-Es... un placer, Gian... Mi nombre es Bell... -estaba un poco chocada con esa desbordante energía de ambos.- Soy amiga de Travis.... Estoy... acompañándolo... para que... aprenda a usar su bastón... y pues... me trajo aquí...

Parecía tonta con tantas ideas regadas y frases incoherentes. Así de penosa me estaba poniendo en ese lugar. Ni yo me reconocía, era un poco... bastante intenso ese chico. Pero al menos me alegraba saber que tenía las mejores migas con Travis.

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- Me alegra que tenga a alguien que se preocupa por el aparte de mí... Pareces una buena chica, así que hazme un favor y cuida de él.- dijo Gian guiñándole un ojo de forma amable.- Bueno, os llevo a la mesa, me sentaré con vosotros si no os molesta, llegáis justo en mi descanso y quiero saber cómo le ha ido al cabezón este tiempo.

- Calla... Y como le cuentes algo que me avergüence, te parto las piernas.

- Ajá, lo que tú digas, tonto del bote...- dijo antes de despeinar al rubio el cual le dio una buena y certera bofetada.

El pelirrojo ni siquiera se inmutó por el golpe, más bien, se echó a reír como si le hubiera dado una caricia.

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Me dirigí a la mesa que me señaló Gian y puse la mano de Travis sobre el espaldar de la silla para que la ubicara mejor y se sentara.

-Te será más cómodo si doblas el bastón cuando estás sentado y tardarás un rato...- le aconsejé mientras me sentaba a su lado, luego miré a Gian.- Disculpa si molesto con esto... Es su primera vez fuera desde que está así... y quería... darle todas las instrucciones necesarias...

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- Tranquila, no es ninguna molestia, es necesario que aprenda bien o no podrá ir a ningún lado solo.- dijo el pelirrojo.- Fui yo quien lo llevó a la academia cuando estaba mal, asi que imagínate.

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-Ouh... vaya... entonces debo agradecerte por ello... -me estaba sintiendo un poco más cómoda con la presencia de Gian, tan así, que hasta le sonreía con más calma.- Tienes... un bonito lugar aquí... -comenté al mirar las decoraciones.

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- Gracias... Es de la familia, el primero en abrirla fue mi bisabuelo. Por cierto, claro soy un idiota... ¿Qué queréis de comer?

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-Oh, cierto.- posé mi mano sobre la de Travis para que supiera que hablaba con él esta vez.- Tú eres el que conoce el lugar. ¿Qué me recomiendas?

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- Mmm... Tienen de todo, pero hacen una comida italiana para desmayarse de lo rico que es, también hacen comida francesa o mexicana picante.

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No pude evitar soltar una risita ante lo que me dijo Travis. ¿Acaso pretendía que yo supiera qué tipo de comida era cada una?

-Travis, no tengo ni idea de lo que estás hablando. ¿Cuál es la comida francesa? ¿La mexicana es picante? Recuerdo que dijiste que el spaghetti que te hice era... italiana... ¿no?

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- Los espaguetis, ravioli, lasaña y todo lo que lleve pasta es italiana, las pizzas también. La comida mexicana es esencialmente picante, pero hay platos que no pican, también es muy sabrosa. La comida francesa es un poco más refinada, pero está bastante bien. Oh, también tienen hamburguesas con queso.

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-No me gustan mucho las hamburguesas...- sonreí apenada.- Pero amo el queso. Y las pastas. También el tomate y el pescado. ¿De qué país sería eso?

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- Tomate y pescado se come hoy día en la mayor parte de los países por no decir en todos. Pero podríamos comer un plato que tuviera las tres cosas, a mí también me apetece... Creo que comeremos pasta carbonara con queso y salmón.- dijo Travis sonriendo suavemente con emoción.

- Dos de spaghetti cabonara con queso y salmón... Perfecto, aviso a la cocina y vuelvo. ¿De beber qué queréis?

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-¡Limonada!- dije con emoción para luego encogerme en el asiento completamente colorada.- Lo siento... es que... me gusta mucho...

Aunque tenía la cabeza baja, miré a Travis avergonzada. Ni siquiera me atrevía a mirar a Gian, o ahí sí que me desmayaría de cómo me iba a poner.

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Travis sonreia mientras acariciaba el pelo de Bell con mucha suavidad.

- Yo quiero una cerveza sin alcohol.- dijo el rubio en una voz bastante calmada.

- Limonada para la chiquitaja y una cerveza sin para el colega.- dijo Gian antes de ir a la cocina a buen paso.

- Tranquila, Bell, no tienes que avergonzar te por estar emocionada. Además, la limonada que hacen aquí es casera, estará muy rica y dulce.

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-Perdona... estoy un poco nerviosa...- solté un suspiro para intentar calmarme, debía pasarla bien, solo eso.- Es muy lindo que tengas un amigo con el que te llevas tan bien, Travis. Parece que no te quedaste tan solo después de todo...- al decir eso, tomé su mano entre las mías y le sonreí con ternura.- Cada vez aparece alguien nuevo para mí que dice que es tu amigo o que se lleva bien contigo, es como si... tú tuvieras una especie de magia para llevarte bien con todos...

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- No me llevo bien con todos, tengo muy pocos amigos, la verdad. Gian es un amigo desde que éramos muy pequeños, íbamos juntos al colegio y todo.

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-Pero todos los del ala C te tienen gran estima. Lion confía en ti como un hermano mayor. Rose también te tiene cariño... Los conoces a todos allí y se llevan bien. ¿Por qué dices que no?- acerqué levemente mi silla a la de él para quedar a su lado.

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- Bueno... No es que no me guste estar con ellos y es cierto que nos llevamos bien entre nosotros, pero fuera del ala C es más la cantidad de enemigos que de amigos lo que tengo. Así es mi vida, no es que me enorgullezca, pero no me duele tampoco.

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-Pero tienes a Gian fuera del ala C.- lo abracé con cariño.- Y me tienes a mí. Jamás te abandonaré. Eres un gran amigo...

Si alguien nos viera en ese momento, pensaría que éramos algo más. Aunque de cierta forma, yo veía a Travis como algo más que un amigo. Lo veía como si fuera un hermano.