Castigo.
Flug suspiro pesadamente, sintió unas pequeñas gotas de sudor bajar por su frente. Había jurado que temblaba su cuerpo, no podía describir si era por el miedo, pero era lo más probable.
Demencia parecía tranquila, miraba un pequeño juguete de Black Hat que el había tenido que hacerle para mantenerla entretenida durante el último mes. Realmente necesitaba trabajar y ese muñeco le había ayudado bastante, por su parte aquel oso regordete de color azul miraba entretenido algunos dibujos, dos salían solo el y su creación, y los otros tres estaban Demencia, su jefe o los cuatro juntos.
- Entonces ... - Demencia dijo, con una voz algo traviesa. Sus ojos se posicionaban con los de el, mientras una sonrisa socarrona se hacía notas, - No sabía que fueras de ese tipo.
Flug no entendió, pero no se molesto en preguntar. Generalmente nada de lo que decía esa chica tendía tener sentido, y tampoco estaba de humor para ponerse a hablar.
- ¡Oye!, ¿me estás escuchando?. - Volvió a decir, se podía escuchar algo más molesta, - ¡Flug!.
Suspiro, volteó y la miro, - ¿Qué quieres? Demencia - . Ella solo lo miro con el ceño fruncido antes de volver a hablar. - No tienes que ponerte así, solo te estoy hablando.
- Bueno, ¿de que quieres hablar?. - El dijo, cansado. Tomando un poco de café que 5.0.5 le había dejado allí solo un par de minutos más. - Oh, no lo se ... Tal vez del porque besaste a una Super heroína. Eso no es muy villanesco. - El peluche que sostenía había caído al suelo, mientras se acomodaba en el sofá de la sala. Comiendo un chocolate que allí estaba, posiblemente de aquel Oso.
- Yo no la bese, ella me beso. - Pudo sentir un ligero sonrojo al recordar eso, sus mejillas no ardían tanto como en aquel momento. - ¡AGH!, ¿cómo olvidarlo?. Creo que tendré pesadillas como un mes, no. Creo que más, uno. - Flug no se molesto en corregir lo último. Suspiro, y abrió la puerta que daba más adentro de la mansión. - Cuando mi bombón se entere estarás en problemas. ¡Ah!, puede que te rompa las piernas ... Otra vez.
Flug podía haber jurado que momentáneamente sus ojos se llenaban de lagrimas, mientras sus labios se torcían un poco, suspiro. No había nada que pudiera hacer, no podía decir que el se había llevado la peor parte. O posiblemente si lo había echo.
Y no sabía si debía decir si era bueno o malo, la imagen de su amiga Cecilia volvió a su cabeza. No podía olvidar la voz de ella antes de abandonar la prisión, - ¡Soy Miss Heed!, ¡Mi nombre es Miss Heed!.
Trato de ignorar aquella voz que venía a su cabeza, su mano rozo por unos segundos la perilla de la entrada de la oficina de su jefe, correr sería inútil. Razonar solo sería una dulce fantasía. Flug tuvo que hacer todo uso de fuerza y razón para evitar correr y no entrar en aquella oficina, si lo hacía el castigo sería peor.
No le importaba si era un castigo hacía su persona, el no lo mataría. Por más que supiera que lo odiaba al final el lo necesitaba, aunque fuera por poco. Aprovecho los pocos segundos que tenía su cuerpo de estar intacto e Indoloro.
El ruido de la puerta abriendo-ce fue un calvario para el, miro la sombra de Black Hat detrás de el, después de entrar a la habitación. Sintió la presencia de aquel demonio detrás suyo, no podía saber si lo miraba con despreció o esperando una respuesta.
Pero si lo hacía ¿que se suponía que debía de hacer?, ¿gritar por su vida?. ¿Pedir que no lastimase a su amiga?, la idea de Cecilia siendo lastimada o asesinada por Black Hat le dio un horrible sabor de boca, no. El debía alejar esos pensamientos de lado, o se volvería loco, pero incluso si lo hacía era una buena posibilidad. Black Hat no se tentaba el corazón al momento de dañar a alguien, poco o nada le importaba si eran o no inocentes, de echo parecía disfrutarlo más cuando no tenían nada o poca culpa.
