capitulo 4

- ¿Entonces football?- preguntó Yuki mientras terminaba de llenar la hoja de inscripción.

- Si, creo que eso estará bien - después de una larga caminata incomoda, habían llegado hasta la recepción, donde Yuli había pedido una hoja de inscripción para Law y le había leído todos los deportes que habían.

- Listo - habló Yuki mientras le entregaba el papel a la secretaria - Ahora eres oficialmente un jugador de football de la academia Gol D. Roger.

- Genial, mi sueño se ha hecho realidad - habló sarcástico y con una sonrisa.

Yuki soltó una pequeña risa por el comentario de su compañero, y ambos retomaron el camino hacia sus casilleros para sacar sus ropas de deportes. Law estaba extrañamente interesado en que clase de secreto guardaba aquella hipnótica chica, se dice que todos tenemos un pasado oscuro, algunos mas oscuros que otros, pues él quería saber que tan oscuro era el de ella.

- Muy bien - dijo Yuki mientras sacaba su bolso de deporte del casillero - Ve a cambiarte y nos vemos en el patio - Law asintió y salió camino a los baños de hombres.

El baño estaba lleno de hombres de su curso y un curso mas grande, al parecer el taller deportivo les tocaba junto. Ahí logro divisar a Zoro, Luffy y Sanji, el segundo no tardó en saltar sobre Law.

- Torao ¿Qué deporte tomaste? - preguntó mientras se sentaba sobre Law, quien estaba de espaldas en el suelo.

- Oye Luffy, salte de encima de él, no es un muñeco - dijo Sanji mientras arrojaba a Luffy de una patada contra una pared.

- Gracias Sanji-ya - habló Law mientras se volvía a poner de pie- y he tomado football.

- ¡Igual que nosotros! - exclamó Luffy mientras se colgaba de la espalda de Law, casi haciéndolo caer de nuevo. Law suspiró resignado.

- Law-kun ¿Ya estas listo? - preguntó Yuki mientras se acercaba al grupo de chicos por la espalda.

- ¡Yuki-chwan! - habló Sanji mientras giraba a su alrededor con corazones en sus ojos - No importa cuantas veces te vea vestida así, te ves cada vez más hermosa - se arrodilló como príncipe y besó su mano.

- Gracias - habló Yuki con una sonrisa, después de un tiempo de conocer al rubio, estaba bastabte acostumbrada a sus elogios, los cuales, jamás pasaban la raya.

- Ya deja de molestar cejillas - habló Zoro mientras lo tiraba a un lado - Te ves muy linda amor - habló mientras le daba un beso.

- Gracias Zoro - la chica le devolvió el beso.

Law la miró de arriba abajo. Tenia una falda blanca de tablillas que le quedaba hasta un poco mas arriba de la mitad del muslo, debajo de esta se podía distinguir una calza, su polera era de manga corta hasta un poco debajo de los hombros, de color azul rey y tenia la parte del pecho el emblema del colegio. Sobre el cuello de Yuki había un collar, era una pequeña katana con un anillo atravesado, todo color plata.

- Vamos Law-kun, debo ir a dejarte a tu clase - la chica le sonrió y todo el grupo comenzó a caminar.

- Oh, pero si son los hermanos Monkey - exclamó un hombre de cabello negro, tenia la cara con maquillaje y utilizaba un extraño traje con cisnes en los hombros.

- Buenas tardes Bon Clay-sensei- dijo Yuki mientras le sonreía.

- ¿Sensei? - susurró Law para si mismo.

- Él es Law-kun, es nuevo en mi clase - dijo la pelicastaña mientras señalaba al pelinegro, este saludó con un ademán de su cabeza - Y se quiere unir a su equipo de football.

- ¡Muy bien! Un nuevo cisne en mi estanque - habló el profesor mientras comenzaba a bailar, Yuki soltó una pequeña risa.

- Suerte Law-kun - dijo antes de salir corriendo en la dirección por la que había llegado.

Yuki estaba con Nami, Vivi y otras integrantes de las porristas, estaban sentadas en un círculo revisando algunos papeles que le habían entregado a Nami en secretaria.

- Este año estamos llenas de eventos - dijo Vivi mientras leía unos papeles.

- Eso parece - resopló Bonney mientras le daba un mordisco a su hamburguesa.

