esa escena le recordaba a su infancia. Ella siempre se subía a los árboles, autos, techos de las casas, etc, y se ponía a dar piruetas, saltos y cualquier truco que se le ocurriera, pero, si no fuera porque sus hermanos se morían de miedo y le empezaban a gritar que bajara, ella jamás se hubiera caído. La ponían nerviosa y terminaba llena de moretones y rasguños, y después estaban todos sus hermanos vendándola y regañándola para que jamás volviera a hacer eso.

- Listo - habló Luffy sacándola de sus pensamientos y alejándose un poco para apreciar su obra - Es bueno que aún no olvide como curarte - agregó mientras dejaba el botiquín a un lado.

- Yo pesaba lo mismo - respondió Yuki mientras ponía sus pies descalzos sobre el sillón y abrazaba sus piernas, su rostro seguía inexpresivo.

- Yuki... ¿Qué pasó? - preguntó Luffy mientras agachaba un poco la cabeza para poder mirarla a la cara, pero Yuki la tenia cubierta por su flequillo.

-Luffy-nii...yo...yo...- los ojos de Yuki se empezaron a cristalizar- Creo que vi a Ace-nii y Sabo-nii - su voz se terminó de romper y varias lagrimas cayeron por su mejilla.

- ¿Q...qué? - Luffy tenia los ojos abiertos de par en par, no podía creer lo que ella le decía- Eso...eso es imposible.

- Lo sé...pero...estoy segura que eran ellos - susurró la chica mientras miraba sus pies.

- Yuki ¿Qué fue lo que pasó? - la nombrada levantó su vista y se fijó en una imagen que había un poco mas atrás del pelinegro.

- Estaba en el cementerio - comenzó a contar la chica- y llegaron dos sujetos a asaltarme.

Yuki no sabia muy bien por qué le había mentido a su hermano sobre aquel hombre. Talvez porque no quería preguntas de más, o tal vez por querer proteger el secreto de Law.

- Me apuntaron con unas armas, y cerré los ojos - Luffy parecía furioso, no le agradaba la idea de que alguien intentara lastimar a su hermana - Pero cuando los volví a abrir, había otras dos personas, y los asaltantes estaban en el suelo, cuando me fijé bien en ellos - siguió hablando Yuki- Vi que eran un chico rubio y otro pelinegro, ellos...ellos me dijeron "Angelito-chan" y "Diablilla-chan"-a Luffy se le abrió la boca por la sorpresa- yo...yo no supe como reaccionar.

~Al principio pensé que solo era mi imaginación y que estaba muy agitada por la fecha- Yuki se dejó caer sobre el pecho de su hermano sin soltar sus piernas- Pero era real...me espanté...y...huí- Luffy le pasó un brazo por la espalda y le empezó a hacer cariño- Mientras huía comenzó a llover, me resbale en la acera y tuve que trepar un árbol para poder cruzar la calle.

- Sigues siendo mitad mono después de todo- soltó Luffy para intentar alivianar el ambiente.

- Eso mismo dijo el chico pelinegro- respondió Yuki con un escalofrío.

- No pasa nada Kawaii-chan- Luffy la hizo sentarse en el sillón y que lo mirara a la cara- De seguro solo fue el estrés, tal vez eran dos hombres que te querían ayudar, y como saliste huyendo se preocuparon y por eso te siguieron.

- ¿Seguro? - preguntó Yuki entre un murmullo, Luffy asintió y sonrío- Esta bien, si tu lo dices Luffy-nii.

- Ven, vamos a comer y luego a dormir.



La semana siguió tranquila, o tan tranquila como puede ser con estos personajes, pues Luffy no tuvo ni un día sin castigo, Law estaba tratando de convencer a Chopper de ir a estudiar a la academia con él, las pruebas para las nuevas porristas serian el lunes, Kid y Zoro ya eran enemigos oficiales, y este último andaba algo...distraido, y cuando le preguntaban decía que su tutoría de química lo tenia estresado.

- ¿Quieren salir hoy? - preguntó Usopp con una gran sonrisa mientras todos entraban a la academia.