Recordó breve mente como una mujer había llegado un día a pedir un favor a Black Hat después de que a su hijo lo hubieran decapitado vivo por haber tratado de demostrar el caso de corrupción en su pueblo, aún podía escuchar los llantos de las madres de los hijos asesinados a manos de Black Hat.
La imagen de esos niños volvió a su cabeza y sintió ganas de vomitar, aquellos niños eran inocentes de todo.
Pero cargaban con el echo de ser hijos de asesinos, los cuales no fueron perdonados, incluso el más joven. El más pequeño, un bebé recién nacido. Hijo del que había dado la idea y había decapitado al hijo de esa mujer sufrió el mismo destino. Con la diferencia de que el miro en primera mano como le hacían aquello a su inocente bebé.
Sintió unas lagrimas bajar por sus mejillas, pensar en eso ahora solo le era un recordatorio en que estaba metido. - Ya no hay macha atrás. - Pensó para si mismo,
- Señor, yo ... - Un golpe propinado a su espalda fue lo único que recibió. Su cuerpo cayó al piso, pero aún así no lo miro, no quería mirar su cara, pero no supo si era por miedo, vergüenza o arrepentimiento. Intentó hablar, aún sin mirarlo. Una patada a su estomago fue lo único que volvió a recibir - No me han parado de llegar vídeos de ti y esa insignificante intento de super heroína.
Su voz grave y el ambiente tan pesado que se había generado en la oficina hizo que el no respondiera, pero la mano que era fuertemente pisoteada por aquel ente le hizo saber que no era una buena idea, - Y ... Si aprecias, por mínima que sea tu patética existencia. Será mejor que empieces a hablar.
- Ella ... Ella simplemente me beso, lo lamento jefe, - Un fuerte golpe propiciado por su pie hizo eco en el lugar. Su boca tenía un sabor metálico, metió su mano libre a la bolsa y saco un buen puño de sangre. - ¿Quien era ella? - Se quedo en silenció solo cinco minutos, en los cuáles ya había recibido dos golpes. Uno en las costillas y otro en su pierna derecha. - , Supongo que hoy está más desobediente que generalmente lo está doctor. ¿Debería llamar a alguien para que lo haga más cooperativo?, tal vez Demencia, puede que 5.0.5 ayude más.
Y por primera vez desde que entró en la oficina Flug lo miro, los colmillos que resaltaban de su boca, podía mirar sus pupilas agrandarse. Sintió las manos de Black Hat afilarse, convirtiendo-ce así en garras. La cuáles sostenían delicadamente su cuello
. Obligan-dolo a mirarlo, su cuerpo podía sentirlo. El miedo se había apoderado de el, ya no podía negar que estaba aterrorizado, - Po- Por favor ... ¡Jefecito no lo haga!.
Solo sostenía a su voz escaparse, su cuerpo fue levantado y lanado violentamente hacía el otro extremo de donde se encontraban. - ¡Escúchame Animal!, ¡será mejor que empieces a hablar!.
Una voz aterradora se hizo presente en todo el lugar, - Ella ... Ella era, uh ... Una conocida de la escuela. Estaba feliz de que yo la ayudara a contribuir, que yo la ayudara que ella ganara fama. Yo no era yo en ese momento ... Cr- Créame jefe, yo ... Yo no estaba siendo cociente. - Mintió, mientras que eso pasaba el podía sentir aún aquel terror y pánico que sentía al estar dentro de aquella habitación con aquel ser.
- Si hay algo que yo pueda hacer para compensar mi debilidad lo haré, - Cerro sus ojos, sorbiendo un poco de sangre que caía de su rostro. Aquel ser no respondió nuevamente, pero tampoco se esforzó porque lo hiciera, no sabía ni siquiera que hacer, decir. O tan siquiera pensar, solo se le ocurría que el dejara salir todas sus frustraciones. Podía caminar o 5.0.5 le ayudaría si veía que estaba muy lastimado.
- Oh, pero claro que puedes hacer algo. - Flug no supo como había pasado, pero solo sintió como su cabeza caía al piso, rebotando ligeramente. No tuvo el tiempo necesario para saber si el le habría causado un traumatismo.
