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-Oh, entiendo...- agradecí la explicación que me daban mis nuevos amigos y no pude evitar sonreír ante la idea de tener su ayuda para controlar mi habilidad.

Después de todo, muchas malas experiencias habían pasado y por eso mi presencia en aquel lugar. No era ni siquiera por algún nivel de estudio o algo parecido, solo era por saber si algún día yo sería capaz de controlar mi poder.

-Espero realmente poder hacerlo... sobre todo sin lastimar a nadie más. Han habido muchas cosas que han pasado... y de las que me arrepiento... por eso... quiero cambiar...- dije con tono entre desanimado y triste.

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- No tienes que preocuparte, Bell, casi todos los alumnos de esta academia han perdido el control alguna vez en su vida... Es el precio que hay que pagar por no haber nacido normales.- dijo Alice siempre con una sonrisa.

- Ella tiene razón... No tienes que preocuparte, solo piensa en esta academia como en una segunda oportunidad.- continuó Orión, algo raro, ya que no suele ser de los que dan ánimos.- Y lo de lastimar a otros... Bueno... También muchos en esta academia han llegado a hacerlo.

- El récord está en 350 muertos creo.- soltó Alice de nuevo llevando la conversación a un lugar que sabe que no me gusta.- Pero esa es otra historia.

- Exacto, no es algo de lo que debas procurarte por saber... Solo ten fe y deja que las cosas avancen. Aquí puedes tener una vida sin que nadie te mire mal.

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El corazón se me oprimió al escuchar esa cifra tan elevada. ¿Cómo era posible? ¿Quién haría algo así? Llevé una mano a mi pecho inconscientemente debido a lo mal que me había hecho sentir eso, pero la intención de Duncan de que olvidara algo como eso ayudó bastante.

-Está bien... daré mi mayor esfuerzo para lograr controlar mi poder.- dije con una sonrisa más animada.- Por cierto... ¿dónde se quedan los estudiantes? Aún no he visto los dormitorios...- dije algo apenada, puesto que siempre me pasaba lo mismo, estaba algo perdida en los lugares y pedía direcciones como tonta.

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- Yo me encargo de eso, los alumnos de primero tienen que elegir su propia habitación o incluso pueden compartirla... Si al final del día no encuentran una tendrán que arreglarlo con la directora del dormitorio de chicas o chicos dependiendo del sexo del alumno.- dijo Alice muy acertada.- Si quieres, podemos ser compañeras de habitación, nunca he tenido compañera jejejeje

- Es una buena idea, así, aunque no esté yo, Alice puede ayudarte en cuanto a dudas se refiere... No es que sea muy inteligente, pero sabe perfectamente lo necesario para sobrevivir.- bromeé ganándome un pequeño golpe en la cabeza.

- Eso de no ser inteligente sobraba.- decía ella poniendo morros.

Lo curioso era que, aunque nunca había sido alguien de reír, hasta Orión estaba riéndose con ganas debido al mal humor de Alice.

- Ya ves que somos unos raritos, pero tranquila, con nosotros estás a salvo.- dijo mi mejor amigo.

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No pude evitar reír también, aunque con algo de disimulo para no insultar a Alice. Parecía casi mágico el haber podido integrarme en un grupo de amigos tan agradable.

-Entonces lo haré. Será genial tener a una amiga para conversar en las noches antes de dormir.- mis ánimos estaban a millón, se notaba en mi acelerado corazón.

Aún así, aunque todos ellos me daban gran confianza, me daba la impresión de que solo quería preguntarle cosas a Duncan. ¿Por qué? Solo había sido uno más del comité de bienvenida que me había ayudado de casualidad. Pero aún así me daba ganas de hablar con él.

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- ¿Ves? Ahora tienes 3 personas que pueden aclarar tus dudas, es genial conocer gente nueva.- dije sonriendo al notarla tan extremadamente contenta.- Y aunque Alice vaya a ser tu compañera de habitación, no dudes en preguntarme cualquier cosa que necesites saber o que te de curiosidad.

- Y si alguien te molesta, no dudes en decírselo a Duncan... No por nada es del comité de disciplina.- dijo Orión haciendo que hasta me pusiera nervioso.

- Tú también eres del comité de disciplina... Así que no me hagas ver como el importante.- aclaré frunciendo el cejo.

- Ya... Pero el que más porcentaje tiene de castigos eres tú...

- No me lo recuerdes...

