51

- No pretendía decírtelo tan pronto, y tampoco medio borracho... Pero no pensaba ocultártelo para siempre.- dije levantándome, agarrando mi chaqueta en el proceso.- No tengo miedo de lo que hice, sé como me ves ahora mismo y es lo que soy.

Ya no tenía escapatoria, no había salida ninguna al marrón en el que me había metido por una maldita copa de alcohol.

- Si aún quieres saber quién soy, te lo contaré todo, pero no aquí y no ahora. ¿Crees poder esperar hasta que termine la parte fundamental de la fiesta? Después iremos a casa y hablaremos de todo.

............

Suspiré y me apresuré a abrazarlo con fuerza por la cintura. Escondía mi rostro en su camisa y aguantaba las ganas de llorar. Duncan era un tonto, uno bastante notable, pero yo lo quería. De alguna forma, toda cosa mala que me dijera de sí mismo, no había forma de que me hiciera pensar diferente con respecto a él.

-Dudú... tonto...- fue lo único que pude decir mientras aún lo abrazaba.

..........

Sonreí muy levemente, abrazándola con cuidado, como si se fuera a romper entre mis brazos. Al igual que ella, escondí mi rostro entre su cuello, me sentí protegido por primera vez en mi vida... Me sentí... Bien.

- Lo sé... Soy un tremendo idiota, pero no quiero perderte.- dije casi en un sollozo.- Y si te soy sincero... No quiero volver a entrar... Ahí dentro, hay alguien a quien no quiero hablarle, no quiero que me vea... Y desde luego, no quiero que te vea.

.........

Levanté la cabeza para mirarlo a los ojos. Y sonreí, con la mayor dulzura que podía sacar él de mi corazón. Tomé su mano y la puse en mi mejilla, quería que supiera que sonreía, que supiera que no me sentía mal.

-Está bien, iré contigo. No pasará nada malo. ¿Y sabes por qué? Porque sé que tú me cuidas y me proteges. Así como yo lo hago contigo.- besé su mano ligeramente.- Estoy contigo, nadie podrá hacernos daño si estamos juntos. ¿No es así... Dudú?- amplíe mi sonrisa.

..........

- Tienes razón... Cuando estoy contigo, no tengo que tener miedo.- dije sonriendo y acercándome para besarla en la frente, ya que tenía mi mano en su mejilla era mucho más fácil ubicarla.- Bolvamos, estoy mucho mejor y creo que si me quedo más tiempo así, acabaré resfriado.

Me puse la chaqueta y tomé su mano aún más entrelazada de lo normal, por nada del mundo la soltaría esta noche.

...........

Estando un poco sonrojada y con una leve sonrisa, entramos nuevamente al salón. Otra vez aquella cantidad de personas afectaba mi compostura y me ponía nerviosa, pero no tanto como antes. Ahora me sentía segura por estar junto a Duncan.

-¿Quieres hablar ahora con el padre de Orión?- le pregunté ubicando al aludido entre la multitud.

...........

- Sí, será mejor que hable con él y haga un pequeño barrido de mentirosos antes de que se nos cruce alguien más.- dije sonriendo mientras le tendía el brazo como todo un caballero, después de todo, es una cena formal.

.........

Sosteniendo su brazo, lo guié entre la gente hasta llegar con el presidente. Este, como antes, estaba charlando con un grupo de hombres, también parecían grandes líderes.

Me sentí un poco extraña, pero solo me concentré en hacer lo que debía, ser la guía de Duncan.

-Ya estamos muy cerca de ellos. Cuando me detenga, lo tendrás frente a ti.- le susurré al oído antes de dar unos pasos más y luego detenernos.

..........

- Gracias.- dije sonriendo aún.- Esta bien que el presidente sepa que no estoy en la mejor condición, pero los demás no, me tratarían como idiota y eso no es bueno.

Cuando ella se detuvo, la charla del presidente con los demás siguió, así que con un leve carraspeo, llamé la atención de mi padre adoptivo.

- Lo lamento, caballeros, si no les importa... Me gustaría hablar a solas con mi hijo.- soltó el presidente haciendo que los demás se retiraran.- Vaya, debes de ser Bell, encantado de conocerte... Duncan y Orión me han hablado mucho de ti.

..........

-Es un placer, señor...- dije con una sonrisa cordial y algo apenada.- Le agradezco que me haya dado la bienvenida tanto en la escuela como en este lugar. Espero complacer sus espectativas con los estudiantes que se encuentran en el ala C. Por lo que he hecho hasta ahora, Travis está en proceso de análisis para ser liberado de su celda y reinsertado en la escuela como otro estudiante más.

Me sentía orgullosa de aquello y sabía que, luego de tantos trabajos que había dado el rubio, ese era un gran avance para él. Además, no quería hacer sentir a Duncan como que yo no hablaría. Debía hacerlo también, debía participar en la conversación.

.........

- Espero de todo corazón que las cosas salgas bien, jovencita.- dijo el presidente sonriendo.-  También me alegra que decidieras que Duncan fuera tu tutor, no hay nadie mejor que él, estoy seguro de que la academia será divertida para ti.

- Parad, por favor, acabaréis haciéndome sonrojar.- dije suspirando.- Empezaré con el barrido...

- Claro, siempre tan directo... Debes aprender a pensar un poco menos en el deber y más en tu acompañante, así no serás un buen marido.- soltó el padre de Orión haciendo que alzara una ceja.

- Bell... Recuérdame que la próxima vez le tire por el balcón, será traición al país... Pero ahora mismo no me importaría hacerlo.

Tras eso, dividí mi mente entre el número de invitados para poseerlo a todos a la vez.

...........

Me sonrojé por completo al pensarlo. Ya me habían dicho que yo podría ser buena esposa por como cocinaba, pero... ¿Duncan? ¿El presidente insinuaba que Duncan sería mi marido algún día?

Casi se me revienta una neurona cuando de repente miré a Duncan y lo noté como ido de sí mismo. Recordaba haberlo visto así cuando aquel incidente en la escuela.

-¿Dudú? ¿Estás bien...?- pregunté aferrándome más a su brazo y mirándolo con preocupación.

........

- Tranquila, solo está poseyendo a todos los presentes, excluyendo a tus amigos, a ti y a mí, por supuesto.- dijo el presidente.- Solo fíjate en los ojos de los demás, son un poco más pálidos ahora que hace un momento. Esa es lo único por lo que puedes saber que Duncan anda dentro de sus cabezas ahora mismo.

Al poco tiempo, volví en mi mismo, suspirando en primera instancia.

- Listo... Los de la mesa del fondo mienten, no tienen tanto dinero en su cuenta como para proveer a la campaña. El de exteriores piensa extorsionar a las empresas exportadoras de alimentos y cobrar aranceles a los importadores. Oh... Y el señor ministro de igualdad es un maltratado que hace bastante daño psicológico a su esposa... Fin.

- Gracias, Duncan... Ahora ve y disfruta de la noche, Bell debe estar aburrida de tanta diplomacia.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top