(...)
Desde que trabajaba con el nunca se ocultaron mutuamente como sería. Black Hat en ningún momento oculto los abusos que el recibiría, la primera cachetada, la primera patada. La primera ida al hospital. Todo eso se había vuelto la rutina, Demencia y 5.0.5 formaban parte de aquello, formarían siempre parte de aquella rutina infernal. También tenían idas al hospital, también eran lastimados o incluso habían estado al borde de la muerte. O tan siquiera Demencia junto con el.
Pero, si bien las torturas hacia ellos habían sido hasta la fecha duras nunca el nunca había echo algo parecido.
Su ropa yacía en el piso, cortada. Con agujeros echos por sus propios dientes, algunas echas con sus afiladas garras.
Sentía su ser más vulnerable, más de lo usual al estar con el, sus piernas estaban separadas, y su próstata estaba expuesta, siendo dejada a la vista por aquel ser que estaba posicionado en medio de el.
La idea de que Black Hat estaba apunto de devorar su carne le pareció tentadora, prefería eso a la otra posibilidad que venía a su cabeza, tan loca. Tan incoherente, pero. Tan cierta al mismo tiempo.
- Je- Jefe ... - Dijo con miedo, aún sin saber como reaccionar. - ¿Qué está haciendo?.
Lucho por decir sin tratar de tener miedo, siendo algo imposible, su voz amenazaba con romperse cuando sintió la mirada de aquel ser con sombrero ir directamente a su miembro, ¿se lo arrancaría?, ¿lo estrujaría hasta aplastarlo?. Había echo eso con su; cuello, manos, piernas y una vez con su cabeza. Pero nunca había echo eso antes con su miembro.
Y prefería que siguiera siendo así, pero sentir la mano de su jefe en el fue algo muy aterrador, lo sostuvo delicadamente. El podría asegurar que en cualquier momento lo destrozaría, la idea de que Black Hat lo castraría ahí mismo no podía ser más realista para el, el no toleraba errores. Y el ya había cometido muchos.
- Jefe. - Habló antes de ser volteado bruscamente, quedando boca abajo de el, con miedo. Con algo de extrañes, ¿debía de decir algo?. ¿Debía quedarse callado?, ¿tal vez por primera vez tratar de luchar?, El sonido de una cremallera lo saco de sus pensamientos, y rápidamente volteó a verlo, con una mirada algo sorprendida, pero a la vez un poco asustada.
- ¡¿Jefe?! - Grito, al mirar como bajaba su pantalón, lo suficiente para dejar a la vista algo que parecían ser pelos púbicos, pero más allá de serlos parecían ser filosos.
- ¡Jefe!, ¿¡Qué está haciendo!?. - La cara del científico había sido violentamente tumbada en el piso, rebotando ligeramente nuevamente, pero con la diferencia que lo que parecía ser un tentáculo lo mantenía ahí. - Hay que ver que lo creía más inteligente Doctor, ¿no dijo que haría lo que sea para compensar su maldita falta?
Las palabras que decía en ese momento parecían venenosas, volviendo-ce de alguna manera más aterradoras para el, - S- Si. - Batallo para decir. - , ¿Entonces?, ¿porque no sabes que es lo que esto significa?, ¿o es que eres lo suficientemente estúpido para no entender lo que voy a hacer ahora mismo?.
El se calló, aún sin saber que decir - Yo ... Yo ni siquiera se que puedo hacer para contentarlo, jefe. - Black Hat sonrió. - Eso se puede arreglar fácilmente, - Sintió algo rozar su próstata, - Eh ... ¡Nhg!, ¡No!. - El intensó miedo que había sentido se disparo, e inmediatamente comenzó a moverse, dispuesto a luchar. - ¡Jefe lo prometo!, ¡Nunca volveré a dejar que eso pase!, pero por favor ... ¡No-
Un nuevo golpe razono en el lugar, seguido por un insoportable dolor proveniente de su parte trasera, sintió algo en su cavidad anal. Pero ni siquiera pudo procesarlo, unas fuertes embestidas comenzaron a darse en su cuerpo.
