-Supongo... que tienes razón...- sonreí levemente.- Siempre quise darle a otros el cariño y amor que nunca recibí yo... No quería que nadie más se sintiera solo o triste a mi lado...

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- Entonces, aquí tienes un trabajo interminable, todos los que estamos aquí nos sentimos solos de vez en cuando... Pero todo es mucho mejor desde que llegaste, hasta Orión sonríe más... Así que eres mucho más que útil. Ahora duerme, mañana tienes un día largo y divertido por delante.

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-Jijijiji... gracias, Alice...- me acomodé nuevamente en la cama.- Buenas noches, que descanses...

Cerré los ojos, pero tardé bastante en dormirme. Dios, era mucha la emoción de ver que a la mañana siguiente ya tendría a Travis fuera de esa celda. Mi mente se cansó de tantas cosas que imaginé de cómo podía ser hasta que caí dormida.

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En la mañana siguiente, por muy extraño que fuese, Alice no estaba en la cama, es decir, había despertado antes que Bell. Eso ya era toda una rareza.

En el ala C, un Travis loco de emoción y ganas, ya estaba vestido y preparado para salir desde que Bell llegase a recogerlo.

Duncan estaba acompañando a Orión a la sala del comité para hacer algo de papeleo, ambos bastante tranquilos. Todo apuntaba a que sería un día estupendo para pasear, calmado y sin incidentes.

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Cuando desperté, me sorprendió no ver a Alice, pero supuse que tenía cosas que hacer y por ello solo fui a prepararme. Me alisté y vestí con prisas, pues no quería hacer esperar a Travis.

Fui en mis sombras directo frente a la puerta del ala C y entré con emoción. Allí vi a los celadores esperando a que yo llegara para sacar de allí a Travis mientras ellos transportaban sus cosas. Uno de ellos me dio el bastón que debía darle. Como esperaba, era uno de entrenamiento, así que tenía una rueda en la punta.

Sonriendo, entré a la celda con entusiasmo. Ver a Travis con otra ropa que no fuera esa vestimenta de prisionero combinado con interno de hospital fue gratificante.

-Te ves muy guapo...- dije a modo de saludo cuando llegué con él.- ¿Cómo te sientes?

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- Me siento como si fuera Navidad... Estoy entre muerto de nervios y a punto de explotar de la emoción.- dijo hablando quizás un poco demasiado rápido.- Sácame de aquí antes de que me ponga a saltar de forma ridícula, por favor.

Se le notaba demasiado emocionado, tenía unas ganas de salir que se moría y más aún si quien lo guiaba era la chica a la que amaba.

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-Tranquilo. Primero tenemos que pasar por el laboratorio de la enfermería para que te den tus pastillas. Ya luego podemos ir a donde queramos.- tomé su mano y lo saqué de aquel lugar atravesando todo el pasillo frente a las demás celdas, los que estaban despiertos nos vieron pasar hasta llegar a la salida, pero me detuve en la puerta justo antes de atravesarla.- Ahora tómalo con calma, Travis... -no tuve que decir más, solo coloqué el bastón en sus manos y esperé por su reacción.

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- Supongo que es el momento... Madre mía, creo que hoy todo el mundo va a comer suelo... Sabes que acabaré tirando a alguien... ¿No? - dijo medio en broma.- No tengo ni idea de cómo usarlo, Bell.

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-Sostenlo por aquí, este es el mango... como estás aprendiendo, será mejor que rodees tu muñeca con la liga para que no se te caiga.- puse su mano en la posición correcta y me coloqué a su lado.- Listo, si lo sujetas así y lo llevas al frente, podrás explorar fácilmente el terreno.- lo tomé con suavidad por la muñeca y moví su mano con el bastón de un lado a otro.- Esa rueda que tiene en la punta es para que te acostumbres a sentir los relieves del suelo. Y así es como debes mover el bastón para abarcar más terreno. Cuando sepas que estás solo, explora con una amplitud de 180° si te es necesario. Pero si sabes que a tu alrededor hay gente a la que le puedes golpear en los pies, limítate a un ángulo de 90° o un poco menos, dependiendo de si conoces o no el lugar por donde vayas o la guía que necesites.

Hice una pausa para mirarlo, realmente se le notaba nervioso, creo que lo había abrumado con tanta información y tecnicismo.

-¿Travis...? ¿Estás bien...?

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- Sí, sí, tranquila. 90 grados con compañía y gente alrededor, 180 si estoy solo para abarcar más terreno. Me puedo guiar por las vibraciones. No te preocupes, me quedo con la información.

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-De todas formas, solo te dejaré cuando estés en compañía de alguien más. Por ahora, solo avanza tranquilo. No te voy a soltar.- dije apretando su mano levemente y sonriéndole.

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- Vaaaale.- dijo dando algunos pasos hacia adelante, con calma y moviendo el bastón al principio con algo de miedo.

Poco después, iba algo más suelto, escuchando por todos lados algunos ruidos, voces, su nombre en boca de otros.

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-No te pongas tenso, Travis... solo... trata de caminar con soltura... No te pasará nada, estoy aquí para cuidar de ti...

Hacía lo posible por ignorar tanto las miradas como los comentarios de los demás con respecto a él. Claro, era muy diferente verlo con grilletes y bozal actuando como un animal salvaje, que verlo caminar tranquilamente y aprendiendo a usar su bastón.

-Dobla aquí a la derecha. Luego intenta encontrar la puerta de la enfermería.- me coloqué del otro lado de él para dejar su otra mano libre aunque lo seguía guiando con mi mano en su espalda.- Pasa tu mano por la pared para que te vayas guiando y la puedas encontrar. Hazlo despacio o te puedes golpear con algún adorno.

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- Está bien...- dijo antes de llevar su mano a la pared con mucho cuidado.

Pasó su mano con calma, pero tampoco demasiado lentamente, estaba algo más confiado, pero incómodo también. No quería ir a la enfermería, pero tenía que hacerlo si quería ser libre. Logró encontrar el pomo de la puerta y se vio claramente cómo el rubio sonrió por su pequeño logro.

- ¿Vamos dentro? ¿O toco primero?