- Bonney-chan ¿No acabas de almorzar? - preguntó una chica de cabello rubio y corto.

- Déjala comer en paz, debe sentirse bien el poder comer y no engordar - comentó una chica de cabellos negros largos a la que todas llaman Baby-5, por alguna razón desconocida.

- Gracias - habló Bonney sarcástica mientras daba otra mordida a su hamburguesa.

- Volviendo al tema - interrumpió Yuki - ¿Qué vamos a hacer Nami? ¿No crees que son muchos eventos deportivos?

- Si, tienes razón...- respondió la pelinaranja pensativa - creo que deberemos conseguir más miembros, entre nosotras 6 solas no podremos.

- Pues este año hay mas chicas nuevas - habló Bonney - En mi clase entró una, es bastante agradable.

- Pues hay que ver que tal le va con la gimnasia - agregó Vivi feliz.

- Y también deberemos poner unas horas extras después de la escuela para entrenar - afirmó Nami.

- De acuerdo - dijeron las otras 5 chicas mientras terminaban de ordenar los papeles.

- ¿Alguna me podría ayudar con las audiciones? - preguntó Nami.

- Tú necesitas mi ayuda - habló Baby-5 emocionada.

- Gracias -dijo la pelirroja ya acostumbrada a la forma de ser de su amiga - Muy bien, dejemos esto a un lado y empecemos a entrenar - agregó mientras tomaba varios papeles y se ponía de pie.

- Si - respondieron todas mientras la imitaban.

- Comenzaremos con algo fácil - habló la capitana pelirroja - la pirámide, Vivi, Bonney y Margaret iran abajo, Baby-5 y Yuki en medio y yo en la punta.

Las primeras tres se pusieron en posición, Yuki y Baby-5 dieron un mortal y aterrizaron sobre las manos de sus compañeras, Nami dio un salto más alto y aterrizo sobre Yuki y Baby-5. La pirámide estaba perfecta, pero el hombro de Yuki le falló y cedió, provocando que ella cayera y por ende, Nami también.

Baby-5 bajo rápidamente y sus amigas la siguieron, Yuki y Nami estaban tiradas en el suelo, la primera sujetándose fuertemente el hombro y con una clara mueca de dolor. La ayudaron a levantarse y la sentaron en la banca con una bolsa de hielo.

- ¿Qué fue lo que te paso Yuki-chan? - preguntó Vivi preocupada.

- Ayer cuando volvía a mi casa me caí y me golpee en el hombro - empezó a explicar Yuki - Y pues...esta algo resentido.

- ¿Ya lo vio un doctor? - preguntó Margaret, Yuki negó con la cabeza.

- Será mejor que vayas a la enfermería - sentencio Bonney.

- Estoy bien, no es para tanto - reclamó Yuki mientras daba ademán de levantarse, pero alguien la sujetó por el hombro y la hizo soltar un gemido de dolor.

- ¿Así que estás bien? - preguntó irónica Nami - Baby-5, llévala a la enfermería por favor.

- Me necesita - exclamó mientras se paraba y le tendía la mano a Yuki para que esta lo hiciera también. Yuki paso su mirada por todas sus amigas y suspiró resignada.

- ¿No me dejaran tranquila hasta que vaya a la enfermería verdad? - todas asintieron con la cabeza - Esta bien, vamos Baby-5.

Las dos jóvenes se fueron camino a la enfermería, con las miradas de sus compañeras sobre ellas.

- ¿Ustedes le creyeron eso de que se cayo? - preguntó Nami con los brazos cruzados.

- Ni un poco - respondieron las otras tres.

- Me pregunto que habrá pasado de verdad - dijo Nami en un susurro casi inaudible.




- Ya esta listo - habló la enfermera cuando terminó de vendar el hombro de Yuki. Baby-5 estaba en el pasillo esperando a que su amiga terminara. La anciana retrocedió unos pasos para ver su obra

La enfermera le habia sacado la polera para examinar bien y se habia encontrado con un gran moreton, con un par de movimientos declaró que tenia un leve esguince, aunque no entenida como era posible haberse hecho algo asi cayendo en la acera.

"A mi me parece el resultado de un golpe de lado verdad. Como contra una puerta o pared." Habia dicho Kureha, la enfermera, pero Yuki insistió en la caida mientras caminaba de vuelta a casa.

