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-¡Duncan! ¡¿Qué tienes?!- al verlo tirarse al suelo cubriendo sus oídos de esa forma, no pude sino preocuparme.

¿Sería posible que el viajar en mis sombras le afectara? Pero, si no afectaba a nadie más, ¿por qué a él sí? ¿Por su oído tan fino? Dios, ¿qué había hecho?

A pesar de que se sentía mal, y no sabía cómo ayudarle, solo lo abracé y nos rodeé a ambos con mi cabello en una esfera totalmente insonorizada. Esperaba que eso lo hiciera sentir mejor.

...........

No escuchaba, eso es sencillo, quería decir que ahora sí que todo era imposible de saber, no era capaz ni siquiera de escuchar mis propios pensamientos y eso era lo que más nervioso me ponía. Me tocaban, pero no sabía qué o quién, lo único que podía saber era que no tenía idea de nada en este momento.

- Orión... Ayuda... Duele.- dije a duras penas aún tapando mis oídos con fuerza hasta el punto en el que el pitido no era lo único que me hacía daño.

.........

Lo tomé por las muñecas al ver lo fuerte que se apretaba a sí mismo para cubrir sus oídos. Supuse que no me escuchaba, que no sabía lo que ocurría.

Por ello, llevé sus manos a mi rostro para que se tranquilizara mientras ponía yo las mías sobre sus oídos con mayor suavidad. No podía soportar que estuviera así por mi culpa, solo trataba de ayudarlo como pudiera. Esperaba que se le pasara pronto ese malestar.

...........

Orion entró en la habitación, acababa de dejar a su ligue de 30 minutos en la habitación de ella y pasaba cerca. Al entrar, vio aquella esfera de pelo de bordes irregulares.

- ¿Bell? ¿Se puede saber que haces? ¿Está todo bien?- preguntó con bastante calma.

...........

Abrí ligeramente mis sombras para ver quién era. Había sentido sus pasos por la vibración del suelo, pero dentro de las sombras no se escuchaba nada.

-¡Orión! Que bueno que llegas... Duncan se puso mal de repente... le duelen los oídos... y está mal...- dije casi en llanto al volver a voltear al chico entre mis manos.

..........

- Ooh, vale.- dijo como si nada el albino yendo hacia el escritorio de Duncan, abriendo el cajón.- Sujétalo fuerte y no le tapes los oídos, le dolerá más, pero necesito que hagas lo que sea para que no se tape, aunque tengas que atarlo en corto.

Orión fue hacia Duncan con un pequeño bote tipo cuentagotas.

- Si no logras mantenerlo tranquilo, tendré que darle un puñetazo para dejarle inconsciente, así que tú eliges, Bell.- dijo agitando el bote y mirando a la chica.

..........

-Dios mío...- viendo el estado tan alterado de Duncan, no podía hacer  nada más.- Lo sujetaré, pero debes apresurarte o le puedo hacer daño.

Utilicé mi cabello para casi paralizarlo por completo. Parecía una momia de vendas negras. Pero, a pesar de eso, me mantuve sujetando su mano todo el tiempo.

......

- Perfecto.- dijo Orión echando un par de gotas en cada uno de los oídos de Duncan.

Generalmente, por la actitud que tomaba Orión se podría decir que no era el más delicado del mundo, pero en este momento, su delicadeza y precisión eran las de un cirujano.

- Ya puedes soltarle, estas gotas dan alivio inmediato y evitarán que sus oídos se dañen de forma permanente.- le dijo dándole el bote.- Por si acaso.

El albino agarró a Duncan cuando Bell lo soltó y lo llevó a la cama donde se quedo dormido, o mejor dicho, inconsciente.

- ¿Qué pasó para que se pusiera así? ¿Estuvo cerca de un ruido demasiado fuerte o con presión alta?

.........

Guardé aquel bote en mis sombras con las manos temblorosas. Miré a Duncan con dolor, me odiaba a mí misma por haberlo sometido a algo como eso.

-Fue mi culpa... lo traje aquí... a través de mis sombras... pero ahí dentro hay presión para los que no son como yo... No es muy fuerte... pero supongo que para él fue todo un infierno...- me senté en la cama a su lado y le acaricié la mano sin dejar de mirarlo.

........

- Tranquila, yo no sabía que tenía el oído fino y lo hice viajar en avión.- dijo Orión sonriendo.- Y era un avión a reacción, así que imagina lo que pasó.

El albino revolvió suavemente el pelo de Bell.

- No es culpa tuya, en todo caso, sería él quien debería darse cuenta... Así que relájate, esto podría haberle pasado con cualquiera. Iré a darme un baño... Oh, y la próxima vez dile que se ponga los tapones...

.........

-Uhm... está bien... me quedaré aquí con él hasta que despierte.- miré a Duncan y le acaricié levemente los cabellos de la frente.- Espero que eso sea pronto...

Cuando Orión se retiró al baño, desabotoné la camisa de Duncan para quitársela. Después de todo, era la razón por la que habíamos ido allí. Se la quité con cuidado hasta dejar su torso al descubierto. Me sonrojé un poco al verlo así, pero tenía que cambiar su ropa si estaba sucia. La mantuve conmigo, no quería alejarme de él hasta que despertara, por lo que mantuve la camisa en mi poder hasta entonces.

.......

No escuchaba nada, no podría divisar la silueta fluctuante de Bell. No podré saber donde está exactamente su mano, podría desaparecer mientras esta conmigo y no darme cuenta siquiera... Y eso... Me da miedo... Mucho miedo.

Eso no era todo lo que me daba miedo, sentí frío en el torso. Quizás era cuestión de tiempo que me pusiera a temblar, haciendo que Bell se preocupara aún más.

- Bell...- susurre cómo pude.

......

Me quedé todo el rato solo mirándolo. Me intrigaban tanto esas cicatrices y marcas que cubrían su cuerpo. ¿Qué tan malas experiencias había pasado para terminar así? Lo que fuera, se me olvidó al verlo mover sus labios.

-¡Duncan!- me alegré muchísimo al escuchar su voz.- ¡¿Cómo te sientes?! ¡¿Estás bien?!- me acerqué más a él tomando su mano entre las mías y poniéndola en mi pecho.

.........

No pude hacer más que sonreír al sentir sus manos en las mías, puede que no pueda divisarla, pero puedo sentirla.

- Bell... No.. No oigo nada.- no sabía si mi tono era alto o bajo, de milagro sabía que no estaba gritando.- No sé qué pasó...

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