Han cosido nuestras bocas
y moldeado nuestros cuerpos
basados en el barro.
A bailar nos enseñaron,
teniendo agujas clavadas
en la espalda.
Agujas con hilos
que nos ataban
a podridas tablas.
Nos han vuelto marionetas,
nos enseñaron cómo hablar:
«sólo es mover los labios
y las voces solas saldrán».
Los mecanismos estaban ocultos
detrás de la extensa realidad.

El telón bailaba,
de izquierda a derecha,
de derecha a izquierda,
y los que nos sujetaban
movían nuestros brazos y piernas.

Cada gemido nuestro
era acompañado
de réplicas y detalles
sobre las glorias pasadas.
Nuestras voces se han perdido,
nuestros brazos están adoloridos.
Aún hay público detrás,
aún hay manipuladores adelante.
Odiamos a quien mueve las cuerda
pero nunca hemos visto su cara.
Odiamos al público elocuente
que nos hace sangrar con sus miradas.
O quizás,
quizás sea yo el único que lo odia
porque para el resto
estos han sido días llenos de euforia.

Realmente no lo entiendo,
quizás mis piezas internas ya están rotas
pero mi boca ha sido amarrada
y las sonrisas me parecen
vulgares falacias.
Quizás mis piezas internas...
No importa.
Nada de lo que diga importa,
al menos no por ahora.

El telón se sigue moviendo,
de izquierda a derecha,
de derecha a izquierda,
y las mariposas en mi cabeza
revolotean inquietas.
Me he cansado de esta vista,
quiero romper todas mis piezas.
Mi boca no se abre,
son ellos los culpables.
¡He aquí un alma obsoleta!
He aquí una deprimida marioneta...

Soy el único que lo piensa,
el resto solo ríe, ¡ninguno se altera
mientras cambian las cuerdas!
Quizás sí estamos hechos de plástico,
pienso,
pues el sol puede derretir nuestras ideas.

Quizás sí estamos hechos de plástico.
Cuando cortaron los hilos
todas las marionetas
se quedaron estáticas.
Soy el único
que quiere ser consumido
por las llamas del sol.
El resto sigue eufórico,
ellos siguen sonriendo...
No lo entiendo.

¿Soy el único que ansía ser destruido?
El cajón de la basura
parece un lugar agradable para descansar.
Quizás yo sea el único
que ansía ser quemado
por esas tétricas llamas,
pero por más que lo intento
mi cuerpo no se adueña del fuego.
¡A otros ha matado, pero...!
Quizás yo no esté hecho de plástico.