- Intenta no hacer fuerza con ese hombro, si no se pondrá peor.

- Gracias Kureha-san - respondió Yuki con educación mientras se levantaba de la camilla y comenzaba a ponerse la polera.

- Y nada de porristas por un mes - agregó justo antes de que se acercara a la puerta.

- ¿¡Qué!? - exclamó Yuki mientras se giraba de golpe - pero este año estamos llenas de eventos y tenemos que entrenar, además... -no pudo concluir porque un bisturí paso rozando su mejilla y se clavo en la pared - Podré sobrevivir sin hacer deporte un mes - agregó la pelicastaña con calma y una sonrisa nerviosa.

- Así esta mejor - la enfermera empezó a ordenar el resto de vendas - ¡Ahora lárguo, no estoy aquí para tu entretención!

Yuki salió de la enfermería como alma que lleva el diablo, o en este caso, la enfermera y se junto con Baby-5 afura. Empezaron a caminar por los pasillos en dirección al patio, donde sus amigas las esperaban sentadas en la banca y conversando como si fuera un pleno día de verano.

En cuanto Baby-5 y Yuki pusieron un pie afuera un viento fresco y frío las rodeo. Era claro que el otoño pensaba llegar con todas las lluvias del mundo, y ellas con una mini falda y polera manga corta

-¿Qué te dijeron Yuki-chan?- preguntó Vivi cuando estuvieron todas reunidas.

- No podré hacer deporte por un mes - dijo entre suspiros - Y tampoco debo hacer mucha fuerza.

- Entonces - habló Nami mientras se levantaba y rodeaba a la pelicastaña por los hombros, con cuidado de no lastimarla - Con mayor razón deberemos encontrar nuevos miembros, yo creo que con dos o tres estaremos bien - todas asintieron.

- Podríamos pegar pósters por la escuela - dijo Vivi muy alegre y con las manos cruzadas.

- Y también poner un aviso en los anuncios de la mañana - exclamó Yuki.

- Bien, todo decidido - todas las chicas sonrieron.

- Ya que no puedo hacer deporte me iré a cambiar, me estoy congelando - habló Yuki mientras tomaba su bolso de ropa del suelo.

- Cuélgate el bolso en el otro hombro - habló Nami como respuesta, Yuki asintió divertida y se empezó a alejar.

Mientras caminaba por el pasillo vio a 4 chicos, todos hablando animadamente y con el uniforme del equipo de football. Estos se extrañaron de ver a Yuki, y cuando estuvieron lo suficientemente cerca se detuvieron.

- ¿Por qué no estas en las porristas Yuki? - preguntó su hermano mayor algo extrañado, la joven solo señalo su hombro por donde sobresalia un pedazo de venda bajo la corta manga de su polera.

- ¿¡Qué te sucedió Yuki-chwan!?- gritó Sanji espantado.

- Nada, solo me caí ayer y el hombro me quedo resentido - explicó Yuki con normalidad, pero Law se tensó un poco.

- ¿Por qué no me dijiste en la mañana? - preguntó Zoro extrañado de que su novia tuviera secretos con él.

- Porque no me molestaba en la mañana - respondió la chica con una sonrisa - me empezó a doler cuando estaba practicando.

- ¿Fuiste a la enfermería Yuki-ya? - preguntó Law curioso, pero en realidad la preocupación y la culpa lo estaban carcomiendo desde dentro.

- Si, Kureha-san, además de tirarme un bisturí - hablo Yuki con un deje de sarcasmo - Me dijo que no podría hacer deportes por un mes, ni nada de fuerzas extras.

- Entonces permíteme llevar ese bolso por ti - habló Sanji mientras le quitaba delicadamente el bolso, Yuki soltó una risa.

- Sanji-kun, me voy a ir a cambiar - habló con la intención de que le devolviera el bolso, pero ocurrió algo distinto.

- Pues vamos Yuki-chwan - habló Sanji con un hilo de sangre resbalando por su nariz y tomando a la chica por la mano para dirigirse a los baños de mujeres.

- ¡Pervertido! - gritaron Luffy y Zoro mientras lo golpeaban en la cabeza y lo dejaban tendido en el suelo, Yuki suspiró y tomó su bolso.