- Yuki y yo saldremos juntos, lo siento - dijo Zoro mientras caminaba de la mano con su novia, esta miró a Usopp con una cara de "para la próxima".

- Aburridos - resopló el pelinegro - ¿Qué hay de ti Luffy?

- El abuelo se enteró de mis castigos y me castigó él también - se rascó la cabeza y puso un puchero.

- ¿Law, Vivi, Nami, Sanji? - preguntó esperanzado.

- Debo hacer algunos asuntos con mi padre- respondió la peliazul.

- Yo tengo trabajo - el rubio había empezado ese año a trabajar en el restaurante de su padre, después de mucho tiempo rogando por ello.

- Yo voy a buscar trabajo - Nami siempre tenia trabajos, pero solía ser despedida por agresividad con el cliente.

- ¿Y que hay de ti Law? - la esperanza de Usopp se reducía a la respuesta del moreno.

- Pues...talvez, si no te molesta que vaya Chopper - Usopp era una de las pocas personas que ya había conocido a Chopper.

- ¡Claro! - y los dos se habían llevado muy bien.

- ¿Y no le preguntaste a Kid-kun? - preguntó Yuki curiosa, Zoro se tensó y resopló al escuchar el nombre del pelirrojo, Yuki solo se rió.

- Él también me dijo que estaba ocupado - los grupos se separaron y se fueron a sus respectivos salones.

Al grupo de Nami y demás les tocaba la primera hora de consejo de curso, aun no tocaban para entrar a clase, por lo que solo se sentaron a conversar entre ellos.

- ¿Cómo te va con lo de Chopper-kun? - preguntó Yuki, que estaba sentada sobre una mesa y miraba a Law.

- Pues...se podría decir que va en progreso - el pelinegro le sonrío de medio lado a Yuki, últimamente le gustaba hacer eso, ver ese brillo en los verdes ojos de la pelicastaña cada vez que veía a alguien sonreír, y le encantaba aún más cuando él era el motivo de ese brillo.

La chica desvío por un momento su vista hacia la ventana, su sonrisa se borró de golpe y su boca se entreabrió un poco, sus manos se aferraron fuertemente a la mesa, el pelinegro la miro extrañado y a la vez preocupado.

- Yuki-ya - le habló en un susurro para evitar que el resto se diera cuenta, la joven bajo despacio la vista hacia Law, quien estaba en su silla. Yuki tardo un momento en volver en si- ¿Te encuentras bien Yuki-ya?

- ¿Eh? - la chica seguía en otro mundo, agitó un poco la cabeza para poder volver en si - Ah, si, no te preocupes Law-kun - le dedicó una sonrisa forzosa y volvió a levantar la vista hacia la ventana. Law la siguió pero afuera no había nadie, vio como los músculos de la pelicastaña se relajaban.

Antes de que Law pudiera volver a hablarle el timbre sonó. Yuki se bajó de la mesa y tomó asiento en su lugar, sin dejar de ver la ventana. Brook entró a paso lento y dejó sus cosas sobre la mesa.

- Buenos días alumnos- habló profesor con gran afro.

-Buenos días Brook-sensei- respondió todo el curso en coro.

- El primer día de clases le dije que hoy elegiríamos al nuevo presidente y vicepresidente de la clase- habló mientras tomaba una tiza y escribía en la pizarra- ¿A quien quieren proponer?

- ¡Yuki-chwan! - dijeron unos hombres con corazones en los ojos y algo de baba en sus bocas.

- ¿Estas de acuerdo Yuki-san?- preguntó el alto maestro mientras miraba a la chica, esta estaba completamente inmersa en sus pensamientos, Law le dio un pequeño codazo.

- ¿eh?... ¡Ah! si, si, claro - el profesor sonrío y se giró para anotar su nombre en el pizarrón. Yuki, por su parte, volvió a fijarse en la entrada de la academia, el pelinegro se dio cuenta de que la chica estaba buscando algo con la mirada, pero... ¿Qué?

- ¿Alguna otra proposición? - en la pizarra habían otros dos nombres escritos, pero nadie que Law recordara- Muy bien, comencemos con los votos.

