34
-Eso debe ser muy molesto para ti...- comenté mirándolo con dolor.- He escuchado que para los que tienen poderes mentales, ese tipo de exámenes son un maldito fastidio.
..........
- Lo son, pero estoy bastante acostumbrado.- dije sonriendo sereno y relajado.- Aunque después de cada examen mental, tengo que dormir un par de horas... Es como si me descargaran las pilas solo con un examen de 15 minutos.
Caminábamos, ya cerca de la sala del comité. Se escuchaba una voz jadeando dentro... Espero que no sea Orión con alguna chica.
- Mmm... Creo que es mejor que vayamos a otro sitio... ¿No tienes hambre o sed?
..........
-¿Uhm? ¿No íbamos a ayudar a Orión?- ese cambio tan repentino de destino me dejó totalmente confundida.
Hambre no tenía, pero quizás una limonada no estaría mal, así que solo continúe caminando en busca de la primera máquina expendedora que encontráramos.
.........
- Orión está demasiado ocupado como para que entremos en este momento.- dije sonriendo ampliamente intentando que no preguntara más... Pues decirle lo que estaba pasando en la sala del comité... Era vergonzoso.- Más adelante hay una máquina expendedora... Venga, te invitaré a lo que quieras.
La llevé felizmente un poco más hacia el fondo del pasillo hasta llegar a dicha máquina.
- ¿Qué te apetece? Yo tomaré un zumo de melocotón.- solté casi emocionado.
..........
-Quisiera una limonada. Me gusta mucho y es refrescante.- dije entusiasmada, hacía tiempo que no tomaba una.
Cuando divisé la máquina expendedora, sonreí ampliamente y me adelanté corriendo para verla de cerca. Era mucho más grande y llena de cosas que las que había visto por la ciudad.
...........
- Limonada entonces.- dije sacando mi cartera del bolsillo y de esta un billete.
Toqué cerca de la ranura hasta encontrarla e inserte el billete con calma hasta que lo aceptó. Tras eso llevé mi mano libre hasta los botones de las latas.
- Tercera fila, segundo a la derecha, limonada y primera fila tercero a la izquierda... Zumo de melocotón.- recité de memoria apretando con confianza.- Listo.- dije sonriendo al recoger primero el dinero y después las latas para, seguidamente darle la limonada a Bell.- Que aproveche.
.........
Tomé la lata de sus manos con un brillo inigualable en los ojos. Estaba fría, fresca y sabía que estaría deliciosa.
-Gracias, Duncan...- dije sonrojada.- ¿Te sabes toda la colocación de la máquina de memoria?- pregunté curiosa al haber notado cómo lo recitaba.
........
- Así es, Orion me ayudo diciéndome donde estaba cada lata, además me hacen el favor de ponerlas siempre en la misma posición, cosa que agradezco.- dije sonriendo ampliamente.- Son bastante considerados cuando se trata de alguien con alguna discapacidad como la mía.
Espero que Orión termine rapidito, porque tengo que ir a la sala del comité a recoger mi mochila y algunas cosas... También dejé mi bastón allí.
- ¿Nos sentamos por aquí a beber? Es mucho más cómodo así y podemos hablar de alguna cosa.
.........
-Claro...- miré alrededor en busca de algún lugar para sentarnos, hasta que divisé un banco a lo lejos.- Allí podemos sentarnos.- señalé y tomé su mano para llevarlo hasta allá conmigo.
........
Me llenó de alivio notar que no tuve que tomar su mano, sino que lo hizo ella por su propia voluntad. Sonreí de forma inconsciente y fui con tranquilidad siguiendo su guía. Innecesaria, pero relajante. Nos sentamos y aún no me había hecho falta siquiera abrir la boca.
- ¿Cómo te va todo? ¿Te adaptas a la academia?
.........
-Gracias a ustedes, sí.- dije con una sonrisa y abrí la lata para dar un leve sorbo.- Sobre todo gracias a ti. Me has dado mucho apoyo desde que llegué. Te lo agradezco mucho...
Bajé la mirada sonrojada y sosteniendo la lata sobre mi regazo entre mis manos.
.........
- Es un placer... Me alegra mucho poder ayudarte en todo lo que necesites.- dije sonriendo y abriendo la lata con algo de dificultad, ya que tenía que ser suave porque lo normal es que siempre se me derrame un poco.
Y así pasó, un poco del zumo cayó sobre mi camisa, es lo normal cuando me toca a mí abrir la lata, por eso prefiero estar sentado al hacerlo, me proporciona algo más de estabilidad.
- Aaah... Otra camisa más al tinte.- dije suspirando.- Siempre me pasa igual.
........
-¡Oh, no!- al ver que se había derramado sobre su ropa aquella bebida, saqué un pañuelo y me dispuse a secarlo lo mejor posible.- Me hubieras dicho que la abriera por ti si no te es fácil hacerlo.
Mis intentos eran algo nulos. Lo sequé un poco, pero la mancha estaba ahí. Más que visible y no tenía forma de quitarla de no ser lavando la camisa.
...........
- Tranquila, es algo que me pasa bastante a menudo.- dije algo avergonzado por tenerla tan cerca y además limpiando una mancha de zumo en mi camisa.- No tienes porqué secarla. No te preocupes... Solo tenemos que ir a la habitación en algún momento y me cambiaré... También tengo una chaqueta... Pero está en la sala del comité.
.......
-Si Orión está ocupado en la sala del comité, podemos dejar tu chaqueta para después.- dije tomando su mano.- Pero puedo llevarte un momento a tu habitación para que te cambies. No me importa que te tardes un par de minutos en cambiarte mientras yo lavo tu camisa en el baño.
.......
- Entonces vamos, no quisiera que me vieran con la camisa en este estado, dejaría en mal lugar el comité pensando que tienen a un inútil que no sabe siquiera abrir una lata.
Suspiré, pues era bastante molesto tener que lidiar a veces con algo tan sencillo como abrir una lata y Bell estaba tan atenta que era complicado, porque quería tenerla cerca sin que se preocupara tanto.
...........
-Bien, solo... no te sueltes...- me aferré a su mano antes de abrir mi sombra.
Ambos entramos en ella y recorrí todo el trayecto hasta la habitación de los chicos. Me detuve dentro de esta sin problemas, ya que sabía que no molestaría a nadie con eso. Nos materialicé a ambos justo al llegar.
..........
La sensación al estar dentro de las sombras de Bell no era muy agradable, sino todo lo contrario, me dolía... Mucho...
Cuando llegamos a la habitación y salimos, ni siquiera me había dado cuenta de que estábamos fuera de nuevo. Solté su mano para llevarla a mis oídos, no era capaz de escuchar nada, el pitido me iba a volver loco...
- Ahhhh.- dije intentando escuchar mi propia voz.
No me escuchaba, pero sí ese molesto y odioso sonido que parecía incrustarse en mi cerebro... Tengo que aguantar.... O sino, Bell se preocuparía.
No podía más, me iba a estallar la cabeza. Me tiré al suelo tapando mis oídos, esperando que ese pitido parara.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top