- Nos vemos chicos - habló mientras se alejaba para poder cambiarse.

El timbre sonó y todos se empezaron a ir, a excepción, claro está, de los alumnos que estaban castigados. Yuki terminó de guardar sus cosas en el casillero y se colgó su mochila en el hombro derecho, comenzó a caminar a paso lento hacia la salida, y para su sorpresa, en la puerta pudo divisar a un peliverde.

- ¿Por qué sigues aquí Zoro? - preguntó una vez estuvo a su lado, el nombrado estaba recostado sobre la puerta, con los brazos cruzados y los ojos cerrados - No me vayas a decir que tu también estas castigado- agregó con una risa.

- No - habló el peliverde mientras se paraba derecho y abría los ojos - Cocodrile-sensei cree que me esta yendo muy mal en su materia.

- Pero si sólo es el segundo día de clases- habló Yuki divertida. Zoro resopló molesto.

- Me ha puesto un tutor, y para variar se ha retrasado.

- De seguro tendrá una buena explicación - dijo la pelicastaña mientras se paraba en puntitas para dejar un tierno beso en la mejilla del peliverde- Suerte - agregó mientras salía por la puerta.

Zoro vio como doblaba hacia la izquierda, la dirección contraria a la casa de la pelicastaña, pero la dirección correcta para el cementerio. La observó hasta que volvió a girar en una esquina y desapareció de su vista, suspiró y volvió a recostarse en la puerta con los ojos cerrados.

- Hola- una voz femenina lo hizo abrir un ojo para mirar quien le hablaba, era una chica con el cabello rosado y recogido en dos coletas altas.

- Hola - respondió el peliverde, ya la había reconocido, era la nueva alumna que había llegado a su clase- ¿Qué pasa?

- Soy tu nueva tutora - respondió calmadamente la chica, Zoro casi se fue de espaldas ¿En serio el profesor había puesto a una nueva alumna como su tutora? De seguro ese viejo solo quería reírse de él un rato.

- Ya veo- dijo mientras se agachaba y tomaba su mochila del suelo- ¿Entonces?

- ¿Entonces que cosa? - respondió Perona levantando una ceja.

- ¿Dónde? - la chica solo lo miró aun mas extrañada, Zoro suspiró cansado- ¿Dónde vamos a estudiar?

- Esto...-la chica pensó un momento- La escuela me estresa así que no, a ti aún no te conozco y podrías ser un violador, así que no en tu casa. No quiero que vayas a mi casa por esa misma razón...- a Zoro una vena le estaba saltando en la frente ¿Quién se creía esa chica?- Creo que en el parque estará bien.

- Como digas - Zoro colgó su mochila al hombro y empezó a caminar detrás de la pelirosa, quién se sentía feliz.


Yuki subió un pequeño montículo completamente verde, el pasto era suave y estaba recién cortado. En la cima del montículo había dos lapidas, una junto a la otra, y frente a cada una había un florero. A pesar de que las flores seguían frescas, Yuki las sacó y las reemplazó por las que acaba de comprar en la entrada del cementerio. Cerró sus ojos y juntó sus manos por un momento.

- Hola - susurró Yuki cuando había terminado de rezar - Luffy no pudo venir esta vez, lo siento.

Su voz era temblorosa, siempre que iba le sucedía lo mismo, le costaba formular las palabras correctas, y un gran nudo se formaba en su garganta. Unas lágrimas rebeldes resbalaron por sus mejillas "maldición, han pasado 8 años...y...y aún así..." se reprendió Yuki a si misma. Siempre se había sentido culpable por lo ocurrido hace tanto tiempo, bueno, por lo que realmente ocurrió ese día.

- Lo siento....de verdad....lo siento - dijo entre sollozos.

El día que esas dos personas tan importantes para ella fallecieron ocurrió algo que jamás podría olvidar, pero lo que le contó a todo el mundo, fue que solo fue un accidente de auto, nada mas que eso. Un simple accidente de auto.

Yuki no sabia por qué lo había hecho, talvez para no causar más lío, para que la policía aceptara que había sido un accidente y le devolvieran los cuerpos de esas dos personas y los pudiera enterrar. O talvez, por miedo. Por el miedo de que si se enteraban de su gran secreto, no pudiera recuperar la vida que había comenzado a formar 4 años antes de eso.