Un insoportable grito desgarrador se dio en el, el cuál razono por toda la habitación, a la par que las embestías seguían dando fuertes golpes, sin saber que hacer comenzó a dejar caer sus todo el peso de su cuerpo.
- ¡Se lo imploro Jefe!, por favor. ... ¡Deténgase!. - Soltó en llanto el de la bolsa, - ¡Deténgase!, ¡alguien quien sea! ... ¡Auxilio!. - La mano de el del sombrero presiono sus labios, - Cállate, cállate maldita sea. - Decía la par de sus embestidas. - Por favor, Jefe ...
Saco su miembro rápidamente y le dio vuelta, dejando a la vista la cara de el dueño de aquel lugar con un enorme ceño fruncido, y una bolsa llena de sangre con googles rotos.
Miro desesperado el de lentes la parte inferior de ambos, miro el miembro de su jefe. En su momento no lo había notado, no lo había sentido. Pero había algo no parecido a un pene en si, más bien algo con forma de tentáculo, el cuál tenía cosas parecidas a ramas puntiagudas. No supo como no las había sentido, pero finalmente lo hizo cuando lo penetro nuevamente.
Ahora las manos de Black Hat presionaban las del doctor mientras lo penetraba, evitando que por su peso, el pudiera levantarse.
Pero incluso si no lo hacía, el dudaba que Flug pudiera levantarse, desde que lo conocía tenía un físico bastante delgado, con una apariencia algo Androgina según el. Pero que resultaba bastante interesante en esos momentos, mirar como por débil y flácida contextura no podía defenderse, - Pero, incluso si no la tuvieras, ¿te defenderías?.
Habló en un casi susurro, algo que el doctor no escucho. Pues estaba atrapado en su propio dolor y desesperación como para darse cuenta de aquello. Volvió a gritar una bocanada de socorros, sin recibir ayuda.
Le sorprendía que Demencia no estuviera ahí, pero tampoco le sorprendió. Al final Black Hat ya le había mostrado no meterse en su oficina, más si no le hablaban. Y su preciado bebé era muy temeroso como para poder entrar, las manos de su jefe lo volvieron a sacar de su mente.
Su cuerpo, como si fuera de un muñeca de trapo fue cambiado a una nueva pose, de lado y sus piernas aún abiertas. Así fue cuando una nueva penetrada inicio - ¡Ya!- ... ¡Agh!, ¡Alto!. Por- Por favor jefe.
Sollozo, aún con el calor y sabor metálico proveniente de su bolsa y con el sudor dado por el esfuerzo físico ante aquel acto tan atroz ante su persona el aún así debía de seguir. No quería, eso era bastante obvio, pero no podía controlarlo. Una de sus manos estaba libre, por lo que en ese momento no perdió el tiempo, y con la poca fuerza que tenía golpeo la cara de su jefe.
Tenía la esperanza de que eso le diera tiempo para ponerse de pie, correr e irse. Irse para siempre de ahí. Pero su desesperación había nublado su juicio. Y eso lo supo mejor que nada al mirar la cara de su jefe, enrojecida. Molesta, su ojo parecía inyectado en sangre. - Ah ... Yo, yo no-
No había tenido tiempo de reaccionar, su cara había estampado de una peor forma. Su hombro de sabía fracturado por la fuerte presión. - ¡Je- Jefe!, por favor - Flug dijo entre un enorme llanto. - ¡Ya cállate!, maldita mierda sin valor, ¡Si tanto quieres que así sean las cosas por mi esta bien!, - Abofeteo su rostro, rompiendo la bolsa en el proceso.
- ¡Pero no te quejes de lo que haré!. - Una gran cicatriz se mostró en su estomago hacia su pecho, dado por el. Mientras rozaba su piel con sus afiladas garras.
Flug cerro solo los ojos, deseando que todo acabara, y lo haría. Pero no sería pronto.
(...)
Dos horas, dos horas había durado aquel tormento. Pero se sentía aún más largo. Flug no sabía como sentirse al respecto, esperaba que al terminar su jefe ya se habría ido, y actuaría como si nunca lo hubiera visto. Pero estaba ahí, aún al lado de el.
