intransigente

La química exige reacciones.
Los papeles me piden más creaciones.
Las poesía exige versos
y yo sólo me mantengo
estático.

Esta opresión en el pecho
hace difícil el respirar.
Y yo sigo pretendiendo
que sé cómo actuar.

Seguir normas sociales
no me satisface.
Y miro a la pared
como si fuera un cuadro elegante.

Los agujeros de la luna
pintada en el blanco papel,
pueden ser quemados
por estas frías metáforas.

Menos quince minutos.
Ya he perdido demasiados segundos
y simplemente deseo irme
de aquí.

Mis manos temblorosas
acaparan el tibio celular.
Y mis ojos divagan por la estancia,
no me puedo encontrar.

¿Quién soy? ¿Quién soy?
¿Por qué sigo vivo?
¿Por qué estoy viviendo?
Esta realidad...

Me ahoga entre palabras
y mis costillas apretan
más la sangre del corazón.
Me cuesta respirar.

En esta habitación
las paredes voy a desgarrar.
Es desagradable este lugar.
Quiero huir. Quiero irme...

De aquí. Parece que no puedo,
parece que no puedo escapar.
Debería morirme y ya.
Mi existencia está tan rota.

Oigo el rumor que delatan las olas,
aunque solo sean chapoteos en la piscina;
creo que si me acerco demasiado
esas aguas me van a tragar.

Y mis ojos divagan por la habitación,
veo a las personas pasar
y nada parece tener el sentido suficiente
para seguir soportando estas pláticas.

Los circuitos de mi mente sacan chispas
pero mi cuerpo no se mueve.
Las personas caminan al frente
y mi mirada está puesta en los agujeros de la luna.

Debería tener coraje suficiente
para salir corriendo.
Pero algo me ata,
hay cadenas impidiendo...

Mi cobarde huida,
esta nauseabunda pesadilla.
Las costillas se compactan
y se estancan las palabras.

Quiero llorar.
Quiero volar.
Quiero irme lejos
de este lugar.

«¡Déjenme ir, déjenme ir!»
espero gritar
pero nada sale
de mis temblorosos labios.

Mis costillas
se compactan.
Haciendo más pequeña mi caja torácica.

Ya no siento mi propio corazón,
quizás explotó
cuando decidí venir
a esta fatigante reunión.

Y no, no lo soporto.
Nadie me está viendo
pero siento las miradas.
Esta insatisfacción...

Soy consumido desde el interior.
Quiero escaparme pero no puedo.
¡Deseo llorar pero no debo!
Tan sólo siento que me muero

y no hay nadie aquí que pueda notarlo.
No tengo papeles donde dejar grabado
esta sensación de abatimiento.
Quisiera morirme pero sólo me quedo...

Estático.

Las personas se han desdibujado
a mi tétrico alrededor.
Y sé que ellos están disfrutando esto
pero yo no.

No lo soporto.
Entre más me altero...
Han rozado mi piel.
¿Por qué aún no he muerto?

Quiero cortar mi piel
y así acabar con esto.
Quiero desgarrar mis venas
y así huir de este sitio funesto.

Si yo me siento tan perdido,
¿por qué ellos se ríen de esto?
¡No lo entiendo!
Estamos viviendo lo mismo
pero yo siento...

Siento que me muero.

¿Quiénes son ellos?
¿Por qué ríen? ¿Por qué lo disfrutan?
Dicen ser mis amigos
pero no comprendo su dialecto.

¿Realmente estamos pasando por lo mismo?
La opresión en mi pecho va en aumento.
Mis órganos son aplastados por mis huesos.
Quiero irme, quiero huir... Pero aún no es tiempo.

¿Por qué? No lo entiendo.
Me siento perdido.
¿Realmente estamos
viviendo lo mismo?

Ellos hablan y ríen,
ríen y hablan y cuentan chistes.
Y yo solo me siento perdido
en medio de mi estática.

Las reacciones de esa química
han aumentado mi quebrada melodía
y ahora sólo vagan fugazmente
entre recuerdos.

Ser similares no es motivo suficiente.

Ellos disfrutando de sus voces
y yo siendo incapaz de seguir la plática;
hacen la situación tan nefasta.
¿Por qué sigo estancado
en medio se balurde cháchara?

Dicen ser mis amigos, pero yo...
Me siento tan perdido.
Quiero llorar pero no debo.
Quiero volar pero si lo intento...

Se acabará mi actuación un día de estos.
Ellos decían que esto era agradable,
ellos juraban saber cómo disfrutarlo.
Pero yo me siento tan perdido.

Quiero llorar pero no debo.

Tan sólo deseo poder soportar
unos minutos más de mi estática.
Luego iré a derramar mis lágrimas
sobre la frívola almohada.

Juro que la soledad no es la única culpable.
Soy tan ambiguo que no puedo
actuar como los demás. No quiero
fingir alegría cuando no disfruto
los mismos sueños.

Las luces son demasiado fuertes,
la luna se ha quedado dormida
y, dando vueltas por la cama,
ha tapado sus agujeros.

Son momentos
que quedarán grabados en mi memoria.
Este ahora, mi presente,
sera un recordatorio de que mi gloria
no yace al lado de las personas.

Hablar es sufrimiento.
Dialogar, para ellos,
podrá ser entretenido.
Para es sólo fantasía, un cuento.

No siento lo mismo que ellos.
Esa química no es compatible
con estos sentimientos.
Y, tratando de ser como ellos,
me he matado sin herirme el cuerpo.

Tratando de seguir actuando
simplemente he muerto.
Los quince minutos perdidos
ahora son un triste delirio,
un recuerdo nefasto
de mis sentimientos.

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