Uno a uno cada alumno fue votando, los candidatos no podían votar, ya que eso no valía. A pesar de que había gente votando por los otros candidatos Yuki sacaba una gran ventaja, pero ella no parecía interesada en lo que ocurría en la clase.

- Felicidades Yuki-san- habló Brook cuando terminó de anotar los votos- Eres la presidenta de la clase de nuevo.

- Claro- respondió Yuki sin mirarlo y de forma automática.

- Ahora...el vicepresidente ¿Alguien se ofrece? - el maestro miró a todos.

- Aquí - un pelirrojo levantó la mano con una sonrisa arrogante y miró de reojo a Yuki. Law comprendió casi al acto sus intenciones, de seguro el presidente y el vicepresidente debían pasar mucho tiempo juntos.

- Yo también - antes de darse cuenta él también había levantado la mano, se maldijo a si mismo por eso.

- Vaya, mis dos alumnos nuevos, que interesante - el profesor se giró para anotar los nombres en el pizarrón. El pelirrojo aprovechó para darle una mirada asesina a Law, quien solo le sonrío burlón.

- Yuki-ya, cuando te pregunten di mi nombre- le susurró el pelinegro al oído a la joven, pues sabía que seguramente ella no estaba prestando atención a nada.

- Si...-respondió en un susurro muy lejano.

- Empecemos con la votación - anunció el maestro- primero la presidente ¿Por quien votas Yuki-san?

- Law-kun... - habló como si estuviera en un transe e hiciera todo automático.

Desde ese punto la votación estuvo muy pareja, pues varias de las chicas se habían vuelto fangirls de esos dos nuevos alumnos, algunos hombres eran sus amigos. Otros votaron por miedo, ya que los dos chicos miraban amenazantes al resto.

Aunque la votación fue muy pareja Law ganó por un voto. Kid lo miró con una mirada, que si matara, el pelinegro ya estaría más abajo del infierno. Trafalgar se recostó levemente en su silla y sonrió satisfecho de haber cumplido su cometido.

- Muy bien...- el profesor no pudo seguir hablando porque Yuki se levantó de su asiento tan rápido que la silla se cayó, y como si su vida dependiera de ella, salió corriendo del salón. Todos se quedaron extrañados por eso- ¡Yuki-san!- gritó Brook mientras salía al pasillo- No se muevan por favor - habló a la clase antes de salir corriendo.

Brook salió por la dirección contraria de Yuki y se detuvo frente a una sala. Tocó la puerta y le abrió un hombre de cabello blanco y chaqueta, tenia dos puros en su boca.

- Smoker-san - dijo Brook mientras intentaba recuperar el aliento - Necesito hablar con Luffy-san por favor - el peliblanco miró hacia sus alumnos y divisó al pelinegro durmiendo sobre su pupitre.

- Monkey, te llaman- habló con voz seria, pero el pelinegro no se despertó - ¡Luffy, despierta! - habló más fuerte, pero el resultado fue el mismo, el profesor se acercó a la mesa de Luffy y tiró un libro sobre su cabeza- ¡Mugiwara, despierta!

Luffy dio un salto y cayó al suelo, provocando que varios alumnos se rieran, pero solo basto la mirada asesina de su profesor para hacerlos callar.

- Ve a la puerta, el profesor Brook te esta buscando- dijo mientras dejaba el libro a un lado.

- ¿Eh? - preguntó aún soñoliento.

- ¡Ve a la puerta Mugiwara! - habló muy fuerte Smoker-sensei, el nombrado se puso de pie de un salto y atravesó la puerta.

- ¡Oh, Brook-sensei! - exclamó sonriente cuando la puerta se cerro detrás de él - ¿Qué pasa?

- Eh...L...Luffy-san - dijo nervioso el profesor- Pues, veras, estaba en clases, cuando tu hermana...- Luffy se puso serio al escuchar que nombraban a su hermana menor- Cuando ella...simplemente se paró y...huyó

- ¿¡Qué!?- gritó el pelinegro.

- Ella se escapó de la sala- repitió el profesor- Se veía alterada y asustada

- ¿¡Hacia donde se fue!?- gritó apresurado.

- Se fue en dirección de la puerta de salida.

