59
Casi estaba por echarme a llorar. Ver de repente fue extraño para mí y sentía todo a mi alrededor extraño e irreconocible. Cerré los ojos y abracé a Duncan temblando.
-L-lo siento... prometo... que aguantaré más... la próxima vez...- dije con una voz ahogada en lo que era el llanto que estaba aguantando para no dejar salir.- Perdóname... Dudú...
.......
- Shhh... Shhhh... Tranquila, no pasa nada, calma.- dije abrazándola y meciéndola con cuidado y calma.- Eeh, es normal que te sientas así, mi cabeza y mundo son complejos... No tienes que disculparte por no aguantar más, no conmigo.
........
Tras varios minutos que pasé abrazándolo y escuchando su voz calmada, logré abrir los ojos y reconocer el mundo por mi cuenta. Estaba bien, me sentía como yo otra vez, sin embargo, tuve que alejarme de Duncan lo más rápido posible.
-¡Dudú, no te muevas! ¡No hagas movimientos bruscos ni nada!- dije notando que mi cabello se estremecía en movimientos.
Por desgracia, reconocía ese comportamiento. Siempre se ponía así tras aguantar mucho dolor y terminar por atacar a quien más cerca estuviera de mí. Era uno de los pocos momentos en los que mi cabello tenía vida propia y nada podía detenerlo, ni siquiera que yo estuviera inconsciente. Así se pondría peor aún.
.........
- Lo noto, tranquila, no tengo miedo... No me moveré si es lo que quieres, además, confío en ti.- dije sonriendo dulcemente.- Esperaré aquí contigo hasta que estés mejor, me ayudas siempre, deja que esta vez al menos, te haga compañía.
........
-Solo... no quiero que te lastimes por mi culpa... es... difícil controlarme...- suspiré profundamente tratando de pensar en otra cosa.- Dudú... ¿cuál es tu recuerdo más feliz?
Estaba tratando de pensar en cosas buenas sobre Duncan y sobre mí. Así podría sentirme algo más relajada y olvidar el mal rato que había pasado. Una conversación a metros de distancia no era la mejor idea, pero era lo que había que hacer o me arriesgaba a que Duncan fuera atravesado por uno de mis mechones de un lado a otro de su cuerpo.
..........
- Hay dos... Uno es de mi madre, la biológica, no es una imagen ni nada es solo una canción que me cantaba a todas horas. Me relajaba tanto que me dejaba dormir sin nada más.- dije con una voz tan calmada que temía que Bell no la escuchara.- El segundo recuerdo es mucho más reciente... Es un abrazo y una promesa... Entre tú y yo, aquí, hace apenas un rato.
.........
-Yo... yo también tengo dos recuerdos... Uno... también es de mi madre... cuando hice algo bien por mí misma la primera vez... ella me dio un caramelo como recompensa...- mi cabello se estremecía, pero se estaba calmando poco a poco.- Y el segundo... fue un abrazo... y una promesa... Entre tú y yo... aquí... hace apenas un rato...
Reí un poco al decir exactamente sus mismas palabras. No pensé que fuéramos a pensar lo mismo, pero era así, a pesar de las malas experiencias, habíamos creado un bello recuerdo que no se borraría de nuestras memorias jamás.
Cuando mi cabello por fin se relajó, caí de rodillas en el suelo soltando un suspiro de alivio y miré a Duncan con una sonrisa. Había pasado... ya estaba bien...
.......
- Ven... Por favor, no quiero que tengas miedo, ni de mí ni de ti misma.- dije sonriendo y tendiendo mi mano.- Auiero estar contigo, quiero abrazarte aquí mismo... Con el cielo, las estrellas y la luna como testigos de lo mucho que deseo estar a tu lado.
.......
No tenía ni que pedirlo. Me puse de pie y corrí a sus brazos apresuradamente y con una sonrisa.
-¡Dudú!- grité feliz al llegar con él y lo apreté con fuerza.- ¡Te quiero! - mi felicidad era incontenible, solo quería estar así toda la noche con él.
Abrazándolo, sintiendo el latir de su corazón cerca de mi oído y sincronizar mi respiración a la suya. ¿Cuándo se me había caído su chaqueta? Ay, mi torpeza, debía recogerla del suelo, pero no quería soltarlo. Sé que en algún momento hay que hacerlo, pero... simplemente... aún no.
........
- Olvídate de la chaqueta.... Lo que quiero ahora es que no me sueltes.- dije incapaz de contener la felicidad que me producía tenerla entre mis brazos.- Sonará a tontería, pero... Ojalá pudiéramos dormir aquí con esa manta como colchón... No me importaría hacerte de almohada.
Me avergonzaba haberlo dicho en voz alta, incluso me había sonrojado, pero me daba igual, la quería y deseaba que este momento jamás terminara.
........
-Tonto... no te metas en mi cabeza cuando me pongo sentimental...- dije riendo al saber que supo mi absurda preocupación por su chaqueta.- Yo también quisiera quedarme aquí contigo... el calor de tu pecho me basta para contrarrestar el de la noche...- sin dejar de abrazarlo, alcé la mirada para ver su rostro.- Dudú... ¿sabes? Te ves mucho mejor si abres los ojos... me gustan mucho...- me paré de puntillas para besar su mejilla.
.......
- No me hace falta meterme en tu cabeza para saber que te preocupas por dejar la chaqueta en el suelo.- dije hinchando las mejillas como un crío.- Entonces... ¿Nos quedamos aquí? No quiero volver a la habitación...
Y en respuesta a lo de abrir los ojos, no dije nada... Pero sí que hice, los abrí por y para ella. Aún no entiendo com6o es que le gustan, pero si es así, no seré yo quien le niegue.
........
Asentí en respuesta a su pregunta y regresé a sentarnos sobre la manta. Sin embargo, esta vez no miré las estrellas. Esta vez, había algo más bello aun que captaba mi atención y me hacía sentir como un brillo en el corazón.
Eran sus ojos... me había dado el placer de verlos una vez más. Aún cuando no es su costumbre abrirlos. Pero lo hizo por mí y eso me hizo saber que me estaba queriendo complacer.
-Lamento mucho que no puedas entender lo que es la vista... lo que es la belleza que tienen tus ojos... casi parecen mágicos...- dije con una voz suave y relajada.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top