11

- Vale... Pero primero entraré yo.- dije suspirando y abriendo la celda con la misma clase de botón que la entrada.

Di unos pasos dentro dejando que la puerta se cerrase, Travis estaba nervioso, pero a mí y a Alice jamás nos había atacado dentro de la celda, incluso de mí solía huir.

Solo me acerqué para saber que todo estaba bien, que nada podía dañar a Bell y que los grilletes estaban bien puestos. Después simplemente salí.

- Puedes entrar... Una vez dentro no te escucharé, es decir... Que no te veré... Por así decirlo. Travis no llega hasta esta pared, así que si das dos toques, abriré desde fuera... Ten cuidado.

.......

-Uhm... está bien... así lo haré.- sonreí y tomé su mano un momento para darle un leve apretón antes de entrar.- Sé paciente, ¿sí?

Tras decir esas palabras, cerré la puerta de la celda tras de mí. Volteé a Travis y suspiré. Luego levanté mi mano al frente para que recibiera mi aroma antes de acercarme. Fui avanzando lentamente con unos pasos tan suaves como pude.

-Tranquilo, Travis... Ya conoces mi olor... ¿Me recuerdas? Mi nombre es Bell... Está bien, no voy a hacerte daño...- dije con una suave y casi susurrante voz mientras sonreía levemente.

........

Travis se levantó y fue hacia ella como león hacia una presa, por suerte los grilletes y cadenas protegieron a Bell de ser arrollada.

Aun siendo ciego ,este abrió los ojos como si realmente la viera. Esos penetrantes y oscuros ojos verde intenso estaban clavados en ella mientras un leve y grave gruñido salía de él.

Era como si la conociera por el olor, pero le pusiera algo nervioso. Pretendía evaluarla un poco y aún así quería tenerla más cerca.

........

Me acerqué más, tratando por todos los medios de no demostrar que le temía. No negaría que intimidaba, pero quería ayudarle, tenía que ser fuerte por él.

-Calma, Travis... no pasará nada... no tienes que estar nervioso... Me acercaré, pero no me hagas nada... confío en que no quieres lastimarme...- suspiré nuevamente y seguí acercándome hasta que mi mano estaba al alcance de las suyas a pesar de los grilletes.

......

Travis sonrió como quien por fin tenía lo que deseaba, era una sonrisa macabra y, antes de que ella pudiera reaccionar, la había tomado de la mano y tirado de ella para poder tocar el rostro de Bell.

Eso era lo que él estaba deseando... Que le importaba una mano cuando podía tener el plato fuerte. Desde que Bell había entrado, él sabía que se acercaría, como muchos otros habían intentado antes, a ayudarle, confiando en que no estaba loco del todo... Y por supuesto... No lo estaba.

Travis no hizo sonido alguno, solo gruñía por lo bajo mientras la tocaba con bastante tacto mientras la otra mano la sujetaba para que no huyera.

..........

-Eso es... tranquilo... ya me estás conociendo...- aunque casi me hacía pegar un grito cuando me agarró de esa manera, logré aguantarme y me di cuenta de su deseo.- Puedes tocarme sin problemas...

Me estaba viendo. En su expresión comprendí el deseo que tenía de darle forma al aroma que sentía en mí y ahora tenía satisfacción por ello. Sonreí justo cuando su mano pasó por mi rostro y me relajé para que supiera que no escaparía. Tomé su otra mano lentamente y la coloqué también en mi rostro.

-Bell... Soy Bell...- le repetí para que asociara mi silueta con el sonido de mi nombre.- Intenta decirlo, Travis. Intenta decir mi nombre...

.........

No le daría ese gusto, aun menos si sé lo pedía u ordenaba de ese modo. Nunca le había gustado seguir órdenes y esta no sería la primera vez.

La soltó, con algo de cuidado, aunque no era ni mucho menos caballeroso. Se sentó de nuevo en lo que era su... "cama" que para nada parecía ser cómoda.

No parecía estar tan nervioso como cuando ella entró, pero tampoco estaba muy a gusto, después de todo, nunca es agradable estar atado, sedado o en una maldita celda sin contacto con el aire de fuera, con comida de verdad.

.......

Cuando me soltó y se volvió a acomodar, me quedé pensativa de algo que pudiera llamar su atención o le pudiera agradar.

Luego recordé algo que mantenía oculto en mis sombras y que cuidaba con mucho mimo. Esperaba que eso le gustara, puesto que era tan fino de olfato.

-Travis... ¿te gustan las flores?- cuando hice la pregunta, abrí una sombra pequeña y rebusqué en ella hasta sacar una rosa florecida y hermosa.- Ten, mira, es para ti. Es una rosa...

........

Por las palabras de Bell alzó una ceja. ¿Mira? ¿Mirar qué? ¿Una rosa? No hacia falta mirarla, además... No podía ver desde hacía años.

No hizo ningún gesto, solo un pequeño ruido, un chasquido con la lengua. Entre la ignorancia que creía tener Bell y el comentario sobre ver o mirar, lo había ofendido ligeramente.

Entonces sí que se movió solo para señalar sus ojos, dejando recordar a Bell que estaba ciego.

........

Sin embargo, yo sonreí ante ese gesto. Se estaba comunicando. Travis se estaba comunicando conmigo al menos por señas para evidenciar su ceguera. Eso era un avance para mí.

Acerqué mi mano a la suya y la alcé con suavidad. Luego acerqué la flor a sus dedos haciendo que los pétalos los rozaran con ligereza.

-Esta... es tu forma de mirar el mundo, Travis... Con tus manos... Ahora, puedes ver esta flor... sentirla... como me sentiste a mí...- coloqué por completo la rosa en la palma de su mano y esperé a que reaccionara.

........

Travis suspiró pesadamente y resignado tomó la rosa en sus manos, a la vez, recordando cómo era una de esas flores que tantas veces había visto de pequeño y, en lo más profundo de su mente, solo esperaba que no fuera una rosa roja.

Comenzó a tocarla, lentamente, pero claro, entre lo delicada que era la flor y la extrema fuerza de él... Acabó por romperla sin hacer el más mínimo esfuerzo. Ahí, sin más... Provocó un sonido... Solo uno, no una palabra... Más bien... Como un pequeño sonido como de sorpresa. Recordaba como eran las flores, pero no que fueran tan frágiles.

- Ah...- eso fue lo único que salió de sus labios.

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