Sin más palabras el pelinegro salió disparado por los pasillos de la academia, en cuanto salio de la escuela vio a una pelicastaña girar en la esquina a toda velocidad, tomó mucho aire y salió corriendo tras ella

- ¡Yuki! - gritó en cuanto daba vuelta a la esquina, la chica dobló en la siguiente calle, Luffy apuró el paso y dobló también, pero en cuanto dio vuelta a la esquina chocó con alguien. Retrocedió un paso y se sobo la frente, levanto la vista y vio a Yuki parada ahí, dándole la espalda- ¿¡Qué te sucede!? ¿¡Por qué huiste así!?

- Luffy-nii... -susurró la chica sin voltearse, su voz sonaba muy distante, Luffy se extraño y miró por sobre el hombro de la chica.

Frente a ellos había dos chicos, uno rubio con un sombrero de copa, tenía un gran abrigo azul y una cicatriz en su ojo izquierdo, tenía una gran sonrisa y miraba feliz a los dos estudiantes.

El otro chico era de cabello negro, tenía un sombrero estilo vaquero de color naranjo, llevaba unos pantaloncillos a pesar del frío, y un chaleco verde, y al parecer, solo llevaba ese chaleco.

Luffy se quedó sin habla, solo podía mirar a los dos jóvenes embobado, los dos les sonreían despreocupados y felices. Yuki dio un paso hacia delante, Luffy sintió el impulso de detenerla, pero algo se lo impidió. Una voz en su interior le decía que todo estaría bien.

Yuki solo avanzó un par de pasos, se detuvo aún a un paso de los dos jóvenes, la chica estiró su mano, pero la detuvo a centímetros del brazo del pelinegro. Empezó a temblar y sus ojos se cristalizaron, su voz no le servia.

Un golpe fuerte resonó en el aire, y la cara del pelinegro quedó mirando hacia otro lado. Yuki había escondido su vista bajo su flequillo, Luffy y el chico rubio estaban asombrados. Nadie se esperaba que Yuki le fuera a dar una cachetada de la nada a aquel joven.

El pelinegro se tocó la mejilla muy lentamente, esta estaba empezando a volverse roja, luego devolvió su vista hacia la pelicastaña. Yuki levantó la mirada, pero esta vez la fijó en el rubio, caminó hacia él. En cuanto estuvo lo suficientemente cerca volvió a alzar su mano e intentó cachetearlo también, pero el rubio le sujetó la mano justo a tiempo.

Unas lágrimas comenzaron a caer por las mejillas de la joven, esta intento golpearlo con su mano izquierda, pero el resultado fue el mismo. La chica comenzó a forcejear para que la soltara, el rubio la miraba preocupado y triste.

El rubio, poco a poco, fue soltando a Yuki, esta, en cuanto estuvo libre, lo comenzó a golpear en el pecho repetidas veces, mientras que las lagrimas salían de sus ojos. El pelinegro con sombrero naranjo se acercó a ella para intentar detenerla, pero esta dio un paso atrás justo antes de que le pusiera la mano en el hombro, dejándolo con el brazo estirado y una cara sorprendido.

- ¡No me toques! - chilló la chica, su voz estaba quebrada y adolorida.

- Tranquila...somos nosotros - habló el rubio mientras daba ademán de tomarla por los hombros, pero la joven se abrazó a si misma, dando a entender que no quería tener ninguna clase de contacto físico con ellos.

- ¿No nos reconoces? - preguntó el pelinegro, su voz sonaba dolida.

- ¡Por supuesto que los reconozco!- gritó la chica, esta respuesta dejó muy extrañados a los dos chicos, ya que si los reconocía ¿Por qué no los dejaba acercarse?- Por supuesto que los reconozco...-repitió en un susurro mientras escondía sus ojos bajo su flequillo.

- ¿Entonces?...- preguntó el pelinegro mientras daba un paso hacia ella, esta retrocedió hasta quedar escondida detrás de Luffy, quien seguía con la boca abierta y fuera de si.

-Porque...es imposible- tenia sus manos firmemente agarradas a la espalda de Luffy - Es imposible que esten aqui. Ustedes...

- Ace, Sabo... -susurró Luffy sin dejar de mirarlos.

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