pomp & circumstance
Viví esto
una y otra vez.
Miento
solo lo sentí una vez
y anhelo
que vuelva a pasar.
No por cuestión de soledad,
no por la compañía,
solo quiero ignorar un poco
la inquebrantable agonía
que me acompaña
y me sirve de guía.
Sufrí con esto
por el orgullo y la falta de...
Lloré
pero me logré levantar.
Pero, realmente,
¿alguna vez caí al suelo?
No lo siento así,
no lo recuerdo así.
Fue romanticismo pasajero,
un amor que se logró desbordar
y se perdió entre los mensajes
que ya logré borrar.
Tuve miedo
y lo sigo sintiendo.
¿Lo que hago es correcto?
Si me hunde en el recuerdo
o me voy corriendo
por un nuevo amor,
una nueva pasión,
una nueva cosa que sentir.
Tengo miedo
de que este sí sea verdadero,
porque es mejor si es pasajero
y así
podré olvidarlo y «dejarlo ir».
¿Llegaré a decirte esto
o me guardaré todo en silencio?
No me logro decidir.
Todo lo que viví,
lo que boté,
lo que aprendí,
me enseñaron qué tal fácil
se vuelve fingir.
La delicia del «te amo»
cuando no lo puedes pedir,
porque ya está ahí
de una forma amorfa
que se disfraza
de flores color carmín.
¿Sería mucho pedir
si te digo que vengas aquí?
Que mueras por dentro
si no estoy ahí,
que sufras en silencio
por no tenerme a mi.
¿Sería mucho pedir
que sientas lo que yo sentí
con él? Ven a mi,
estrella fugaz.
Esperanza fallida,
enamórate de mi.
Acércate lentamente
y quiéreme sólo a mi.
Seamos el cliché
que pocos logran vivir.
Con tu facha de bad boy,
naufragemos en el hoy.
Olvídalas a ellas y ven a mí,
quiéreme solo a mí,
enamórate de mi rostro
y de mi forma de sonreír,
piérdete en mi prosa
deseando conocer más versos
que aquellos que te dediqué.
Ven, atrévete a leer
un misterio indescifrable,
una personalidad irritante,
y refúgiate en las letras
que sólo yo te puedo dar.
Porque, oh, niño,
por como te deseo yo a tí
podríamos darle dos vueltas al mundo
si la atracción fuera tangible
y la curiosidad visible.
Porque, oh, niño,
si sigues sonriendo así
serás más que un vicio
para mí
y no podré contener
estas ganas de tu piel sentir.
Así que apúrate y ven aquí,
vuélvete una musa
y desnúdate con parsimonia
para rayar con tu cuerpo
este nuevo lienzo.
Oh, cariño, seamos más
que poesía en el cuaderno,
déjame robarte besos
mientras planto en tu carne
los ideales de mi arte.
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