I
Soy mis pensamientos
en cada célula de mi cuerpo.
Soy la ira antisocial
que se aglomera en mi esqueleto,
quitándole protagonismo
a mi columna vertebral.

Soy los nervios y la furia,
el antagonista de mi propia tortura,
un músico pobre sin nada que tocar.
Soy libre, soy el oxígeno muerto,
que una vez estuvo dentro
y que ahora vuela libre
pues no se puede volver a tocar.

Soy las gotas de sudor
que se escurren por mi cuerpo,
soy el cansancio y el fracasado intento.
Soy un payaso sin humildad,
una boca más que alimentar.
Un ser improductivo, un virus letal.

Soy la noche que a veces me aterra.
Soy mis miedos y mis sombras,
pero también la dulce libertad.
También soy amnesia y lágrima de animal.
Soy humano, ¿qué esperas? No hay más.

II
Soy parte de una inhumana sociedad
que aspira comerse al mundo
hasta acabar con su inexistente saciedad.
Soy un muñeco de trapo, un muñeco maldito,
que sueña por el día con ser bendecido
por un arbusto en llamas y conocer
la resurección después del patético Jesús,
que conquistó Roma desde su ataúd.

Soy una vértebra, una ramificación más
de la madre Tierra que tanto nos da,
y a quien poco le queda por culpa de la bondad.
Soy rumores atascados en el cuaderno,
noticias sin contar
en la máquina de escribir,
soy mensajes de texto sin enviar.

Soy muchas cosas pero nunca me podrás descifrar.
¿No es eso fantástico?
Estoy aquí y ni cuenta te das;
acaparando tu mente con letras
cuyo sentido nunca entenderás.
Soy locura, un instante de soledad.
Soy la adversidad hecha palabras,
soy tu falta de humanidad.
Soy el espejo que te dice "bestia,
por favor, muere ya".

Soy la desesperada realidad
que te ahoga en cada suspiro,
soy el agua que no puedes tomar.
Soy tu vida, y miro como me desperdicias
gastando en recuerdos horas que no volverán.

Soy la imborrable profundidad,
el origen del mundo,
una afable verdad
hecha cuento dentro de la cultura urbana.
Una leyenda sin probar, mitos sin observar.
Soy la parte palpable de lo paranormal,
un breve pellizco de aterrada realidad.