-Ya veo...- saqué una que tenía un tono de rojo bastante parecido al de mi vestido.

En combinación con el color negro del smoking, sí que parecía que nos habíamos puesto a juego.

-¿Necesitas ayuda para ponértelo...?- dije al voltear a él con la corbata en la mano.

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- No te preocupes... Creo que podré hacerlo solo, aunque no lo parezca tengo práctica vistiendome a ciegas.- dije sonriendo antes de ir con el smoking al baño.

Allí me vestí con calma pero sin pausa, no quería tardar demasiado y tenerla esperando por mí. Al salir, esperaba no haberme equivocado al abotonarme la camisa.

- ¿Qué tal estoy?- pregunté al salir mientras me acomodaba el cuello de la chaqueta.

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La corbata era solo una formalidad. Dios mío, Duncan se veía tan guapo y galante. Me había dejado sin habla por largos segundos. Estaba deslumbrante, me daban ganas de hacerle una foto de lo bien que se veía. ¿Un modelo? ¿Tal vez un actor famoso? Eso parecía, pero él se veía más guapo aún. Todos esos pensamientos pasaron por mi mente en el silencio de solo estarlo observando.

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- ¿Bell? Estoy raro... ¿Verdad? No me gusta llevar estas cosas... Pero esta noche será necesario... Lo siento si no me queda como esperabas.

Sonreí muy levemente, algo nervioso al pensar que no había dicho nada por consideración a no ofenderme.

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-Te ves... genial...- dije por fin y me acerqué a él.- Nunca pensé que solo un traje te pudiera hacer ver más guapo aún...- el asombro se mostraba en mi voz.- Pareces todo un galán...

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- Acabarás haciendo que me sonroje... Para, por favor.- dije ya notando como el calor subía a mis mejillas.

Dejé el bastón a un lado y me acerqué a ella cuidadosamente, sabiendo más o menos donde estaba por el sonido de su voz.

- Entonces estamos casi listos... Solo queda la corbata.- dije sonriendo y alzando un poco el cuello para darle acceso.

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Me paré de puntillas para llegar mejor a él y pasé la tela por detrás de su cuello. Muy lentamente fui dando las vueltas para atar el nudo hasta que quedó y lo fui apretando lentamente hasta llegar rozando a su garganta.

-Listo. ¿Está cómoda así? ¿O la apreté demasiado?- dije un poco apenada.

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- Está bien, he estado mucho más ahogado, así es más cómoda de lo normal.- dije intentando que pareciera una broma, aunque en realidad estaba lejos de serlo.- Será mejor que vayamos saliendo, pronto tendremos que estar en la fiesta.

Antes de que mis palabras terminaran, la puerta comenzó a abrirse.

- Eeeh... Menuda parejita, ¿listos? Alice ya está abajo.- dijo Orión en su elegante smoking gris, gemelos de oro con el sello familiar y pin de corbata que hacían saber de quién es hijo.

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-Orión...- estaba impresionada, nunca había visto tanto lujo en una simple ropa, ahora entendía con quién realmente me estaba relacionando.- Ahora mismo bajamos.

Tras decir esto, tomé la mano de Duncan para que saliéramos. Aunque, antes de salir, miré de reojo el bastón apoyado en la pared. Tenía sentimientos encontrados, pero si él confiaba en mí, haría todo para ayudarle.

-¿Nos vamos, Dudú?- dije con una amplia sonrisa.

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- Por supuesto.- Dije tomando suave pero firmemente su mano y saliendo con ayuda de su guía, dejando que Orión fuera el que cerrara la puerta tras nosotros.

Al llegar a la salida, un coche nos esperaba, no menos que una limusina a todo lujo, por supuesto. Esos tipos de coche que tienen sus asientos de terciopelo y una enorme botella de champagne enfriándose en una cubitera.

- Venga, adentro, caminando no llegaremos a la fiesta ni la semana que viene.- dijo Orión como si nada acercándose al coche y entrando en cuanto el chófer abrió la puerta.

- Encantado de volver a verlo, Señor.

- Lo mismo digo, Jeff...- dijo mi amigo acomodándose en el coche.

Alice fue la segunda en entrar y tomar asiento al lado de Orión.

- Vamos nosotros también.- sonreí a Bell suavemente.- No tienes porqué estar nerviosa.

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Asentí, aunque eso era lo más que estaba. Era todo demasiado extraño y extravagante para mí, pero aún así, estar con Duncan me hacía tranquilizarme un poco.

Cuando entramos al auto, me quedé hipnotizada por lo lujoso que era por dentro. Parecía una nave espacial o un hotel con ruedas.

-Esto es impresionante...- dije por fin.

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- Es lo normal cuando vamos a este tipo de eventos... Aunque solo estamos aprovechando el viaje de Jeff.- dijo Alice sonriendo amablemente, como siempre hace.- El coche viene a recoger a Orión... Así que solo nos acoplamos un poco.

- En realidad, el coche viene a recogerme a mí y a Duncan, vosotras venís también como invitadas, así que técnicamente nos viene a recoger a todos... ¿Qué más da?

- Tú lo dices porque siempre viajas en coches oficiales, Orión... Para nosotras sigue siendo increíble.- soltó Alice de nuevo.

- Basta... Asustais a Bell...- dije suspirando.- Tranquila... Esto es lo normal, no tienes que preocuparte por nada... El lujo que verás a partir de aquí apenas es la punta del iceberg.

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-Dios mío... -me acerqué un poco más a Duncan.- No creo que me vaya a poder separar de ustedes en lo que resta de día...

Solo me acurruqué a él, estaba algo intimidada por tantas cosas nuevas y las que aún venían. Pero me quedé a su lado, Duncan me había pedido estar a su lado, no lo defraudaría.

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- Tranquila, yo estaré contigo en todo momento.. Además, si te separas de mí estaré en problemas.

Bajo la solapa de mi chaqueta y algunas a la vista, estaban algunas medallas militares y demás reconocimientos por mi carrera militar. La verdad es que tenía suerte de no tener que ir con el uniforme militar de gala... Sería todo un fastidio.

- Y tampoco finjas, Bell... No importa lo que pase en esa fiesta... Se fiel a ti misma hasta el final.- dijo Alice sonriendo.

- Y si te metes en líos, Duncan o yo te sacaremos de ellos.- soltó ahora Orión mientras arreglaba las mangas de su camisa para que los gemelos estuvieran bien acomodados.