Acostado, cansado. Pero al mismo tiempo pareciendo atento a lo que el pudiera hacer, Flug se alejo de el, mientras además de su sangre. Sentía un líquido más proveniente de su boca, no podía saber si era saliva, pero algo le hizo saber que era mas posiblemente una sustancia muy parecida al semen, proveniente de la felación que Black Hat le había obligado a hacer en un momento cuando se cansó de penetrarlo.
Fue con cuidado a la puerta, tratando de no llamar la atención de nadie, su desnudez aún estaba presente. Su cuarto estaba cerca, entro rápidamente y al ver que no había nadie, pudo dejar que las lagrimas fluyeran.
Se sintió más roto, solo y desprotegido que nunca. Pero sabía que ese dolor, el miedo y los traumas que vendrían se irían a un lugar donde nadie los viera, pero incluso si dejaba que lo hicieran, nadie vendría. Su contrato, su vida. Todo le pertenecía a el, era su precio, la cruz que cargaría por haber firmado ese contrato con el, un contrato que sería lo que lo mantendría allí para siempre.
- ¡Flug!, - La voz de Demencia retumbo del otro lado de la puerta, - ¡Nunca creerás lo que tengo aquí!. - Grito emocionada, sin recibir respuesta y escuchando lo que parecían ser sollozos. - ¿Eh?, Flug. ¿Estás bien?. - Le llamo Demencia nuevamente, estando a punto de entrar. - ¡No!, no. - Flug paniqueo, bloqueando la puerta, - Demencia ... Por favor. No, no habrás.
- ¿Qué?, ¿porque no?. - La chica lagarto intentó abrir otra vez, recibiendo un grito como su única respuesta, extrañada, pero también algo herida ella se quedo. Sintiendo como el oso se acercaba, con curiosidad en el cuarto de su creador. - Brug.
Dijo con esfuerzo, acomodando-ce a un lado de la de cabellera verde. - Flug, si no abres ahora mismo, date por muerto.
Su amenaza no fue contestada, - Flug. - Llamo de nuevo - Flug. - , volvió a decir. - Flug.
Dijo ahora en un tono coqueto. - Flug, Flug ... Flug. - Su tono de voz cambió, ahora uno más grave se escucho, - Fluksy dupsy. - Ella ya se estaba cansando, aún no había recibido respuestas. Pensó por un momento, luego sonrió. - Flogy.
Fue aquella palabra tan potente que un enorme golpe se escucho del otro lado de la puerta. - ¡Maldita sea!, cállate, por una vez en tu puta vida cállate. ¡¿No te das cuenta que me tienes harto?!. - Flug exploto a llorar, pero aún con enojo continuo, - ¡Maldita sea!, no solo tengo que soportar tus malditos berrinches, tu estupidez, tus comentarios sin sentido y fuera de lugar, el echo de que arruinaste mis experimentos y aún así no puedo librarme de ti.
Demencia se callo, sintiendo como su corazón se rompía un poco. 5.0.5 le miro sorprendido, - Hago todo eso, hago eso por ti, ¿y no te puedes callar?, eres igual de imbécil que el. Ojala no te hubiera conocido.
Flug rompió en llanto, y Demencia sentía lagrimas queriendo bajar de sus ojos, - Bien, si tanto quieres estar solo, ¡puedes morirte allí adentro por mi!.
En el momento que se había levantado del suelo donde estaba sentada había empujado al oso, el cuál hizo un ruido, ella volteo molesta, pero se detuvo, horrorizada. Miro al científico y ella y el Oso intercambiaron miradas, vio algo de sangre salir de su cavidad anal.
El enojo, la rabia y el dolor abandonaron su cuerpo, ella corrió hacía el, no sabía lo que le pasaba, ¿el le había echo esto?, ¿su amor era el responsable?. ¿Lo habría echo un héroe?, ¿que le habían echo?. ¿Estaría bien?, ¿donde demonios había estado?, ¿cuando paso eso?, ¿eso que significaba?. Pero aún con esas y más preguntas corriendo por su mente Demencia vio a 5.0.5 abrazar a su creador con miedo, sin entender bien que sucedía. Al ver al doctor llorar desconsolado.
Las preguntas aún estaban allí y en ese momento ella supo una cosa; Algo le decía que sería mejor no averiguarlo.
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