El miedo...esa palabra, siempre estaba presente en su vida, aún el día de hoy, esa palabra la acechaba por las noches y le impedía el descansar completamente en paz. Y, aunque había logrado comenzar de nuevo, de alguna forma, por alguna razón, el miedo siempre estaba dentro de ella.

Yuki tenía muchas personas importantes para ella, y el miedo que sentía, talvez no era por ella misma, talvez era por ellos. Miedo a que si la verdad salía a flote, ellos estuvieran en peligro, pero ¿Qué tal si no era así? ¿Qué tal si de verdad sentía miedo por ella? Talvez...tenia miedo a que le dieran la espalda...a tener que volver a rondar sola para buscar un nuevo comienzo.

- ¿Qué tenemos aquí? - la voz de un hombre la hizo sobresaltarse, se limpió las lagrimas con una velocidad impensable y normalizó su respiración.

Yuki se giró despacio, aún arrodillada frente a las tumbas, y vio al mismo hombre que la noche anterior había estado en la casa de Law. Tenía una sonrisa petulante y altanera en su rostro.

- pero si es la maldita chiquilla del otro día - rió el hombre mientras daba un paso hacia ella. Yuki se arrastró hacia atrás, quedando detrás de las lapidas y justo sobre la pendiente del montículo - Ahora me las pagaras perra - habló con un deje de risa.

El hombre estiró su mano hacia Yuki. Esta no lo dudó y prefirió rodar por la pendiente a ser atrapada por ese sujeto. Intento proteger su hombro, pero igual recibió golpes. Se puso de pie como pudo, y recién en ese momento se dio cuenta que aún tenia la mochila en la mano, su puño la agarraba tan fuertemente que tenia los nudillos blancos. Se había raspado un poco las rodillas y los brazos, pero nada serio.

- ¿A dónde crees que vas preciosa? - Yuki alzo la mirada, y el hombre todavía estaba junto a las tumbas con su sonrisa burlona, eso significaba solo una cosa. "son dos".

Yuki se giró y dio un salto hacia atrás, frente a ella había otro hombre, más bajo que el primero pero muy fornido. Su cabello era rubio y corto, tenia varias cicatrices en la cara, llevaba unos pantalones negros de tela y una polera blanca muy sucia, en la cual estaba el mismo logo de la noche anterior. Yuki sintió como un escalofrío la recorría.

- Nadie se mete con nosotros sin salir lastimado - el primer hombre ya estaba abajo y en la espalda de Yuki. Esta se giró y vio como el hombre la apuntaba con una pistola, tras ella se escucho el clic de otra pistola también lista para disparar.

- Que desperdicio...era bastante atractiva - "¿era?... ¿esto...es el fin?" pensó Yuki mientras cerraba los ojos. Ya no tenia más salidas.

En ese momento dos golpes fuertes se escucharon, Yuki apretó los puños, pero nada sucedió. Poco a poco abrió sus ojos, frente a ella pudo distinguir una silueta, era esbelta y más alta que ella, tenia algo como un palo entre sus manos.

- Estuvo cerca - sintió como suspiró, tenia un sombrero de copa azul, su cabello era rubio y algunos mechones escapaban por debajo de su sombrero y llevaba puesto un abrigo azul. Yuki abrió mucho los ojos y retrocedió un paso, pero chocó. Miró por sobre su hombro y vio a otra persona.

- ¿Estas bien Diablilla-chan? - Yuki comenzó a tiritar al oír eso. El chico tenia el cabello negro corto, un sombrero vaquero de color naranjo, tenia un short negro y un chaleco azul oscuro de manga larga.

Yuki cayó al suelo y se arrastró hacia atrás para alejarse de los dos chicos, sus ojos estaban abiertos de par en par y estaba tiritando. Las lágrimas amenazaban por salir, quería hacer miles de cosas al mismo tiempo, gritar, abrazarlos, correr, pero su cuerpo no respondía.

- ¡Idiota! ¡La has asustado! - le reprendió el rubio, luego se acercó a la joven y se arrodilló frente a ella con una sonrisa - Tranquila Angelito-chan, todo esta bien.