- Ah... Bell, por cierto, algo importante a tener en cuenta es quién es el presidente de nuestra clasificación... En nuestro caso es Orión quien nos dirige, algo así como el representante del curso.

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Era extraño, pero era la segunda vez que notaba a Duncan desviar el tema. Como si no quisiera que sus amigos hablaran mucho de él.

-Lo tendré en cuenta, aunque, si quieren ayuda en algo, también pueden contar conmigo. No es justo que yo quede como la única que pide ayuda para algo.- dije pasando mi mirada por todos ellos y quedándome mirando fijamente a mi compañero de al lado.

Curiosidad, era lo que más me hacía nacer hacia él. Quería saber más de Duncan y él estaba haciendo todo lo posible porque no fuera así. ¿No dicen que lo que te prohíben es lo que más buscas? Pues era lo que me ocurría en ese momento.

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- Por supuesto, a partir de hoy contamos contigo, Bell.- dije sonriendo lo mejor posible.

No quería darle una mala imagen de mí, y mucho menos en su primer día después de que ella misma dijera que no le importaba ser mi alumna por así decirlo.

- La hora del almuerzo está por terminar... Si quieres te acompaño a tu aula.- dije levantándome y tendiéndole la mano.

- Yo iré a buscarte después de las clases, así te enseño los dormitorios... También llevaré tu llave.- dijo Alice sonriendo también antes de levantarse de la mesa.- Tengo que ir al ala C con los nuevos alumnos.

- Ten cuidado... Si necesitas algo estaré en la clasificación M... Me avisas por walky...

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Parecían tan acostumbrados a la dinámica de la escuela que me sentí un poco fuera de lugar, pero como Duncan me había tendido la mano, me dispuse a tomarla con suavidad.

-Entonces los veré después. Ha sido un placer, Orión, Alice.- les sonreí antes de irme siguiendo a mi acompañante y estando tomada de su mano.

Eso... ¿era normal? Es decir, obviamente él no necesitaba de nadie que lo guiara, entonces no habría necesidad de que estuviéramos así, aunque lo agradecí luego cuando la multitud volvió a hacer de las suyas con mis nervios.

Pero esta vez no huiría como una intangible sombra, esta vez me acompañaba Duncan. Lo miré, preguntándome cómo era posible para él orientarse por el oído tan fácilmente. ¿Cómo sería el mundo para él o las personas? También había dicho que yo desaparecía para él. Eran tantas las preguntas en mi mente y un silencio perpetuo en mis labios.

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- Bell... Si tienes preguntas, solo hazlas, ya sean sobre la escuela o sobre mí... Llevas alterada un rato y pareces distraída.- dije sonriendo levemente, pues era normal sentirse como ella tras conocerme.- No tengas miedo a preguntar... Al menos, no conmigo, solo relájate.

Al terminar de hablar, una casi avalancha de estudiantes venía hacia nosotros. Tiré un poco de ella para llevarla hasta la pared más cercana y me coloqué entre ella y los demás para que al menos así, nadie la golpeara.

- ¿Estás bien? - le pregunté algo preocupado.- Tranquila, estas avalanchas solo son el primer día... Hasta que reordenen a los estudiantes.

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Al ver que tanta gente se acercaba a nosotros, me asusté demasiado. Estaba a punto de desaparecer cuando sentí que Duncan tiraba de mí y protegía mi cuerpo con el suyo.

Incluso por reflejo, un poco de mi espalda y un brazo mío ya habían entrado en una sombra en esa pared, pero verlo protegerme, me hizo mantenerme allí.

-D-Duncan...- lo miré con asombro y admiración combinados.- S-sí, estoy bien...- no me atrevía, pero tenía ganas de abrazarlo solo por no sentirme tan incómoda entre tanta gente.

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- Tranquila... Ya te dije que no te pasará nada mientras esté contigo. Además, no eres la única que se siente rara entre tanta gente.- dije sonriendo.- A mí a veces también me pasa.

Cuando toda la multitud pasó, me alejé un poco de la pared y la volví a tomar de la mano muy suavemente, llevándola unos metros más allá, donde su aula la esperaba.

- Suerte con tus clases iniciales... No olvides que Alice vendrá a buscarte al terminar.- le recordé antes de voltear y despedirme de nuevo con la mano en alto y la otra en el bolsillo delantero del pantalón.

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También me despedí de él agitando mi mano. Esperaba que no supiera lo sonrojada que estaba debido a la cercanía que habíamos tenido hacía un momento.

No entré a mi clase hasta que lo perdí de vista. Realmente no puse mucha atención a lo que contaban los profesores, solo tenía a mis nuevos amigos en mi mente. Orión y Alice parecían tener una gran conexión, y Duncan... bueno, recién descubrí que era aún más guapo de cerca.

Me volví a sentir el calor en mis mejillas y más aún cuando una voz llamó mi atención. Era Alice, entonces... ¡¿hacía cuánto tiempo había sonado la campana?! Tan perdida estaba en mi mente que ni cuenta me había dado.

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- Bell... Tierra llamando a Bell... Hoooola.- siguió llamando Alice hasta que su llamado surgió efecto.- Estabas bien enterrada en tu mundo, ¿eeeeh...? Hace 10 minutos que te estoy llamando... Vamos, apenas hay nadie en los pasillos ya.

Una vez que Bell se dio cuenta y salieron de la clase, Alice la llevó por un pasillo hasta el tercer piso.En este había una bifurcación en dos pasillos enormes y anchos que casi desafiaban a la lógica.

- Chicas a la derecha, chicos a la izquierda. Nuestra habitación es la 102... Duncan y Orión están a la izquierda, habitación 206.- explicaba Alice mientras la llevaba por el pasillo de las chicas.- Es aquí, te hice una copia de la llave, abre a ver si funciona.

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Reí levemente y miré a Alice como si fuera una niña ingenua. Cuando me tendió la llave para probarla, solo me hice una sombra en el suelo y pasé por debajo de la puerta, abriéndole desde el otro lado.

-Nunca he tenido que usar una llave, Alice. Puedo entrar a cualquier sitio sin problemas.- sonreí y me aparté de la entrada para dejarla pasar.

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- Creo que en este momento más de un chico te tendría mucha envidia.- dijo la mayor suspirando y entrando a la habitación.- Aún así, tienes que tener la llave contigo, es más que nada para que puedan identificarte rápidamente... Cada llave lleva dentro un pequeño chip con tu identificación de estudiante, así que no la pierdas.

Sin más, al entrar, se estiró en la que era su cama desde hacía ya un año.

- Está es mi cama, sino te gusta algo, solo di y te lo cambian y si quieres decorar también está bien.- explicó boztezando.- Mi turno del comité ya terminó, así que descansaré un poquito, si tienes que salir despiértame... No quisiera que te perdieras, si algo te pasara me puedo despedir de mi cabeza...

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Tomé la llave y la guardé en un bolsillo, luego me acerqué a lo que sería mi cama y mi espacio para decorar. Ya se me ocurrían algunas cosas para ello.

-Descansa tranquila, espero no hacer mucho ruido. Si molesto, solo dímelo.- la vi acostarse en su cama y le dediqué una sonrisa antes de que cerrara sus ojos.

Miré entonces las paredes cercanas a mi cama, estaban vacías y con una pintura algo neutra. Dejé ir las sombras de mi cabello y, sin saber cuánto tiempo me estaba tomando, comencé a hacer dibujos de flores, aves y mariposas en ellas, aprovechando que desintegraba ligeramente la pintura y esta se volvía a negro. Al final, un sencillo, pero bonito paisaje adornaba las paredes, aunque también parecía un poco tenebroso por el color negro, pero para mí, le daba cierta belleza.

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Un par de horas después de haberse quedado dormida, Alice despertó. Se quedó un rato mirando a Bell decorar las paredes de su parte del cuarto, solo sonreía al verla feliz.

- Te quedó muy lindo.- dijo la mayor de ojos rojos sonriendo ampliamente.- Me alegra mucho ver a los que llegan nuevos tan felices... Antes no era tan así... Bueno, la que no era feliz era yo, así que supongo que todo lo que veía tampoco me parecía lindo. ¿Sabes? Creo que podrías dedicarte a la decoración... Muchas alumnas te pagarían por cosas así en sus paredes.

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Al escuchar que Alice me estaba mirando y haciendo de ojo crítico a mis decoraciones, me enrojecí y bajé la cabeza con algo de pena. Aún no me acostumbraba al hecho de que otros tomaran como algo normal el verme usar mis poderes, y menos aún, que me motivaran por ellos.

-Podría... tal vez... no sé...- dije con dudas, mientras volvía a mirar el diseño de mi pared.- No sé si a alguien más le pueda gustar algo como esto... es un poco... me han dicho que parece... lúgubre...

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