Una ola de energía inundó el cuerpo de Yuki, esta, como un rayo, se levanto, colgó su mochila en el hombro bueno y salió corriendo a toda prisa. Sintió cómo los hombres la llamaban, pero no estaba dispuesta a parar, eso era imposible, ellos no podían estar ahí.

Unas gotas empezaron a caer del cielo, al principio solo unas cuantas, pero poco a poco se fue convirtiendo en un gran torrente. En menos de unos segundo Yuki ya estaba empapada, había olvidado llevar paraguas, y Luffy se había quedado castigado en la escuela.

La lluvia le hacia difícil ver, pero no le importaba, ella seguía corriendo, al igual que lo había hecho toda su vida, ella estaba huyendo, pero... ¿A dónde? Si se iba hacia su casa existía la posibilidad de que Luffy aún no hubiera llegado, y que esas personas desconocidas y a la vez conocidas entraran en ella. La casa de sus amigos estaban muy lejos, y tampoco era su intención entrometerlos en eso ¿Qué debía hacer?

- ¡Yuki, detente! - se escuchó una voz desde sus espaldas. Sin detenerse, miró sobre su hombro y vio como aquellas personas corrían a toda velocidad tras ella.

Yuki solo apretó los puños y envío todas sus fuerzas a sus piernas para poder apresurarse. En ese momento vio como una gran multitud iba caminando justo hacia ella, miró hacia la vereda del frente, la cual iba despejada, pero estaba separada de ella por una gran cantidad de autos que iban por la calle, sin intenciones de dejarla pasar.

Devolvió su vista al frente, las personas que estaban ahí no parecían percatarse de que ella corría hacia ellos a toda velocidad, por lo que no había ninguna opción de que se corrieran. Quiso gritarles, pero no tenia voz, en ese momento una de las personas abrió sus piernas más de lo normal, Yuki no dejo pasar esa oportunidad, y aprovecho que el suelo estaba mojado y resbaloso.

Se deslizó por el suelo pasando justo debajo de aquella persona, la cual al darse cuenta miró extrañado a la chica, quien no se detuvo a pedir disculpas, solo se puso de pie rápidamente y siguió corriendo. Miró a sus espaldas y vio como los dos jóvenes apartaban a toda prisa al gentío, provocando que Yuki lograra sacarles ventaja.

La bocina de un auto provocó que se detuviera de golpe, si hubiera dado un paso más hubiera sido arrollada por los vehículos que pasaban a toda velocidad. Su respiración estaba agitada y su cuerpo sentía el frío de sus ropas mojadas. Miró hacia atrás y el pánico la invadió al ver como los dos chicos ya estaban casi sobre ella.

A su derecha pudo distinguir un árbol, y vio que su rama más alta quedaba casi a la par con la rama de un árbol al otro lado de la calle se colgó la mochila en ambos hombros y tomó aire. Empezó a trepar. Aunque su hombro le implorara que se detuviera y dejara de hacer fuerza, ella continuó, llegó hasta la rama y dio un vistazo al suelo. Los dos hombres la miraban asombrados y cansados. Yuki, fácilmente, debía estar a unos 10 metros del suelo.

Rápidamente empezó a caminar por la rama con sus brazos extendidos para darse equilibrio, sus zapatos estaban empapados y hacían que la rama estuviera mas resbalosa de lo que ya estaba por si sola. En ese momento levanto la vista y pudo distinguir, no muy lejos de ahí, el edificio blanco con las letras "Academia Gol D. Roger".

De seguro Luffy seguiría ahí, y sino, pues se lo podría topar en el camino a casa desde ahí, al menos, ahora ya no estaba corriendo empapada hacia la nada. Ahora corría empapada hacia su hermano mayor.

- Esa niña sigue siendo mitad mono - la voz de uno de los hombres la hizo estremecer y perder el equilibrio. Se alcanzó a sujetar de la rama con su mano izquierda, una fuerte punzada le dio en el hombro. Miró hacia abajo y vio como miles de autos pasaban a toda velocidad bajo sus pies. Si se soltaba...

Seria el fin.

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¡empezó lo buenoooooooo!

¿Comentarios? Dejenlos por aqui, en serio me animan mucho para poder tener listo el proximo capitulo

Recuerden compartir la historia, los amo.

V. T. P. Arda.

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